Eumenes Fuguet Borregales (*)
En los albores del siglo XIX, las
colonias españolas a través de los movimientos emancipadores, entre ellos la
Rebelión de los Comuneros del Socorro en marzo de 1781, la invasión francesa a
España en mayo de 1808, la Rebelión de Quito en 1809, el movimiento caraqueño
del 19 de abril de 1810 y el movimiento revolucionario de Cartagena en mayo de
1810, despertaban del letargo de trescientos años de presencia ibérica. Inspirados
por nuestro Precursor Francisco Miranda, quien nos dejó la bandera de la
redención y sus ideas inspiradas en los nobles postulados de la revolución
francesa de libertad, igualdad y fraternidad,
Los pueblos aspiraban gobernarse
por sí mismos.
En Santa Fe de Bogotá capital del virreinato de la Nueva
Granada, se realizaban reuniones secretas con los principales promotores del
movimiento emancipador, figurando entre ellos: Francisco José Caldas, Camilo
Torres, Joaquín Camacho, José Acevedo Gómez y Francisco Morales, Recordemos que
el sacerdote chileno José Cortes de Madariaga, había salido de Caracas hacia
Bogotá en comisión de la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando
VII, para informar sobre el movimiento del 19 de abril de 1810.
La oportunidad
se presentó cuando en Bogotá se planificó para el 1ro de agosto en la lujosa
residencia de don Pantaleón Santamaría, un banquete en honor al Comisionado Regio de España, procedente de
Cádiz, el capitán de fragata Antonio Villavicencio, ecuatoriano, futuro prócer
de la Independencia. Durante el mes de junio se iniciaron en diferentes casas
reuniones clandestinas para coordinar la histórica actividad; una de las más
importantes se realizó en el Observatorio Astronómico de Bogotá, cuyo director
era el sabio Francisco José Caldas (1768-1816), conocidas como: “Las
Juntas del Observatorio”. El día y
la noche del 19 fueron de constantes movimientos. A las nueve de la mañana del
20 de julio, don Joaquín Camacho se presentó en la residencia del virrey
Antonio José Amar y Borbón, cargo que ocupaba desde 1803, exigiéndole la
instauración de una Junta de Gobierno; al poco tiempo se presentó Luís de Rubio
en la tienda del comerciante español José González Llorente, para pedirle en
calidad de préstamo “un gran florero”, que
adornaría el centro de la mesa en la
recepción prevista al Comisionado. González sin negarlo y debido a la trama
montada, recibió improperios por parte
de los hermanos Francisco y Antonio Morales. Motivados por José María
Carbonell, se aproximaron a la tienda muchos bogotanos comprometidos y curiosos,
que se encontraban realizando compras en el mercado principal ubicado en la
Plaza Mayor, hoy Plaza de Bolívar, al grito de: ¡Mueran los Chapetones¡ (soldados recién llegados de España).
Esta situación planificada originó saqueos a las propiedades de las autoridades
españolas. En horas de la tarde la creciente multitud llena de euforia,
solicitaba la urgente instalación de un Cabildo Abierto; el virrey, ante la
presión de la multitud, a la cual se plegó el Batallón Auxiliar del teniente coronel José María Moledo, manifestando no
emplear las armas contra el pueblo, accedió a convocar a un Cabildo Extraordinario, pero no Abierto.
La fogosidad del sentimiento nacional motivó a José Acevedo a arengar al pueblo
bogotano diciéndole: “Si perdéis este
momento de efervescencia y de calor, si dejáis escapar esta ocasión única y
feliz, antes de dos horas seréis tratados como insurgentes”.
La
indeclinable voluntad de ser libres dio como resultado, que a las seis de la
tarde del glorioso viernes 20 de julio de 1810, se declarara en el Cabildo Abierto la Independencia y la
redacción del Acta respectiva. Don José Acevedo Gómez fue designado por
aclamación como Tribuno del Pueblo. El 21 de julio se utilizó por primera vez
la expresión: “El pueblo soberano” de
manera pública, abierta y oficial. El 26 se redactó otra Acta declarando la
libertad absoluta de la Junta Suprema con relación al Consejo de Regencia de
España. Ese memorable día es depuesto y apresado el virrey Amar y Borbón,
enviado a Cartagena y embarcado a España. El primer presidente fue don Miguel
Pey de Andrade, designado el 20 de julio hasta el 27 de febrero de 1811. La
independencia definitiva de Colombia se logra el 7 de agosto de 1819 con la
batalla de Boyacá, ejecutada por nuestro Libertador. La casa de don José
González Llorente fue declarada el 20 de julio de 1960 “Monumento Nacional” y se le conoce como “La casa del florero” y también como “La Casa del 20 de julio de 1810”. Razón tiene el pensador ginebrino
Juan Jacobo Rousseau: “La libertad es un suculento alimento, pero de difícil
digestión”.
(*) Gral. de Bgda.
Eumenes@gmail.com
Historia y Tradición
@eumenesfuguet
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