David R. Chacón Rodríguez*
Teófilo Rodríguez fue uno de esos
caraqueños ejemplares que vivió consagrado al estudio y divulgación de la
cultura nacional. Con igual pasión cultivó el derecho, la docencia, la
historia, el periodismo, la oratoria, el ensayo, la poesía, y el folklore, y
por sus relevantes méritos fue condecorado el 3 de julio de 1888, con la Medalla en honor de Instrucción Pública
para premiar los servicios prestados y méritos adquiridos en estos importantes
ramos.
En su larga hoja de servicios a la
nación, se destaca como miembro fundador de la Academia Nacional de la
Historia, e individuo de Número de la correspondiente a la Lengua española;
Jurado por la Facultad de Ciencias Eclesiásticas en el Certamen Literario
promovido con motivo del cumplimiento del Primer Centenario del nacimiento del
Libertador Simón Bolívar; Inspector General de los Exámenes del Distrito
Federal; Miembro Principal de la Junta departamental, parroquial y vecinal del
Distrito Federal en el Estado Bolívar, representando la Parroquia Santa
Rosalía; Miembro de la Junta de Administración Escolar de la Escuela
Politécnica de Caracas; miembro activo de la Academia de Ciencias y Bellas
Letras denominada Ateneo de Caracas[1];
miembro de la Junta que ha de formular el programa de los festejos para la
celebración del Centenario del Gran Mariscal de Ayacucho; miembro de la Junta
para la celebración del Centenario del Gran Mariscal de Ayacucho; miembro de la
Comisión creada para organizar el Museo Boliviano; Orador de Orden en la Junta
Pública que se celebró con motivo de cumplirse el 28 de octubre de 1891, el
tercer aniversario de la fundación de la Academia Nacional de la Historia;
Diputado en la Legislatura del Estado Bolívar; Juez del Crimen; Magistrado de
la Corte Suprema de Justicia; Ministro de la Corte de Casación; Presidente de
la Corte Superior del Distrito; Presidente de la Corte Superior del Estado
Bolívar y Presidente de la Corte Suprema del Distrito Federal.
Nace
en Caracas, el 4 de septiembre de 1843[2],
del matrimonio de Juan Feliciano Rodríguez y Amelia
Rodríguez Comíns. Es bautizado el 21 de julio 1845, por el presbítero José
Trinidad Lozada con el nombre de Teófilo Rosalio, en la Iglesia parroquial de
San Pablo de Caracas. Fue su padrino Don Francisco Díaz[3].
A la edad de 11 años, comienza a cursar el 1º de septiembre de
1854, sus primeras letras en el Colegio de Santo Tomás[4],
llamado posteriormente Colegio de Vargas. Este instituto estaba regido por
Manuel María Urbaneja y Ramón Isidro Montes[5]. Entre sus profesores figuraron eminentes
personalidades como: Agustín Aveledo, Gerónimo Eusebio Blanco, Manuel María
Urbaneja, Eduardo Calcaño y Nicomedes Zuloaga.
El 24 de septiembre de 1860, con motivo
de celebrarse en esa fecha el día de Nuestra Señora de la Merced, advocación a la cual estaba dedicada el Colegio
de Vargas se celebró la distribución de premios y por esa razón se realizó un
acto literario en el que el Bachiller Teófilo Rodríguez disertó sobre el tema: Sin religión no hay Moral[6],
igualmente fue escogido por el Director, Gerónimo Eusebio Blanco, para que en compañía de los bachilleres
Domingo Guzmán y Camilo Alfaro recibieran a los señores examinadores y demás
concurrentes para darles colocación en los asientos que respectivamente les
estaban asignados.
El 1 de septiembre de 1860, inicia sus
estudios superiores[7],
habiéndose matriculado en la Universidad de Caracas para cursar las carreras de
Derecho Canónico y Derecho Civil, las cuales concluye en 1870. A partir de
entonces se consagra con vehemencia al cultivo de la jurisprudencia, donde
alcanzaría su mayor renombre y prestigio. Su carrera docente comienza en 1863
cuando se desempeña como Vicedirector-Secretario del Colegio de Vargas[8],
el cual estaba dirigido por el Doctor Rafael Villavicencio[9].
Allí imparte las cátedras de Geografía Elemental y Geografía General, luego,
dos años más tarde, es catedrático de francés en el Colegio El Ávila.
El 23 de septiembre de 1862, publica el
Reglamento de La Oliva. Sociedad
religiosa bajo la advocación de la gloriosa Asunción de Nuestra Señora a los
Cielos[10].Caracas.
Imprenta de Ramón Alcalde Piña. Del cual era su Presidente y Tomás Lander, su
Secretario. Su objeto era el de crear fondos para celebrar anualmente una
fiesta a la Asunción de María, en el templo parroquial de Altagracia, donde aquella es venerada.
El 7 de enero de 1867, recibe el título
de Doctor en Derecho Civil[11].
El 18 de marzo de 1866, en
compañía de Francisco de Paula Acosta, Agustín Aveledo, Manuel Vicente Díaz,
Adolfo Ernst, Arístides Rojas y Luciano Urdaneta, funda la Sociedad
de Ciencias Físicas y Naturales,[12]
con el fin de realizar estudios sobre la historia
natural
del país e impulsar su estudio. Allí formó parte de las comisiones de Zoología[13]
y Mineralogía[14].
El
6 de Diciembre de 1866, recibe de manos del Doctor Carlos Arvelo, Rector
de la Universidad Central de Venezuela el
título de Licenciado en Sagrados Cánones: Irregularitas ex crimine vel
homicidio voluntario proveniens a jure divino procedit (St Paulus ad Titum, Cap
1 versiculo 6 y 7. 1ª a Timoteum, Capitulo 3, versiculo 2 y 10; y en Derecho
Civil: Yn integuin rectitutio favet ecelessia.ut pote minoubus vigenti quinque
annorum (Deduc cap 1 y 7 de in integrum restitutiones). Sus tesis en lengua
latina versaron sobre:
1.- Restitutio proetoria non conceditur
nisi causa non leavi (Mackeldey-Derecho Romano).
2.- Nepoti ab euroun avibus meliorati
esse possirnt in tertio, etiam parentes viventes (ler 2, fol. 6, lib 5, recop).
3.-Sponsa a marito osculata prius quam
matrimonium consumatum sit, jus habet medietati oarum quae maritus ejus illi
donaverit[15]
(ler 4, fol. 2, lib 5, N recop.).
Se matrícula en el Colegio de Abogados
de la República de Venezuela, como abogado residente en el Distrito Federal.
(Doctor en Ciencias Políticas).
Entre el 5 y el 11 de enero de
1868, publica una elocuente remitido con
el título "Una visita a dos tumbas"
como réplica al artículo que tradujo el Doctor Adolfo Ernst tomado de la Gaceta
Occidentale (Weser Zeitung) que apareció en el periódico "El Federalista" (Nº 1317) referente
a la tumba de San Pedro Alejandrino.
Recién graduado, se le abren las puertas
de la docencia universitaria, pues el 9 de mayo de 1870 es nombrado para
desempeñar la Secretaria Rectoral de la Universidad Central de Venezuela[16],
a pesar de que renuncia al cargo el 14 de diciembre de 1872, alterna la
enseñanza en las facultades de Ciencias Políticas y Eclesiásticas, asumiendo la
regencia de las cátedras de Derecho Público Eclesiástico, Derecho Canónico,
Derecho Administrativo, Derecho Político y Sistema Federal, Derecho Español,
Derecho Penal, Derecho Natural, Derecho Constitucional y Derecho Internacional
Público, actividad que ejerce hasta poco antes de su muerte.
Su participación en la prensa nacional
data con propiedad, desde 1865, cuando, a la edad de 22 años, funda en compañía del Doctor Rafael
Villavicencio el periódico "El Amigo del Progreso. Religión, Ciencias,
Literatura, Bellas Artes, Industria[17]",
siendo éste el primer periódico Religioso, Científico y Literario que se
publicó en Caracas; después nacieron "El
Americano" y la "Revista
Literaria" y a partir de esa fecha, su firma aparecerá en los más
prestigiosos diarios y revistas del país, tales como los Anales
de la Universidad; "El Ángel
Guardián" Hebdomadario religioso, moral, científico y literario[18];
El Bolivarense de Petare; El Cojo Ilustrado; El Entreacto; El Patriota; La
Opinión Nacional; La Tribuna de Petare[19];
La revista científica Vargasia[20]
y en otros órganos del periodismo que acogieron sus escritos.
Sus inquietudes científicas hacen que
sea uno de los fundadores, de la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales,
creada el 18 de marzo de 1866, con el fin de realizar estudios sobre la
historia natural del país e impulsar su estudio. Allí formó parte de las
comisiones de Zoología y Mineralogía. Los otros miembros que le acompañaban
fueron Francisco de Paula Acosta,
Agustín Aveledo, Manuel Vicente Díaz, Adolfo Ernst, Arístides Rojas y Luciano
Urdaneta.
Igualmente forma parte del grupo
fundador del Club Unionista de Venezuela, creado el 14 de octubre de 1866, con
el laudable objeto de prestar su contingente a la paz y prosperidad de
Venezuela y así, propender al mejoramiento moral y material del país, procurar
que la nación esté bien representada en el exterior, y esforzarse en plantear
en nuestro suelo una nueva escuela política, con prescindencia absoluta del
pasado y teniendo únicamente en mira el porvenir. Esta asociación hace absoluta
abstracción de las denominaciones y odiosidades que habían engendrado hasta
ahora los partidos políticos. En compendio, ella procuraba el fomento de
Venezuela y la unión cordial de sus habitantes[21].
El 8 de diciembre de 1867: En el acto de
repartición de los premios de la ilustre Universidad pronuncia en el Templo de
San Francisco, un sendo discurso planteando serias reformas educativas (citado
por Rafael Villavicencio en el discurso pronunciado ante la ilustre Universidad
Central, en el acto de repartición de los premios el 8 de enero de 1869[22].
A su fina pluma debemos la primera
descripción de las famosas cuevas de San Juan de los Morros, visitadas por él
en el año 1873.
En 1878,
participa con un artículo sobre el 19 de abril de 1810 en el Certamen Nacional Científico y Literario
celebrado el 28 de octubre de 1877 por disposición del Gran Demócrata General
Francisco Linares Alcántara, Presidente Constitucional de los Estados Unidos de
Venezuela, en honor de la Memoria Excelsa de Bolívar. Caracas. Imprenta
Nacional. 1878[23].
En 1880,
publica una elegía en prosa titulada A
la memoria de la señorita Carmen Fombona. En Siempre-vivas en la tumba de de la señorita Carmen Fombona[24].
El 3 de febrero de 1881, nace de la
unión con Avelina Meza, su único hijo, el cual llevará por nombre Blas Reinaldo[25].
Llama la atención que entre la larga
lista de generaciones que figuraron entre sus alumnos, destaca de manera especial el Doctor José Gil
Fortoul, quien además de ser su alumno, realizó la pasantía judicial bajo su tutela, por espacio de dos años [26].
El 24 de julio de 1883, en compañía del Doctor José Antonio Ponte,
Dignísimo Arzobispo de Caracas y
Venezuela y Presidente de la Facultad de Ciencias Eclesiásticas de la
Universidad Central y Ezequiel María González, Vicerrector de la Universidad,
es nombrado jurado por la Facultad de Ciencias Eclesiásticas en el certamen
literario promovido con motivo del cumplimiento del primer centenario del
nacimiento del Libertador Simón Bolívar. Los temas escogidos fueron:
1.- La influencia del catolicismo en la
civilización de Venezuela.
2.- La indisolubilidad del matrimonio,
base de la familia en la sociedad venezolana, como se preparó y ha conservado
la moralidad de las costumbres públicas.
El
29 de marzo de 1884, es nombrado
por el Presidente de la República (Guzmán Blanco) Inspector General de los
Exámenes que, al efecto de habilitar los estudios correspondientes al sexto año
en las carreras de Ciencias Políticas y
de Medicina Legal [27].
Un contemporáneo suyo, el Doctor Felipe
Tejera en su obra Perfiles Venezolanos (Caracas, 1888, pág 425-426), nos trazó
este estupenda semblanza gracias al cual
podemos conocer los amables rasgos de su modesta figura y personalidad: "Teófilo Rodríguez es un caballero educado
como pocas figuras en los altos salones; fino de porte y como vaciado en los
moldes de la urbanidad de Carreño. Le adornan prendas extremadas como ciudadano
y como amigo, y aunque de carácter un tanto meticuloso y desconfiado, sabe
conservar la simpatía que desde luego se capta en el trato social, así por la
pulcritud de su conducta como por la exquisita urbanidad de sus maneras".
Otra visión de su consumada laboriosidad nos las las trasmite Don José Güell y
Mercader (Hortensio) [28] quien consigna su opinión de esta
manera:"En sus tradiciones populares
de Caracas, colección de artículos empezados a publicar en una revista
venezolana, revela asimismo buena disposición para investigar y exponer
noticias curiosas e interesantes, sin incurrir en el defecto de pesadez en que
suelen caer los que este género literario cultivan".
Su contribución al estudio del folklore
nacional queda plasmado en su obra "Tradiciones
Populares". Colección de Crónicas y Leyendas Nacionales narrada por
varios escritores patrios. impresa en Caracas en 1885, escritas con sencillez y
agudeza, además, es autor de una serie de artículos y crónicas de costumbres,
entre los cuales merecen citarse los intitulados: A orillas del mar; "Contribución al Folk-lore: Ligeras muestras
de medicinas popular[29]”; "Contribución al folk-lore: Sobre la frase dar calabazas[30]";
El Carretón de la Trinidad; El Fantasma; El Hermano Penitente; El Hogar
Campesino[31];
El Reloj de Piedra de San Jacinto[32];
"La ineludible Ley...[33]";
La Luz del Tirano de Aguirre; La Mula
Maniatada; Los Espantos y Tesoros; Supersticiones relativas al matrimonio.
(Extracto de un trabajo remitido a la Sociedad de Tradiciones Populares de
París)[34];
Un editorial como otro cualquiera; Una
hora de Meditación; una breve reseña biográfica del Doctor Gerónimo Eusebio
Blanco Rivas (1819-1887). [35],
"Fraternidad[36]", "El
5 de julio"[37],
"Con ocasión del centenario del
natalicio de Bello[38]".
En 1885, publica su obra "Tradiciones Populares" Colección de
Crónicas y Leyendas Nacionales narrada por varios escritores patrios. (Caracas.
Imprenta Editorial (Este 6) 1885. 340, [4] p. 22 cm), correspondiente al
folklore del centro del país. Obra que comenzó en 1871. Con esta obra ha hecho
un verdadero servicio a la literatura nacional, pues ellas vienen a ser como
bocetos de aquella época. Dicho libro contiene, aparte de algunas tradiciones
nacionales debidas por su pluma, recoge otras de diversos escritores patrios.
El 3 de julio de 1888, se le concede la
uso de la condecoración "Medalla en
honor de Instrucción Pública" creada por Decreto del 27 de enero de 1877, para premiar los
servicios prestados y méritos adquiridos en este importante ramo[39]
y seis días más tarde, con motivo de cumplirse el primer aniversario de la
muerte del Ilustre Académico Doctor Gerónimo Eusebio Blanco publica en La
Opinión Nacional[40]
una necrología.
En compañía de Luis Espelozín edita en
1889 una obra con el título "Reformas
Constitucionales".
Cuando el Presidente Juan Pablo Rojas
Paúl establece en 1888 la Academia Nacional de la Historia, escoge su nombre
para que como Individuo de Número ocupe el Sillón Letra R[41]
y así premiar su alto prestigio como jurista (In utoque jure) y estudioso de la
historia. Su vida académica fue igualmente fructífera, allí realizó una brillante y lúcida actuación
recibiendo la distinción de ser elegido Archivero-Anticuario[42];
Bibliotecario; Miembro de la Comisión de Anales[43];
Miembro de la Comisión de Cuentas[44],
Miembro de la comisión permanente de Biblioteca; Tesorero[45]
y Secretario en seis oportunidades46.
En 1890 se desempeña como Director de la
Escuela Politécnica de Caracas, el primer liceo creado en nuestro país,
conocido modernamente con el nombre de Liceo Andrés Bello. De esta época, el
escritor Guillermo Cabrera Domínguez al hacer la historia de esta importante
institución nos trasmite el siguiente perfil docente: "Hay una hermosa
mañana y el profesor está leyendo a sus alumnos la hermosa fábula de Lafontaine
El lobo y el cordero, con el fin de
que éstos desarrollen un tema libre sobre su contenido. De repente hace su
entrada en el salón de clases un presuntuoso y arrogante oficial quien, sin
mucho miramiento y después del saludo de rigor, participa al profesor de parte
de su coronel, que debe abandonar lo más pronto posible el recinto donde
funciona esa escuela debido a que la casa en cuestión va a ser utilizada como
cuartel. Seguidamente el engreído militar se marcha con evidente desenfado
dejando al maestro y alumnos la oportunidad de comprobar con amargura la sabia
moraleja de la fábula donde el más fuerte impone su condición al más endeble.
Es la época en que los lobos se nutren de la flaqueza y debilidad de los
corderos. Desde ese día Don Teófilo Rodríguez, que así de llama el nuevo
Director, se ha concretado en buscar aquí y allá un nuevo local para su fábrica
de sueños y al fin la encuentra entre las esquinas de Hoyo y Castán.
Contemplamos la vivienda y podemos darnos cuenta de que es más pequeña que el
local de La Viñeta. Tiene, sin embargo, espacio suficiente para poner a
funcionar los tres cursos que se dictan para entonces, y allí se va Don
Teófilo, con su rebaño de promesas a pasar trabajos y penurias, pero firme en
su afán de enseñar y educar a sus muchachos.
Nos llama la atención una campana dorada
que acaba de traer de España el padre agradecido de un alumno del plantel y que
ha sido colocada a las puertas de la Dirección para que anuncie, con su alegre
canto, el comienzo y el final de clases. Por cierto que nos hemos enterado de
que los muchachos, con su sabia y picaresca ocurrencia, la han bautizado como La soprano de Don Teófilo.
Más
adelante Cabrera Domínguez expresa:
"Observemos
con atención cuanto está ocurriendo en la casa de Castán. Resulta que los
dueños del inmueble han resuelto habitarla de nuevo y han enviado al maestro
Rodríguez una fría e indiferente comunicación donde le participan que tiene
tres meses para buscar otro lugar para su escuela. Nuevamente surgen la
angustia y las nerviosas diligencias por la consecución de un nuevo inmueble
que reúna las condiciones para el funcionamiento de la institución. Al fin, lo
encuentran entre las esquinas de Santa Teresa y Cruz Verde. Podemos observar
cómo va llegando nuevamente esta legión de soñadores y también podemos
comprobar cuánto ha crecido con el tiempo. Allí se encuentran los muchachos
reunidos alrededor de una antigua fuente siciliana que adorna el patio de la
nueva mansión.
Desde donde nos encontramos, podemos oír
sus bromas, sus gritos y algazaras y podemos apreciar también cómo abundan los
empujones y cómo algunos han caído al agua de la fuente, obligando al Director
a retirar el cristalino líquido y dejar la pila seca, pues son muchos los
resfriados y catarros que han afectado a estos nuevos y bulliciosos inquilinos.
Desde la galería principal podemos ver de nuevo la soprano de Don Teófilo
dirigiendo con su canto las actividades de maestros y alumnos.
Un sorpresivo terremoto ha puesto a
crujir y a rechinar techos, puertas y ventanas en toda la ciudad y la vieja
casa de Cruz Verde no escapa a la acción del fenómeno telúrico y su pesada
estructura amenaza con caerse obligando a Don Teófilo a salir precipitadamente
del local y a buscar de nuevo sitio donde mudar su escuela y poder continuar en
su nómada existencia. La encuentra en la esquina de Colón y allá se marchan en
tropel, la soprano de Don Teófilo, seguida de cerca por maestros y alumnos,
estos últimos en su condición de gente joven van gritando y comentando
alegremente, completamente ajenos a las penurias de sus esforzados dirigentes
por labrarles un porvenir"[46].
El 28 de octubre de 1891, fue elegido
Orador de Orden en la Junta Pública que se celebró en la Academia Nacional de
la Historia con motivo del tercer aniversario de su fundación[47].
Por excitación de la Junta organizadora
de la exposición Colombina de Chicago, efectuada en 1893, remite una memoria
sobre el Folklore, la cual fue leída y bien acogida en el congreso de
folkloristas reunidos en aquella ciudad.
El
21 de junio de 1893, firma el Acta de promulgación de la Constitución
Venezolana de ...., verificada solemnemente a las 4 de la tarde del 5 de julio
del mismo año, en el salón de recepciones de la Casa Amarilla[48].
El 3 de febrero de 1895 fue designado
Orador de Orden en la Conmemoración de la fiesta del Centenario del nacimiento
del General Sucre. A nombre de la Junta Directiva del Centenario, pronunció un
brillante discurso en el Salón Elíptico del Congreso Nacional. En ese mismo día se inauguraron los cuadros de las batallas
de Boyacá, Junín y Carabobo.
El 23 de mayo de ese mismo año, es nombrado miembro de la Junta para la celebración del Centenario del Gran
Mariscal de Ayacucho (3-2-1895), con el fin de organizar la conveniente
celebración del Centenario en el Distrito Federal. Estaba compuesta además por
los siguientes ciudadanos: Doctor Agustín Aveledo; General Pedro Arismendi
Brito; Luis Alberto Sucre; Doctor Lucio Pulido; Tomás Michelena; Henrique L.
Boulton; Juan E. Linares; Agustín Valarino; Doctor Adolfo Ernst; Doctor Jorge
Nevet; Jacinto Gutiérrez Coll; José Antonio Mosquera; Carlos Santana[49].
El 13 de diciembre de 1902, en compañía
de un grupo de profesores de la Universidad Central de Venezuela, firma un
manifiesto para aplaudir la actitud patriótica asumida por el supremo gobierno
ante el bloque efectuado por las potencias extranjeras ese año.
Los otros profesores fueron José
A.Baldó, Luis Razetti, Bernardo Esteves, Federico Urbano, Miguel R Ruíz, P.
Hermoso Tellería, A. P. Mora, Pablo Acosta Ortíz, Juan de Dios Villegas Ruiz,
E. Delgado Palacios, Luis Sorian, J. Díaz, G. Delgado Palacios, Carlos León,
J.B. Bance, Jose Gregorio Hernández, F.A. Alfaro, Felipe Tejera, Carlos F.
Grisanti Franceschi, Félix Montes, Tomás C. Llamosas, S. Vaamonde Blesbois, T.
Aguerrevere Pacanins, Juan Pablo Tamayo, H.O.Lupi[50].
El 14 de enero de 1906, es designado Orador de orden para contestar
el Discurso de Incorporación a la Academia Nacional de la Historia del
Presbítero Doctor Ricardo Arteaga, quien disertó sobre el tema La Ley Moral en
la Historia[51].
El
20 de mayo de 1908, junto a Laureano Villanueva y Manuel Antonio Díez,
presenta a la Academia Nacional de la Historia sobre el tema ¿Qué punto de
Hispano América fue el primero en apellidar Independencia a la Madre Patria.?,
el cual fue aprobado en su sesión ordinaria del día 29 de julio de ese mismo
año y fue publicada en los Anales de la Universidad Central de Venezuela[52]
y en la Memoria de la Academia Nacional de la Historia, ahí se afirmaba que el
19 de abril no era el día iniciativo de nuestra independencia, sino que ese día
se ejerció de hecho, el primer acto de soberanía popular, deponiendo a las
autoridades coloniales, aunque simuladamente se guardara fidelidad a la Corona
de Fernando VII, por entonces juguete baladí de Napoleón.
El año siguiente, forma parte de los
profesores Examinadores de Número de la cátedra de Derecho Constitucional y
Derecho Administrativo de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad
Central[53].
En cumplimiento del Decreto Ejecutivo de fecha 28 de marzo de 1911 y por disposición del Ciudadano Presidente Constitucional de la República, General Juan Vicente Gómez, del 1º de mayo de ese mismo año, es nombrado miembro de la Comisión creada para organizar el Museo Boliviano, cuya finalidad era el acopio y la organización del Museo. Por el Ejecutivo Federal firmó el Ministro de Relaciones Interiores, General Francisco Linares Alcántara¨(55). Dicha comisión estaba integrada además por Felipe Francia, Vicente Lecuna, Manuel Segundo Sánchez y Christian Federico Witzke[[56]]. En ese mismo año fue jubilado de la Universidad Central de Venezuela con una pensión de Bs. 200
El 3 de enero de 1911, fallece su madre Doña
Amelia Rodríguez Comíns de Rodríguez, a la edad de 81 años[54].
En cumplimiento del Decreto Ejecutivo de fecha 28 de marzo de 1911 y por disposición del Ciudadano Presidente Constitucional de la República, General Juan Vicente Gómez, del 1º de mayo de ese mismo año, es nombrado miembro de la Comisión creada para organizar el Museo Boliviano, cuya finalidad era el acopio y la organización del Museo. Por el Ejecutivo Federal firmó el Ministro de Relaciones Interiores, General Francisco Linares Alcántara¨(55). Dicha comisión estaba integrada además por Felipe Francia, Vicente Lecuna, Manuel Segundo Sánchez y Christian Federico Witzke[[56]]. En ese mismo año fue jubilado de la Universidad Central de Venezuela con una pensión de Bs. 200
El 24 de diciembre de 1912, con motivo de un informe que presenta a la
Academia Nacional de la Historia el misionero capuchino Fray Froilán de
Rionegro para fijar la fecha de la fundación de Caracas, la Academia Nacional
de la Historia nombra una comisión formada por los Doctores Teófilo Rodríguez,
Francisco Tosta García y Pedro Manuel Arcaya para que opinaran sobre dicha proposición,
afirmando que era interesante, y merecía publicarse en el boletín, sin embargo
recomendaron a la Academia abstenerse de decretos hasta que se tenga averiguada
en forma definitiva esta fecha, cuando no aparezcan nuevos documentos que
refuercen definitivamente este punto[57].
Con motivo de una consulta enviada por
el Ministro de Instrucción Pública,
el 8 de enero de 1913, Preside la
Comisión nombrada por la Academia Nacional de la Historia para examinar los
documentos relativos al General Manuel Piar. Sus conclusiones fueron presentaron al Señor Director en un informe[58].
El 14 de febrero de 1914, a raíz de la publicación que hizo la Casa
Ollendorff en 1912, del famoso Diario de Bucaramanga de Luis Perú de La Croix,
el Señor Manuel Pinzón Uzcátegui dirigió
una carta circular a los historiógrafos más eminentes de Venezuela y Colombia,
inquiriendo su opinión sobre el juicio emitido por Blanco y Azpurúa acerca de
la autenticidad de la mencionada obra. La opinión de Teófilo Rodríguez fue: "Con dicho manuscrito se había
tratado de imitar las conocidas Memorias de Santa Elena, para lo cual el que
concibió la idea y la llevó a ejecución con este o aquel propósito no se ciño
en su trabajo a narrar con exactitud los juicios y opiniones que el Libertador,
departiendo con los fieles amigos y admiradores que lo acompañaban en sus
últimos días, les exponía en el seno de la confianza, decaído ya en su físico,
pero sereno en su espíritu en medio a la tormenta que contra el grande hombre
habían desencadenado los enemigos de su gloria. En esta virtud estoy de acuerdo
en el fondo con el juicio que acerca del enunciado Diario formularon los
distinguidos y honorables investigadores General José Félix Blanco y Don Ramón
Azpurúa[59]".
El 4 de julio de 1914, recibe este egregio
ciudadano una nueva distinción, la Academia Venezolana de la Lengua,
correspondiente a la Real Española le reclama su presencia como Individuo de
Número para ocupar el Sillón A[60],
incorporándose a esa Docta Corporación
el 21 de marzo de 1915[61]
con una disertación, acerca de los méritos de la Lengua Española[62].
La voz de la Academia la llevó el Doctor Santiago Key Ayala, quien al darle la
bienvenida en la loa del recipiendario lo recuerda dedicándole estas palabras:
"Entre papeles amarilleados, de viejos textos latinos; entre manuscritos
de historia patria, títulos de propiedad escritos con vigorosa letra gótica,
folios e infolios de la curia eclesiástica, el Doctor Rodríguez ha preservado
aquella primera orientación de su espíritu que en su juventud le llevó a la
redacción de periódicos literarios, en muy honesta compañía... El Doctor
Rodríguez civilista y canonista, ha sido fiel, toda su vida, a la lengua de los
Césares Augustos, augusta como ellos. En medio del casi unánime desdén que
entre nosotros ha enterrado al latín, es de los pocos iniciados que en la
soledad penumbrosa del gabinete de trabajo han sabido alumbrarse con la lámpara
de su fe. Su especialización en estudios canónicos le ha permitido
acrecentarla, como que la Iglesia tiene la alta sabiduría de perpetuar, con el
latín, el recuerdo de que fue engendrada y amamantada en la cama de leones del
Imperio Romano[63]".
El
10 de julio de ese mismo año, por Comisión de la Academia Nacional de la
historia presenta en compañía del Doctor Julio Calcaño al Señor Director de la institución un
informe para abrir concepto sobre " Relación de la Salida de Porlamar del
General José Francisco Bermúdez en 1815" apoyando la publicación en el
Boletín[64].
Su vastísima erudición lo llevó a ocupar
un sitial de honor como orador, notable jurista, conocedor profundo de otras
lenguas (francés, inglés, griego y latín), brillante autor de estudios de
historia, los cuales realiza con un criterio imparcial y justiciero, le
permitieron ocupar un puesto importante en la vida pública venezolana.
El 26 de septiembre de 1915, ofrece el discurso de contestación al de
recepción como individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua, del
Doctor Manuel María Villalobos[65].
El 8 de diciembre de 1915, se extingue
su periplo vital, a los 72 años de edad, debido a una nefritis (Mal de Bright)[66],
en una modesta casa caraqueña situada entre las esquinas de Carmen a Puente
Arauca, Nº 58. Su muerte fue lamentada en los círculos intelectuales y en el
seno de la sociedad. El periódico La Religión publica al día siguiente la
noticia de su fallecimiento así: "Murió
cristianamente el Señor Doctor Teófilo Rodríguez. Fue una vida laboriosa y
útil. Doctor en ambos Derechos, miembro de ambas Academias; periodista,
profesor, Juez unas veces, y otras abogado en ejercicio. Escribió y recopiló
nuestra Tradiciones. Su recuerdo es plácido. Nuestro pésame a su familia.
Nuestros sufragios por el amigo". Su deceso constituyó un duro golpe
para la Universidad Central de Venezuela, pues perdía a uno de sus más
brillantes catedráticos, para las Academias a las cuales perteneció, ya que
expiraba uno de sus más sobresalientes, abnegado y eficiente colaborador y para
el campo del derecho al sucumbir uno de sus más eminentes juristas.
Bibliografía
1 De acuerdo con el artículo 8 del
decreto ejecutivo de 7 de enero de 1893. El Ateneo se instaló en Comisión
preparatoria el 1º de febrero, en el Paraninfo de la Ilustre Universidad
Central. Véase: Exposición que el
Ministro de Instrucción Pública presenta al Jefe del Poder Ejecutivo Nacional,
de los asuntos de su departamento, desde el establecimiento del Gobierno de la Revolución encargado de la
reconstitución de la República, hasta abril de 1893. Caracas. Imprenta Bolívar.
1893. p. 133.
2 Archivo Diocesano de Caracas
correspondiente al año de 1843.
3
En un principio la Fe de Bautismos se encontraba en el fol. 47 del Libro 8º general de Bautismos de la parroquia
de San Pablo. , pero por orden del
Provisor Diego de Córdoba se trasladó al
" Libro 10 general de bautismos de la Iglesia Parroquial de San
Pablo, fol. 136.
Archivo Arquidiocesano
de Caracas.:" Libro 10 general de
bautismos de la Iglesia Parroquial de San Pablo”. fol. 136.
4 Estaba ubicado en la calle de Carabobo, casa Nº168,
Esquina de Catedral.
5 Véase: "Diario de
Avisos" Nº 175 del sábado 26 de agosto de 1854.
6 Véase: "El
Heraldo" Año II, Trim VI, Nº 168 del 10 de agosto de 1860; 169 del 14 de
agosto de 1860 y 170 del 17 de agosto de 1860.
7 Para esa época vivía
en la Calle del Juncal, casa Nº 101. UCV: Archivo
Universitario:"Expediente Universitario. Libro Nº 68, Exp, 38 y "Bachiller
y Licenciado en Derecho Civil y
Canónica”. 1867. Libro 15, Exp 12-13.
8Se encontraba situado
en la calle los Bravos, Nº 32, en la esquina El Conde.
9 Véase "El Federalista". Nº 55 del
3-10-1863.
10Fue instalada el 23 de
agosto de 1862.
11Véase:
expediente Nº 429. Catálogo de expedientes de grados académicos. Anales que
existen en el archivo de a UCV formado por el Doctor Vicente G. Guánchez, Secretario Jubilado de la
Universidad. en Anales de la UCV. 1906. Archivo Universitario: Expediente
Universitario "Libro 39, Expediente
8".
12 La fecha de la última
Acta que se conserva es del 11 de noviembre de 1870.
16 Los otros miembros
eran: Anton Goering, Cristóbal Rojas, Gualterio Chitty. Francisco Conde,
Francisco de Paula Acosta. etc.
17 Esta comisión estaba
formada. además por Arístides Rojas, Francisco Conde, Simón Ugarte, Manuel
Vicente Díaz, Luciano Urdaneta, Rafael Villavicencio y Jesús Muñoz Tébar.
18 Véase: expediente
universitario de Derecho Civil y Derecho Canónico, Leg. 52 expediente 181 y
336.
19 Universidad Central de Venezuela:
Archivo Histórico Universitario: Libro de nombramientos de Secretarios y
Oficiales. 1839-1881. V=2; T=2; N=324. fol. 290-291.
20 En 1868, colabora en
la revista científica Vargasia[1]: Órgano de la
Sociedad de Ciencia Físicas y Naturales, publicada con el fin de contribuir al
desarrollo de la ciencia en nuestro país. junto a él colaboraban hombre de la
talla de Adolfo Ernst. Arístides Rojas, Rafael Villavicencio, Jesús Muñoz
Tébar, Lino de Revenga, Arístides Rojas. y otros. Esta revista tuvo una efímera
duración, publicando los siguientes Nº: El 1-3 corresponde a enero, febrero y
marzo de 1868; el Nº 4 al mes de abril;
el nº a mayo; el 6 a septiembre de 1869; y el 7 en 1870.
21 Véase: "El
Federalista". Año IV, Mes IV Nº
959, caracas, lunes, 22 de octubre de 1866. p. 3.; Nº 966 del
30 de octubre de 1866, p. 2; Nº 973, del jueves 8 de noviembre de 1866,
p. 3. ; Nº 976 del lunes 12 de noviembre de 1866. p. 1; Nº 979, del jueves, 15
de noviembre de 1866.
22Véase: El Federalista
Nº 1.299 del 11 de diciembre de 1867;
Nos Nº 1621, 1622, 1624, 1626, 1629 de 22.23.26 y 28 de enero y 1º de
febrero de 1869 y Pensamiento político Venezolano del siglo XIX tomo 13.
p. .
23p. 117 a 121.
24 Imprenta Venezolana.
Caracas. 1880. p. 97-98.
25 Se casó Mercedes López
Candebat, y de ese matrimonio nacieron 7 hijos: Teófilo, Benita Avelina (Hna
Miguelina de la Congregación de San Francisco de Asís), Angelina Elena, Miguel
26 Felice Cardot,
Carlos.:"Venezolanos de Ayer y Hoy".
Ministerio de Educación. Departamento de Publicaciones. Caracas. 1971.
27 Véase: Memoria que presenta al Congreso de los
Estados Unidos de Venezuela el Ministro de Instrucción Pública en 1885.
Tomo II. Vol. 1. Doc. 38. p. 28 y ss.
28 Publicada en el tomo
II de su obra Literatura Venezolana
(Ofrenda al Libertador en su primer centenario. Impresa por disposición del
Ilustre americano, Regenerador, Pacificador y Presidente de los Estados Unidos
de Venezuela General Guzmán Blanco, 1883, página 558.
29 En: la revista "El Cojo Ilustrado" nº 67 del 1 de
octubre de 1894, p. 381-382.
30 En: "El Cojo Ilustrado" Nº 56, del 15 de
abril de 1894 p. 150.
31 En: "El
Cojo Ilustrado" nº 59 del 1 de junio de 1894, p. 208-209
32 En: El Cojo ilustrado.-Caracas. Nº 122 del 15 de enero de 1897, p.
96. Fue reeditado en la revista "Crónica de Caracas" Nº 33 de abril-junio de 1957.
96. Fue reeditado en la revista "Crónica de Caracas" Nº 33 de abril-junio de 1957.
33 En: "El Cojo Ilustrado" (Edición de
Gala). Véase: Nº 97, del 1 de enero de 1896,
p. 11. (Autógrafo).
34 En: "El Cojo Ilustrado" Nº 52, del 15
de febrero de 1894. pp. 55-56.
35 En: "El Cojo
Ilustrado" Nº 87 del 17 de julio de 1895. P. 458-460
36 En: la "Ofrenda de la Junta Central Directiva del
Concierto Artístico Literario celebrado en (el Teatro Caracas la noche de) el
día 22 de marzo, en beneficio de los desgraciados de Andalucía p. 33 a 37.
37 En: El Amigo del
Progreso" Nº 14) del 6 de julio de
1865.
38En: El Ángel Guardián Nº 83
del 29 de noviembre de 1881.
39 Véase: Memoria
que presenta al Congreso de los Estados Unidos de Venezuela el Ministro de
Instrucción Pública en 1889.-Caracas. Tipografía El Cojo. 1889. Tomo 1. p.
479.
40 Año XXI, mes VII, Nº
5.652.
41 El 11 de julio
de 1889.
42 Fue nombrado el 10 de
marzo de 1909, por fallecimiento del
Doctor José María Manrique. Véase: Memoria que presenta el Ministro de
Instrucción Pública al Congreso de los
Estados Unidos de Venezuela en sus
sesiones ordinarias de 1911. Tomo II. Caracas. Imprenta Nacional. 1911.
43 Véase: Exposición que presenta al Congreso de los
Estados Unidos de Venezuela el Ministro de Instrucción Pública en 1902.
Caracas. Imprenta Bolívar. p. 23. y Anales
de la Universidad Central de Venezuela. Año II, Tomo II, Nº 1. 1901.
Caracas. Tipografía Universitaria. 1901. p. 439-440.
44 En 1895. Véase:
Memoria que presenta al Ministro de Instrucción Pública al Congreso de los
Estados Unidos de Venezuela en 1896. Caracas. Imprenta
Colón. p. 534 a 536
45 La primera vez el 15
de mayo de 1909, y la segunda en su
sesión del 21 de mayo de 1913, para
regirla en el bienio que termina el 30 de dicho mes del año 1915. (Véase:
Memoria del Ministerio de Instrucción Pública de 1914. Tomo II. Caracas.
Imprenta Nacional. 1914. Doc.
46 Cabrera Domínguez,
Guillermo.: Liceo "Andrés
Bello" un forjador de valores. Una tierna narración sobre la historia
del primer Liceo de Venezuela escrita por un antiguo alumno del Instituto con
motivo de su Primer Centenario". Caracas. 1993. Academia Nacional de la
Historia, Serie Estudios, Monografías y Ensayos, nº 161, p. 38-40.
47 Véase:
Discurso de orden leído por el Académico Señor Doctor Teófilo Rodríguez
en la Junta Pública que la Academia Nacional de la Historia celebró el 28 de
octubre de 1891 en conmemoración del tercer aniversario de su fundación.
Caracas Tipografía de la Opinión Nacional. 1891. 29 p. Hay un ejemplar en la
B.N. Bajo la signatura V23 C 457).
48 Véase: Memoria que
presenta el Ministro de Relaciones Interiores al Congreso de los Estados Unidos
de Venezuela en 1894. p. 22 a 25.
49 Véase: Memoria que
presenta el Ministro de Relaciones Interiores al Congreso de los Estados Unidos
de Venezuela en 1895. p. 304 a 306).
50 Véase: Boletín del
Archivo Histórico de Miraflores Nº 38 p. 46.
51Véase: Discursos leídos
en la Academia Nacional de la Historia en la recepción pública del Señor
Presbítero Doctor Don Ricardo Arteaga el día 14 de enero de 1906. Caracas.
Tipografía Americana. 1906. En el fondo bibliográfico especial de la B.N. Sig:
V.24 C109.
52 p. 22 a 48; Véase: Memoria que presenta el Ministro de
Instrucción Pública al Congreso de los
Estados Unidos de Venezuela en sus
sesiones ordinarias de 1911. Tomo II. Caracas. Imprenta Nacional. 1911. p.
746.
52 Véase: Memoria que presenta el Ministro de
Instrucción Pública al Congreso de los
Estados Unidos de Venezuela en sus
sesiones ordinarias de 1910. p. 722.
53 Véase: Memoria que presenta el Ministro de
Instrucción Pública al Congreso de los
Estados Unidos de Venezuela en sus
sesiones ordinarias de 1910. p. 722.
54 Fue enterrada a las 9 a.m
del día siguiente. Véase: El Universal Nº 566, Año II, del martes 3 de enero de 1911. p. 4. y Libro
de entierros del Cementerio General del Sur, correspondiente a ese año. (de abseso hepático, Santa
Teresa, Médico Pablo Acosta Ortíz; parcela 3-5-84).
55 Véase: Gaceta Oficial.
Nº 11.298 del miércoles, 3 de mayo de 1911 (Año XXXIV, Mes VII) p. 1.
56 Véase: Memoria que
presenta el Ministro de Relaciones Interiores al Congreso de los Estados Unidos
de Venezuela en sus sesiones ordinarias
de 1912. Tomo II. Caracas, Imprenta Nacional. 1912. p. 663.
57 Véase: Boletín de la
Academia Nacional de la Historia.-Caracas. Nº 1 del 31-3- 1913. Tipografía
Americana. p. 3-11.
58 Véase: Boletín de la
Academia Nacional de la Historia.-Caracas. Año 1913. p. 13 a 20.
59 Véase: Manuel, Pinzón
Uzcátegui.: "Crítica Histórica sobre
el diario de Bucaramanga". Caracas, Lit. y Tip. del Comercio. 1914. p.
78-79.
60 Véase: Acta de la
Sesión Nº 1526 correspondiente al jueves 4 de junio de 1914 en el Libro de
Actas de la Real Academia Venezolana de la
Lengua.
61 El periódico El Universal.-Caracas. (Nº 2.081 del 21
de marzo de 1915. p. 7 y el Nº 2.082 del
22 de marzo de 1915. p. 1.) la reseñó así: "A las 3 1/2 de la tarde, se efectuará en la Academia Nacional de Bellas
Artes, la Recepción Pública y solemne del Señor Doctor Teófilo Rodríguez, como
individuo de Número de la Academia Venezolana correspondiente a la Real
Española. Contestará a su discurso de incorporación el Señor Doctor Santiago
Key Ayala”.
62 Con tal motivo se
reunió la Academia en el salón de Bellas Artes con el objeto de recibir en acto
público y solemne al Académico electo Doctor Teófilo Rodríguez, Presidieron el
acto los Ministro de Instrucción pública y de Relaciones Interiores (Doctor
Pedro Manuel Arcaya). Asistieron además los Doctores Francisco de Sales Pérez,
Julio Calcaño, Felipe Tejera, Rafael Villavicencio, Juan de Dios Mérida, Pedro
Emilio Coll, Santiago Key Ayala, el Delegado de Su Santidad Monseñor Carlos
Pietro Paoli, el Excelentísimo Señor Ministro de España Don Juan Servert y
otras altas personalidades de la vida Nacional. La banda marcial amenizó el
acto (Véase: Discursos leídos en la Academia Venezolana correspondiente de la
Real Española en la recepción pública del Señor Doctor Don Teófilo Rodríguez,
el 21 de marzo de 1915. Imprenta Bolívar. Caracas. 1915. 38 p. y Acta
de la Academia Correspondiente de la Lengua Española Nº 1562).
63 El 1 de abril de 1915,
la revista "El Cojo Ilustrado"(Nº 559, Año XXIV, p. 198), publica una
breve reseña (con fotografía) del acto de incorporación como individuo de
Número en la Academia Venezolana de la Lengua, congratulándose por su nominación.
63 Véase: Boletín de la Academia Nacional de la
Historia.-Caracas. Nº 3 del 30 de septiembre de 1814, p. 117-123. Tip Vargas.
64 Véase: discurso leído en la Academia
65 Véase: discurso leído en la Academia
Venezolana de la lengua correspondiente de la Real Española en la recepción
pública del Señor Don Manuel María Villalobos el día 26 de septiembre de 1915.
Caracas, Tip Vargas, 1915)
66 Véase: libro de defunciones de la Parroquia Santa Teresa,
Departamento Libertador del Distrito Federal, Expediente Nº 185 de 1915. En el
Registro principal del Distrito Federal y periódico "El Universal"
Nº. 2.342 del lunes 9 de diciembre de 1915. Pág 1 a 7.
* Bisabuelo del Dr David Chacón Rodríguez,Subsecretario del Club Médico Caracas.
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