“Jamás
se había visto un combate ni más desigual ni más glorioso para las armas de la
República. El General Páez y sus compañeros
se han excedido a sí mismos haciendo mucho más de lo que debía esperarse
de su valor e intrepidez”…”la proeza más extraordinaria que puede celebrar la
historia militar de las naciones”
Boletín del Ejército Libertador, 3 de Abril de 1819 y Proclama de la
misma fecha en Escritos del Libertador, Documentos 3663 y 3664, Tomo XVI
La batalla de
las Queseras del Medio (2 de Abril de 1819), constituye para los hombres de
armas un crisol de enseñanzas, pues
permite demostrar la primera característica que debe poseer y poner en práctica
un verdadero conductor de tropas la cual no es otra que la capacidad de poder ver
y valorar el poder del enemigo, determinando los medios para vencerlo y luego
concebir el plan o maniobra necesaria para vencerlo.
De acuerdo a lo
expresado por el historiador José Febres Guevara, gran estudioso de este hecho
bélico, las Queseras del Medio no fue un hecho casual, sino un plan debidamente
concebido por el General de División José Antonio Páez, quien sabedor de los
problemas que afectaban a su ejército, pero a la vez gran conocedor del medio ambiente llanero que lo rodeaba,
decide enfrentar al todopoderoso español Pablo Morillo.
Este gran
militar ibérico, desesperado al ver que sus filas iban diezmando por los
ataques continuos por parte del gran centauro llanero, decide lanzar un 2 de
Abril, un ataque con más de 1500 hombres
para alcanzar y destruir las tropas de Páez. Ese dia los dos ejércitos se
encontraban separados por el rio Arauca; Páez concibe la idea de sorprender a
los realistas con un cuerpo de caballería, comandados por él y pide
voluntarios: todos se ofrecen hasta sumar 154 hombres,
excelentes lanceros y mejores jinetes.
Pasan el rio sin ser vistos y ya en la
sabana arisca, se acerca al trote a las filas realistas. Morillo al
distinguirlos a lo lejos, lanza su caballería con mas de 1000 hombres con el
fin de envolver al poco más de un centenar de patriotas. Al acercarse unos a
otros, Páez y sus lanceros simulan huir
al trote pero a su vez van acortando la carrera y disminuyendo la distancia que
los separaban del enemigo. Don Eduardo Blanco escribió: “…Tres cuerpos de
caballo apenas los separan. Los brazos se extienden, los sables se levantan, la
sangre va a correr. Llegó el momento”…”Un grito agudo resuena de improviso
dominando el estrépito. Grito que encierra una orden terrible. La de Páez:
VUELVAN CARAJO …! Todos la oyen y la obedecen con la suprema rapidez del rayo”
Morillo ve con terror como su caballería es
arropada y destruida por aquellos hombres numéricamente inferiores pero
superiores como soldados y de inmediato
su clarín toca a retirada.
Lo que allí paso “no tiene ejemplo en los
fastos del heroísmo humano” apuntaba Blanco en su Venezuela Heroica.
A
LOS BRAVOS DEL EJERCITO DE APURE
Proclamo Simón Bolívar al premiar a esos 154 bravos con José Antonio
Páez a la cabeza, con la CRUZ DE LOS LIBERTADORES.
CARACAS, 2 de Abril de 2014
A 195 de la epopeya
(*) Médico Pediatra
1 comentario:
Excelente artículo. Muy admirador de tal proeza humana de Páez y sus lanceros.
Publicar un comentario