Dra.
Claudia Antonieta Blandenier Bosson de Suárez*
Nuevamente, la representación de todos los
patólogos venezolanos, le hace honor a uno de sus más preclaros exponentes,
dándole el nombre de Blas
Bruni Celli al Congreso de Anatomía Patológica que ha de
efectuarse en noviembre de este año, en la isla de Margarita. Hoy en día, opino
que las palabras que el Dr. Blas
Bruni Celli expresó en su discurso de instalación de las
Jornadas de Anatomía Patológica "José A D’Odaly" en octubre de 1986," se le aplican a el mismo. En
aquella ocasión dijo: La Directiva de la Sociedad Venezolana
de Anatomía patológica ha tenido un gesto de generosidad y justicia en designar
con ese nombre a estas jornadas",
Antes de decidirme a escribir estas notas sobre
este hombre ilustre, dudé y me acogí al consejo de otros colegas, quienes me
animaron a hacerlo. Me parecía no merecer tal honor, ya que toda la familia
médica e intelectual venezolana y de muchos países, lo conoce, ha leído sus
obras, trabajos científicos, libros, capítulos de libros, es decir, su
producción es de tal vastedad que es prácticamente imposible de plasmar en unas
sencillas páginas. El Dr. Bruni Celli no se conformó en ser uno de los más
brillantes médicos que ha tenido nuestro país. Es filósofo, historiador y
escritor de numerosas obras en estas disciplinas. Actualmente, Doctor en
Filosofía con la obra "Inteligencia y necesidad en la Biología del
TImeo".
El Dr. Bruni Celli, con los títulos de
médico-cirujano, patólogo, oftalmólogo y filósofo y doblemente doctor, se
desempeñó como docente en la Universidad Central de Venezuela y en otras
universidades. Fue profesor en las cátedras de: clínica oftalmológica,
histología, anatomía normal y de anatomía patológica de la Facultad de
Medicina; en esta última obtuvo el máximo escalafón de profesor titular. Fue fundador de la
Cátedra de Anatomía Patológica de la Escuela Vargas de Medicina y profesor de cursos
de posgrado de anatomía patológica, siendo director del mismo durante muchos
años; igualmente se desempeñó como profesor de histología y de anatomía de la
Facultad de Odontología, ocupando la jefatura en ambas cátedras; En la Escuela
de Filosofía, fue profesor accidental y en la Facultad de Humanidades y
Educación, aún imparte enseñanza. En otras universidades es "Profesor
Simón Bolívar de Cambridge", Inglaterra. Como se comprueba, su vida académica
fue impecable y alcanzó todos los escalafones previstos, culminando su obra en
1966, cuando inauguró el Instituto de Anatomía Patológica del Hospital Vargas
que había sido fundado por él.
Pertenece a 16 Academias y es miembro de 11
Sociedades Científicas destacándose como miembro fundador de varias de ellas,
entre las cuales, las Sociedades: Venezolana de Anatomía Patológica que hoy lo
honra, de Oftalmología y de Oncología. Es Miembro Titular de: la Academia Panamericana
de Historia de la Medicina; Individuo de Número de: la Academia Nacional
de Medicina (Sillón XV); Academia Nacional de la Historia (Sillón letra K);
Asociación Latino-americana de Academias Nacionales de Medicina; Academia de
Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Sillón XI); Miembro de Número de la Academia Internacional
de Patología; de la
Academia Venezolana de la Lengua, correspondiente de la Real Española (Sillón
letra M). Miembro Correspondiente de: la Academia de Medicina
del Zulia; de la Real
Academia de la Historia de Madrid, España; Academia
Puertorriqueña de la Historia; Academia Nacional de Historia de la República Argentina;
Academia Boliviana de la Historia; Academia de Geografía e Historia de
Guatemala; Academia Dominicana de la Historia; de la Real Academia Española
de la Lengua y Miembro Honorario de la Academia Portuguesa
de Historia, Portugal.
Ha recibido numerosos premios y menciones
honoríficas y más de una decena de condecoraciones entre las cuales destacan: la Orden Universidad Central
de Venezuela. Única clase, Orden Francisco de Miranda, Orden Mérito al Trabajo
y Medalla de la Salud "José Ignacio Baldó", Primera Clase, entre
otras.
Ha publicado 119 trabajos científicos y otros
de divulgación médica. Prácticamente todos los temas de la anatomía patológica
fueron investigados y reportados por él, especialmente 33 trabajos sobre
patología gastrointestinal (glándulas salivales, biopsias gástricas, biopsias
hepáticas, patología del colon, pólipos rectales bilharzianos, etc.) y es el
pionero en esta subespecialidad en nuestro país. Igualmente, su producción en
patología oftalmológica es abundante. Fue el primer patólogo venezolano que
estudió el problema de la miocarditis crónica en el país en series grandes de
autopsias y el autor que más ha publicado sobre la patología cardiovascular de
la fiebre reumática en Venezuela. Llama la atención su interés sobre un tema
prácticamente ignorado por los patólogos: patología iatrogénica. Publicó varios
trabajos sobre este importante campo.
El Dr. Bruni Celli no sólo presentó numerosos
trabajos en congresos nacionales e internacionales y otros eventos científicos
médicos, sino en los de otras disciplinas, en el medio de historiadores y
filósofos. Su repertorio oratorio es inacabable, comprende: discursos
pronunciados en el Palacio de las Academias, en las diversas Academias de que
es miembro (n = 64); discursos de Instalación de varias Jornadas de Anatomía Patológica
(XI, XII, XIV) y del XVII Congreso Latinoamericano de Patología de Caracas por
él presidido (1989); discursos de orden en eventos de diversa índole, etc. Ha
publicado numerosas obras: trabajos de historia y literarios (n = 53), Prólogos
de libros (n = 14), comentarios bibliográficos (n = 23), In memoriam, oraciones
(n = 12). Destacan por su importancia sus libros sobre trabajos
históricos(n=26): entre ellos tenemos: Historia de la Facultad Médica de
Caracas; Rafael Rangel; Estudios históricos; Catálogo Donación Villanueva a la Academia Nacional
de la Historia; Los secuestros en la guerra de independencia; Coeditor de las
Obras Selectas de Egidio Montesinos; Actas de la Sociedad de Ciencias Físicas y
Naturales de Caracas (1867-1878, Compilación y estudio preliminar; Venezuela en
5 siglos de imprenta; Bibliografía Hipocrática; Fray Juan Antonio Navarrete,
Arca de Letras y Teatro Universal entre otros. No me detendré en enumerar todos
los cargos asistenciales que ocupó, entre ellos, la cartera del Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social (1973-74), ya que considero que no harían sino
realzar la labor desempeñada.
El Dr. Bruni Celli, es un admirador
incondicional del Dr. José María Vargas, devoción que demostró publicando
numerosos trabajos, discursos y ediciones para exaltar la memoria de este
ilustre médico, hecho que culminó en 1966, cuando entregó las Obras Completas
del Doctor José María Vargas contenidas en 7 volúmenes obra de gran magnitud
que sólo gracias a su abnegación, espíritu investigador se pudo realizar como
lo expresó el Dr. Oscar Beaujon en aquella ocasión.
El Dr. Blas Bruni Celli es
oriundo de Anzoátegui, bellísimo y apacible pueblo agricultor, capital del
municipio del mismo nombre, del Distrito Morán en el Estado Lara. En esta aldea
sencilla del interior del país, el Dr. Bruni Celli y sus hermanos recibieron de
sus padres, una enseñanza llena de principios morales y una sólida educación
dirigida a forjar la disciplina y amor al trabajo. Como nos sucede a muchos
hijos de inmigrantes, supo del valor de recomenzar una vida en un país lejano;
conoció el sabor amargo de la nostalgia más allá de los océanos que sentían sus
progenitores, de ellos, también, aprendió a amar a familiares y a paisajes
distantes como fantasmas en la lejanía y a pasar las Navidades fuera de la
patria familiar.
Aprendió sus primeras letras en su pueblo natal
y posteriormente en la
Escuela Federal "José Gregorio Hernández" de El
Tocuyo. Mantiene una ferviente devoción por su terruño tocuyano que ha
expresado en varias obras escritas sobre su historia y personajes. Culminó sus
estudios de secundaria en el Colegio La Salle de Caracas en 1944. En 1950,
obtuvo el título de Médico Cirujano y el grado de Doctor en Ciencias Médicas.
Dos años más tarde recibió el Diploma de Médico Oftalmólogo. Pero la Divina Providencia
le tenía destinado otro camino: la anatomía patológica, en el Hospital Vargas
junto a sus maestros, los Dres. José Antonio O’Daly y Rudolf Jaffé. Una de las notas
más relevantes de su vida profesional y que le confiere más valor a su obra,
fue el haberse formado casi totalmente en su país, su querida Venezuela.
Considero que lo expuesto anteriormente es
fruto de las virtudes humanas que posee el Dr. Bruni Celli, las que ha
desarrollado durante su larga vida en forma constante. Trataré de expresar lo
que siento por esta persona, un venezolano que hizo tanto bien en su vida y que
lo sigue haciendo. Aunque no fui discípula directa del Dr. Bruni Celli, el fue
para mí, desde los años de mi aprendizaje como anatomopatólogo, un profesional
ejemplar. Existen personajes en el ámbito en el que nos desenvolvemos, que
marcan en nuestras mentes juveniles, unas huellas imborrables. Esto fue lo que
me sucedió en el tiempo de mi iniciación en el campo de la patología, cuando lo
conocí por vez primera en unas Jornadas de la Sociedad Venezolana
de Patología, por los años 65 ó 66. Me llamó la atención, su sencillez, su
porte digno, de buen ver, sin los gestos ni el lenguaje petulante o
dicharachero propio de los vanidosos y superficiales. En aquel entonces estaba
a la cabeza del Servicio y Cátedra de Anatomía Patológica del Hospital Vargas.
Sabíamos que nuestro maestro común, el Dr. José Antonio O’Daly, antes de dejar el
servicio, se lo había encargado encarecidamente. En ese recinto, rodeado de
discípulos quienes con el devenir llegaron a ser patólogos muy buenos y a
ocupar puestos de gran responsabilidad y relevancia, tales como Salvador
Mijares, Nelson Hamana,
Elio Casal, Enio Ferreira, Gilberto Berríos, Héctor Vega, Atahualpa Pinto, Renato
Olavaria y otros, constituyó el grupo de anatomopatólogos de la escuela de
patología del Hospital Vargas, continuando de esta manera la labor iniciada en
1934 por el maestro O’Daly.
Posteriormente, en dos ocasiones el Dr. Bruni
Celli, fue jurado de la defensa de las tesis de mi ascenso en el escalafón
docente y de investigación de la Facultad de Medicina. Allí demostró ser
tolerante y un maestro que no tiene resabios en reconocer los esfuerzos que
realizan sus colegas más jóvenes. En las ocasiones que pude tratarlo, nunca
demostró sentimientos negativos como envidia, mala voluntad, negatividad en sus
apreciaciones, cinismo, burla o frases de doble sentido, porque en realidad es
un hombre de bien. Aún más, en una ocasión, se desplazó personalmente para hacernos
entrega de un documento importantísimo y crucial para establecer la
responsabilidad de la fundación del Instituto Anatomopatológico de parte del
maestro O’Daly. El Dr. Bruni Celli con una maravillosa
previsión y orden durante cuarenta
años, había guardado tal pliego en su biblioteca y demostró un desprendimiento
magnánimo al hacérnoslos llegar al Dr. Atahualpa Pinto y a mí. Esta
descripción, ilustra una vez más, la personalidad del Dr. Bruni Celli.
Actualmente publica el Catálogo de su biblioteca (Bruniana) que dispone de 7
incunables y 2 000 obras.
También llenan mis recuerdos, la figura esbelta
y sencilla de Mafalda, su esposa, apoyo incondicional, tesoro silencioso de
amor conyugal. Ejemplo para las esposas de los nuevos tiempos. Fruto de ese hogar
surgieron 4 profesionales relevantes, dos de ellos también anatomopatólogos
reconocidos y nietos, quienes a su vez siguen los mismos caminos. Su familia
unida es el premio más valioso de su conducta como esposo, padre y abuelo
ejemplar.
Durante toda su vida repercutirían en él los
sentimientos humanos más nobles que puede tener una persona: la gratitud y una
conducta ética. En su discurso de incorporación como Individuo de número de la Academia Nacional
de Medicina, alertaba sobre "la misión de la educación y la superación
espiritual de los pueblos "y "a los medios difusores del pensamiento
como la prensa diaria, la radio y la televisión, como elementos estos que para
cumplir cabalmente tal objetivo deben someterse a una ética muy rigurosa".
Al final de su alocución advirtió:" Nadie puede dudar que la felicidad
futura de la humanidad estará basada en la correcta utilización de sus recursos
científicos".
Para finalizar esta semblanza, traigo a
colación uno de los puntales de su conducta, emitido en un discurso"...Siempre
he tenido un gran orgullo de haber sido leal con mis maestros y si bastante
suerte y triunfos he tenido en la vida y en la profesión, lo debo a que he
practicado activamente el ejercicio de la gratitud para aquellos que me dieron
un respaldo y una oportunidad en un momento dado de mi vida". "En un
foso del olvido, de infelicidad y de miseria moral estarán siempre aquellos que
nunca han sabido agradecer..."
Desde estas líneas, felicitamos a este gran
hombre y a su familia, le auguramos unos días de plena dicha en este congreso
donde exalumnos y patólogos le tributarán su admiración y orgullo por
representar tan plenamente, nuestra patología nacional.
© 2013 Academia
Nacional de
Medicina
Academia Nacional de Medicina, Palacio de las Academias. Bolsa San Francisco-Caracas 1010-Venezuela
http:/www.anm.org.ve
Academia Nacional de Medicina, Palacio de las Academias. Bolsa San Francisco-Caracas 1010-Venezuela
http:/www.anm.org.ve
*
Gaceta Médica de Caracas
versión impresa ISSN 0367-4762
Gac
Méd Caracas v.113 n.4 Caracas dic. 2005
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