miércoles, 17 de junio de 2009

Primera Batalla de Carabobo


Eumenes Fuguet B.*

El 28 de mayo de 1814, se ejecutó la Primera Batalla de Carabobo, escenificada en el mismo campo inmortal donde el 24 de junio de 1821 el ejército republicano al mando de nuestro Libertador, magistralmente derrotara por segunda vez al aguerrido ejército español comandado por el general Miguel de La Torre y Pando, este combate se denominó como el decisivo.

La gloriosa sabana de Carabobo sería favorable a la noble causa emancipadora en estas dos ocasiones; el significado del vocablo Carabobo viene de la lengua Aruaca: Karau, significa sabana, Bo, significa agua y repetido es una especie de superlativo muchas aguas o quebradas, es decir Carabobo significa "Sabana de quebradas".

Retrocediendo las páginas de oro de nuestra ejemplar e incomparable historia, estudiamos que el año 1814, se presentaba como el más aciago y angustioso de la lucha emancipadora, fue un año terrible y difícil. Bolívar ante las adversidades mantenía su férrea voluntad de vencer.

El caudillo José Tomás Boves, había derrotado el 3 de febrero en el funesto sitio de La Puerta-cerca de San Juan de los Morros.

El 12 de febrero, el general José Félix Ribas se cubre de gloria al vencer al temible Boves en La Victoria luchando con los jóvenes provenientes de Caracas; el 28 de marzo, el capitán neogranadino Antonio Ricaurte se inmortaliza en San Mateo haciendo volar el parque de la pólvora, causando a la vez estragos en la fuerza de Boves.

El 5 de abril sucede en la población de La Victoria el encuentro amistoso con las fuerzas de oriente al mando del general margariteño Santiago Mariño al lado de valerosos jefes entre quienes podríamos mencionar al impertérrito José Francisco Bermúdez y el teniente coronel Antonio José de Sucre: Mariño en su avance derrota a Boves en Bocachica-cerca de Villa de Cura.

El 10 de mayo, Bolívar desde Valencia, ordena al general Ribas traer refuerzos de Caracas, Boves se encontraba en Calabozo; para el 26 de mayo, el Libertador en Tocuyito organizaba sus efectivos y realizaba reconocimientos en la futura área de operaciones.

El día 27, las fuerzas republicanas pernoctaron en la sabana de Carabobo, los cinco mil efectivos se organizaron en dos líneas de combate, la primera al mando del siempre leal el general Rafael Urdaneta con los coroneles José Francisco Bermúdez, Manuel Valdez y Florencio Palacios como comandantes de divisiones, la segunda línea al mando del Libertador teniendo como segundo a Mariño con las divisiones de Leandro Palacios y Diego Jalón, Ribas comandó la caballería y la reserva; la artillería (dos piezas) bajo la dirección del insigne barcelonés Pedro María Freites.

En esta importante cita histórica se encontraban presentes la flor y nata de nuestros ilustres próceres, estaban ausentes el capitán José Antonio Páez quien se encontraba ejecutando operaciones exitosas en Mérida y Manuel Piar quien se encontraba en Barcelona.

Las fuerzas realistas al mando del general Juan Manuel Cajigal y Niño (seis mil efectivos y siete piezas de artillería), se colocaron delante de las serranías Las Hermanas dando la cara a Valencia. El Libertador arengó a sus soldados diciéndole: "Soldado, vosotros tenéis delante los mismos jefes y los mismos españoles de quienes habéis triunfado en más de cien combates, éste debe ser el último".

El ataque se inició a la una de la tarde y culminó cinco horas después, la maniobra ordenada por Bolívar utilizando la caballería para desarticular los flancos enemigos resultó exitosa, mientras que la infantería avanzó ordenadamente para destrozar a fuerza de bayonetas a las fuerzas oponentes. El enemigo dejó en el terreno trescientos muertos, mil cien prisioneros, quinientos fusiles, siete piezas de artillería y cuatrocientos caballos, las bajas patriotas fueron apenas de quince heridos y cuarenta prisioneros.

Urdaneta se encargó de perseguir a las fuerzas en retirada hasta San Carlos. En este combate se destacaron todos los intrépidos integrantes del ejército libertador, no fue una lucha decisiva, pero sirvió para mantener en alto el espíritu de lucha; en el encuentro del 24 de junio de 1821 las fuerzas se ubicaron en sentido contrario; antes de los dos enfrentamientos llovió, ¿sería acaso una bendición? Parece que los realistas en 1821 se habían olvidado de esta batalla; porque Carabobo fue favorable a la causa redentora, porque es un semillero de esperanzas y un libro abierto de abnegación, patriotismo, libertad y soberanía.

(*) General de brigada
Diario El Carabobeño

sábado, 13 de junio de 2009

11 de Mayo de 1821 "Liberación de Coro"

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Como es sabido, desde la época colonial Coro fue hasta 1576 la Primera Capital de Venezuela y hasta 1636 el Primer Obispado; fechas cuando pasan estas hegemonías y privilegios a Caracas, aunado a su ferviente sentimiento religioso acostumbrado a la obediencia del rey, representante de Dios en la tierra.

Estos importantes aspectos producen en el coriano resentimiento y desavenencia contra las futuras decisiones tomadas por los caraqueños. En la ejecución de la gloriosa epopeya emancipadora, tres campañas tuvieron como escenario las tierras caquetías. "Campaña de Miranda": Procedente de Trinidad luego de su fallida expedición sobre Ocumare de la Costa, desembarca sin mucha dificultad el 3 de agosto de 1806, en La Vela de Coro, donde coloca sobre el fortín San Pedro, la bandera tricolor, por él diseñada; el día 4 ocupa Coro, ciudad que encuentra abandonada por disposiciones del gobernador realista Juan de Salas; el 7 coloca en la iglesia parroquial y en edificaciones públicas la Proclama dirigida a los pueblos americano colombianos. Al no encontrar con quien combatir, ni personal para engrosar su ejército, pensando que la población ni deseaba ni estaba preparada para obtener su emancipación, decide trasladarse el 10 a La Vela y embarcar a las Antillas, travesía concluida en Trinidad. Campaña del Marqués Del Toro: A raíz del movimiento revolucionario del 19 de Abril de 1810 y el envío de comisiones al exterior y a las provincias que no se pronunciaron, entre ellas Coro, donde las autoridades apresaron a los emisarios, enviándolos encadenados hacia el Maracaibo y Puerto Rico; la Junta Suprema de Caracas envía al general Francisco Rodríguez del Toro, mejor conocido como el Marqués del Toro, el 10 de mayo de ese glorioso año hacia Coro, en la Primera Campaña para el bisoño ejército, que aunque pudo sitiar la ciudad, no pudo rendirla. El 28 de noviembre las fuerzas del marqués, ante la supuesta información de la eminente presencia de José Miralles desde Maracaibo con un fuerte contingente para reforzar la defensa de José Ceballos, sumado a la falta de agua, víveres y municiones, optan por romper el cerco y dirigirse hacia Carora y Caracas. Campaña del general de división Rafael Urdaneta: El Libertador desde su cuartel general ubicado en Trujillo, emite el 21 de octubre una proclama a los hijos de la brava tierra caquetía: Corianos. "El Ejército Libertador va a ocupar vuestro territorio; no le temaís porque él no viene a destruir ni a vengar, él viene a restablecer el reinado de la paz. Corianos: "Vuestros esfuerzos a favor de la causa del rey, han sido aciagos para la patria y aciagos para vosotros, con ellos no habéis hecho más que prolongar las miserias de las guerras y las vuestras propias, EL FRUTO DE LA INJUSTICIA ES AMARGO PARA TODOS... Contad con el olvido de lo pasado, y con el corazón fraternal de vuestros hermanos del Ejército Libertador. El 11 de abril de 1821, Urdaneta recibe la siguiente instrucción: "Usted sabe que el objeto de sus operaciones es ocupar Coro y seguidamente todo el occidente de Caracas". En cumplimiento de la disposición de mover desde Maracaibo sus fuerzas para que luego de liberada la provincia de Coro, continúe su movimiento dentro de los planes, para reunir las fuerzas en Guanare, concentración que se daría finalmente en San Carlos, y luego dirigirse hacia las inmortales sabanas de Carabobo, Urdaneta se moviliza a partir del 28 de abril desde Maracaibo, hacia Los Puertos de Altagracia con mil quinientos efectivos organizados en un escuadrón montado, el batallón Maracaibo y el batallón de Tiradores. Mientras se ejecuta el avance, en Paraguaná la heroína Josefa Camejo (1791-1870), sobrina del sacerdote Mariano Talavera y Garcés, en horas de la madrugada del 3 de mayo, con un puñado de valerosos voluntarios asalta exitosamente las guarniciones de Baraived y Pueblo Nuevo; proclama la independencia de la península y de Coro; designa una junta provisional presidida por don Mariano Arcaya, Urdaneta llega el día 9 a la población de Mitare, donde es informado de la actividad desplegada por el teniente Segundo Primera y la heroína Camejo; ese día las autoridades españolas abandonaron Coro, vía Puerto Cumarebo-Puerto Cabello. El 10 de mayo encontrándose en Cujima, Urdaneta recibe la comisión donde se encontraba monseñor Talavera; allí emite su famosa Proclama: "Los habitantes de Coro son nuestros hermanos... y que los habitantes reciban de vosotros el trato dulce y benéfico que debían esperar de sus últimos amos". Soldados: "El robo y toda especie de vejación a los vecinos os es absolutamente prohibido. Ningún individuo del ejército tiene facultad de tomar nada ajeno. El que lo hiciere con infracción a este artículo y de los bandos generales del Ejército, será castigado con la última pena". El día 11 Urdaneta entra en Coro, designa al coronel Juan Escalona como Gobernador Militar de la Provincia, reorganiza al ejército con el recién creado batallón Coro, procediendo a finales de mayo avanzar en dirección Pedregal-Carora.

El Libertador desde su cuartel general ubicado en San Carlos al conocer la fausta noticia, emitió el 6 de junio de 1821, su Proclama: "Corianos es una satisfacción para la República de Colombia, llamaros sus hijos; vuestra conducta en este último período es conforme a lo debéis hecho de vuestro celo y valor; y me prometo que en lo futuro, seréis los más fieles republicanos... Esta es la República de Colombia, ella sin duda penetrará en vuestros corazones y se colocará en vuestro amor, porque ella es madre y todos son sus hijos... Razón tenía el Libertador al referirse a Coro, cuna de la lealtad y de la justicia social, destello de esperanza y federación.

Diario El Carabobeño
Historia y Tradición

(*) General de brigada.
eumenes7@gmail.com

domingo, 7 de junio de 2009

¿Los restos del general Ezequiel Zamora están en el Panteón Nacional?

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Diario El Carabobeño
Historia y Tradición

Luego del triunfo en Santa Inés el 10 de diciembre de 1859, principal combate ejecutado durante el desarrollo de la Guerra Federal contra los Centralistas por las fuerzas del general Ezequiel Zamora (1-2-1817 - 10-1-1860), designado por el Concejo Municipal de Barinas el 14 de junio de 1859 "Valiente Ciudadano". Una vez reforzado su ejército federal, decide avanzar hacia el centro del país para continuar su campaña. Llega a Guanare el 4 de enero de 1860; el día 9 entra por el extremo Sur de San Carlos, donde consigue férrea resistencia por parte de los oponentes enviados de Valencia. Zamora se encuentra el día 10 en la iglesia de San Juan acompañado de su estado mayor, ayudantes y de Antonio Guzmán Blanco su secretario; desde la torre observa el área de operaciones, al analizar la situación decide enviar a sus inmediatos hacia las casas que se encuentran frente a frente con la iglesia, con la misión de acercarse a través de los solares hacia el frente enemigo para obtener la necesaria información; Guzmán Blanco y el doctor José Manuel Montenegro cruzan apresuradamente la calle, ingresando por la residencia de la familia Acuña; del solar abren un boquete para pasar a la casa contigua y proceden de igual forma a un tercer solar. Zamora preocupado por el retardo de la comisión, decide movilizarse para cerciorarse de la situación reinante; vestía casaca con botones dorados, pantalón azul, sobre el sombrero llevaba su inconfundible kepis, una cobija terciada del hombro a la cadera izquierda y su sable. A las 10.15 de la mañana, cuando conversaba con sus ayudantes, una bala mortal le atraviesa el ojo derecho con orificio de salida por el occipital; Guzmán Blanco lo recoge y coloca en la mesa del comedor de la familia Acuña; deja el cadáver del "Héroe de Santa Inés" al cuidado del general Piña, para dirigirse velozmente hacia el sector de La Yaguara cerca del Arao, para informarle al general Juan Crisóstomo Falcón la infausta noticia, quien exclama ¡Qué desgracia Santo Dios! A la una de la madrugada del 11 de enero, Guzmán y cuatro soldados enterraron a Zamora en el patio de la familia Acuña arropado con una colcha y cubierto con una hamaca. En los solares se enterraron varios cadáveres de soldados caídos en combate, de allí la confusión cuando exhumaron los presuntos restos del "Valiente Ciudadano". Las fuerzas sitiadas solicitan al general Falcón una tregua para retirarse de San Carlos, como jefe supremo la concede, aprovechando la oportunidad para preparar su avance hacia Valencia a partir del 17 de enero; movimiento que detiene en Tinaco por falta de municiones para enfrentar a un ejército superior en hombres y logística. Al desviar su desplazamiento al oriente es derrotado en Coplé por el general León de Febres Cordero el 17 de febrero de 1860. El Congreso en 1864 había dispuesto los honores a la memoria de Zamora. Los generales federalistas Desiderio Escobar (edecán de Zamora) y Ramón García declaran solemnemente, que el 23 de septiembre de 1868, habían exhumados los restos de Zamora en San Carlos, trasladados a Valencia, recibidos pomposamente por el gobierno presidido por Isidro Espinoza, permaneciendo en capilla ardiente en el Cuartel de Artillería para ser llevados por el general Rafael Carabaño hasta la iglesia de La Victoria, donde fueron depositados temporalmente hasta el traslado a Los Teques. La otra versión nos indica que Guzmán Blanco, sosteniendo la autenticidad de los restos, informaba que había autorizado al general Luis Caspers Zamora (sobrino del caudillo) y al doctor Montenegro para realizar la exhumación el 4 de abril de 1870, el señor Carlos María Oviedo trató de indicarle a Montenegro la negativa de la ubicación de los restos, éste le contestó que no lo contrariara. Esos restos fueron depositados provisionalmente en la iglesia de San Juan, para seguir en septiembre a Valencia, Puerto Cabello y embarcados a La Guaira, quedando depositados en la iglesia parroquial hasta el 13 de noviembre de 1872, fecha de ingreso al Panteón Nacional. En junio de 1904 el presidente Cipriano Castro, acompañado del doctor Montenegro testigo del momento fatal, visitó en San Carlos el sitio de la muerte de Zamora; preocupado por conocer la veracidad sobre los verdaderos restos del caudillo federal, escribió en la prensa solicitando información de los historiadores y testigos. Según el historiador, el general Manuel Landaeta Rosales (27/12/1847 - 13/8/1920), los restos del líder federal fueron exhumados en 1868 por el general Desiderio Escobar, llevados a la iglesia de La Victoria y de allí trasladados por el sacerdote Gerardo Larrain a la sacristía de la iglesia de Los Teques, colocados el 19 de abril de 1869; el clérigo dijo en esa ocasión: "Por fin señores, registrad ese árido y descarnado cráneo y lo veréis traspasado de un balazo y al través de la fisonomía de la materia y de la nada, nos revela la imagen del esclarecido Gral. Zamora".
Según Landaeta Rosales, los restos de Zamora colocados en Los Teques se encuentran desaparecidos desde 1894; los historiadores indican que Guzmán Blanco no estuvo presente en el momento de la exhumación, donde presuntamente se llevaron otros restos. Cipriano Castro diría: "Los restos de Zamora podrán aparecer o no, pero en todo caso nosotros hemos cumplido nuestro deber".

(*) Gral. de Bgda.
Eumenes7@gmail.

miércoles, 3 de junio de 2009

Capitán de navío Felipe Santiago Esteves, "incansable marino emancipador"

Eumenes Fuguet Borregales (*)
Diario El Carabobeño
Historia y Tradición
Durante las acciones por la independencia, la patria contó con afanosos hombres de mar, que destacaron por su heroísmo, destreza y abnegación. En este grupo destaca el capitán de navío Felipe Santiago Esteves, nacido en Maiquetía el primero de mayo de 1779, hijo de don Felipe Esteves y doña Tomasa Acevedo, quien recibió su educación elemental frente al mar caribeño.

Muy joven fue enviado a Cádiz para iniciar la formación náutica durante cuatro años, que más adelante le facilitaría desenvolverse en múltiples avatares independentista. De sus primeros conocimientos realiza actividades mercantes en costas venezolanas y caribeñas. El fallido intento de nuestro "Siempre Precursor" en 1806 sobre las costas de Ocumare, fue conocido por Felipe Santiago y mantenido en su mente. A raíz del movimiento revolucionario del 19 de abril puso su nombre a la orden de la Junta Suprema de Caracas, donde recibe instrucciones de custodiar las costas en el sector comprendido entre Puerto Cabello y Punta Tucacas o Cerro Morrocoy, a bordo de la goleta "Princesa".

Su bautizo de fuego marino sucede el 23 de agosto de 1811, al enfrentarse al coronel Juan Gabaso en Chichiriviche, cerca de Puerto Cabello, resultando triunfante a pesar de las heridas sufridas durante el abordaje. En tal acción naval pudo liberal unos prisioneros y capturó buena cantidad de armas y municiones; su actividad le permitió ascender a alférez de fragata en octubre de 1811, concedido por la Junta Suprema.

En enero de 1812 el oficial Esteves es destinado al oriente venezolano para organizar y equipar una escuadra sutil (embarcaciones ligeras artilladas), para movilizarla hacia el Orinoco, sobre cuyas aguas el 27 de febrero de 1812, junto a Juan Bautista Bideau (1780-1817), ejecuta operación fluvial en el caño Macareo, pudiendo derrotar a las fuerzas realistas comandadas por Francisco Quevedo, combate que le permitió apoderarse de una goleta con cuatro cañones. Esta acción militar es considerada como la primera sobre Guayana y primera participación del capitán y futuro general en jefe, el margariteño Santiago Mariño.

Como alférez de navío, el 2 de marzo de 1812 Esteves, a las órdenes del coronel Manuel Villapol en Sorondo - Delta del Orinoco, cae derrotado por fuerzas superiores; nuestro valeroso paisano incendió las embarcaciones antes de entregarlas a manos enemigas, trasladándose por tierra hasta Cumaná; de allí se traslada por mar hasta La Guaira. Llegado a Puerto Cabello el 6 de julio, tuvo que movilizar en el bergantín "Celoso" al futuro Libertador, coronel Simón Bolívar; algunos oficiales y cuarenta soldados el 6 de julio hacia La Guaira, debido a la pérdida de la fortaleza San Felipe en manos realistas, por culpa de la traición del subteniente Francisco Fernández Vinoni.

Al perderse la Primera República surgida el 5 de julio de 1811, debido a quebrantos de salud permaneció escondido cerca de Caracas por espacio de un año, hasta que pudo emigrar hacia las islas del Caribe para llegar a Cartagena de Indias. Al regresar a Venezuela en octubre de 1813, este incansable marino combatió en su ambiente naval en el oriente a las órdenes de Mariño, mereciendo por méritos en combate en 1814, su ascenso a teniente de fragata.

Tras consumarse la Emigración a Oriente y desarrollados problemas de indisciplina en Carúpano, Esteves, leal al Libertador, lo escolta con el navío "Culebra" hacia Cartagena el 7 de septiembre de 1814; Bolívar y Mariño iban a bordo del "Arrogante". Todos arriban el 19 de septiembre.

Correspondió a Esteves la misión de llevar al Libertador desde Jamaica hacia Haití el 19 de diciembre de 1815, donde se prepararía la Expedición de los Cayos bajo los auspicios del presidente Luis Petión "el magnánimo", y el apoyo en armamento y barcos por parte del curazoleño Luis Brión, expedición libertadora que salió el 31 de marzo de 1816 hacia Margarita.

Esteves continuaría ejecutando operaciones navales de hostigamiento a las embarcaciones realistas en el Caribe; en enero y en noviembre de 1817 se traslada a la isla de Saint Thomas en busca de fusiles y pólvora necesarios para el Ejército Libertador. De paso por Trinidad, se casa en 1818 con Jacinta Valdés; procrean a Felipe Santiago, futuro Ministro de Guerra y Marina en 1877.

El Libertador le reconoce a Felipe Santiago Esteves sus invalorables servicios a la República, designándolo el año 1818, Comandante General de la Marina en el Alto y Bajo Orinoco. Le correspondió movilizar tropas de Guayana al Arauca en 1818, y en 1819 llevar a los voluntarios ingleses, irlandeses y alemanes desde Angostura hacia el Arauca.

En febrero de 1819 el Libertador le concede ascenso para elevarlo al grado de capitán de navío, recibiendo ese año la máxima condecoración de "Los Libertadores de Venezuela" con la designación de "Benemérito".

Cumplida con éxito la Campaña de Carabobo, este lobo de mar es destinado a cumplir funciones en cargos administrativos en la Marina de Guerra hasta el año 1829, cuando es designado Ministro de la Corte Marcial, cargo ocupado durante varios años.

Su fallecimiento sucede en Caracas el 27 de agosto de 1849. Su nombre es llevado con orgullo por promoción de oficiales y de alumnos de la Armada, una Medalla Naval y el Centro de Adiestramiento Naval CANES, fundado en 1948, encargado de la formación de suboficiales, técnicos y grumetes de la Armada, que recuerdan su vida y ejemplo en beneficio de la independencia.

(*) General de Brigada

eumenes7@gmail.com

Bandera venezolana

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Automóviles de los 40

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