sábado, 20 de septiembre de 2014

VICENTE SALIAS: PROCER, MEDICO Y POETA




                                                
Rafael Arteaga Romero.
 Nacido en Caracas el 23 de Marzo de 1776, según consta en los archivos de la catedral  capitalina,  Vicente Salias quizás sea mas conocido de todos los venezolanos como el autor de la letra del himno nacional de nuestra república  conjuntamente con su figura de prócer destacado en  los sucesos políticos de 1810, y menos por su faceta de fino poeta asentada en su profesión de médico. Por su activa presencia en la Sociedad Patriótica, creada ese mismo año por jóvenes radicales y pro independentistas su nombre sobresale extraordinariamente en los anales patrios, en forma tal que es preciso reconocer que pertenece mas a ellos que a la historia médica venezolana.
 Vicente Salias fue uno de los miembros mas prominentes de la Sociedad, asistiendo con regularidad a las sesiones en las cuales participaba con verbo encendido activamente, demostrando su celo republicano, expresado luego por escrito en “El Patriota de Venezuela” órgano periodístico del grupo y del cual era su director.  
 Como una consecuencia de los sucesos del 19 de Abril de 1810 donde los hermanos Francisco y Vicente Salias tuvieron destacado protagonismo, se instala la Junta Suprema de Caracas, la cual decide enviar Misiones Diplomáticas a los Estados Unidos de Norte América, a Inglaterra y a las Antillas Británicas para explicar en forma amplia la situación política nuestra y solicitar el  reconocimiento y el  apoyo moral y económico, además de armas y municiones. Igualmente fue despachada también una misión hacia Curazao y Jamaica para la cual se designo a Salias que hablaba el inglés y el francés junto al coronel Mariano Montilla los cuales desembarcan en Curazao  en el mes de Mayo y fueron recibidos con gran simpatía y atenciones por el Gobernador de la isla. Posteriormente, un mes después llegaban a Jamaica, obteniendo excelentes resultados en cuanto al apoyo político y militar por parte  del Almirante Rowlley quien ofreció enviar a La Guaira un buque de guerra para presentar saludos y reconocimiento a la Junta Suprema. Fue todo un éxito y de gran ayuda para el establecimiento de la primera republica el trabajo diplomático de Salias y Montilla .
 La Sociedad Patriótica  hace su primera manifestación pública el 19 de Abril de 1810  celebrando la famosa fecha del año anterior y es el joven Salias, acompañado de Don Francisco de Miranda, actuando este como Presidente de la misma, el que organiza el evento desfilando por las calles con estandartes y emblemas patrióticos aunados a los gritos de “Abajo el Tirano” refiriéndose al Rey Fernando VII.
  Vicente Salias se sumerge de un todo en aquellas luchas y durante las últimas semanas de la Primera República, especialmente entre Mayo y Julio de 1812, su actividad debe considerarse como asombrosa y prácticamente tomó parte importante en todo lo que se hizo en Caracas para sostener al vacilante gobierno y cuando los momentos de peligro y ansiedad se hicieron presentes, mostró con largueza dotes sorprendentes para encontrar soluciones eficaces en las situaciones    difíciles.
 Con algunas excepciones, los historiadores están de acuerdo en que el “Gloria al Bravo Pueblo” nace en el seno de la Sociedad Patriótica, cuando Salias improvisó la letra en una de las sesiones y el musicólogo José Antonio Calcaño piensa que ha debido ser escrito en la primera fase del movimiento independentista. Años después y por Decreto del 25 de Mayo de 1881, el Presidente Antonio Guzmán Blanco, reconoció tal canción patriótica como Himno Nacional de Venezuela. Tambien brillo Salias como periodista  con numerosos e incendiarios artículos publicados en “El Patriota de Venezuela” y en “La Gaceta de Caracas”
Una vez que llega en 1812 Domingo Monteverde, oficial español al país, desata intensas persecuciones contra la población insurgente reduciéndolos a prisión y a eso no escapan los hermanos Salias. Vicente, Mariano, Juan, Pedro y Francisco son encarcelados  en Caracas unos, y en Puerto Cabello y Valencia otros. Vicente fue trasladado a la prisión del Castillo de Puerto Cabello con extremas medidas de seguridad y en una visita que el Comisionado General de la Real Audiencia hizo a los presos del Castillo en el mes de marzo de 1813, encontró a Vicente y a su hermano Francisco con grilletes y cadenas. Por pedimento de la madre de los Salias, doña Margarita Sanoja a la Real Audiencia y gracias a la fianza ofrecida por don José María Acosta y Don Antonio Landaeta fueron transferidos desde Puerto Cabello a la ciudad de Valencia, donde se les impuso ciudad por cárcel y presentación al Tribunal Supremo.
En un intento por salvar a su familia y a si mismo, Salias intenta abandonar el país saliendo al exterior por el puerto de La Guaira a bordo de un buque el 8 de julio de 1814, rumbo a Curazao. Para su desgracia, el navío fue apresado en alta mar por un corsario español cuyo Capitan lo conduce a Puerto Cabello, encarcelado nuevamente en el Castillo de San Felipe. Aquí se le siguió juicio sumario y condenado a ser fusilado, lo cual ocurre el dia 17 de Septiembre de 1814.
  Fue sepultado en una fosa común en el cementerio de La Puntilla, cuando apenas tenía 38 años.
Antonio Leocadio Guzmán refiere en su obra “Datos Históricos Suramericanos” que siendo muy niño y estando con su padre el oficial español Antonio Guzmán el la guarnición de Puerto Cabello, presenció la muerte de Vicente Salias y afirma haber oído a este cuando dijo: “Voy a morir por patriota “y luego en alta voz gritó Dios omnipotente, si en tu mansión celeste admites españoles, renuncio al cielo”.
 Es ineludible revisar todo lo pertinente a la etapa de estudios universitarios del joven Salias, quien en 1794 decidió iniciar los estudios de medicina, carrera esta poco demandada por los hijos de familias mantuanas.  Para obtener el título de bachiller en Medicina, debía previamente licenciarse como bachiller en Filosofía, lo cual logra en el año de 1798, según los expedientes que reposan en el Archivo Histórico de la Universidad Central de Venezuela.  El 27 de Febrero de 1799,  Salias presenta examen  para optar al grado de Bachiller en Medicina siendo aprobado unánimemente por el jurado examinador.
 La actividad médica del futuro prócer, fue en realidad corta.  Conocemos con certeza su labor médica profiláctica como miembro de la Junta Central de Vacunación, instalada en Caracas y publicó los siguientes trabajos:
1)   “Sobre la vacunación del fluido vacuno”, en 1804
2)   “Observaciones que he hecho sobre la vacuna” en 1804
3)   “Reflexiones sobre la propagación del fluido vacuno” 1804
4)   “Sobre los medios preservativos de la infección variolosa  en los sepulcros de los virulentos” en 1805 conjuntamente con el Dr. José Domingo Díaz
5)   Todos esos artículos fueron presentados y leídos en la Junta Central de Vacunación.
 Fue nombrado Fiscal del Tribunal del Protomedicato y como tal hizo enérgica oposición al ejercicio ilegal de la medicina por curanderos o “curiosos”.
Dedicando la mayor parte de su tiempo a la Junta de Vacunación, el ejercicio médico apenas le daba para vivir, viéndose en la necesidad de trabajar tambien como traductor de idiomas al servicio del Gobierno dado el amplio conocimiento que tenia del francés y del inglés.
 Ante la esterilidad científica de la época, enfrentando incomprensión e ignorancia comenzó a alejarse cada vez mas del mundo médico, hasta que a raíz de los sucesos del 19 de Abril de 1810 comprendió que su nueva meta era ayudar a fundar un país nuevo e independiente lo cual iba mas con los sentimientos de un hombre que amaba la belleza, la poesía y la libertad.
  La vena poética de Salias, puede decirse que comienza desde su adolescencia, coincidiendo con sus estudios humanísticos, dedicando su atención a componer algunas odas y versos humorísticos a sus profesores y condiscípulos.
Tenía la influencia y el estilo de otros poetas pseudo clásicos del siglo XVIII.
 Podría decirse de él, según uno de sus biógrafos  que era un poeta fácil, pero con muy poca imaginación. Casi todos sus poemas han desaparecido y solo unos pocos se han podido recopilar, con musa adornada y algunos con notas de ingenio y juvenil humor, como este que trata sobre la mujer:
                                   
La mujer que da en querer
Para todos tiene sal,
Es salero universal
El amor de una mujer
Más si da en aborrecer
Aquello que más amó
No tiene sal, digo yo,
Pues ella es según se infiere:
Salero con sal si quiere,
Salero sin sal, si no

Durante los primeros años del siglo XIX, en la Caracas colonial, las familias con cierto rango social, como era la familia Salias, acostumbraban celebrar veladas o tertulias culturales donde salían a relucir algunos poetas criollos como el joven Andrés Bello y tambien algunos españoles que nos visitaron como el poeta Arriaza y Superviela. Esa sociedad colonial trataba de parecerse a las costumbres europeas y en ella se destacaba con innata alegría y dotes poéticas el futuro prócer venezolano.
José Rafael Fortique, brillante médico autor de la biografía  de Vicente Salias, es la persona que ha investigado quizás con mayor propiedad la vida y obra de este (Biblioteca de Temas Mirandinos, Nº 27, 1985, incluso su poesía, haciendo un análisis muy agudo  de los pocos poemas rescatados, entre ellos algunos publicados en un volumen que denominó “Medicomaquia”, considerado este por Arístides Rojas “el primer libro clásico publicado después de la Revolución de 1810” del cual hoy no se conserva ni un solo ejemplar. “Medicomaquia” ha sido considerado como un poema satírico y burlesco y según Marcelino Menéndez y Pelayo, considerado el mejor crítico literario que España ha tenido en los últimos años (citado por Archila en la Literatura Venezolana y su Historia, “el médico Salias compuso el poema burlesco Medicomaquia en el gusto prosaico de Iriarte”.
 Otros poemas rescatados fueron: A José Ángel Alamo, Canto a la acción de Bárbula, dos Madrigales y una Elegía inspirada en los asesinatos de patriotas en Quito Ecuador.        En cuanto a la calidad de la obra poética de Salias, las opiniones se contradicen. Contrasta el juicio de Juan Vicente González para quien aquel era “un griego amigo de la belleza, lleno de sal ática” contra la opinión del ya citado colega y escritor Fortique, quien es mas severo en la apreciación de aquella poesía, juzgándolo como “ un poeta fácil por mediocre y a veces pedestre , de tal manera que en general se acerca mas a un simple versificador” opinión con la que el autor de este artículo está en desacuerdo por considerar que el estilo literario de los poetas caraqueños de aquellos años se consustanciaban con el rigor de los clásicos y mas aún pienso que el cultivo de la poesía, producto de la musa inspiradora de cada persona debe ser expresión libre sin estar necesariamente adscrita a escuela alguna.
 Esta etapa de su vida en la que la poesía alimentaba su alma fue cediendo espacio a la etapa de líder político y prácticamente no volvió a escribir poesía pero era dueño de lo que muchos años después Ortega y Gasset llamó “rincón lírico”, creándose frente a las fuerzas exteriores un mundo íntimo, cerrado, un yo, una conciencia de lo bueno y lo discreto, de lo bello y lo ordenado y lo justo.
 Fue un varón íntegro, sin dobleces ni frivolidades, que se dio por entero a la causa de la independencia y ya no tuvo alientos sino para esa lucha, sin flaquezas ni cambios derrotistas hasta el día aciago de su muerte.

Bibliografía:
José R. Fortique: Vicente Salias, Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos 1985
Archila Ricardo: La Literatura Venezolana y su Historia, Presencia de Médicos, Caracas 1971
Arteaga R. Rafael: El Poeta Vicente Salias, Revista Médica Razetti, Vol 8 Nº 1, 2009
Páez Pumar M: Orígenes de la Poesía Colonial Venezolana, Consejo Municipal de Caracas, 1979, mencionado por José R. Fortique en Biografia de Vicente Salias
Los Estudios Universitarios de Vicente Salias, mencionado por José R. Fortique en Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos, Vicente Salias

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