sábado, 31 de enero de 2015

POR LA DELACIÓN DE SU SIRVIENTE CAPTURARON AL GENERAL JOSÉ FÉLIX RIBAS: Bicentenario del asesinato del prócer en Tucupido

   Oldman Botello*


    El general José Félix Ribas Herrera, -siempre se escribió con b grande, pero sus hermnos, que fueron varios, lo hacían como en la actualidad, con v- tío político del Libertador al desposar a una hermana de doña Concepción Palacios de Bolívar, se fue al Oriente del Guárico en búsqueda del general Pedro Zaraza que andaba por esos rumbos. Solo andaban con él un sobrino, un esclavo o paje de Ribas y Concepción González, de Valle de la Pascua, que había sido esclavo de doña Juana González de Hoyo y Arzola, dama de muchas campanillas en Valle de la Pascua, quien se lo cedió a don José Tomás Hernández González, su ahijado y prominente realista que más adelante emparentaría con la familia del general Zaraza.
     Desde La Chaguaramita, lugar cercano al hato, luego pueblo de El Socorro, se dispersó el grupo mayor temerosos de la presencia de partidas realistas. Por alguna delación, el bandido realista Lorenzo Figueroa (a) Barrajola, teniente justicia mayor de Tucupido, “zambo claro de elevada estatura, vestía de chaqueta y andaba a grandes zancadas”, tuvo información de la presencia del general Ribas en el área. Ribas y sus acompañantes siguieron por la misma ruta, pasaron por el hato El Socorro y se dejaban ver de todo el mundo, imprudencia tanto de Ribas como del supuesto guía Concepción González, tal vez ex profeso. Se detuvieron en un vecindario llamada Las Vacas, cerca de Jácome al sur de Valle de la Pascua, a unos dieciséis kilómetros de este último punto. El general venía delicado, con fiebre y aprovechó el alto para enviar a González al pueblo a comprar medicinas y algunos alimentos. Allí pasó a saludar a su familia, los Hernández que comenzaron a mofarse titulándolo “general patriota”; todo el mundo en el pueblo supo de la presencia de Concepción González y también las autoridades.
   Una moneda conque pagó en una pulpería lo hizo sospechoso porque ningún esclavo podía cargar oro. Lo detuvieron y torturaron y confesó que el general Ribas estaba en el monte esperándolo. Debemos señalar que no se sabía en la zona que el general Ribas permanecía por allí. Se llevaron por delante a González amarrado y con un piquete de soldados y vecinos reclutados; llegaron al sitio donde se hallaba Ribas a quien encontraron durmiendo, pues era de noche. Lo trajeron a Valle de la Pascua a la casa de Juan González Padrón en La Vigía donde permitieron a Ribas afeitarse. Hasta allí llegó Barrajola, quien se hizo dueño de la situación y ordenó el traslado del preso a Tucupido pues afirmaba que su jurisdicción llegaba hasta La Vigía y también porque decía que Valle de la Pascua era un pueblo patriota y no estaba seguro el prisionero.
    El paje y el sobrino de Ribas fueron muertos en La Vigía. Corrían los primeros días del mes de enero de 1815. El 31 de enero le formularon un remedo de juicio donde Barrajola hizo de juez, José Tomás Morales (a) Moralote, hombre de color y analfabeta, ofició de abogado con un misal y lanzando lenguaradas en supuesto latín y como acusadores Serafín Gutiérrez, asesino crudelísimo y otro bandido, Manuel Arango. Fue condenado a muerte por fusilamiento lo que se verificó ese mismo día. Accionaron los fusiles Moralote, Manuel Arango y Serafín Gutiérrez, todos hombres de confianza de Lorenzo Figueroa, Barrajola.  La cabeza fue despojada del tronco y frita en aceite llevada a Caracas donde permaneció varios años en una jaula en la salida por el camino de los españoles en La Pastora
     De la muerte del vencedor de los tiranos en La Victoria se conmemoran 200 años el 31 de enero.
                                                               oldmanbotello@hotmail.com
                                               *Cronista del municipio Girardot del estado Aragua

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