sábado, 26 de junio de 2010

Detalles de la Batalla de Carabobo

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Se realizó un día domingo, festividad de San Juan, quien todo lo tiene y todo lo da; en el mismo campo inmortal donde Bolívar triunfó el 28 de mayo de 1814 contra el mariscal Juan Manuel Cagigal, allí las tropas batallaron en sentido inverso al despliegue de 1821. El general Sucre no participó por encontrarse realizando operaciones en el Sur del continente; el ejército Libertador estrenó uniforme luego de once años de lucha emancipadora, confeccionado días antes por las abnegadas damas de Guanare. Páez desde Achaguas, luego de pedirle la protección divina al Nazareno, avanzó 610 kilómetros movilizando 4.000 reses. Bolívar, desde Barinas, ordenó el avance de todos los participantes a partir del 28 de abril de 1821; en Guanare le rezó a la Virgen de Coromoto.

Desde Maracaibo salió el general Urdaneta atravesando el lago para recorrer 590 kilómetros; otras fuerzas salieron desde Trujillo, Margarita y Barcelona; Bolívar pensaba concentrarlos primero en Mijagual, luego pensó en Guanare y por último escogió San Carlos, allí se alojó el 1ro de junio en la histórica casa La Blanquera; el 15 de junio estaba reunido su ejército en esa ciudad, que incluyó doscientas mujeres conocidas como las troperas, de ellas lucharon unas 25; en Colombia le dicen las Juanas y en México Adelita. El 23 de junio los arengó en Tinaquillo, diciéndoles proféticamente: “Mañana seréis invictos en Carabobo”; el ejército republicano no contó con artillería, en cambio el realista utilizó dos cañones, uno de los cuales se exhibe en el salón Bolívar del glorioso Campo. El sacerdote de los republicanos fue el presbítero Ángel Briceño. El rifle utilizado por el ejército Libertador era el Backer, año 1802, de fabricación inglesa. El director de las Bandas de Guerra fue el caraqueño Atanasio Bello Montero, quien por cierto compuso una marcha fúnebre cuando regresaron de Santa Marta en diciembre de 1842 los venerados restos del Libertador. Con el ejército republicano lucharon unos 350 extranjeros.

En el fragor del combate, Páez sufrió un ataque de epilepsia y fue salvado por el oficial venezolano Antonio Martínez, quien luchaba con los españoles y lo envió con el teniente Alejandro Salazar hasta las filas republicanas. Allí murió el perro Nevado que en el año 1813 le regalaron en Mérida al Libertador quien derramó una lágrima en ese momento.

Escenas épicas se dieron en la persecución del valeroso batallón realista Valencey, bajo el mando del coronel Tomás García. El comandante Julián Mellao gritó al coronel Juan José Rondón: “Compadre, delante de mí, la cabeza de mi caballo”; al rato caería muerto. Las conocidas palabras del teniente Pedro Camejo, “El Negro Primero” despidiéndose de Páez, su taita; se dice que su cadáver está enterrado en la iglesia de Tocuyito. El capitán Ángel Bravo recibió 14 lanzazos, Bolívar le dijo que merecía un uniforme de oro. Los realistas durante su retirada hacia Puerto Cabello pernoctaron en Naguanagua; los encargados de enterrar e incinerar los cadáveres fueron los tenientes Vicente Piedrahita y Rafael Mendoza, allí consiguieron dos mujeres con el pelo recogido y uniforme puesto; los niños de Tocuyito, entre ellos Francisco Robles, ayudaron a enterrar los cadáveres. La valentía del Batallón Valencey fue recompensada con una columna conmemorativa en el Campo.

El coronel Ambrosio Plaza, herido de muerte, exclamó a Bolívar: “Mi general, muero con orgullo en este sitio adonde no pudo llegar Páez”. El general Manuel Cedeño, muerto en la persecución, fue denominado por Bolívar “El bravo de los bravos de Colombia”. Páez fue ascendido en el Campo a General en Jefe. El Batallón Cazadores Británicos fue designado por Bolívar Batallón Carabobo. El Libertador, desde Valencia, el 25 de junio envió su mensaje al Presidente del Congreso en Cúcuta y llegó a Caracas el 29 de junio.

El 24 de junio de 1939, el presidente López Contreras declaró el 24 de junio “Día del Ejército Venezolano”, y el poeta Andrés Eloy Blanco ese día en su discurso en el Congreso denominó a Carabobo: “El domicilio histórico del Ejército venezolano”. Carabobo es: “El nacimiento político de Venezuela”.

eumenes7@gmail.com

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