El 6 de Mayo se conmemoró 139 años de la desaparición
física del Fundador de la República de Venezuela General en Jefe José Antonio
Páez. Según la prensa americana de la época murió en su domicilio de N. York,
modesta casa de la calle 20, número 24, a consecuencia de una neumonía por
enfriamiento brusco en cabalgata por Parque Central. Tenía 83 años. Sus
funerales fueron sencillos y humildes para un hombre que fue la figura central
en nuestra guerra de independencia.
Aunque desaparecido físicamente, su imagen y pasión
venezolanista sigue siendo inmortal en estos tiempos a pesar de los arteros
ataques injustos y falsos que con inusitada frecuencia provienen de las más
altas posiciones del poder ejecutivo.
Durante su mandato presidencial fue el gran promotor
de los llamados Códigos de Páez, a saber: Códigos Civil, Penal y de Comercio,
además de los Códigos de Procedimiento Civil y Criminal. Y es sabido que el
General durante sus periodos presidenciales
fue un gran civilista, y despojándose de su glorioso uniforme militar
vistió el traje civil y supo imponer el imperio de las leyes ante las armas.
Por ello afirmo que su pensamiento y acción deberían mantenerse en la
actualidad como una contribución inmortal a la paz y justicia de los pueblos. Con
razón, los más agudos analistas de nuestra realidad social, no le han regateado
a Páez el calificativo de “verdadero hombre de Estado” entre ellos Gil Fortoul,
Vallenilla Lanz, Augusto Mijares y José Martí. Según expresó su adversario
Antonio L. Guzmán “la época de Páez fue la época de la prensa libre”. Y
continuaba diciendo “ los periódicos de Venezuela en esa época son dignos de la
Nación más libre y civilizada de la tierra. Aquella era la verdadera República,
la fundada por José Antonio Páez, INMORTAL hoy por hoy.
Dr. Rafael Arteaga Romero
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