Carlos Maldonado-Bourgoin
En 1897 se reunió en Basilea el Congreso Sionista.
Los
Protocolos de los Sabios de Sión y los peligros judío-
masónicos, avivaron
especulaciones sobre perversos
planes para conquistar el mundo.
La leyenda de Miranda masón fue forjada por
historiadores sureños para quitarle las glorias a
Bolívar, sustentan unos.
El historiador venezolano Mons. Nicolás Navarro -como
punto de honor- se propuso probar que Simón Bolívar
no era masón. Algo parecido
acontece con Francisco de
Miranda, Protolíder de la Independencia
Americana, de
eximirlo de esta supuesta “falta o culpa”.
Famosa es la frase de Quevedo “Poderoso
caballero es don dinero”. El caraqueño Miranda, sin poder político, religioso
o económico, se desenvolvió, conoció y trató con gente importante más que
cualquier otro paisano sudamericano. Cuáles dones y facultades tuvo el criollo:
luz propia, magnetismo y jerarquía humana, su “vida causa asombro, pues parece sacada de las páginas más dramáticas de
los héroes de Plutarco”.
Es iluminativo en la órbita de la complejidad de esta vida, su
afiliación a la
francmasonería. Quienes han estudiado el tema, se limitan a
vagas menciones. Pero, a la luz del análisis de momentos en su vida política y
social, lo masónico es lo que encaja. Se ha subestimado este aspecto en la vida
de Miranda, a falta de fuentes primarias. Uno de los perfiles de la masonería
es “el secreto y el juramento”. Miranda en su Archivo, tan abierto a temas como el sexo, chichisbeos, y demás,
jamás escribe que es masón.
No hay pruebas escritas y fuentes testimoniales que constaten la
iniciación masónica de Francisco de Miranda. Pero hay suficientes indicios que
lo señalan de manera recurrente. En primer lugar, los masones se conocen y reconocen
entre sí, y todos los “iniciados” que trataron a Miranda tanto en el Viejo
Mundo como en América lo reconocían “como tal” [1].
El temple y el carácter de Miranda, confirmado además por sus actuaciones,
hablan de un hombre libre, sin dogmas y sin compromisos, que actuó conforme a
los dictados de la conciencia y con los principios de la moral universal.
Algunos autores se preguntan el sitio donde Miranda pudo haber
comenzado a interesarse vitalmente por la masonería. ¿Cádiz, Gibraltar,
Virginia, Filadelfia, Londres o París? En Gibraltar, conoció Miranda
a John Turnbull, y en Cádiz continuaron ellos la fraternal amistad que será
para toda la vida. El poderoso comerciante fue uno de los que le dio crédito a
Miranda para sus viajes y proyectos, y al final planeó la fuga frustrada de
Francisco de Miranda de La
Carraca, en 1816.
En el Siglo de las Luces ser masón era una honra, a
la orden ingresaron reyes, príncipes, científicos, intelectuales, políticos
reformistas, sacerdotes y papas, como lo comprueba un prestigioso historiador
jesuita[2].
La iniciación en las Logias se
hacía según el Rito Escocés antiguo y aceptado, como un modo de resguardo y
protección de las minorías, a pesar de que las leyes papales de 1738 y 1751 las
prohibían.
Durante la permanencia de Miranda en Jamaica adquiere cerca de 200
libros, entre ellos libros masónicos[3].
Después de servir exitosamente a España durante tres años como Edecán y
Canciller del Gobernador de Cuba, General Juan Manuel Cagigal, “la
Inquisición, la
política monárquica y la envidia” se juntan contra Miranda y contra su
superior, a raíz de la actuación de inteligencia militar. En trance de ir ellos
a dar la cara a la Metrópoli,
la fragata en la que viajan debe refugiarse en el puerto de Matanzas por
averías. Allí Miranda fue advertido por unos masones de que su orden de
aprensión era inminente, razón por la que huye en la balandra “Prudente” a los
Estados Unidos de América
Durante su periplo europeo (1785-1789), Francisco de
Miranda, además de visitar anotaba lo digno de ser reseñado: museos, galerías y
monumentos,… gabinetes científicos, bibliotecas y librerías. En Noruega, en
Cristianía, visitó una fortaleza y la Logia Masónica. En
Dinamarca, en Marstrand, examinó otra Logia Masónica y las fortificaciones[4]. Su
interés por conocer en los viajes los templos y las instituciones benéficas que
mantienen los masones es otro indicio más de la admiración o curiosidad por la orden.
A las logias no entran profanos sólo masones, excepto en “tenidas blancas”. En
Suecia, Miranda viaja de incógnito y es nuevamente salvado de ir a prisión por
su presunta afiliación masónica.
Podríamos extendernos contando el sinnúmero oportunidades
que a Miranda le sacaron “las castañas del fuego” los masones. Las veces que
sin mayores requisitos y ambages le reciben, como el caso del compositor Franz
Joseph Haydn -padre de la música
instrumental-
vinculado a la casa Esterházy, a quien
la organización masónica Concert de la Loqué Olympique,
fundada en 1780, le encarga seis nuevas sinfonías.
El Libertador de Chile Bernardo O´Higgins y reconocidos autores como
Benjamin Vicuña Mackenna (1881), Bartolomé Mitre (1874) o Jules Mancini (1912),
e historiadores de la francmasonería como Jorge Pacheco Quintero (1943), Julio
Hoeningsberg (1944) y el mismo Américo Carnicelli (1970), refieren la
coincidencia de doctrinas y objetivos a seguir en la independencia
iberoamericana relacionándolo con el Oriente mirandista. Pudiera ser impreciso
y hasta exagerado el papel que tuvo Miranda en todo este movimiento junto a la
red de conspiradores liberales-republicanos, en los que las sociedades
patrióticas, los grupos de opinión y promoción de ideas no necesariamente
tenían que ser masónicos, pero sí inspirados en la Logias. (Algunos
historiadores han soslayado toda esta interesantísima información, sustentando
que a mediados del siglo XIX fue forjada por historiadores especialmente
sureños para quitarle las glorias a Bolívar). Un correo capturado por un
corsario en 1811 da noticias de estos grupos conspirativos, y Aimé Bonpland en
su Archivo, señala a Londres como el
campamento de los insurrectos contra España y Portugal. Allí, ¿quien había
vivido hasta 1810?, la respuesta es Francisco de Miranda[5].
[1] Helio
Castellón/Francisco
Castillo: Quién es
quien en la Masonería
venezolana, Caracas, 1974; Edgar Perramón Q., “Miranda y la Masonería”, en Lo que leyó Miranda. Lecturas escogidas
por Efraín Subero. Gran Logia de Venezuela, Res:. Log:. «Sol de Miranda» Nº
204, Instituto Autónomo de Cultura del Estado Miranda. Caracas, 2001; Jorge Pacheco
Quintero: La Masonería en la Emancipación de
América (Aspecto Colombiano). Librería Editorial La Gran Colombia, Bogotá, 1943, y
otros.
[2] José Ferrer Benimeli. Los archivos secretos vaticanos y la Masonería. Ediciones Universidad Católica Andrés Bello, Instituto de Investigaciones
Históricas, Caracas, 1976.; ____.Masonería española contemporánea, Vol.
1, (1800-1868). Siglo Veintiuno de España Editores, Madrid, 1980; y otros.
[3] Catalogue
of Books for Don Franº de Miranda, Kingston, Novr. 15th,
1781: Ilustration´s of Masonry 12mo,
Equipaje de La Havana,
Febrero de 1783, Constitutions of free
& accepted Massons. –4º, en Colombeia,
tomo III, folios 183-184 y en Colombeia,
Viajes, tomo IV, fo. 280 vo.; ver a Pedro Grases, Advertencia
Bibliográfica, Los Libros de Miranda,
Colección Anauco, Casa de Bello, Caracas, 1994.
[4] William Spence Robertson. La Vida de Miranda. Edición
del Banco Industrial de Venezuela. Caracas, 1982, p. 69.
[5] Ver
a Benjamín Vicuña Mackenna, Vida del Capitán General Don Bernardo O’Higgins,
Santiago de Chile, Ed. del Pacífico, 1976, p.73; Archivo de Bonpland, T. IV. Londres cuartel general europeo de
los patriotas de la emancipación americana. Trabajos del Instituto Nacional
de Botánica y Farmacología. Julio A. Roca. Buenos Aires, editorial Coni. 1940,
pp. 7-8; y Julio Guillén, “Correo insurgente de Londres capturado por un
corsario puertorriqueño. 1811”, en: Boletín de la
Academia de la
Historia. N° 63, Santiago, 1960. pp. 125-155. Agradezco al
historiador belga Christian Ghymers las dos últimas referencias que contribuyen
a esclarecer tan discutido tema.
1 comentario:
Interesante, muy buena redacción. Perdura en el tiempo su publicación comentandola 8 años después.
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