viernes, 26 de febrero de 2016

El Dr. Francisco Isnardi no es italiano



Eumenes Fuguet Borregales
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Durante doscientos años, se tenía la información, de que el ilustre prócer civil, Francisco Isnardi, había nacido en la ciudad de Turín-Italia, gracias a las importantes investigaciones realizadas en varia ciudades europeas y en Ceuta, se determino que el sitio natal es Cadiz-España, lo artífices de esta feliz iniciativa son los distinguidos historiadores, Edgardo Mondolfi y Marissa Vannini, autora de La verdadera de Francisco Isnardi,  cuyo nombre completo es Francisco José Vidal Isnardi, nacido en 1775, hijo de Juan Isnardi y Magdalena Padel, realizo estudios de medicina en el Real Colegio de Medicina y Cirugía de Cádiz desde 1794. En Caracas se desempeña como periodista en varios medios impresos, entre ellos la Gaceta de Caracas  junto a Andrés Bello; como médico, ejerció en el apostadero de Puerto Cabello en 1804, y en Caracas durante  varios años. Es el redactor del Acta de Independencia, en la cual sin ser Diputado, firma como Secretario del Primer Congreso. Estuvo como cirujano con Miranda en las operaciones sobre Valencia en 1811. Es el corredactor de la Primera Constitución de Venezuela e hispano América. En octubre 1812, es enviado a prisión en Cádiz, junto con otros siete  patriotas, calificados por Monteverde como los Ocho Monstruos, posiblemente fallecio en España en 1820.
 Historia y Tradición
Churuguarero777gmail.com

miércoles, 24 de febrero de 2016

UN CAFECITO, PLISS

JESUS ALFARO GARANTÓN

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“Así es la vida ya usted ve, un cigarrito y un café” eso lo dice el coro de una conocida canción del incomparable grupo GUACO, que no necesita presentación para demostrar su calor marabino y esa melodía se me vino a la memoria cuando me senté a saborear un café cayendo en cuenta que el café es la única bebida que se puede degustar en solitario y no es mal visto. Haga la prueba, siéntese solo en la barra de un bar y pida algún trago, inmediatamente sentirá varias miradas que  se cruzaran con las suyas con un gesto de conmiseración, sus vecinos ocasionales  pensarán para sus adentros “tremendo despecho mi  hermano”. Si por casualidad pide un té o una tacita de leche caliente ya los pensamientos de sus compañeros de barra cambiarán a “humm, ….a este tipo como que se le moja la canoa”. Pero si usted pide un café, no hay problema porque esa infusión si es aceptable para ser consumida a cualquiera hora y en cualquier lugar. Es como si el café tuviera un pasaporte que diera inmunidad diplomática, con el agravante que es aceptado sin visa en cualquier país del mundo.
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Pues sí, ya sentado frente a mí café le di rienda suelta a la imaginación y comprendí que el café tiene su magia intrínseca, el café comparte con usted  la soledad y le brinda compañía, generalmente es servido a una alta temperatura y hay que esperar algo de tiempo para que el líquido se enfríe, es una dulce espera para que tengamos unos minutos para la íntima reflexión. Es increíble, pero a veces esa espera por el tonificador marroncito es el único momento en el día en que usted tiene tiempo para reencontrarse  consigo mismo. Ese negrito o marrón se convierte en una especie de psiquiatra de bolsillo, usted le cuenta sus preocupaciones y él calla y se enfría.
El café debe tomarse en taza y su presentación es clave en la degustación del preparado.  Una  taza con un asa adecuada que permita su agarre con seguridad aumenta el placer de la bebida, si el maquinista de la cafetera le dedica tiempo a adornar con diferentes tonos la espuma sobrenadante del ansiado marroncito ya ese café sube a la dignidad de sublimación.
El café es originario de la zona nororiental del continente africano, específicamente de Etiopía y cuenta la leyenda que un pastor de cabras llamado Kaldi fue el ingenuo descubridor de los efectos del rojo fruto del cafeto, cuando observó el comportamiento alocado de su rebaño después de comer las mencionadas semillas  que crecían en un matorral, sus cabras brincaban y danzaban sin cesar después de la ingesta de esas semillas. Sorprendido por la conducta de sus animales decidió llevar los frutos a un anciano sabio de su pueblo que los rechazó por ser amargos y los tiró al fuego, el aroma que se desprendió de los frutos fue tan delicioso que Kaldi los retiró del fuego, los sumergió en agua para crear, involuntariamente, la primera taza de café. De allí el café se derramó por los países árabes y se regó hasta la Europa del siglo XVI.
El café es introducido en América en el siglo XVII, principalmente en Brasil y desde allí se cuela a Venezuela por la frontera del estado Bolívar. El café se hizo un cultivo tradicional en todos los rincones de la patria. En Caracas, la siembra del café se aposentó principalmente en la Hacienda Blandín en los terrenos que hoy destina el Caracas Country Club para la práctica del golf. Mas las mejores tierras para el cultivo del café se consiguen en la serranía andina y los cafetales se adueñaron de  esa zona ya a finales del siglo 18. Nuestro país fue un gran productor de café, Venezuela llegó a ser exportador de un excelente café hasta que llegó el barbarazo y ¡¡ zuás, también se lo llevó!!. Hoy el venezolano hace colas para conseguir un medio kilito de café bachaqueado. Son las delicias que nos deja el socialismo del siglo XXI.  
El café es llamado la bebida intelectual, porque estimula y aclara las ideas y hace más viva la imaginación. Este efecto estimulante de la bebida se basa en su contenido de cafeína que actúa avivando la actividad cerebral. Laboratorios de investigación han aislado un componente genético en el ADN de los grandes tomadores de café y lo identificaron como el componente SLC6A4 que está estrechamente ligado a la serotonina, sustancia que interviene en la generación de placer a nivel cerebral. Los pobres humanos que carecen de esta famosa SLC6A4, no lograrán jamás el gustazo de experimentar las bondades de un buen café.
Los expertos en degustación del café han llegado a la conclusión que hay dos tipos de café que destacan como mejores del mundo por lo sutil de sus sabores y su delicado aroma, esto ha hecho que sus precios se hayan ido por los cielos, hablamos del BLUE MOUNTAIN JAMAICA, que como su nombre lo indica es originario de las montañas azules de Jamaica, donde su producción es muy limitada y hace que su comercialización sea muy disputada y permita subir sus precios donde solo los más escogidos puedan ser los que se deleiten con sus tesoros ocultos. El otro café que disputa la corona de mejor del mundo es el KOPI LUWAK, originario de Indonesia y es literalmente designado como “un café de mierda”.  No se ofendan con este apelativo pero este café debe su exquisitez a la extraña manera de desarrollar todo su potencial gustativo al formar  parte de los desechos fecales de la civeta, una especie de mapurite de las islas filipinas. Si los granos del Kopi son recolectados directamente de las ramas del cafeto, el café resultante no pasa de ser de una categoría regular, pero si este grano es comido por la civeta y se espera que sean medio digeridos por su mucosa intestinal encontraremos el santo grial de los degustadores del café. La producción del Kopi Luwak es mínima y los salarios de los recolectores de “la merd de mapurit” son bastante elevados, lo que encarece el producto. Tuve la oportunidad de degustar el Blue Mountain hace 4 meses, en El Corte Inglés de Preciados Madrid y en realidad mi recuerdo se reduce a que me tuve que bajar de la mula con 9 Euros por media tacita de un buen negrito. L´infusion de merd, se las dejo a los cubanos que son expertos en ese tipo degustación.
Italia, país no productor de café se ha hecho la cuna del disfrute de esta bebida y eso reafirma a los italianos en el Top Ten de los hedonistas del siglo XXI. Las mejores máquinas de preparar café se producen en Milán. Hasta se ha creado una nueva profesión, el barista, que es la persona que se especializa en preparar y servir las mejores infusiones de café. Ya en Venezuela hay escuelas para la formación de baristas. 
Disfrutar de un buen café tiene su ritual. Según los conocedores, un buen espresso tiene una espuma de color dorado avellana de al menos 3 milímetros de espesor y permanece en la superficie de la taza por al menos 30 segundos después de agregarle una cucharadita de azúcar. Preparar un buen espresso es puro arte. No sólo se requiere tener una máquina de calidad, sino también la destreza y conocimientos del barista, el artista a cargo de la preparación del café. Definitivamente, saborear ese espresso aromático y grueso,  es estar un paso más cerca de la felicidad. Caramba!!! si seguimos en esta onda estoy a punto de abandonar la computadora y salir a tomarme un marroncito bien resuelto.
El venezolano es difícil de entender, nadie como él para buscar alternativas ante las dificultades, elegir un buen café es casi como la definición de nuestra personalidad y la mejor prueba de ello es que cuando varios amigos se encuentran para compartir un buen café, cada uno hará su petición distintiva. La publicación Esnobismo Gourmet, publicó en 2012 las 11 maneras de degustar un café venezolano. Así como Francia se da el lujo de tener más tipos de queso que días del año, nosotros los criollos nos permitimos de pedir hasta 11 variantes de cafés y aquí va su listado:
1-. CAFÉ CERRERO, servido con gran concentración de café y sin ningún endulzante, especialmente requerido para combatir el ratón.
2-. CAFÉ NEGRO o NEGRO CORTO, algo menos concentrado pero endulzado, bueno para el despertar matutino.
3-. ENVENENADO o CARAJILLO, adicionado con ron o brandy, utilizado  en reuniones de hombres.
4-. GUAYOYO, ya es un café mas aguado y no requiere tanta azúcar como el negrito.
5-. GUARAPO, es un guayoyo endulzado con papelón.
6-. MARRÓN, ya conlleva un agregado, la leche y su cantidad establece variantes. No debe confundirse con el capuccino italiano, porque el marrón no lleva espuma.
7-. MARRÓN CLARO, la proporción de leche llega a ser del 70% de la mezcla.
8-. MARRÓN OSCURO, la proporción se invierte, un 70% es café.
9-. CAFÉ CON LECHE, el clásico desayuno, hasta un 80 % es leche
10-. TETERO, es leche con un pequeño toque de café.
11-. CORTADO, café negro con un pequeño rasguño de leche que corta su superficie.  
Si a esto le añadimos las últimas indicaciones de la temperatura deseada, tales como ”el mío bien caliente” o “que me queme los dedos” y el indescifrable “ni tan frio, ni calientísimo, más bien tibiezón” allí llegamos a la cima de los epicúreos. La variante en la preparación y la degustación del café se hace infinita. Admitamos que nuestra cultura cafetera tiene prosapia porque tener tantas escogencias solo se admite en un país donde el café es el centro de mesa donde se tejen las amistades
Hace unos años escribí unas líneas donde me sorprendía por el costo de un café en la barra, en esa ocasión me parecía increíble que yo pagara por un marroncito la misma cantidad que pagué por la adquisición de mi primer carro después de graduarme de médico, para ese entonces el café costaba 17.50 bolívares fuertes, unos 17.500 bolívares de plata que fue el costo del flamante automóvil deportivo que compré. Hoy, dos años después el mismo café y en el mismo sitio cuesta 200 bolívares fuertes, 200.000 bolívares de plata, lo que costaba un buen penthouse en el año 1965. Después de leer este último párrafo y sacando cuentas de lo que es enfrentar una hiperinflación del 700 %, mis manos comenzaron a temblar y decidí  pedir UN CAFECITO, PLISS, para recobrar mi sindéresis, para estimular la esperanza y no pediré el cigarrito porque afortunadamente nunca fumé.

martes, 9 de febrero de 2016

La leyenda del conquistador Martin Tinajero


Eumenes Fuguet Borregales 
"Creo... en las abejas que labraron su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero...".
Aquiles Nazoa

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Con la finalidad de saldar deudas  contraídas por el gobierno español con los Welser, banqueros alemanes, el rey Carlos V dispone una capitulación suscrita en Madrid el 27 de marzo de 1528; aceptada por Enrique Ehinger y Gerónimo Sailer. La Capitulación   los autoriza: “descubrir, conquistar y poblar la vasta región que comprendía la provincia de Venezuela; los obliga fundar dos ciudades y tres  fortalezas; movilizar cincuenta técnicos para las minas a conseguir todo en un  plazo de dos años”. Dos gobernadores alemanes tuvo Venezuela, con el afán de conseguir las supuestas riquezas de “El Dorado”, llegarían hasta las cercanías de Bogotá: Ambrosio Alfinger Primer Gobernador y Capitán General de Venezuela, fundador de   Maracaibo y Jorge Spira.  Un funcionario de los Welser fue Nicolás Federmann (1505- 1542), al llegar a Coro a comienzos de mayo de 1535, es designado por Spira teniente gobernador, con la misión de  expedicionar los primeros meses de 1536 hacia el occidente, para llegar hasta el Cabo de la Vela en la Guajira. En el grupo  de Federmann  se encontraba un joven conquistador español conocido como Martín Tinajero, nacido en la población de Écija,  provincia de Sevilla de la comunidad autónoma de Andalucía, cuya patrona por cierto es la virgen del Valle, celebrada el 8 de septiembre.

 Martín hijo de labriegos, dedicados también a la preparación de la  arcilla para elaborar tinajas, de allí la denominación de tinajero.

De excelente comportamiento, colaborador en los oficios de la casa y bondadoso con sus compañeros de vecindad. La leyenda escrita por Fray Pedro de Aguado  sobre Martín Tinajero informa que de adolescente en la iglesia del pueblo, escuchó: “Tu corazón está destinado a una gran leyenda”, Martín pensaba que sería un llamado al sacerdocio.

 Entusiasmado por los amigos dispuestos a buscar aventuras en el Nuevo Mundo y  motivados por la Leyenda de El Dorado”, embarcaron hacia Coro.  Martín iba en la expedición de Federmann como cocinero; el capellán era el  Padre Vicente Requejada, nacido en Zaragoza. Primer Agustino en llegar a Hispano América. La expedición se dirigió en dirección Rio Hacha; el grupo sufrió las inclemencias de las lluvias, transitaron en áreas boscosas y desérticas, colmadas de  plagas; en ocasiones no conseguían agua o comida; el joven Martín no soportó la travesía, falleciendo en septiembre de 1536, supuestamente en la región cercana a Bobures. Federmann continuó su periplo; luego de varios días decide regresar a Coro por la misma ruta;  durante su avance notan una aroma  extraña y agradable a cierta distancia donde habían  dejado semi enterrado a Martín; al aproximarse notaron el aumento de la fragancia; en el espacio del pecho se encontraba una colmena de abejas; sus compañeros admirados comentaban que: “el corazón de Martín siempre era de miel”. En su pueblo se le consideraba un “soldado santo”.

  La muerte de este joven conquistador dio lugar a varias leyendas registradas por los cronistas de la época Fray Pedro de Aguado y Fray Pedro Simón, reseñada igualmente por el historiador José de Oviedo y Baños (1671-1738), natural de Bogotá y en tres ocasiones Alcalde de Caracas; nos dejó su importante obra “Historia de la conquista y población de la provincia venezolana”.

 El ilustre valenciano José Bernardo Núñez (1895-1964), primer Cronista Oficial de Caracas, ensayista y escritor de fina pluma, nos ofrece igualmente su relato de este personaje del siglo XVI. El escritor uruguayo-venezolano, reconocido cuentista Armando Quintero Laplume (1944- ), en su obra: “el corazón de Martín Tinajero, origen de una leyenda”, nos recrea de manera amplia sobre este joven personaje. Aquiles Nazoa, conocido escritor caraqueño, humorista, poeta (1920-1976), nos relata en su Credo
: …  Creo en el perro de Ulises y en el gato risueño de Alicia en el País de las Maravillas, en el loro de Robinson Crusoe, en los ratoncitos que tiran del carro de la Cenicienta; en Reralfiro el caballo de Rolando y en las abejas que labraron su colmena en el corazón de Martín Tinajero

sábado, 6 de febrero de 2016

MAESTRO FEDERICO SEGUNDO VILLENA PÉREZ

                                                                                                                             Oldman Botello*

    Federico Villena, a secas, fue un destacado músico aragüeño de enorme figuración en Caracas, Ciudad Bolívar y Villa de Cura a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y con poco reconocimiento nacional en los días que corren; solo se honra su nombre y actuación con la escuela de música que lo lleva como epónimo en Maracay y que al momento de su fundación se llamó Escuela Popular de Música en 1971, cuyo primer director fue el recordado maestro Oswaldo Guevara y funcionó en Las Acacias.  

   Desde hace algunos años, los diletantes de la historia en Turmero aseguraban que dicha ciudad era su cuna. La documentación que hemos localizado en varios repositorios demuestran otra versión que creemos es definitiva. Se dijo antes que su nombre era Federico Sarco Villena y lo relacionaban con la familia de educadores de mucha reputación oriundos de la capital de Mariño y que se prolongan hasta la actualidad. La versión que se corría es que la S de su nombre era en realidad el apellido Sarco, que se lo había desprendido por un caso similar al que le atribuyen al maestro Simón Rodríguez. Un pleito familiar. Por cierto que los Sarco eran de origen indígena.

  Pero comencemos por el principio. La familia Villena era oriunda de Caracas, de origen español, y residenciada en Turmero, pero los había también en Cagua y en Santa Cruz. En 1830 residían en dicha ciudad de Turmero doña Nieves Villena, de 80 años, de Caracas y Rosalía Villena, nacida en Cagua y residente en Turmero, de 40 años y ambas domiciliadas en la calle de la Libertad. Seguramente eran madre e hija.

  También en 1830 residían en Santa Cruz don José Villena, de 78 años, empleado, soltero, a pesar de su avanzada edad, cuando la expectativa de vida era de 50 años. Era oriundo de Cagua y pariente suyo Félix Villena, de 16 años, nativo de Santa Cruz. El escritor y crítico de arte del siglo XIX don Ramón de la Plaza fue quien divulgó originalmente la especie de que Federico Villena era de Turmero y supuestamente nació hacia el mes de mayo de 1835. Pero creemos rotundamente que Federico nació en Santa Cruz, pueblo adonde se fue a vivir su familia. Gente de origen humilde, el padre ejerció allí el magisterio. Hemos buscado su fe de bautismo en la iglesia matriz de Turmero y no aparece en la fecha indicada, pero todo apunta a Santa Cruz como la ciudad nativa.

   Ya adulto, Federico se va a Caracas y de allí pasa hacia 1864 a Ciudad Bolívar, ya todo un profesional de la música de cámara, religiosa y popular con rango de compositor, ejecutante de varios instrumentos entre ellos el piano y el violín, que fue el primero. En Ciudad Bolívar, ejerciendo la docencia musical en el Colegio del Estado Soberano de Guayana y como seguramente comió la cabeza de la zapoara, pez orinoqueño, allí se prendó de la joven Isabel María Welsh, tal vez de origen trinitario. De su fe de matrimonio que localizamos en el archivo catedralicio de la capital guayanesa obtuvimos que su nombre de pila era Federico Segundo Villena Pérez, hijo de don José Villena y doña María Nieves Pérez. El matrimonio se efectuó en la Catedral bolivarense el 4 de marzo de 1865. La novia era hija de don Pedro Welsh y doña Salvadora Salas o Saa (no está bien definido el apellido en el viejo libro de matrimonios de 1865).  De esa unión nació al menos un hijo, Federico Segundo Eladio Villena Welsh, el 18 de febrero de 1867, apadrinado por don Ramón Afanador, de las principales familias de la capital guayanesa y su abuela doña Salvadora de Welsh.

  El maestro Villena, después de solventados los problemas políticos que le amargaron la vida en Ciudad Bolívar y lo obligaron a huir a Trinidad, regresó a Bolívar y de allí partió definitivamente a Caracas donde dirigió la Banda Marcial por designio del presidente Ignacio Andrade, quien lo conoció en Villa de Cura donde dirigió la Banda del estado Miranda, de la cual era capital la ciudad del Curita y el Tucutunemo.

  Villena dejó entre otras composiciones música religiosa (compuso en 1890 un Himno en honor del Papa León XIII que remitió a través del cardenal Rampolla, Secretario de Estado y que mereció una bendición del Pontífice); música profana (zarzuelas y romanzas), música sinfónica para varios instrumentos; música de salón (valses, polkas, marchas, danzas), música de bandas. Fue exitoso ejecutante de violín, violoncello, viola, contrabajo, guitarra, timbales, pianio, órgno y armonium. Un músico completo.

    Esta es, pues la verdadera historia del maestro Federico Segundo Villena Pérez.


                                                     *oldmanbotello@hotmail.com

Bandera venezolana

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Automóviles de los 40

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