jueves, 6 de febrero de 2014

UN MARTINI, POR FAVOR


Jesús Alfaro Garantón


¡¡¡Que frase !! es toda distincion, denota ser chic, perfecta en la boca de un caballero y sin lugar a dudas este cocktail (¿cola de gallo?) se ha ganado su puesto en la historia de la vanidad masculina.
El Martini no es cualquier bebida, es definitivamente el cocktail por excelencia. Tiene distinción por si mismo y se rodea de un ambiente misterioso y mundano. No en vano fue la bebida favorita de James Bond en sus innumerables aventuras alrededor de todo el mundo. Es un coctel que se presume ser bebido bien vestido o de etiqueta o en el mejor de los casos, sin ropa alguna y bien acompañado, al mejor estilo de Sean Connery.
No se sabe del origen cierto de este trago y algunos lo remontan a finales del siglo XIX en San Francisco y donde esta ligado a un bartender de apellido Martinez que fue “italianizado” a MARTINI, pero la época de la ley seca alrededor de 1930 fue su época de reconocimiento mundial. Este coctel es de alto contenido alcoholico y no se necesitan grandes volúmenes para que haga su efecto, esto fue aprovechado por los traficantes ilegales para  su transporte y venta, logrando grandes beneficios.
El Martini perdió popularidad y su renacer en los años sesenta va emparentado con la serie de películas basadas en las novelas de Ian Fleming y cuyo protagonista era un agente secreto llamado BOND….JAMES BOND.
Yo me empate en esa moda y comencé a tomar y a preparar mis propios Martinis en ese entonces.
Esta bebida ha sido tan importante que grandes pensadores han escrito sobre el famoso Martini. Dijo H. L. Mencken “Es la única invención americana , tan perfecta como el soneto” o “Es el elixir de la quietud”, según L.B. White.
El Martini no es para tomar en grandes celebraciones y no se debe preparar en grandes cantidades, exige condiciones especiales y hasta un momento emocional muy privado para su consumo. Este trago se disfruta en solitario en una barra discreta o en compañía femenina. La algarabía no es su ambiente y en esas oportunidades debemos recurrir a un buen Whisky o a la tradicional cerveza.
No hay mejor acompañante en un despecho amoroso que un “Martini a Solas”.
Como se prepara un Martini ?  Respetando las sugerencias previas iniciaremos la búsqueda de los ingredientes, que deben ser estrictamente los originales, para no perder el espíritu del coctel.
Ginebra, vermouth seco y hielo son sus ingredientes.
La ginebra no es cualquier ginebra se debe escoger entre Tanqueray Gin o Beefeater Gin (importadas plisssssssss, nada de versiones hechas en La Miel, estado Lara). El Vermouth seco de marca Noilly Pratt o de la marca Martini, italiano.
Necesitamos una copa de boca ancha, llamada de Martinis por su uso y hay dos versiones, la de martini propiamente dicha que es pequeña y mas recientemente se emplea una copa champañera, que es la versión grande del coctel.
DE LA PREPARACION
Se vierte hielo en una coctelera metalica o de vidrio. Prefiero la metalica porque el hielo tintinea sonoro al ser batido. Tambien se vierte hielo en la copa de boca ancha, para enfriar el cristal.
Se agrega a la coctelera una buena porción  del Gin y “algo” de vermouth. Este algo es controversial, hay quien dice que la proporción es 1 a 1/8, pero los verdaderos  puristas del trago mantienen la libertad del SECO. A menos vermouth, mayor es el SECO logrado. Noel Coward, el gran actor de los años 30, decía que bastaba con acercar el gin en dirección donde estaba Italia para logar el seco deseado. Winston Churchill, gran amante de este trago lo preparaba diciendo que era suficiente pasar la botella abierta del vermouth por encima de la coctelera para que esparciera su bouquet. Yo me inclino por verter un chispeado generoso del vino vermouth.
Esta mezcla es batida con gestos energicos y donde se da oportunidad de lucimiento del barman y se sirve cernida en la copa previamente enfriada. El hielo no debe tocar la copa, queda retenido en la hermosa coctelera. Aquí Bond hizo su aporte a la historia del Martini, diciendo su famosa frase JUST STIRRING PLEASE, para indicar que no batieran su trago. Tengo un truco muy particular que me enseñó Hector, el mismo del famoso restaurant de los 60 y 70´s, pasar una toallita con perfume de lavanda en el exterior de la copa, hace que la mezcla de aromas se haga complice en el bouquet final. Por cierto Hector enseño a los caraqueños a tomar Martini en sus increíbles copas champañeras

El ultimo toque también es controversial. La versión original sugiere agregar una aceituna con su hueso original, Hay quien le adiciona una concha de limón previamente estrujada para que sus aceites olorosos se esparzan sobre la superficie de la bebida. A mi gusto prefiero las pequeñas cebollitas avinagradas atravesadas por un palillo que hace las veces de pincho.
COMO DISFRUTAR EL MARTINI
El Martini debe ser bebido parsimoniosamente en pequeños sorbos y muy lentamente, una copa debe ingerirse entre 20 a 30 minutos. Sugiero que una vez ingerida la mitad del trago, comenzar a paladear las cebollitas, quitando las capas sucesivas con la lengua, acompañadas de pequeños sorbos de la bebida. Sencillamente delicioso.
ACOMPAÑANTES
Nada de frituras o tortillas y menos maní o papitas. Un buen acompañante podría ser Carpaccio de lomito adobado con Worcestershire Sauce o dados de salmon ahumado en cuadrados de pan punpernickel
Hay principios a respetar: QUE CANTIDAD TOMAR: Nunca uno, ni mas de dos, “tal como las mamas de la mujer amada: una es poca y tres estorban”
INFLUENCIA DEL MARTINI EN EL AMOR: Es el trago ideal para compartir con la amada o en la conquista de la misma, pero ¡! Epa, atencion ¡¡, si después de tomar la copa tu compañía no accede a tus requerimientos. Olvida tus pretensiones, trátala como una gran amiga o cuasi hermana, allí jamás lograras nada.
Hay variantes en el Martini, quizás la mas popular es cambiar el gin por vodka y se le conoce como vodka-martini o Gibson y hay también barbarismos “american style”, tales como el peach –martini o guanabana-martini o maracuja-martini, esto es definitivamente desnaturalizar la esencia y espíritu de la bebida.
Pues bien, ya tienen unas confesiones de martinis y solo les queda el intentar preparar y disfrutar del “elixir de la quietud”
Salud
Jesús

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