domingo, 28 de noviembre de 2010

Figuras Retoricas

Argimiro Torres*
Figuras retóricas son palabras o giros idiomáticos utilizadas para dar énfasis a una idea o sentimiento. El énfasis deriva de la desviación consciente del hablante o creador con respecto al sentido literal de una palabra o al orden habitual de esa palabra o de palabras en él. Muy utilizadas en la literatura más que todo en la poesía y las hay de variados tipos. En los siguientes versos, los vocablos "y pubis" es una figura retórica -Hipérbaton, Silimicadencia, Asonancia o quizás Pleonasmo- en el que verdaderamente no hay relación literal entre "Tal la leche, hambre, boca", y, "Y PUBIS", a no ser sólo el logro de la rima y así de la belleza del verso.
Este comentario lo hago porque más de uno de los lectores de mis versos -A los que estoy agradecido- me han señalado, qué tiene que ver el pubis con lo que trata la poesía, la mayoría de ellos, son hombres, en sentido picaresco y otros, mujeres, expresando sorpresa porque, es cierta la falta de correspondencia literal entre los vocablos.

¡Para ellos, esta explicación!

"Esperando van las nubes
Que te asomes grande, sol radiante
La tierra y el agua errante
Tal la leche, hambre, boca y pubis"

Antitesis
"Fuego el céfiro pesado,/
sierpes las flores, arenal el prado"
Lope de Vega

Antonomasia

Simón Bolívar es el Libertador; Jesucristo es llamado el Salvador; Aristóteles, el Estagirita;
Alfred Hitchcock, el maestro del suspenso.

La antonomasia también incluye el procedimiento contrario: muchos nombres propios se han convertido en representación de los atributos del personaje originario y se utilizan como sustantivos comunes. En este caso, lo genérico es sustituido por lo individual. Así ocurre con ‘donjuán’, ‘quijote’, ‘celestina’, ‘hércules’, ‘tarzán’.

Símil
"Negro el cabello, imitador undoso/
de las obscuras aguas del Leteo"
Luís de Góngora

"áridos camellos" y "lámparas estudiosas",
Jorge Luis Borges

Hipérbole y Lítotes
Iban oscuros bajo la noche
sola entre las sombras
Virgilio

Metonimia y sinécdoque

"vivo en conversación con los difuntos/

y escucho con mis ojos a los muertos"

(Quevedo);


"murió mi eternidad/

y estoy velándola"

César Vallejo.


Y así, en el mismo estilo muchas figuras retórica.


"Saludos y muy agradecido

de mis estimados amigos.

De... su amigo"

Esta última también es una figura retórica. ¡Investiguen cual es!
* Médico poeta

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La "partida de nacimiento" de Venezuela 8 de septiembre de 1777

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Importante fecha de nuestra evolución histórica, desapercibida para la mayoría de los venezolanos, cuando el rey español Carlos III, emitió su "Real Cédula" asignándole a Venezuela el territorio, autoridad administrativa y política y cuyo texto se indica a continuación: "He tenido a bien, resolver la absoluta separación de las provincias de Cumaná, Guayana, Maracaibo e islas de Margarita y Trinidad del Virreinato de la Nueva Granada y agregarlas en lo gubernativa y militar a la Capitanía General de Venezuela, en lo respectivo al manejo de la Hacienda Real, cuyo apoyo se enviará a la capital, Caracas".

Este fundamental documento deslinda a Venezuela de su dependencia de la Nueva Granada (hoy Colombia), pasando a depender a partir de esa fecha de la Real Audiencia de Santo Domingo; subordinación que permaneció hasta el 19 de abril de 1810, memorable fecha del movimiento revolucionario, que permitió la destitución y el destierro a Filadelfia del capitán general Vicente de Emparán y Orbe; con esa gloriosa actividad por primera vez tuvimos el primer gobierno de los blancos criollos, amparados en la fachada de "Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII", cuya duración concluyó con la designación de nuestro primer Congreso instalado el 2 de marzo de 1811.

La provincia de Maracaibo la formaban los actuales estados: Táchira, Mérida, Zulia, Barinas y Apure; la provincia de Guayana la integraban los actuales estados: Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro; la provincia de Cumaná abarcaba los estados: Anzoátegui, Monagas y Sucre; los estados actuales no mencionados, dependían de la provincia de Venezuela.

Nuestro insigne historiador trujillano Mario Briceño Iragorry, en 1936, escribió una de sus principales obras, "Tapices de historia patria", donde mencionaba que sin la Real Cédula de Carlos III de 1777, no se hubiera llegado al 19 de abril de 1810, es decir un Antediem. La población de las provincias mencionadas en la Real Cédula estaba en el orden de los ochocientos mil habitantes.

La isla de Trinidad fue ocupada sin pelear por los ingleses al mando del general Abercromby con 59 buques de guerra y 6.700 soldados el 16 de febrero de 1797, precariamente defendida por el gobernador José María Chacón y apenas 500 soldados; ante esta invasión, España se vio en la obligación de firmar el 27 de marzo de 1802 el Tratado de Amiens (al norte de Francia), donde cedía la propiedad y soberanía de Trinidad a Inglaterra.

El rey Carlos III, para el momento de emitir su Real Cédula, en su gabinete tenía como Primer Ministro al letrado Pedro Pablo Abarca Bolea Ximenez, mejor conocido como "El Conde de Aranda", quien posiblemente redactó este documento, basado en sus profundos estudios sobre el continente americano, él mismo recomendó reconocer la independencia de los Estados Unidos en 1783, (mediante el tratado de paz entre España, Inglaterra y Francia), visualizaba también para ese año, natalicio de nuestro Libertador, que las colonias hispanoamericanas tarde o temprano buscarían su independencia.

El 31 de julio de 1786 se crea la Real Audiencia de Caracas presidida por un Capitán General con atribuciones político-administrativas-judiciales, que para esa fecha desempeñaba la Real Audiencia de Santo Domingo. Con el triunfo del Libertador en la magistral Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821, permite que en agosto de ese año, finalizaran las funciones de la Real Audiencia de Caracas.

El 8 de septiembre de 1777 es el nacimiento de la Capitanía General de Venezuela, buena oportunidad para recordar que nuestras constituciones en el Capítulo sobre el territorio y la división política, estipula que nuestro territorio es aquél que correspondía a la Capitanía General de Venezuela desde antes del 19 de abril de 1810, es lo que jurídicamente conocemos como el principio del Utis Posidetis juris.

(*) General de Brigada (Ej)

Historia y Tradición

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Dr. J. M de los Ríos, pionero de la pediatría

Eumenes Fuguet Borregales (*)

En el área de la salud infantil destaca el doctor José Manuel de los Ríos, nacido en Valencia el 29 de noviembre de 1826, culminados los estudios iniciales y secundarios, a los veintidós años se dirige a Caracas, para continuar su formación en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela; en forma paralela para obtener recursos económicos, impartía clases en el colegio El Salvador del Mundo a cargo del conocido escritor Juan Vicente González. Con el título de médico regresa a Valencia el 17 de diciembre de 1854, ciudad donde ejerce la profesión e imparte clases en el Colegio Nacional Carabobo. El general Julián Castro gobernador de Carabobo lo designó en 1858 Cirujano Mayor. El general Páez lo contrata en 1862 como médico y secretario personal. A la salida del Centauro exiliado hacia Nueva York, propiciada por el Tratado de Coche firmado el 22 de mayo de 1863, el Dr. de los Ríos instalado en Caracas en 1864, se dedicó a tiempo completo a la medicina infantil, la docencia y a la elaboración de material científico. Junto al Dr. Jorge González Rodil publican El Americano en 1865 con valiosa información para sus colegas. Sus conocimientos, idoneidad y profesionalismo le son reconocidos con la designación en 1868 de vicepresidente de la Facultad de Medicina de la máxima Casa de Estudios. El general José Tadeo Monagas lo nombra Cirujano Mayor del Ejército de la Revolución Azul. Escribe en 1874 un Tratado Elemental de Higiene Pública y Privada; ejerció diligentemente en forma gratuita la medicina y la caridad en el Asilo de Huérfanos San Vicente de Paúl en 1878. Con la experiencia adquirida pública el Código de Sanidad de Puertos. Designado Orador de Orden con motivo de la inauguración del monumento al Dr. Vargas en 1883 en la Universidad Central hoy Palacio de las Academias, discurso que recibió los mejores elogios por parte de los numerosos asistentes al acto. Por propia iniciativa al ver muchos niños en situación de pobreza y abandono, fundó en 1888 junto al doctor Francisco Antonio Risquez (1856-1941), en el colegio Santa María, un anexo dedicado a la atención médica de esos menores, único en su tipo en Venezuela; ambos publican en 1889 la Revista Clínica de Los Niños Pobres, considerada la primera publicación de su tipo en Hispanoamérica. El Dr.de los Ríos escribía en sus publicaciones un lema tomado del sabio José María Vargas: Ninguna virtud honra mas al médico que el desinterés y la beneficencia .En 1893 escribe un libro denominado Médicos Venezolanos, referido a biografías de veinte eminentes profesionales de la medicina, muchos de ellos en el olvido entre ellos José María Vargas y Carlos Arvelo a causa de la debida divulgación; el prólogo de la importante publicación lo escribió el doctor Eduardo Calcaño. Fundó en 1893 el primer hospital de niños, conocido como Hospital Linares, por ser el señor Juan Esteban Linares el benefactor de dicha institución hospitalaria en dicho lugar se encuentra actualmente la Cruz Roja venezolana. Solicitado por su profesionalismo y calidad humana, recibía la mayor cantidad de pacientes de la Caracas de entonces. El 13 de febrero de 1901 es elegido Individuo de Número de la Academia Nacional de la Lengua, donde le asignaron el Sillón Letra “A”, con el discurso de Incorporación denominado: “Significación de las ciencias y artes en el progreso dela humanidad”. El Curriculum vitae del Dr.de los Ríos, fue presentado en 1900 para considerar su ingreso ante la Directiva de la Academia Nacional de Historia por varios numerarios entre ellos el Dr. Felipe Tejera; fue aceptado, inclusive le asignaron el Sillón Letra “D”, pero el Dr. de los Ríos alegando estar separado de toda actividad no se incorporó a la Docta Corporación. Era igualmente Miembro Correspondiente de la Academia de Medicina del Perú, Miembro Honorario de la Academia de Medicina de Colombia, Caballero de la Orden de San Gregorio, Médico permanente de la Sociedad Vínculo de Caridad. Es de los fundadores del Colegio de Médicos de Venezuela. Falleció este insigne médico valenciano caracterizado por su sabiduría y benignidad en Caracas el 29 de marzo de 1914, dejando una estela de ejemplo profesional y desprendimiento por las obras piadosas. En su honor por ser el iniciador de la consolidación de la pediatría en Venezuela, se funda el Hospital Municipal de Niños en Caracas, el 2 de febrero de 1937, ubicado inicialmente en la esquina de Pirineos, y a partir de 1958 en la actual sede en la avenida Vollmer, urbanización San Bernardino, instalación hospitalaria modelo en el país.

(*)General de Brigada eumenes7@gmail.com

Historia y Tradición

sábado, 13 de noviembre de 2010

60 años del crimen de Carlos Delgado Chalbaud "Las sospechas se fundan en su condición de gran beneficiario del crimen"

OSCAR YANES


Mañana, 13 de noviembre, se cumplen sesenta años del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar de Gobierno. Vale la pena recordar la carta que la viuda del Coronel envió al General Marcos Pérez Jiménez. Esta carta fue primicia de la revista Bohemia, y circuló en todo el continente.

"Londres 20 de febrero de 1954. Coronel Marcos Pérez Jiménez. Palacio de Miraflores. Caracas. Venezuela.

Me dirijo a usted, coronel, porque es evidente que en cuanto al asesinato de mi esposo y dentro de la actual realidad venezolana, usted será el supremo inspirador y responsable de la justicia que se haga... Esta se encamina hacia el solo castigo de los simples comparsas y de ciertos directores de segundo orden. Los promotores principales, y entre éstos el eje central de la conjura, permanecen incógnitos... En síntesis, sobre usted existen sospechas y a usted se le teme. Esto es lo que se interpone en el camino de la justicia. Las sospechas no son gratuitas. Se fundamentan en su condición de gran beneficiario del crimen, ya que la existencia misma del comandante Delgado Chalbaud, era un tremendo obstáculo moral y práctico para la ascensión suya al poder y para el empleo de los procedimientos que le han permitido alcanzarlo y conservarlo. Se fundan en las declaraciones de algunos de los autores materiales. Se fundan en la protectora benevolencia con que su régimen ha tratado a quienes dieron muerte a Rafael Simón Urbina, capturado e indefenso, esos agentes que ¿por orden de quién? se apresuraron a destruir la clave de la investigación antes de que esta se iniciara. Se funda en la existencia de ese extraño mensaje que el asesino dirigiera a usted, después del hecho y cuya ocultación fue juzgada por sus asesores. Se funda en la presencia a su lado para el momento del crimen, con el cargo de secretario privado, en el que aún usted mantiene al abogado Víctor José Cedillo, conocido como amanuense de confianza y consejero íntimo del asesino Urbina y de quien sería ingenuo pensar que no haya establecido vínculos entre éste y usted. Se fundan también en los soeces ataques que la prensa controlada por sus agentes ha lanzado contra mi marido, tratando de manchar su memoria y hacer menos odiosa su desaparición; ataques cuya significación es acentuada por coincidencia con sedicentes homenajes oficiales que formulan y preparan agentes a su disposición. Se funda, en fin, en mi destino de desterrada porque me constituí en parte acusadora y porque rechacé halagos, ofertas y amenazas para que me apartara del juicio... Atentamente, Lucía Delgado Chalbaud".

La próxima semana continuaremos recordando otros "misterios" aún no aclarados sobre el asesinato de Delgado. Uno no se explica, como pueden quedar en la oscuridad algunos aspectos del magnicidio y no se ha hecho ningún esfuerzo por aclarar esos puntos oscuros.

Mencionaremos algunas de las recomendaciones que él FBI hizo a muchos de los hombres que acompañaron al general Urbina.

Así son las cosas.
EL UNIVERSAL
viernes 12 de noviembre de 2010

ayanes@cantv.net

jueves, 11 de noviembre de 2010

Renato Beluche, lobo de mar emancipador

Eumenes Fuguet Borregales (*)
La lucha redentora en el escenario naval contó con valiosos y esforzados marinos, venezolanos y de otras latitudes, quienes contribuyeron con su experiencia y abnegación a la formación de la gran nación; en esta oportunidad nos referiremos a Renato Beluche Laporte, nacido el 15 de diciembre de 1773 en la calle Dumaine Nro 632 de Nueva Orleans estado de Luisiana, al sur de los Estados Unidos de Norteamérica, hoy Museo, para el momento posesión francesa. Realizado el estudio elemental y familiarizado con la vida en la mar, decidió por la carrera que lo llevaría a su futura participación en diferentes escenarios navales. Al realizar una pasantía en Francia y merecer la "Legión de Honor" retorna a Luisiana, donde obtiene certificación de navegante que le facilita trasladarse a Cartagena de Indias en 1812, cuyas autoridades lo autorizan con el grado de teniente de navío combatir a los barcos españoles, que al ser capturados los moviliza a la bahía de Barataria próxima a la desembocadura del Misissipi. En enero de 1815 la flota inglesa ataca Nueva Orleans; a pesar de su poca experiencia Beluche tuvo una excelente participación en la defensa exitosa del puerto. Regresa a Jamaica en 1815 cuando Morillo se encontraba sitiando a Cartagena de Indias desde agosto hasta comienzos de diciembre; fueron ciento dieciséis días de heroica resistencia. Demostrando pericia y riesgo Beluche se encargó de llevar a los oficiales que pudieron escapar hacia Haití. En esa isla conoce al Libertador ofreciéndole sus servicios. Con el grado de capitán de fragata y contando con el apoyo del presidente Alejandro Petión y el curazoleño Luís Brión, futuro primer almirante de Venezuela, participa en la planificación y ejecución de la Expedición de los Cayos de Haití, integrada por siete navíos, zarpando el 31 de marzo de 1816. El "Brisona" de Beluche fue bautizado con el nombre de "Bolívar", nave insignia de la expedición donde iba el Libertador y Brión, se le conoce también como la nave "comandante". El 2 de mayo la escuadra republicana combate contra los navíos realistas derrotándolos en el archipiélago Los Frailes, pudiendo capturar las embarcaciones "el intrépido" y el "Rita". Tal acción le hace acreedor por parte del máximo jefe al grado de capitán de navío. Beluche con su escuadra ejecuta operaciones navales frente a Carúpano, Ocumare de la Costa, La Guaira y Puerto Cabello. A partir de enero de 1823 bajo las órdenes del almirante José Prudencio Padilla, estará en la entrada del lago de Maracaibo y en Los Taques, pudiendo apresar varias embarcaciones. Con el bergantín "Independiente" se destaca el 24 de julio de 1823 en la memorable Batalla Naval del Lago de Maracaibo contra la flota del capitán de navío Ángel Laborde. Padilla recomienda a Beluche para el ascenso a general de la mar. El incansable marino cumple en el Caribe operaciones de patrullaje y captura de embarcaciones españolas llevadas a Puerto Cabello. En 1824 estará algunos meses en Norteamérica; resuelve regresar a Puerto Cabello, recibiendo en 1828 por sus importantes servicios el cargo de Comandante General de esa guarnición; en agosto del siguiente año es enviado por el Libertador a Ecuador arribando a la bahía de Guayaquil el 8 de febrero de 1830. Sigue a Panamá donde se involucra en un movimiento separatista de la Nueva Granada; algunos implicados son fusilados, Beluche con mejor suerte fue deportado a Venezuela en 1831. Con el grado de contralmirante es retirado del servicio activo en abril de 1833; instalado en Puerto Cabello participa en 1835 en la fallida Revolución de las Reformas dirigida por Mariño. Beluche y algunos involucrados son expulsados del país en 1836; regresa a los pocos meses para apoyar al gobierno del Gral. José Tadeo Monagas. En noviembre de 1848 a bordo del "Constitución" ejecuta la toma de Maracaibo contra las fuerzas de Páez. Entre tantas condecoraciones poseía la "Estrella de los Libertadores". Fallece el 4 de octubre de 1860 en Puerto Cabello, la nación agradecida colocó sus restos en el Panteón Nacional el 22 de julio de 1963. Sus hijos procreados con Maria Mezelle Beaudry son Ana Colombia, Renata y Diego dejaron numerosa y digna descendencia, varios de ellos distinguidos amigos en Valencia. En la alcaldía de Nueva Orleans se encuentra un busto del prócer; el himno de la Armada venezolana lo menciona, una unidad de Infantería de Marina, promociones de oficiales navales, instituciones públicas y privadas se ufanan de llevar el nombre de este esclarecido emancipador. El 7 de octubre de 1828, escribe el Libertador a Páez: "Beluche es muy superior a cualquier otro por su grado, conocimientos y entusiasmo".

(*) Gral. de Bgda.
eumenes7@gmail.com
Historia y Tradición

sábado, 6 de noviembre de 2010

¿PAEZ NO EXISTIO?

Rafael Arteaga Romero*

Que pena sentí como nativo de este país cuando hace pocos días caminaba alrededor de la plaza El Venezolano, en pleno centro caraqueño y pude observar como en una suerte de galería pictórica pública y adornando una de las aceras que circundan la plaza, estaban pintados en la pared a todo color, los rostros de los mas conocidos héroes de nuestra guerra de Independencia. Eran 15 en total comenzando por nuestro Libertador tal como debe ser. Vi a Sucre, Ribas, Urdaneta, grandes guerreros y a otros quizás menos llenos de pólvora española como O’ Leary, los hermanos Monagas, culpables estos de una dictadura a la cual se acusa de asaltar al venerable Congreso de la República, etc.
Todos estaban allí por orden de alguien cuyos “estudios” de historia no fueron lo suficientemente completos como para recordar que faltó colocar el retrato de alguien que solo en la guerra de Independencia protagonizó 47 acciones miliares, de las cuales y para beneficio patrio fue triunfador en 43. En una de ellas el Libertador exclamó “es la más grande de las proezas militares que mis ojos han visto” refiriéndose a las Queseras del Medio. Ese alguien también “olvidó” Mucuritas, Mata de la Miel, El Yagual y por si fuera poco la magna epopeya del 24 de Junio de 1821 cuando en pleno campo de Carabobo es ascendido a General en Jefe por el mismísimo Bolívar por ser “el que mas se distinguió” tal como lo escribió en su Parte de Guerra al soberano Congreso.
Ese retrato, esa pintura que allí falta es la de ese General en Jefe llamado José Antonio Páez, cuya ausencia generó el sentimiento de pesar al cual aludí ante tan oprobioso olvido. No tengo dudas sobre el origen de la orden de omitir la pintura de Páez. Alguien con un enfermizo y malentendido bolivarianismo, pues no encuentro contradicción entre ser bolivariano fervoroso, decidido y ser paecista sincero y convencido de que a Páez hay que juzgarlo sin amor y sin odio, con severa imparcialidad, porque todo juicio sobre él debe ser consecuente a sus procederes y situándose en el contexto histórico de la época.
El historiador y profesor Adolfo Blonval López en su trabajo de ascenso a profesor titular de la Universidad de Carabobo (publicaciones de la Dirección de Cultura, U.C.) escribe ¿Somos Consecuentes? Y de seguidas transcribe dos Decretos y una Resolución referentes al prócer llanero:
El primero del 14 de Mayo de 1836 lo proclama CIUDADANO ESCLARECIDO.
El segundo del 25 de Marzo de 1850 lo declara traidor y lo expulsa perpetuamente del territorio patrio
Y la tercera del 15 de Julio de 1858 “abroga y condena como inicuos todos los actos públicos que desde el año 1848 han tenido por objeto despojar al General de sus grados, títulos y condecoraciones y mancillar su merecida fama”.

Ya todos conocemos los momentos históricos de los tres actos del mismo pueblo, representado por su misma gente: el Congreso Nacional y la Convención Nacional termina diciendo Blonval. Y yo en lo personal contestaría al distinguido historiador: NO; no hemos sido todos los venezolanos consecuentes con quien nos dio la nacionalidad y un país llamado Venezuela. Hoy más que nunca debemos enseñar, educar y reclamar cada vez que un funcionario de mayor o menor jerarquía empiece a lanzar denuestos contra la egregia figura del león llanero.

Estudiemos todos la verdadera historia venezolana entendiendo las obligantes circunstancias en que procedieron aquellos próceres y no pretendamos sembrar odio exaltando solo lo negativo, olvidando que el fiel de la balanza, en el caso del Centauro de los Llanos se inclina en mucho hacia lo positivo.

*Médico Pediatra,tataranieto del Ciudadano Esclarecido, fundador de la Nacionalidad Venezolana,propulsor y defensor del Gobierno Civil en Venezuela el cual fue cercenado por la dictadura de los Monagas.

martes, 2 de noviembre de 2010

El Castillo San Felipe de Puerto Cabello

Eumenes Fuguet Borregales (*)

En el imperio español nunca se ocultaba el sol, era un decir en la época del rey Carlos V, se refería a la amplia extensión de sus territorios en el mundo. Con la finalidad de protegerse de las incursiones de piratas y corsarios, ordenaron construir en Hispanoamérica fortificaciones, utilizadas igualmente para almacenar los productos locales de exportación y la logística de los ocupantes. Eran grandes obras testigos de una época, algunas de ellas con el nombre de Felipe, en honor al rey Felipe de V de Borbón (1683-1746), se encuentran en: España, Guatemala, Colombia y Venezuela. A lo largo de la costa venezolana se construyeron importantes fortalezas de Oeste a Este, entre ellas: San Carlos a la entrada del Lago de Maracaibo, San Felipe en Puerto Cabello, San Antonio en Cumaná y San Carlos Borromeo en Pampatar. El ingeniero suizo Juan Amador Courten al diseñar y presentar en España los planos, es designado por orden real el 13 de junio de 1732 director de las obras del futuro fuerte San Felipe en Puerto Cabello. Llega en septiembre de ese año para iniciar la ejecución de los trabajos que durarán treinta meses; sería la más importante ciudadela construida en Venezuela. Courten se retira a España siendo relevado en 1736 por el ingeniero Juan Gañango Lescari; éste realiza unas mejoras a la construcción de forma pentagonal simulando una corona. La fortaleza tuvo su bautizo de fuego entre el 26 de abril y el 6 de mayo de 1743 por parte de la escuadra inglesa integrada por veintidós navíos al mando del comodoro Charles Knowles. La Compañía Guipuzcoana con más de cincuenta años de permanencia en Venezuela, utilizó el castillo como gran depósito de cacao, café y añil. En el castillo fueron encarcelados muchos paisanos que en diferentes épocas tuvieron relevante participación en la política, algunos de ellos con peor suerte murieron honrando sus ideas, tal es el caso de: los esclavos Matías Pedroza y Margarita España por su participación en el movimiento de Gual y España delatado en 1797. El generalísimo Francisco de Miranda encarcelado para seguir hacia Puerto Rico y Cádiz su destino final. El 30 de junio de 1812 el Tte. Francisco Vinoni Fernández, traiciona la confianza de Bolívar, perdiéndose el parque allí existente, a pesar de las acciones durante seis días por recobrar la más importante plaza en Venezuela. El general porteño Bartolomé Salóm y monseñor Ramón Ignacio Méndez presos en 1812; Vicente Salias autor de la letra del glorioso Himno Nacional allí fusilado el 17 de septiembre de 1814. La logística española para el sostenimiento de las fuerzas enviada desde Cuba y Puerto Rico llegaba a Puerto Cabello, por eso existía una orden real de realizar operaciones cercanas para no perder el importante y último bastión. Derrotadas las fuerzas realistas en Carabobo el 24 de junio de 1821 al mando del general Miguel de la Torre y Pando, la retirada organizada desde el glorioso campo, los moviliza hasta su último refugio en Puerto Cabello; Por órdenes del Libertador sería sitiado por el coronel Antonio Rangel. El 14 de abril de 1823, Páez inicia el penúltimo sitio de Puerto Cabello; el 7 de octubre de nuevo sitia la fortaleza, y La noche del 8 de noviembre de 1823 las fuerzas del "Centauro", capturan los trincherones aledaños al castillo derrotando al general Sebastián de la Calzada; el día 10 se rinde el último reducto que ocupaba el castillo San Felipe, procediendo la retirada hacia España el 16 de noviembre con bandera desplegada y a tambor batiente, vencidos mas no humillados. Denominado castillo Libertador a solicitud del coronel Ramón Ayala al general Páez el 17 de mayo de 1824; por las situaciones mencionadas notamos que esta instalación sirvió únicamente de lugar de encierro y martirio de tantos venezolanos que ofrendaron sus vidas, de allí que la mayoría de los historiadores se oponen a esta denominación, aceptando su nombre inicial de castillo San Felipe. En la época dictatorial de Juan Vicente Gómez, muchos dirigentes políticos, pasaron años en esos lúgubres calabozos, entre ellos: Andrés Eloy Blanco, José Rafael Pocaterra, Raúl Leoni y Jóvito Villalba. Andrés Eloy Blanco "El poeta del pueblo" en su famoso discurso ofrecido en el acto de lanzar al mar los grillos utilizados en el castillo San Felipe, en febrero de 1936 dijo: "Hemos echado al mar los grillos. Y maldito sea el hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla de hierro en la carne de un hijo de Venezuela".

(*) Gral. de Bgda
eumenes7@gmail.com

Historia y Tradición

Bandera venezolana

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Automóviles de los 40

Automóviles de los 40