En la ciudad de San Carlos, capital del estado Cojedes, vio
la luz primera el 23 de marzo de 1840 el distinguido médico Laureano de la
Trinidad Villanueva Estraño, hijo de Laureano Villanueva y Doña Mercedes
Estraño. Recibe una esmerada formación académica, culminada en abril de 1865
con el Título de Licenciado en Medicina otorgado por la Ilustre Universidad Central de
Venezuela. Inicia el ejercicio de la profesión en San Fernando de Apure; en
forma paralela incursiona exitosamente en la prensa escrita en 1868, cuando funda “El Constitucional”.
En Valencia escribe en “El Carabobeño” en
1872, “El Progreso” en 1873”, “El Pueblo” en 1887. Al trasladarse a Caracas continúa su afición por escribir como
articulista en “El Demócrata” con
Sebastián Carreño y Pérez Arreola en 1882; publica en “El Deber” en 1883; igualmente en “El País” durante los años 1875,
1888 y 1883. En la “Gaceta de los
Hospitales” en 1888; “La Prensa
Liberal” en 1897. Sus servicios como
político, sumado a sus capacidades intelectuales permitieron sea designado en
diferentes cargos de importancia en la administración pública tales como:
Ministro de Relaciones Exteriores y de Interior y Justicia durante el gobierno
del general Francisco Linares Alcántara (1825-1878), durante el período
presidencial 1877 – 1879.
Villanueva en dos ocasiones estuvo encargado de la presidencia de la República:
en julio de 1878 y a finales de noviembre del mismo año por fallecimiento de
Linares Alcántara en La Guaira el 30 de noviembre de 1878, quien por cierto fue
embalsamado en ese puerto por el conocido
médico alemán Gottfried Knoche, antes de ser llevado al Panteón Nacional
el 4 de diciembre de ese año. Laureano Villanueva se postuló a la presidencia
de la República, al no quedar, se retiró por poco tiempo de la política.
Es de los fundadores de la Academia Nacional de la Historia por decreto del presidente Juan Pablo Rojas
Paúl (1826-1905), el 28 de octubre (Día de San Simón) de 1888,
correspondiéndole a Villanueva el Sillón Letra “F”. Es de acotar que el Sillón
Letra “A”, es el asignado en forma permanente a Juan Pablo Rojas Paúl, en
reconocimiento a su iniciativa. Villanueva es designado Presidente (gobernador)
del estado Carabobo en 1890; ocupando ese cargo, construye con el apoyo de la
Asamblea Legislativa, la Casa de la
Beneficencia, en la calle de La Fortuna (antiguo nombre de la
avenida Anzoátegui). Allí, hermanas de la congregación de San José de Tarbes
atendían a ancianos y personas humildes; la instalación disponía de una capilla
en la que diariamente se ofrecía la Santa Misa. Villanueva fue Rector de la Ilustre
Universidad Central de Venezuela desde el 30 de diciembre de 1905 hasta el 18
de julio de 1906.
Concluida la rectoría de la Máxima Casa de Estudios, pasó a desempeñar la cartera de
Instrucción Pública durante la gestión presidencial de Cipriano Castro.
Villanueva dejó un legado de valiosas obras biográficas, entre ellas: la del
eminente Dr. José María Vargas en
1883, la del Gral. Antonio José de Sucre,
Gran Mariscal de Ayacucho, en 1895, (centenario del nacimiento del Hijo de
Cumaná), Una apoteosis de Páez en
1888 y la Vida del Valiente Ciudadano, el general
Ezequiel Zamora en 1898; todas estas magníficas obras, bien merecen la
lectura, por la maravillosa investigación,
y por la forma sencilla y pedagógica al exponer sus puntos de vista, que han servido
para aclarar algunas dudas sobre los personajes en referencia, que tuvieron
decidida participación en los momentos históricos cuando le correspondieron
actuar.
Como un aspecto necesario de resaltar son las cualidades
benefactoras y filantrópicas del doctor
Laureano Villanueva hacia los paisanos más desposeídos. El distinguido galeno
fallece en Caracas el 12 de febrero de 1912. Instituciones educativas y
culturales se honran llevar su esclarecido nombre.
(*) Gral. de Bgda. churuguarero77@ gmail.com
@eumenesfuguet
Historia y Tradición
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