Oldman Botello
El 5 de octubre de 1841 nació en San
Casimiro, el general Ramón Guerra Bonilla, hijo de sancasimireño de familias
fundadoras del pueblo y una dama de San Rafael de Orituco. Hace 90 años falleció,
el 3 de agosto de 1922, en Caracas, después de una vida de tranquilidad, primero
y luego de sobresaltos. Fue más guerrero que político y esto último lo llevó a
prisión en tiempos de Guzmán Blanco, de Cipriano Castro y de Juan Vicente Gómez
y los tres fueron sus amigos personales. Lo que se ignora es si esas prisiones
se justificaron o fueron producto de chismes y de gobernantes que los
escuchaban.
Ramón Guerra nació en humilde hogar, de padre vinculado al trabajo de la
tierra en el sitio de Suata Arriba. Luego el joven Guerra se hizo comerciante
con algunos rudimentos de escritura y de aritmética. Quienes han escrito sobre
su persona han manifestado que habría sido su maestro el padre Pablo Zamora Fonseca,
pero no creemos que mucho le haya enseñado este levita que era ignorantón como
él solo.
Nació en el credo conservador. Hombre apegado a la Iglesia como
corresponde al bucólico lar de su nacimiento, pueblecito hermoso de Aragua
arrebujado entre montañas y hoy pasto de la delincuencia. Así comenzó en la
guerra, primero reclutado por un ejército que se metió al pueblo. Tomó el
gustico por echar plomo y a poco lo vemos en asonadas de mayor aliento. Alcanzó
el grado de coronel casi sin proponérselo. Combatió al liberalismo y su vida
política y militar dio un vuelco cuando de conservador pasó al bando opuesto,
el liberal, de la mano del general Joaquín Crespo que fue su mentor político en
la nueva Causa. Fue en 1872 y en escuetas palabras, Crespo se lo informa al
general Guzmán Blanco, quizá sin advertir la importante adquisición para su partido y en
lo personal la significación de un gran aliado. Así se lo dice Crespo a Guzmán
el 21de marzo de 1872 desde Parapara: “Ramón
Guerra se me presentó y ha tomado servicio en el Ejército”. Lacónico mensaje
en una carta donde se trataban otros temas. Era un año de acechanzas para el
Gobierno guzmancista, el mismo año de la sublevación de varios jefes en el
centro del país, en el Guárico y especialmente el alzamiento del Chingo Olivo
que llevó al ejército hasta las costas de Arauca donde pereció, rematadas sus
huestes por las del general Crespo.
Desde ese año 1872 el general Ramón Guerra se incorporó decididamente al
nuevo orden de cosas. Con lealtad y disciplina. Se robusteció su fama como el
gran estratega militar de los últimos treinta años del siglo XIX. Lo demostró
al lado del general Crespo como su Jefe de Estado Mayor en la Revolución
Legalista de 1892. El ejército estaba disciplinado y con su sequedad, Guerra
imponía el orden, el respeto. El Murat venezolano, lo llamaron periódicos y
libros luego del triunfo de esa incursión guerrera que dio al traste con el continuismo
auspiciado por el Dr. Raimundo Andueza Palacio, “que se precipitó, como Heliogábalo,
en la cloaca”, al decir de José María Vargas Vila. A lo largo de su dilatada
carrera política fue desde jefe de guarniciones y ejércitos, presidente del
Guárico hasta ministro de guerra y Marina dos o tres veces y en tiempos del
general Gómez fue Presidente del Consejo de Gobierno, un grupo asesor del caudillo
donde estaban reunidos los principales jefes del país y que el pueblo caraqueño
comenzó a llamar a la chita callando “el potrero”. Fue su último cargo. En el
interregno de la lucha y la política proseguía en sus tareas como hacendado en
San Casimiro o cómodamente repantigado en su domicilio de Caracas, de Colón a
Dr. Díaz, en el centro de la ciudad, casa marcada con el número 30. Allí rindió
la jornada de la vida a los 80 años cumplidos. Casó en dos oportunidades, la primera
con la sancasimireña doña Emilia García
Iriarte, que murió de cáncer y luego con la calaboceña doña Rita García, con sucesión en ambos
matrimonios.
Ramón
Guerra fue por todo respecto el símbolo de una Venezuela siglo XIX plena de caudillos
grandes y pequeños, que a tiros dirimían sus disputas por linderos o tumbaban
gobiernos a su antojo.
oldmanbotello@hotmail.com
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