Rafael Arteaga R (*)
“¡
Ojalá no termine la carrera de mi vida sin ver repetidas en los campos de Cuba
las escenas que tuve la gloria de presenciar en las llanuras de mi patria ¡”
Así escribía en su Autobiografía (1) José Antonio
Páez, refiriéndose al encargo que en sus manos había puesto el Libertador Simón
Bolívar de comandar una expedición que contribuyera a libertar a Cuba del dominio español hacia 1827.
Apremiado estaba ante la demora de iniciar tal misión, toda vez que las tropas
que habían sido dispuestas para ese cometido (10.000 hombres de Infantería y
1000 de Caballería) tuvieron que contramarchar hacia Perú por la insurrección
enemiga de la libertad peruana eruana.
Fueron Bolívar y Páez visionarios de la importancia
de mantener una isla estratégicamente situada como era Cuba, libre del dominio español, toda vez que desde esta podían
despacharse fuerzas militares con el empeño de recuperar las nuevas naciones
independientes que habían surgido en Sur América como consecuencia de los procesos
libertarios, entre ellos la Gran Colombia (2).
“yo no sé en este momento –escribía Páez- si todos
los planes de Bolívar eran realizables… y que acogí su pensamiento con alegría
y con aquel ciego entusiasmo con que me había acostumbrado a vencer siempre”. Y
continuaba ese mismo entusiasmo diciendo: “ya me figuraba en el recinto del
Morro (la fortaleza) dictando la
Ley a un Capitán General de Castilla, como había tenido la
fortuna de dictársela a Calzada, sucesor del valiente y caballeroso La Torre, dentro los muros de
Puerto Cabello” (1).
México y Sur América toda veían con mucho interés la
situación colonial de Cuba y tampoco
esto escapaba al prócer llanero, lo cual le lleva a reunirse con jóvenes
exiliados de gran talento y porvenir, a los cuales alentaba a formar Juntas
Patrióticas y a buscar apoyo pecuniario en otros países para fomentar
expediciones libertadoras.
Parecería
premonitorio de tiempos actuales lo que preocupaba al General Páez en aque-llos años en los que hablaba de un gobierno opresor. Así lo escribía
en su Auto-biografía: “ en cuanto a los
cubanos, en medio de sus desgracias actuales, tengan un consuelo para la suerte
futura que les ha de tocar como nación libre e independiente” Igualmente
transcribió en varias páginas de su obra y en su afán de contribuir a difundir
las ideas libertarias, la carta que un grupo de patriotas cubanos dirigió al
Congreso de México y de la cual por considerarlo vigente leemos el siguiente
fragmento “…las familias gimen en el silencio por la ausencia, destierro o
prisión del hijo, del hermano, de un esposo, de un padre. El espionaje engendra
la desconfianza y el terror en todas las clases de la sociedad. Este es el
estado de un pueblo que reclama vuestra protección y amparo”
Grandes y
agradecidos próceres cubanos como Macedo y Martí, honraron a Páez con su
amistad a lo largo de sus últimos años, así como otros muchos naturales de la
isla, emigrados políticos que le amaron y respetaron en vida y quisieron
tributarle en sus últimos momentos una prueba de amor y de ese respeto a que
por tantos títulos era acreedor el anciano general venezolano. Y fue a un
médico cubano, el Dr. Federico Gálvez al que tocó el honor de embalsamar
gratuitamente el cadáver del General, muerto durante su exilio en Nueva York en
1873 a
los 83 años de vida (3)
En el discurso pronunciado por el gran José
Martí con ocasión del traslado de sus restos a Venezuela, en 1888 estaban
incluidas estas hermosas palabras:
“ Podrá un cubano olvidar que
cuando tras dieciséis años de pelea, descansaba por fin la lanza de Páez, a una
voz de Bolívar saltó la cuja dispuesto a cruzar el mar con el batallón de
Junín, para caer en un puerto cubano, dar libres a los negros y coronar así su
gloria de redentores…”
“Mientra haya Americanos tendrás
Templos y mientras haya Cubanos tendrás hijos “(4)
Bibliografía:
1) Páez J.A., Autobiografía: ed. Publicada por Petróleos de Venezuela
,1990 pag 365 a
373
2) Pérez Guzmán F.:Bolívar y la Independencia de
Cuba, ed Letras Cubanas, La
Habana 1988
3) Michelena Tomás: Resumen de la Vida Militar y Política del Ciudadano
Esclarecido, General José Antonio Páez, Tipog. El Cojo 1890. Reeditada 1973 por
Consejo Municipal de Caracas
4) Revista El Porvenir, Tomo 8, pag 219, edit Ciencias Sociales, La Habana 1975
(*) Tataranieto del General J.A. Páez
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