El pintor
Armando Reverón vivió en Valencia
Eumenes Fuguet
Borregales (*)
Armando Reverón,
excéntrico pintor con un estilo propio relacionado con el paisaje y el desnudo,
conocido por haber llevado una vida de ermitaño en Macuto al lado de su
inseparable Juanita Ríos, nace en Caracas el 10 de mayo de 1889; hijo de Julio
Reverón y Dolores Montilla; por incompatibilidad de sus padres, vivió en
Valencia con la familia Rodríguez Zoca, residenciada cerca del antiguo cuerpo
de bomberos sector El Pajar, completada la educación elemental con los hermanos
salesianos, su tío abuelo Ricardo
Montilla con estudios de dibujo realizado en Nueva York, estimula al joven
Armando a interesarse por las artes plásticas.
En Caracas es inscrito en la
Academia de Bellas Artes en 1908 a cargo de maestros de la calidad del
valenciano Antonio Herrera Toro y Emilio Mauri. Gracias a su
interés y formación adquirida, obtiene en 1908 una beca para estudiar en
Barcelona-España en la Escuela de Artes y oficios. Regresa a Venezuela en 1912
para volver a España a los pocos meses; en Madrid estudió en la conocida
Academia de San Fernando. Pasa a París donde realizará una corta pasantía de
seis meses. Su estada por Europa le permitió conocer a pintores de renombre y
a perfeccionar su estilo artístico.
De
vuelta en Venezuela en 1915 estará en el Círculo de Bellas Artes. Los
estudiosos le clasifican su vida en tres períodos según el color empleado,
primero el azul en Caracas a partir
de 1918 por inspiración del pintor ruso Nicolás Ferdinandov, desarrolló una
intensa actividad pictórica, utilizando colores oscuros, eléctricos y sombríos,
Reverón con ese estilo pinta “La Cueva". En
1920 expone doce obras en los salones de la antigua Universidad Central de
Venezuela, que muestran sus primeros
temas sobre Macuto, comparten espacios con los trabajos de Federico Brandt,
Rafael Monasterios y del carismático Ferdinandov, quien aseguraba que: “Reverón era el Dios de los pintores”.
En
1921 decide trasladarse a Macuto donde el sistema de vida estará regido
por su compenetración con la naturaleza,
de tal forma que era normal verlo semi desnudo, con los oídos tapados, aislado
del mundo exterior; rodeado de animales especialmente monos a quienes llamaba “Pancho”; viviendo en una choza rodeada de
cocoteros y uva de playa, luego en una
casa en forma de castillo construida por él entre 1922 y 1924, utilizando rocas
de la playa; los vecinos la conocían como El
castillete. Conoce en 1921 a Juanita Ríos, su futura compañera y
modelo de toda su vida, quien le posará desnuda en varias
ocasiones.
Sus obras iniciales viviendo frente al mar fueron de carboncillos,
se ayudaba económicamente dando clases particulares a los jóvenes del litoral
guaireño; pintaba descalzo para recibir la fuerza de la tierra, en ese
aislamiento vivirá treinta y tres años hasta
su muerte.
La exploración visual de los
efectos de la intensa luz del trópico lo llevó a partir de 1923, a emprender la
parte de su obra conocida como la Época
Blanca, fue un período de transición en su trabajo pictórico de gran aporte
a la pintura. Es el período más importante y característico de su producción, y
en el cual evolucionó totalmente la teoría del valor de la luz tropical,
aportando un nuevo concepto de la acción alteradora que ejerce en los colores
la intensidad luminosa
En 1936 se inicia su época
sepia en el cual utilizaba ese color de la tela, utilizando coletos; los
marcos de los cuadros los elaboraba con trozos de cocoteros. Empieza a elaborar muñecas de
trapo tamaño natural que colocaba en su casa cual visita que lo acompañaba. En
1945 es internado por primera vez en un psiquiátrico caraqueño, al salir aumenta su producción de desnudos y autorretratos,
a partir de 1949 se observa una menor producción pictórica, a la vez que se
centra en la técnica del dibujo, el extraordinario artista no disponía de
recursos económicos para comprar los
materiales.
En 1953 Reverón recibe los premios: Nacional de Pintura en el Salón
Oficial Anual de Arte Venezolano, "Federico Brandt" y "John
Boulton". Su médico psiquiatra el
Dr. J. M. Báez Finol dijo de él: "Reverón siempre fue un
esquizofrénico". Consideraba que la fiebre tifoidea que el artista padeció
en Valencia en 1912 y la muerte de su madre, acaecida en 1943, fueron los
episodios más determinantes de su perturbación mental”. . Con leve mejoría de salud, continuó
pintando con carboncillos retratos de quienes lo atendían y del ambiente del hospital, su última obra fue
el “patio del sanatorio”. Fallece el 19 de septiembre de 1954; su castillete, convertido en museo quedó destruido con la tragedia de
Vargas el 15 de diciembre de 1999. Se escogió el día de su nacimiento como el “DIA DEL ARTISTA PLASTICO”.
(*) Gral. de
Bgda.
eumenes7@gmail.com
Historia y Tradición
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