LUIS MATA GARCÍA
El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, en su libro Historia Natural y General de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Oceano, publicado en Sevilla, España, en 1535, se lleva el mérito de ser el primer autor en mencionar en la literatura universal la existencia del petróleo venezolano precisamente en la isla Cubagua (una de las tres integrantes del único estado completamente insular de Venezuela). Refiere Fernández de Oviedo en su libro: “(...) tiene en la punta del oeste un manadero de un licor como azeite junto a la mar/ encanta manera que corre por ella encima del agua/ haziendo señal mas de dos y tres leguas de la ysla: aun da olor de si este licor: algunos de los que lo han visto dizen ser llamado por los naturales stercus demonis: que es utilissimo en medicina” (transcrito literalmente del original en castellano antiguo).
Un año más tarde de publicado el citado libro, Su Majestad Juana, Reina de España, dirige una carta con fecha 3 de septiembre de 1536, a los Oficiales Reales de la ciudad de Nueva Cádiz en la isla de Cubagua. En alguna sección de dicho documento aparece: “Algunas personas han traydo en estos Reynos del azeite petrolio de que hay una fuente en dicha isla” (sic), y continúa en otra: “(...) aca ha parecido que es provechoso”, de esta manera la Reina ordena que en todo navío que parta de Cubagua le envíen la mayor cantidad que pudiesen de esa sustancia. Los Oficiales Reales cumplieron cabalmente la orden, segun consta, por la existencia de tres documentos que lo certifican y que se encuentran en el Archivo General de Indias de Sevilla: dos del año 1539 y el tercero de 1540 (Hermano Nectario María, 1958).
El primer embarque de petróleo venezolano procedente de Cubagua, llegó a Sevilla a la Casa de Contratación, en la nao Santa Cruz, según documentos del Archivo General de Indias, Indiferente General, legajo 1092 “Cartas de los Oficiales de la Contratación” (Hermano Nectario María, op. cit.). El documento reza en algunas porciones: “un barril de azeite de petrolio y una caxeta pequeña con ciertas muestras de piedras de color (..)” (sic). Este barril fue enviado a la Reina el 31 de octubre de 1539, según consta en otro documento de la Casa de Contratación.
Para diciembre de 1540, los Oficiales de la Casa de Contratación, aseguraron en un tercer documento haber enviado un segundo barril, que probablemente haya sido el último ya que el día de navidad de ese año, la ciudad de Nueva Cádiz de Cubagua fue destruida y sus vecinos se mudaron a la vecina isla de Margarita. El cronista de Indias Francisco López de Gómara, en su Historia General de las Indias (1552), expresa: En Cubagua (...) “hay una fuente de licor oloroso y medicinal, que corre sobre la agua del mar tres y más leguas”. No obstante, Martínez (1985) asegura que Gómara está “repitiendo” lo dicho por Fernandez de Oviedo.
Don Juan de Castellanos en su obra Elegías de Varones Ilustres de Indias (1589), Elegía XIII, Canto primero; se expresa así del petróleo hallado en Cubagua: “Tienen sus secas playas una fuente al/ oeste do bate la marina,/ de licor aprobado y escelente/ en el uso común de medicina:/ el cual en todo tiempo de corriente/ por cima de la mar se determina/ espacio de tres leguas, con las manchas/ que suelen ir patentes y bien anchas”.
También Antonio Herrera en 1615 alude a la “fuente olorosa de licor medicinal” de Cubagua (fide Martínez, op. cit.).
Según comunicación personal del Geól. José Méndez (ExConsultor de Petróleos de Venezuela y autor del libro “La exploración por hidrocarburos en Venezuela” , publicado en 1975), el 15 de Enero de 1907 Cipriano Castro concedió a Carlos Machado Romero el derecho exclusivo de explotar las minas de asfalto y petróleo que se pudieran encontrar en Cubagua, por el término de 25 años, posteriormente declarados insubsistentes por resolución del 25/01/1909 del Ministerio de Fomento ya que el contrato estipulaba que Machado tendría dos años para realizar la exploración, tarea que que no pudo cumplir.
En 1910, una cuadrilla geológica de la Venezuelan Development Co. Ltd. estudió los manaderos de Cubagua y de la Laguna Boca Chica en Macanao (Méndez, comunicación personal). Con base en las recomendaciones de la cuadrilla se seleccionaron sendas “pertenencias mineras”, las cuales aunadas a las de Manicuare (Suroeste de la península de Araya), serían penetradas por el taladro. La única que fue probada fue esta última, donde se perforaron los primeros dos pozos exploratorios por parte de la industria petrolera, resultando secos ambos.
En el mes de mayo de 1912, los geólogos Franklin Prout y Pike Henley exploraron Cubagua y Margarita, que pertenecían a la concesión que la Caribbean Petroleum Company había adquirido en enero de 1912. No recomendaron adquirir “pertenencias” mineras en Cubagua debido a que ya las tenía la Venezuelan Development Co. Ltd., sino adquirir 500 hectareas en Boca Chica (Méndez, comunicación personal).
El 2 de mayo de 1921, Pedro Vicente Navarro solicitó permiso de explotación en Cubagua; el 22 de enero de 1922, se otorgó una concesión de exploración a José María Merchán. Todas estas concesiones caducaron y se extinguieron. Gonzalo Senior obtuvo la concesión para explorar y explotar los posibles yacimientos de la isla según gaceta oficial N° 19302 de fecha 30-VII-´37, para ello se constituyó la C.A. Yacimientos Petrolíferos de Cubagua.
Todas las evidencias documentales parecen indicar que el primer estudio geológico sensu stricto de reconocimiento de la isla Cubagua lo realizó el geólogo Phillips Andrews en 1939. Andrews indicó la existencia de un manadero de petróleo de 15° API.
El 15 de diciembre de 1939, la Socony Vacuum Oil Company comenzó la perforación del primer pozo exploratorio para la C. A. Yacimientos Petrolíferos de Cubagua, el Cubagua- 1, el cual alcanzó una profundidad de 4670 pies (1424,5 metros) y fue abandonado el 18 de junio de 1940 no encontrando petróleo. El Cubagua-1 atravesó sedimentos del Plioceno (5 millones de años antes del presente)), Mioceno (15 m. a. a. p.), Oligoceno (30 m. a. a. p) y Eoceno (54-36 m. a. a. p.). El paleontólogo Pedro Bermúdez (1975) estudió la sección del Eoceno abarcando el intervalo 4220-4670´correspondientes a nueve muestras de núcleo (sección cilíndrica rocosa obtenida del hoyo), el cual identificó finalmente como una porción de la Formación El Dátil del Grupo Punta Carnero (Eoceno Medio: 42 millones de años antes del presente), basándose en el estudio de los foraminíferos diagnósticos (microfósiles marinos provistos de concha calcarea con una alta tasa de evolución que constituyen valiosas herramientas en la datación geológica).
El Cubagua-2 fue comenzado el 18-VII-´40 alcanzando una profundidad total de 5155 pies (1572,28 metros), atravesando sedimentos del Plioceno hasta llegar al Eoceno. Ninguno de los dos pozos alcanzó las arenas con potencialidades petrolíferas.
Los micropaleontólogos Bermúdez y Fuenmayor (1964) analizaron muestras de los pozos Cubagua 1 y 2 , en procura de foraminíferos bentónicos, describiendo las siguientes como nuevas especies para la ciencia: Bolivina cubaguensis (Cubagua 1); Rzehakina advena (Cubagua 2) y Spirobolivina mineacea (Cubagua 2).
Velásquez (1956) también hace eco de los “manaderos” y escribe: “tiene Cubagua en la punta oeste, en el sitio llamado La Brea, un manantial de petróleo, observable sobre el agua del mar a dos y tres leguas de la isla en tiempos de corriente”. En una sección de un artículo publicado en el Diario El Universal (5-IV-56), se puede leer lo siguiente, refiriendose a Cubagua: “... Existen manaderos de petróleo activos en los alrededores de la isla y en el mar que la circunda, lo que sólo puede tener un significado, a saber: que existe una gran cantidad de petróleo en las rocas debajo (...) y que hay suficiente presión de gas para fluir este aceite en la superficie”.
En lo que respecta a Margarita, en un artículo del año 1919, Charles Caracristi afirmó haber descubierto un mene en Punta Arenas (Península de Macanao). Aguerrevere (1936), expresa en el mismo orden de ideas: “... en la región occidental de Margarita, cerca de la Laguna de Bocachica, hay unas pequeñas manifestaciones de petróleo (...), no quiere esto decir que se haya comprobado definitivamente que no hay depósitos de valor comercial en ese lugar”.
Un artículo periodístico (El Universal 25-III-´56) da cuenta de un hallazgo poco común en Macanao: “que hay petróleo en Margarita parecen confirmar las perforaciones que en busca de agua se están llevando a cabo en Macanao, por disposición del Ejecutivo del Estado (...) se comenzó hace algunos días a perforar el primer pozo en busca de agua dulce, al costado de la población de Boca del Pozo, del que a los 41 metros brotó un ruido sordo y luego un silbido hasta hacer su aparición un chorro de agua aceitosa, y luego un líquido negruzco pegajoso”.
Sin embargo, ya en 1951, Lorenz ofrecía una explicación de las potencialidades petrolíferas de Margarita: “La isla Margarita , propiamente ofrece pocas condiciones favorables para la existencia de yacimientos petrolíferos, en vista de que: 1) el cretácico, por su carácter metamórfico, cabe descartarlo como roca madre; 2) los sedimentos terciarios no poseen espesores halagadores; 3) estructuras favorables son inestables o están parcialmente erosionadas”.
Aníbal Martínez (1992), trata de explicar la naturaleza “anecdótica” de una botella de petróleo presumiblemente obtenida de un micaesquisto en las cercanías de la Laguna de Boca Chica por el investigador Wagenaar Hummelinck en la década de los treinta y citada por Rutten (1940), alegando que no hay afloramientos de metamórficas en la Laguna sino que son “capas de la Formación Cubagua las que la circundan”, no pareciéndole racional suponer que el mene citado por Rutten se ubique en “medio de la roca metamórfica” ni que se relacione con las sedimentarias del Grupo Punta Carnero (Eoceno).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Y HEMEROGRAFICAS
AGUERREVERE, PEDRO. 1936. Notas Geológicas Sobre Margarita y Coche. Boletín de la Soc. Ven. de Cs. Naturales, 28: 397-403.
BERMÚDEZ, P. & FUENMAYOR, A. 1964. Consideraciones Sobre los Sedimentos del Mioceno Medio al Reciente de las Costas Central y Oriental de Venezuela, Parte II, Los Foramíferos Bentónicos. Boletín de Geología VII (14): 413-611.
BERMÚDEZ, PEDRO. 1975. Estudio de la Sección del Eoceno en el Pozo Cubagua-1, Isla de Cubagua, Estado Nueva Esparta, Venezuela. Boletín de Geología, XII (23): 494-503.
CARACRISTI, CHARLES. 1919. Magnesite on the Island of Margarita. Eng. Min. J. (New York).
CASTELLANOS, JUAN DE. 1962. Elegías de Varones Ilustres de Indias. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, # 57. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela. 284 pp.
Diario El Nacional. 25-III-´56. “Creen haber encontrado petróleo en Margarita”.
Diario El Universal. 05-IV-´56. “Petróleo en la Isla de Margarita”.
HERMANO NECTARIO MARÍA. 1958. Petróleo de Cubagua para su Majestad La Reina. Revista El Farol, XX (176): 24-25.
LÓPEZ DE GÓMARA, FRANCISCO. 1991. Historia General de Las Indias y Vida de Hernán Cortés.Biblioteca Ayacucho # 64. Caracas. 355 p.
LORENZ, WOLFGANG. 1951. Contribución a la Geología de las Formaciones Sedimentarias de la Isla de Margarita. Tesis de grado U.C.V. (inédita)
MARTINEZ, ANIBAL. 1992. Una Botella de Petróleo de Margarita. Primeras Jornadas de Historia de las Ciencias Geológicas (1991). Bol. Soc. Ven. Geól., 43: 30-35.
___________________. 1985. Cronología del Petróleo Venezolano.
RUTTEN, L. 1940. On the Geology of Margarita, Cubagua and Coche (Venezuela). Konink. Akad. Van Wetenschappen te Amsterdam, 43 (7):828-841.
VELÁSQUEZ, JUSTO S. 1956. Petróleo y Perlas en Cubagua. Revista Shell, 5(18):45-52.
Luis Mata García
lmata2000@yahoo.com
26/mayo/2003
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