Daniel Sánchez Silva*
Daniel Sánchez Silva
El paludismo o malaria es una enfermedad parasitaria cuyo agente causal
es el “plasmodium”, un protozoario que ataca el glóbulo rojo alojándose
en él y posteriormente destruyéndolo. El vector o agente que porta al
parásito es un zancudo denominado “anopheles”. La sintomatología por lo
general es de una fiebre alta, seguida de escalofríos, nauseas, vómitos,
dolor de cabeza y hemorragias que por lo general conducen a la muerte.
En
Venezuela el paludismo se encontraba entre las principales causas de
muerte en el país, tenemos citas interesantes desde la colonia hasta el
siglo XIX. Para el año 1936, era la tercera causa de muerte del país
superada solamente por la tuberculosis y la gastroenteritis. Ese año se
reportaron 2224 muertes por esta enfermedad, tomando en cuenta que la
población del país era de 3.463.000 habitantes, la cifra era alarmante.
Sin
embargo, un joven médico venezolano graduado en la UCV, sería becado
para especializarse en los Estados Unidos en todo lo referente a al
paludismo, enfermedad que desangraba a su nación. Uno de los grandes
inconvenientes para el progreso del país hacia el sur y hacia las zonas
montañosas era esta terrible enfermedad que diezmaba a los trabajadores y
ocasionaba el éxodo hacia la capital. El mismo Miguel Otero Silva en su
novela “Fiebre” hace que el protagonista muera de fiebre palúdica
construyendo las carreteras de la época gomecista.
El
Dr. Gabaldon rápidamente se incorpora al Ministerio de Sanidad al
frente de la lucha antimalárica. Se entrenan cuadrillas para combatir el
mosquito, se da educación a la población, se trata de sanear el medio
rural proponiendo que no se construyan casas de bahareque con techos de
paja pues propiciaban el crecimiento del anopheles. Estas medidas habían
logrado disminuir las muertes por paludismo, pero aún seguía siendo la
tercera causa de muerte llegando a una cifra de 1458 muertos para el año
de 1944.
Para el año 1945, Gabaldón,
quien estaba muy vinculado con la lucha antimalárica a nivel mundial,
logra traer el insecticida DDT a Venezuela, y de esta manera se da
comienzo a la etapa más gloriosa de la lucha contra el paludismo. Par
este año el Ministro de Sanidad era el Dr. Félix Lairet (h) quien le dio
carta blanca a Gabaldon para emprendiera su cruzada. El Dr. Enrique
Tejera, quien era el presidente del estado Carabobo, propuso que se
fuera este el primero en ser rociado con DDT.
Se
organizaron las cuadrillas para rociar el DDT en todo el país, se educó
a la población sobre los hábitos higiénicos. Del exterior llegaron
diferentes delegaciones para estudiar el éxito de Gabaldón sobre el
paludismo, y se entrenó a diferentes sanitaristas extranjeros para
replicar la experiencia de Venezuela en sus países, esto último en la
escuela de Malariología creada por el mismo Gabaldón.
El
éxito de la campaña fue tal que entre los años 1945 al 1958 se redujo
la mortalidad por paludismo de 1094 en 1945 a solo 3 muertes para 1958.
Para el período 1958-1963 Gabaldón fue ministro de Sanidad y mantuvo
siempre los programas de la lucha antimalárica. En los dos últimos años
de su gestión como ministro no hubo ningún caso de muerte reportada por
paludismo, y la enfermedad salió de las estadísticas de las causas
muertes de los venezolanos.
Realmente,
Arnoldo Gabaldón fue un paladín de la lucha antipalúdica venezolana. Si
habría que rendirle un homenaje a un verdadero héroe civil, no dudaría
en pensar en él. Gracias a su equipo, Venezuela pudo avanzar hacia el
progreso. Se logró la conquista del sur, se construyeron las ciudades
industriales, ya los mineros y obreros no morirían de paludismo. Un
verdadero héroe cuyas armas fueron la inteligencia, un buen equipo de
trabajo, la capacidad de gerenciar y el DDT.
Es
una lástima que en la Venezuela del siglo XXI se haya recrudecido la
malaria, luego de haber sido erradicada. El ministerio de sanidad
abandono los programas exitosos de Gabaldón y ahora estamos pagando las
consecuencias. Quizás haga falta el talento de hombres probos,
especializados y capacitados para dirigir un programa de salud. Hombres a
los cuales les importe más la salud de la población que los compromisos
políticos para conservar el poder.
NOTA:
las cifras citadas en este artículo fueron tomadas de los anuarios
epidemiológicos y de estadística vital del Ministerio de Sanidad.
*Medico
– Cirujano UCV. Especialista en Anestesiología, Medicina Crítica CMC,
Gerencia de servicios de Salud UCAB. Maestría de Historia de Venezuela
UCAB. Anestesiólogo del Hospital Vargas de Caracas. Profesor de Historia
de la Medicina Facultad de Medicina UCV. Individuo de numero sillón 1
de la sociedad Venezolana de Historia de la Medicina
Tomado de:@CodigoVenezuela
Publicado: 10:41 AM, 27 de Enero 2014
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