jueves, 5 de febrero de 2015

SUCRE: EL MARISCAL QUE VIVIO DE PRISA

Rafael Arteaga Romero 
 




                                                                                            
Muy rara vez los anales de la historia han recogido la vida y trayectoria de un personaje con las virtudes de Antonio José de Sucre. La nobleza de su carácter, su lealtad y pundonor elevaron su figura trascendiendo los límites de la patria natal. Hoy 3 de febrero, se conmemoran 220 años de su natalicio ocurrido en la ciudad de Cumaná, estado Sucre, en el seno de una distinguida  y acaudalada familia.

Considerado como el militar más completo y cabal de nuestros próceres fue también político y estadista, Presidente de Bolivia, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia ostentando el título de Gran Mariscal de Ayacucho, luego de su sonoro triunfo en 1824 en las planicies del mismo nombre, liderando la victoria que puso fin al dominio español, sellando así la libertad de Suramérica



Mauricio Vargas Linares (Bogotá,1961),  premio Planeta de Periodismo ha escrito una novela cuyo título he tomado prestado para encabezar este rápido ensayo inspirado tal vez en las páginas de una obra que recomiendo ampliamente.

Escribir una novela sobre Sucre,  -el Gran Mariscal de Ayacucho – “el rival de mi gloria” según Bolívar  es difícil tarea, pues pocos personajes de nuestra historia, como este cumanés, encierran en su destino una fuerza poética tan profunda, una vida en que los días están sellados por el cordel de la literatura.

La vida de Sucre, fue una tragedia en el sentido clásico del término, según aporta el prologuista de la obra Juan Esteban Constain. Los héroes de verdad, como este Mariscal, están hechos por la flaqueza y la ternura, y sus días se suceden por igual en los campos de batalla y en la infamia que los asecha, como sombras.

En el instante mismo en que escapa el tiro en Berruecos, termina la vida de quien había vivido de prisa pues apenas contaba treinta y cinco años vividos entre el sofocante y húmedo Caribe y las secas altiplanicies andinas desempeñando las más altas responsabilidades en todas las áreas del deber patriótico y  haber recibido los mayores honores. ¡HABIA MUERTO EL “ABEL DE AMERICA”  expresó el Libertador Simón Bolívar y quien en honor del Mariscal escribiera:
 “La posteridad representará a Sucre con un pie en el
   Pichincha  y el otro en el Potosí, llevando en sus manos

   La cuna de Manco-Capac y contemplando las cadenas del

   Perú rotas por su espada”

          

 Caracas, 3 de Febrero de2015

                                                              




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