viernes, 30 de noviembre de 2012

PUERTO CABELLO… EL ÚLTIMO REDUCTO REALISTA



Eumenes Fuguet Borregales*
La brillante operación militar “Toma de Puerto Cabello”,  comandada por el impertérrito José Antonio Páez los días 7 y 8 de noviembre de 1823, empleando el Principio de la Guerra de “Sorpresa”, utilizando tropas desnudas en un sigiloso movimiento nocturno, ocupa los trincherones, y dos días después el castillo de San Felipe, último bastión realista en Venezuela. Concluye de esta gloriosa manera la guerra de independencia y el domino español por más de trescientos años; materializaba el sueño de Bolívar exteriorizado a los cuatro vientos en la antigua Roma en Monte Sacro el 15 de agosto de 1805.  

San Juan Bautista de Puerto Cabello, “Puerta Grande de Venezuela”, se ufana de atesorar relatos no olvidados desde su fundación. El científico alemán Alejandro Humboldt en febrero de 1800, narraba sus emotivas impresiones de esta magnífica región, y quien mejor para cantarla que Don Ítalo Pizzolante con su canción “Mi Puerto Cabello”, convertida hoy en el himno del municipio. Nuestro siempre precursor Francisco “Libertad” Miranda, permaneció sus últimos días en Venezuela, encadenado en el fuerte antes de ser enviado el 3 de junio de 1813 hacia Puerto Rico y luego a Cádiz, su destino final, para convertirse el 14 de julio de 1816 en el “Caballero Inmortal de la Emancipación Americana”. 

Casi lograda la independencia de Venezuela el 24 de junio de 1821 con la batalla de Carabobo, aún permanecían en manos realistas las guarniciones realistas de Cumaná, Maracaibo y Puerto Cabello. Consolidar la ansiada emancipación, requirió poco más de dos años y sesenta y cuatro nuevas acciones militares, que culminarían exitosamente el 8 de noviembre de 1823 en Puerto Cabello.
Desde septiembre de 1823, “La Primera Lanza del mundo”, le exigía mediante correspondencias al general Sebastián de la Calzada la rendición, pero la respuesta siempre fue negativa. Páez que ya había ocupado el fortín Solano, recibía información de las posiciones españolas dentro del fuerte a través de Jacinto Iztueta, quien enviaba datos con su esclavo Julián Ibarra. La noche del cinco de noviembre, un capitán y dos tenientes  acompañan a Julián en un reconocimiento. Páez contaba con el impetuoso general en jefe José Francisco Bermúdez, conocido como “José Francisco Pueblo”.  

El 7 de noviembre a las 10 de la noche, la “Toma” se inició  desde el fuerte del Trincherón, sale Ibarra guiando por los manglares a 500 hombres desnudos al mando del mayor Manuel Cala y como segundo al mando el teniente coronel Andrés Elorza. Un grupo de 400 infantes del Batallón Anzoátegui, comandados por el Tcnel brasilero José Abreu De Lima y 100 lanceros del Regimiento de Honor comandados por el Tcnel. Francisco Farfán;  avanzaron durante cuatro horas en forma sigilosa hacia la ciudadela a unos mil metros entre los manglares con el agua hasta el pecho, desarrollando un combate sorpresivo de apenas media hora para lograr la rendición, y la ocupación inmediata de los baluartes Príncipe, Princesa y Corito. 
El coronel realista,  el coriano Manuel Carrera Colina en la confusión se escapa hacia el fuerte San Felipe donde resiste hasta el día 10; Sebastián de la Calzada y su estado mayor son entregados al general Páez a las seis de la mañana por dos sacerdotes que los tenían en la iglesia del Rosario; Calzada le entrega su espada a Páez en señal de rendición.

Las bajas realistas fueron de ciento cincuenta y seis muertos, más de quinientos prisioneros, además de capturarse sesenta piezas de artillería, seiscientos fusiles, seis lanchas y tres mil quinientos quintales de pólvora, la corbeta “Bailén” fue incendiada. Por parte de las fuerzas republicanas, hubo diez muertos y treinta y cinco heridos. Iztueta es designado el 16 de noviembre alcalde del cabildo porteño. El fiel Julián dejó de ser esclavo, recibiendo el grado de capitán y una vivienda. 

El Libertador diría que: “Puerto Cabello, es el monumento más grande a la gloria de Páez”. Es  de resaltar la actividad desplegada por  el mayor Manuel Cala  héroe de esta operación militar; estamos en deuda erigir un monumento o designación de alguna institución para honrar su nombre. De igual manera esta brillante acción militar debería designarse como efemérides municipal, regional y por qué no nacional por la connotación de culminar la presencia militar española en nuestro territorio luego de trescientos veinticinco años.

Castillo San Felipe de Puerto Cabello
En el imperio español nunca se ocultaba el sol, era un decir en la época del rey Carlos V, se refería a la amplia extensión de sus territorios en el mundo. Con la finalidad de protegerse de las incursiones de piratas y corsarios, ordenaron construir en Hispanoamérica fortificaciones, utilizadas igualmente para almacenar los productos locales de exportación y la logística de los ocupantes. Eran grandes obras testigos de una época, algunas de ellas con el nombre de Felipe, en honor al rey Felipe de V de Borbón (1683-1746), se encuentran en: España, Guatemala, Colombia y Venezuela. A lo largo de la costa venezolana se construyeron importantes fortalezas de Oeste a Este, entre ellas: San Carlos a la entrada del Lago de Maracaibo, San Felipe en Puerto Cabello, San Antonio en Cumaná y San Carlos Borromeo en Pampatar.
El ingeniero suizo Juan Amador Courten al diseñar y presentar en España los planos, es designado por orden real el 13 de junio de 1732 director de las obras del futuro fuerte San Felipe en Puerto Cabello, llega en septiembre de ese año para iniciar la ejecución de los trabajos que durarán treinta meses; sería la más importante ciudadela construida en Venezuela. 

Courten se retira a España siendo relevado en 1736 por el ingeniero Juan Gañango Lescari;  éste realiza unas mejoras a la construcción de forma pentagonal simulando una corona.  La fortaleza tuvo su bautizo de fuego entre el 26 de abril y el 6 de mayo de 1743 por parte de la escuadra inglesa integrada por veintidós navíos al mando del comodoro Charles Knowles. La Compañía Guipuzcoana con más de cincuenta años de permanencia en Venezuela, utilizó el castillo como gran depósito de cacao, café y añil. 

En la fortaleza  fueron encarcelados muchos paisanos que en diferentes épocas tuvieron relevante participación en la política, algunos de ellos con peor suerte murieron honrando sus ideas, tal es el caso de: los esclavos Matías Pedroza y Margarita España por su participación en el movimiento de Gual y España delatado en 1797. El 30 de junio de 1812 el Tte. Francisco Vinoni Fernández, traiciona la confianza de Bolívar, perdiéndose el parque allí existente, a pesar de las acciones durante seis días por recobrar la más importante plaza en Venezuela. 

El general porteño Bartolomé Salóm y monseñor Ramón Ignacio Méndez presos en 1812; Vicente Salías autor de la letra del glorioso Himno Nacional allí fusilado el 17 de septiembre de 1814. Denominado castillo Libertador a solicitud del coronel Ramón Ayala al general Páez el 17 de mayo de 1824; por las situaciones mencionadas notamos que esta instalación sirvió únicamente de lugar de encierro y martirio de tantos venezolanos que ofrendaron sus vidas, de allí que la mayoría de los historiadores se oponen a esta denominación, aceptando su nombre inicial de castillo San Felipe. En la época dictatorial de Juan Vicente Gómez, muchos dirigentes políticos, pasaron años en esos lúgubres calabozos, entre ellos: Andrés Eloy Blanco, José Rafael Pocaterra, Raúl Leoni y Jóvito Villalba. Andrés Eloy Blanco "El poeta del pueblo" en su famoso discurso ofrecido en el acto de lanzar al mar los grillos utilizados en el castillo San Felipe, en febrero de 1936 dijo:
"Hemos echado al mar los grillos. Y maldito sea el hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla de hierro en la carne de un hijo de Venezuela".

(*) Gral. de Bgda.                                                                                 churuguarero77@gmail.com
                                                                                                                                        @eumenesfuguet
Vicepresidente de la ilustre Academia de Historia del estado Carabobo
Asesor nacional de la  digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela

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