Muy rara vez los anales de la historia han recogido la
vida y trayectoria de un personaje con las virtudes de Antonio José de Sucre.
La nobleza de su carácter, su lealtad y pundonor elevaron su figura
trascendiendo los límites de la patria natal. Hoy 3 de febrero, se conmemoran
220 años de su natalicio ocurrido en la ciudad de Cumaná, estado Sucre, en el
seno de una distinguida y acaudalada
familia.
Considerado como el militar más completo y cabal de
nuestros próceres fue también político y estadista, Presidente de Bolivia,
General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia ostentando el título de Gran
Mariscal de Ayacucho, luego de su sonoro triunfo en 1824 en las planicies del
mismo nombre, liderando la victoria que puso fin al dominio español, sellando
así la libertad de Suramérica
Mauricio Vargas Linares
(Bogotá,1961), premio Planeta de Periodismo
ha escrito una novela cuyo título he tomado prestado para encabezar este rápido
ensayo inspirado tal vez en las páginas de una obra que recomiendo ampliamente.
Escribir una novela sobre Sucre, -el Gran Mariscal de Ayacucho – “el rival de
mi gloria” según Bolívar es difícil
tarea, pues pocos personajes de nuestra historia, como este cumanés, encierran
en su destino una fuerza poética tan profunda, una vida en que los días están
sellados por el cordel de la literatura.
La vida de Sucre, fue una tragedia en
el sentido clásico del término, según aporta el prologuista de la obra Juan
Esteban Constain. Los héroes de verdad, como este Mariscal, están hechos por la
flaqueza y la ternura, y sus días se suceden por igual en los campos de batalla
y en la infamia que los asecha, como sombras.
En el instante mismo en que escapa el tiro en Berruecos,
termina la vida de quien había vivido de prisa pues apenas contaba treinta y
cinco años vividos entre el sofocante y húmedo Caribe y las secas altiplanicies
andinas desempeñando las más altas responsabilidades en todas las áreas del
deber patriótico y haber recibido los
mayores honores. ¡HABIA MUERTO EL “ABEL DE AMERICA” expresó el Libertador Simón Bolívar y quien
en honor del Mariscal escribiera:
“La posteridad representará a Sucre
con un pie en el
Pichincha y el otro en el Potosí,
llevando en sus manos
La cuna de Manco-Capac y contemplando las cadenas del
Perú rotas por su espada”
Caracas, 3 de Febrero de2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario