Eumenes Fuguet Borregales (*)
En el imperio español nunca se ocultaba el sol, era un decir en la época del rey Carlos V, se refería a la amplia extensión de sus territorios en el mundo. Con la finalidad de protegerse de las incursiones de piratas y corsarios, ordenaron construir en Hispanoamérica fortificaciones, utilizadas igualmente para almacenar los productos locales de exportación y la logística de los ocupantes. Eran grandes obras testigos de una época, algunas de ellas con el nombre de Felipe, en honor al rey Felipe de V de Borbón (1683-1746), se encuentran en: España, Guatemala, Colombia y Venezuela. A lo largo de la costa venezolana se construyeron importantes fortalezas de Oeste a Este, entre ellas: San Carlos a la entrada del Lago de Maracaibo, San Felipe en Puerto Cabello, San Antonio en Cumaná y San Carlos Borromeo en Pampatar. El ingeniero suizo Juan Amador Courten al diseñar y presentar en España los planos, es designado por orden real el 13 de junio de 1732 director de las obras del futuro fuerte San Felipe en Puerto Cabello. Llega en septiembre de ese año para iniciar la ejecución de los trabajos que durarán treinta meses; sería la más importante ciudadela construida en Venezuela. Courten se retira a España siendo relevado en 1736 por el ingeniero Juan Gañango Lescari; éste realiza unas mejoras a la construcción de forma pentagonal simulando una corona. La fortaleza tuvo su bautizo de fuego entre el 26 de abril y el 6 de mayo de 1743 por parte de la escuadra inglesa integrada por veintidós navíos al mando del comodoro Charles Knowles. La Compañía Guipuzcoana con más de cincuenta años de permanencia en Venezuela, utilizó el castillo como gran depósito de cacao, café y añil. En el castillo fueron encarcelados muchos paisanos que en diferentes épocas tuvieron relevante participación en la política, algunos de ellos con peor suerte murieron honrando sus ideas, tal es el caso de: los esclavos Matías Pedroza y Margarita España por su participación en el movimiento de Gual y España delatado en 1797. El generalísimo Francisco de Miranda encarcelado para seguir hacia Puerto Rico y Cádiz su destino final. El 30 de junio de 1812 el Tte. Francisco Vinoni Fernández, traiciona la confianza de Bolívar, perdiéndose el parque allí existente, a pesar de las acciones durante seis días por recobrar la más importante plaza en Venezuela. El general porteño Bartolomé Salóm y monseñor Ramón Ignacio Méndez presos en 1812; Vicente Salias autor de la letra del glorioso Himno Nacional allí fusilado el 17 de septiembre de 1814. La logística española para el sostenimiento de las fuerzas enviada desde Cuba y Puerto Rico llegaba a Puerto Cabello, por eso existía una orden real de realizar operaciones cercanas para no perder el importante y último bastión. Derrotadas las fuerzas realistas en Carabobo el 24 de junio de 1821 al mando del general Miguel de la Torre y Pando, la retirada organizada desde el glorioso campo, los moviliza hasta su último refugio en Puerto Cabello; Por órdenes del Libertador sería sitiado por el coronel Antonio Rangel. El 14 de abril de 1823, Páez inicia el penúltimo sitio de Puerto Cabello; el 7 de octubre de nuevo sitia la fortaleza, y La noche del 8 de noviembre de 1823 las fuerzas del "Centauro", capturan los trincherones aledaños al castillo derrotando al general Sebastián de la Calzada; el día 10 se rinde el último reducto que ocupaba el castillo San Felipe, procediendo la retirada hacia España el 16 de noviembre con bandera desplegada y a tambor batiente, vencidos mas no humillados. Denominado castillo Libertador a solicitud del coronel Ramón Ayala al general Páez el 17 de mayo de 1824; por las situaciones mencionadas notamos que esta instalación sirvió únicamente de lugar de encierro y martirio de tantos venezolanos que ofrendaron sus vidas, de allí que la mayoría de los historiadores se oponen a esta denominación, aceptando su nombre inicial de castillo San Felipe. En la época dictatorial de Juan Vicente Gómez, muchos dirigentes políticos, pasaron años en esos lúgubres calabozos, entre ellos: Andrés Eloy Blanco, José Rafael Pocaterra, Raúl Leoni y Jóvito Villalba. Andrés Eloy Blanco "El poeta del pueblo" en su famoso discurso ofrecido en el acto de lanzar al mar los grillos utilizados en el castillo San Felipe, en febrero de 1936 dijo: "Hemos echado al mar los grillos. Y maldito sea el hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla de hierro en la carne de un hijo de Venezuela".
(*) Gral. de Bgda
eumenes7@gmail.com
Historia y Tradición
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