Eumenes Fuguet Borregales (*)
El general Rafael Urdaneta no descubre en toda su carrera un
instante de vacilación, ni una sombra de deslealtad; la palabra abnegación
simboliza sus virtudes. Su amistad con Bolívar llegó más allá de la muerte;
fallecido el Libertador, Urdaneta aceptó la persecución, el destierro y la
pobreza con dignidad. Nace el 24 de octubre de 1788 en Maracaibo, hijo de Don
Miguel Gerónimo Urdaneta Troconis y Doña Alejandrina Faría Oberto, realiza
estudios en Caracas y Maracaibo. En 1804 es enviado a Bogotá bajo la tutela de su tío Martín, quien ocupaba un alto cargo en
las rentas del virreinato, el joven Rafael trabaja en esa dependencia hasta
1810, cuando llega el eco del 19 de abril caraqueño, alistándose como teniente
del batallón Patriotas de Cundinamarca. Recibe su bautizo de fuego en Palace el
25 de marzo de 1811, su actuación le merece el ascenso a capitán el 12 de
octubre de 1811. Combate en San Gil, Charalá y Venta Quemada; es ascendido a
teniente coronel y le asignan el 5to btn. De la Unión. Conoce al futuro
Libertador en la población de San Cayetano a orillas del río Zulia el 27 de
febrero de 1813, allí le expresa con el desprendimiento que lo caracteriza: “Mi general, si con dos hombres basta para
emancipar la Patria, pronto estoy para acompañarlo”. Luego de triunfar en
Cúcuta, Bolívar lo denomina “El
Brillante” y asciende a coronel; iniciando el 14 de mayo la Campaña
Admirable que llegará exitosa a Caracas el 6 de agosto. Ascendido a general de
brigada el 18 de octubre con las instrucciones de dirigir operaciones hacia el
occidente; concluida la batalla de Araure el 5 de diciembre el Libertador lo
cataloga: “El más constante y sereno
oficial del ejército”. Urdaneta recibe la orden: “Defenderéis a Valencia hasta morir”, con 280 soldados defiende la
ciudadela ante la embestida de más de tres mil realistas. Cuando le exigían la
rendición contestaba: “La boca de mis cañones llevarán la
respuesta”; Orden espartana digna de quien la enviaba, y de quien al
cumplirla, escribiría una de las páginas
más gloriosas de nuestra historia. Es de los triunfadores en la primera Batalla
de Carabobo realizada el 28 de mayo de 1814; al conocer la derrota en La Puerta emprende desde San Carlos su
famosa “Retirada” hasta Pamplona.
Recibe el despacho de general de división el 5 de enero de 1815; combate a las
órdenes de Páez en los llanos apureños. En febrero de 1819 espera en Margarita
los refuerzos llegados de Europa, encargándose de la organización y utilización
en Barcelona y Cumaná. Fue factor importante en la liberación de Maracaibo
materializada el 28 de enero de 1821, actividad que origina la suspensión del
Armisticio acordado en Trujillo a finales de noviembre de 1820. Cumpliendo la
concentración estratégica previa a la batalla de Carabobo, Urdaneta sale de
Maracaibo el 30 de abril, libera a Coro el 11 de mayo. En su desplazamiento
hacia Barquisimeto enferma en Carora, dejando el mando al coronel Antonio
Rangel. Bolívar lo asciende a Gral. en Jefe el 17 de julio y lo envía a la
Nueva Granada donde ocupa altos cargos en la administración pública y en el
Congreso. A raíz del atentado contra el Libertador el 28 de septiembre de 1828,
es designado Juez de la causa. A la muerte del Libertador suscribe una
conmovedora Proclama que llama a la unión de los pueblos. Sale desterrado a
Curazao donde vive 18 meses en la más completa miseria; Llega a Coro en diciembre de 1832, dedicándose a la
agricultura y cría cerca de Cumarebo. Elegido Senador por Coro en 1837, un año
después es nombrado Secretario de Guerra y Marina. A la llegada de los restos
del Libertador en diciembre de 1842, comanda la parada de honores y funda la Gran
Sociedad Boliviana, designada Sociedad Bolivariana de Venezuela el 23 de marzo de
1938. Urdaneta es enviado a España en misión diplomática en 1845, en Londres le
recomiendan una operación de Talla en la vejiga, prefirió continuar la comisión
y fallece en París el 23 de marzo de ese
año, no sin antes ordenarles a sus hijos Rafael y Luciano devolver el dinero no
utilizado, fue su última lección de honestidad. Su testamento: “Dejo una viuda y once hijos en la más
completa miseria”. Hemos sido injustos no darle su nombre al Edo. Zulia, lo
lleva de un río que no nace en Venezuela; la naturaleza generosa, colocó una “U” gigante de Urdaneta
al sur del lago.
(*) Gral. de Bgda.
churuguarero77@gmail.com
@eumenesfuguet
Historia y Tradición
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