LIC. VÍCTOR M. MENDOZA CORONADO.*
Destacado Artista plástico de los lienzos.
SU VERDADERO NOMBRE
BRITÁNICO ANTONIO SALAS DÍAZ
Acercarse
por primera vez a una obra de arte puede
producir en el individuo embelesamiento, encanto visual, efectos de placer o
rechazo ante lo que observa. Más allá de una fuerza inicial, ya sea auténtica,
censura o de indiferencia, resulta esencial para nosotros la necesidad de examinar
lo que se encuentra mas allá de las valoraciones formales. Al estudiar una obra de arte, siempre se necesita
conocer la finalidad que tuvo el artista
al plasmar ese objeto y que fue lo que lo motivó a plantearse su desarrollo. Resulta clave en una primera reflexión la
postura que se tome frente a lo que se está concibiendo y, a la espera de profundizar
en el objeto que se descubre, es posible que nazca un tema de estudio o de exploración.
El personaje a quien nos referimos hoy, nació hace ciento veintisiete años (127°) en la ciudad de Caracas, se trata, de Británico Antonio Salas Díaz, conocido en el mundo de las Artes como Tito
Salas; justo el ocho de Mayo de mil ochocientos ochenta y siete. Su padre José Antonio Salas, fue fotógrafo y pintor, además, fue uno de los primeros comerciantes que establecieron en Venezuela una industria cervecera. Con tan sólo 10 años de edad, Salas inició sus estudios en la Academia
de Bellas Artes de Caracas. En tal
ocasión compartió con Armando Reverón, Manuel Cabré y Federico Brandt, entre
muchos otros artistas, nombres inevitables en la tradición de las habilidades de la pintura.
Tito Salas tuvo una existencia larga y fructífera hasta su fallecimiento
en 1974. Ahora bien, laboriosamente
podrían sintetizarse en este punto sus formidables aportaciones a los estudios de
una contemplación venezolana. Desde ese punto de vista, y desde muy temprano
como en los años 1901 y 1902, su talento fue registrado durante dos años
consecutivos con el Premio de Pintura de la Academia de Bellas Artes. En 1905 va a París para
profundizar su formación en la Academia Julián, bajo la dirección del Maestro
Jean Paúl Laurens. Alcanza a viajar por varios países de Europa, donde su ojeada
se acrecienta ante la perspectiva de pintores como Ignacio Zuloaga, Joaquín
Sorolla y otros. Cuando regresa de Italia en 1911, trae consigo el Tríptico de Bolívar.
Por cierto, acostumbrado a estar
en los distintos escenarios protocolarios, he visto muy de cerca las obras de
Tito Salas, no soy un experto en las artes plásticas, pero si he contemplado las líneas de expresión
en los dibujos del extinto pintor. Uno
de ellos se encuentra en el Palacio Federal Legislativo, concretamente en el
Salón Tríptico, que sirve de antesala al Presidente de la República cuando asiste
a las distintas ceremonias como:
Juramentación del Presidente Electo de la República; Presentación
del Mensaje Presidencial, Actos del 5 de Julio entre otros. El cuadro lo describen: el Juramento en el
Monte Sacro en Roma; el Paso de los Andes y la Muerte del Padre de la Patria en Santa Marta.
Es importante destacar, que bajo
la Presidencia
del General Juan Vicente Gómez, se organizaron distintos actos protocolarios y
distintas ceremonias, con motivo del
Centenario de la Independencia
Nacional. La historia
reseña un escrito que dejara el extinto notable Uslar Pietri. Cito: "Para
el Centenario de la
Independencia -escribió Arturo Uslar Pietri, volvió a
Venezuela en 1911 trayendo su famoso Tríptico
Bolivariano, vasta composición en la que sintetizaba la obra de Bolívar
en los tres momentos culminantes: La Lección de Andrés Bello, El Juramento en
Roma y La muerte Solitaria en Santa Marta y más de los años de su
madurez los consagro a ilustrar en grandes telas la vida de Simón Bolíva en
la Casa Natal
y el Panteón Nacional".
Sus
cuadros, algunos de ellos imponentes, forman parte del imaginario público
venezolano. Además Salas es reconocido por su obra de historiador de la epopeya
bolivariana, que ilustró a escala mural para varios monumentos de Caracas: la Casa
Natal del Libertador y el Panteón Nacional.
Su Bolívar
Ecuestre, no sólo impresiona
a los visitantes del Palacio de Miraflores sino que se trata de una imagen que
la mayoría de los venezolanos llevamos con nosotros, aun cuando no sepamos que
es una obra de Tito Salas,
Su representación de El terremoto de Caracas de 1812 es indisociable del episodio en el que Bolívar habría pronunciado
aquella frase cito: “Si la naturaleza se
opone a nuestros designios, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.
Otro imponente cuadro suyo, La Batalla de Araure, quizás resume como ninguna otra la
imagen heroica de Bolívar, arriba de un portentoso caballo blanco en el centro
de la composición, mientras a su alrededor se observa la diversa elocuencia del
combate. Estos pocos ejemplos parecen suficientes para fundamentar esta
afirmación: Tito Salas ocupa un lugar
esencial en la cultura visual venezolana, entre otras razones porque mucho del
imaginario visual de Bolívar se debe a su obra.
Desde el
año de mil novecientos treinta y uno, vivió en una bonita y anticuada casa de
estilo colonial llamada “El Toboso”, ubicada en Petare, junto al río Guaire y
el puente de Baloa. Así mismo, afincado allí amasó las usanzas, tradiciones y emociones
religiosas nacionales venezolanos en los trabajos que efectuó para sus familiares
y afectos, así como también para la Iglesia Parroquial
del pueblo que eligió para vivir con los suyos.
Puede aseverarse
que Tito Salas pasó la mayor parte de su tiempo de pintor en moldear a través
de sus lienzo o murales la historia de Venezuela. Siguió pintando hasta que su expiración lo atrapó en Caracas el dieciocho
de marzo de un mil novecientos sesenta y cuatro, siendo su verdadero nombre Británico Antonio Salas Díaz. Destacado Artista plástico de los lienzos.
Que así sea-
Presidente del Centro de Coordinación
de Ceremonial y Protocolo (CECOCEPRO)
Director de Protocolo de laOrganización
Internacional de Ceremonial y Protocolo OICP.
Miembro Principal de la Comisión de Deontología. Sede
en la Ciudad
de la Asunción República
del Paraguay.
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