miércoles, 2 de marzo de 2011

La importancia de la dominicana Julia Cobier en la vida de Simón Bolívar.

Iván Ernesto Gatón*
Las exigencias académicas del profesor español Dr. Antonio Remiro Brotons me obligaron a investigar sobre la historia latinoamericana, a sabiendas de que la naturaleza rica, compleja e limitada de ese tema y la subsiguiente posibilidad de sorpresas y aletheia en el sendero de la exploración, me podían proporcionar maravillosas informaciones. Confirmé mis expectativas cuando ese sendero me condujo al descubrimiento de personajes tan significativos como el de la criolla dominicana Julia Cobier, figura decisiva y oportuna en un momento crucial de la vida de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, mejor conocido como Simón Bolivar.

Cuando Julia Cobier conoció a Bolivar, en Kingston, Jamaica, éste se encontraba en una situación económica lamentable, llevaba una vida casi de mendigo, y espiritualmente estaba destrozado; algunos escritores se refieren a esta época de su vida en términos lúgubres, resaltando sus ideas suicidas.

Sobre esta etapa sombría en la vida del Libertador, tenemos conocimiento a través de la carta que le dirigiera El Libertador al comerciante escocés Maxwell Hyslop, ex compañero de negocios de su hermano, Juan Vicente Bolívar. El prócer venezolano le escribió en los siguientes términos: “Ya no tengo un duro; he vendido la poca plata que traje. No me lisonjea otra esperanza que la que me inspira el favor de usted. Si usted no me concede la protección que necesito para conservar mi triste vida, estoy resuelto a no solicitar la beneficencia de nadie, pues es preferible la muerte a una existencia tan poca honrosa. La generosidad de usted debe ser gratuita, porque me es imposible ofrecer ninguna recompensa, después de haber perdido todo; pero mi gratitud será eterna”.

Si bien es cierto que El Libertador fue poco austero en su relación con las féminas, según sus biógrafos, el caso de la criolla dominicana Julia Cobier tiene una relevancia capital, por lo oportuno y eficaz de su presencia en un momento aciago de la vida de Bolívar. Sobre este particular, el escritor inglés Robert Harvey, en su obra: Los Libertadores, expresa lo siguiente: “cayeron uno en brazos del otro por mutua necesidad, como a veces ocurre entre dos personas que han experimentado horrores o desdichas personales. Julia tenía para Bolívar el atractivo añadido de ser rica y, arropado por sus atenciones, Bolívar recobró el ánimo. Le dio por escribir lo que sería su pronunciamiento más famoso, su “Carta de Jamaica”.

Julia Cobier eleva su figura en el tiempo por haber visto casi con presciencia lo que aquel hombre representaba, las grandiosas cualidades que contenía su ser, y el imperecedero legado de sus acciones, todo ello acompañado por el inquebrantable amor idealista a la libertad que caracterizó a Bolívar, por su rechazo a la corrupción que puede producir el ejercicio indiscriminado del poder, y por su integridad al no haberse dejado aprisionar jamás por la ciega megalomanía.

Julia Cobier, sostén y empuje de los designios que marcarían el destino de Simón Bolívar, es un ejemplo del carácter, eterno e inmutable, de la solidaridad como patrimonio vital y unificador de la familia humana en su diversidad de prácticas y valores.

*Tomado del blogs epistheme, publicación del 20 de febrero 2011, Santo Domingo

http://epistheme-tonydemoya.blogspot.com/2011/03/noticias-del-frente-multicolor-094.html
(Epistheme es un conjunto de medios multiples de comunicacion orientados hacia la gestion del conocimiento y del cambio sociocultural. Estos medios sirven de voz a una serie de comunidades epistemicas dominicanas y caribeñas polisinteticas aglutinantes, interconexas y crecientes.)

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