Por Carlos Alarico Gómez*
A raíz de la
publicación de mi un artículo EL BOLERO EN EL ALMA DE VENEZUELA en “Venezuela
de Antaño”, descubrí que el tema le apasiona a muchísima gente de diferentes
niveles, lo que percibí debido a la cantidad de correos que me llegaron. Uno de
ellos fue el del cronista de la ciudad de Maracay, mi apreciado amigo y colega
Oldman Botello, quien me refirió su disconformidad con mi aseveración de que la
autoría del bolero “Madreselvas” era del maestro Pedro Elías Gutiérrez, músico
de grandes méritos, entre ellos el de haber sido el autor de la música del
“Alma Llanera”, respetada por el pueblo venezolano como su segundo Himno
Nacional, además de haber sido el director de la Banda Marcial Caracas desde
1908 hasta 1946, aunque comenzó a trabajar allí como contrabajista en 1901.
En realidad el bolero
está ligado a lo más profundo de la cultura ibero-caribeña y comenzó
a popularizarse en Venezuela a partir de la segunda década del siglo veinte,
gracias a las voces de Andrés Cisneros, Juan del Ávila, Alberto González Lira y
Ramón del Campo, aunque los amantes de la música escuchaban ese dulce estilo
desde fines del siglo XIX. Sin embargo, hay que admitir que su popularidad se
extendió a todos los confines del territorio nacional a partir del momento en
que se inició la radiodifusión en 1926. Los primeros boleros tenían
mensajes melodramáticos, como el llamado Boda Macabra (letra del padre
Carlos Borges), en el cual se resalta el dolor por la novia muerta, a la cual
adoraba tanto que la desentierra y la viste con flores para poder consumar la
promesa de amor eterno que ambos se habían formulado: “Oye la historia que
contome un día/el viejo enterrador de la comarca:/era una amante, a quien con
saña impía/ su dulce novia le robó la Parca…/En una noche horrenda hizo
pedazos/la losa de la tumba abandonada/cavó la tierra y se llevó en sus
brazos/el rígido esqueleto de su amada…/Llevó la novia al tálamo mullido,/se
tendió junto a ella enamorado/y para siempre se quedó dormido/al esqueleto
rígido abrazado”.
Pedro
Elías Gutiérrez debió haber estado inspirado en esa pieza cuando compuso su
bolero Madreselvas, cuya letra dice: “En estas soledades que me
recuerdan/los tristes juramentos que oí de ella/cubrirán mi sepulcro las
madreselvas/que me dieron coronas para sus sienes/).
Esa aseveración mía sobre
el bolero “Madreselvas” fue lo que impulsó a Oldman a escribirme para señalarme
mi desacierto y enseguida le respondí explicándole que ese dato lo tengo
totalmente documentado. Pedro Elías Gutiérrez compuso esa canción para
conquistar el corazón de la joven Mercedes Alfonzo -a la que amaba con locura-,
pero a ella no le gustó ni la canción ni el pretendiente y prefirió casarse con
el poeta Alfredo Armas. El escritor Luis Britto García señala en su ensayo
“Estampas que evocan al presidente Cipriano Castro” (2010) que la obra fue
escrita para Mercedes, pero durante el homenaje que le rindieron a Castro al
volver a Caracas en julio de 1906 -durante “La Aclamación”- le dedicó la misma
pieza a doña Zoila Martínez de Castro, esposa del caudillo andino, tal vez
decepcionado por el rechazo de “Mechita”, como le decía por cariño a la bella y
esquiva muchacha caraqueña.
Pero hay más: “Madreselvas” fue grabada por
Simón Díaz en el disco LP “Recuerda y Canta”, editado por la disquera Sumusa
Récords en 1999. Aparece en el surco N° 9 y el popular “Tío Simón” consigna
como autor a Pedro Elías Gutiérrez. De su parte, el reputado crítico Luis
Felipe Ramón y Rivera en su obra “El paisaje de la canción popular venezolana”
se refiere a la canción “Madreselvas” señalando que su autor es Pedro Elías
Gutiérrez y revela que posteriormente fue parodiada por el músico Francisco
Pacheco, aunque le dio el crédito musical al maestro Gutiérrez, pero
asignándose la autoría de la letra de la célebre canción “La Ruperta”. La obra
fue escrita entre 1905 y 1906, fecha en la cual Gutiérrez tenía treinta y cinco
años. Rafael Salazar se refiere a la
historia de la canción “Madreselvas” en su libro “Caracas, espiga musical
del Ávila”, asignándole la autoría de la canción a Pedro Elías Gutiérrez;
y Aldemaro Romero fue enfático en dar la autoría de “Madreselvas” a P. E. Gutiérrez
en una entrevista que le concedió a su amigo, el periodista Rubén Monasterios,
quien la publicó en su obra “Caraqueñerías”, editada por la Fundación de la
Cultura Urbana.
El
mal carácter de don Pedro
A don Pedro Elías le fue muy bien con la música y muy mal
en el amor. La razón podría deberse a su conocido mal carácter. Una anécdota que
refleja esa característica de su personalidad fue lo que le ocurrió a mediados de 1944 con motivo del estreno en Caracas del film musical Escuela de Sirenas, protagonizada por la
bellísima actriz Esther Williams, quien actuó acompañada de Red Skelton. Lo que
más impactó a los venezolanos fue que en esa película Xavier Cugat interpretó
la canción Alma Llanera, original de Pedro Elías Gutiérrez, dándola a
conocer en el mundo entero. Dicen que el maestro Gutiérrez salió molesto de la premiére
y le dijo a la prensa que “Ese no es mi joropo”, criticando la interpretación
del genial Cugat. El día del estreno en el Cine Ávila de Caracas la sala estaba
totalmente repleta. Entre los asistentes se hallaba el profesor Rubén Gómez
Echevarreneta, quien era un fanático de las películas musicalizadas. Ese día
presenció las malcriadeces del admirado don Pedro y en torno a ese caso refería
que todo se debió a que el maestro Gutiérrez tenía mal carácter, pero insistía
en que la película fue una estupenda producción de carácter integracionista, en
la que participaron músicos de la categoría del trompetista Harry James, la
organista Ethel Smith y el baritono colombiano Carlos Julio Ramírez, quien
cantó Granada de Agustín Lara y Te quiero dijiste de María
Gréver. Todo un monumento de promoción al arte de las Américas, tanto latina
como sajona, que no pudieron disfrutar en Europa sino tiempo después, ya que la
II Guerra Mundial se hallaba en su fase más destructiva.
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Síntesis
Curricular del Dr. Carlos Alarico Gómez.
diplarca43@gmail.com
Egresado del Instituto Balbis. Italia.
Egresado de la Universidad de Wisconsin. EE.UU.
Egresado de la UCAB. Caracas.
Posee los títulos de Técnico, Licenciado Magister y
Doctor.
Profesor
universitario categoría Titular.
Escritor.
Autor de mas de veinte obras destinadas a la
investigación histórica y a la praxis de la comunicación social.
Su labor profesional lo ha hecho acreedor a numerosos reconocimientos,
tales como: Premio Municipal de Periodismo, Municipio Sucre (Mención Docencia e
Investigación), 1990; Premio Municipal de Periodismo, Municipio Baruta (Mención
Radio), 1991; Premio Iberoamericano de Periodismo, 1996. También ha sido
condecorado con las órdenes Andrés Bello, Andrés Eloy Blanco, José Antonio
Páez, Cacique Yare y Francisco de Miranda, entre otras. Es miembro del
Círculo de Escritores de Venezuela, del Colegio Nacional de Periodistas, del
Colegio de Relacionistas, de la Sociedad
Divulgadora de la Historia Militar y de la Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses.
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