Federico Villena, a secas, fue un destacado
músico aragüeño de enorme figuración en Caracas, Ciudad Bolívar y Villa de Cura
a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y con poco reconocimiento nacional
en los días que corren; solo se honra su nombre y actuación con la escuela de música
que lo lleva como epónimo en Maracay y que al momento de su fundación se llamó
Escuela Popular de Música en 1971, cuyo primer director fue el recordado
maestro Oswaldo Guevara y funcionó en Las Acacias.
Desde hace algunos años, los diletantes de
la historia en Turmero aseguraban que dicha ciudad era su cuna. La
documentación que hemos localizado en varios repositorios demuestran otra
versión que creemos es definitiva. Se dijo antes que su nombre era Federico
Sarco Villena y lo relacionaban con la familia de educadores de mucha reputación oriundos
de la capital de Mariño y que se prolongan hasta la actualidad. La versión que
se corría es que la S de su nombre era en realidad el apellido Sarco, que se lo
había desprendido por un caso similar al que le atribuyen al maestro Simón
Rodríguez. Un pleito familiar. Por cierto que los Sarco eran de origen
indígena.
Pero comencemos por el principio. La familia
Villena era oriunda de Caracas, de origen español, y residenciada en Turmero,
pero los había también en Cagua y en Santa Cruz. En 1830 residían en dicha
ciudad de Turmero doña Nieves Villena, de 80 años, de Caracas y Rosalía
Villena, nacida en Cagua y residente en Turmero, de 40 años y ambas domiciliadas
en la calle de la Libertad. Seguramente eran madre e hija.
También en 1830 residían en Santa Cruz don
José Villena, de 78 años, empleado, soltero, a pesar de su avanzada edad,
cuando la expectativa de vida era de 50 años. Era oriundo de Cagua y pariente
suyo Félix Villena, de 16 años, nativo de Santa Cruz. El escritor y crítico de
arte del siglo XIX don Ramón de la Plaza fue quien divulgó originalmente la
especie de que Federico Villena era de Turmero y supuestamente nació hacia el
mes de mayo de 1835. Pero creemos rotundamente que Federico nació en Santa
Cruz, pueblo adonde se fue a vivir su familia. Gente de origen humilde, el
padre ejerció allí el magisterio. Hemos buscado su fe de bautismo en la iglesia
matriz de Turmero y no aparece en la fecha indicada, pero todo apunta a Santa
Cruz como la ciudad nativa.
Ya adulto, Federico se va a Caracas y de
allí pasa hacia 1864 a Ciudad Bolívar, ya todo un profesional de la música de
cámara, religiosa y popular con rango de compositor, ejecutante de varios
instrumentos entre ellos el piano y el violín, que fue el primero. En Ciudad
Bolívar, ejerciendo la docencia musical en el Colegio del Estado Soberano de
Guayana y como seguramente comió la cabeza de la zapoara, pez orinoqueño, allí
se prendó de la joven Isabel María Welsh, tal vez de origen trinitario. De su
fe de matrimonio que localizamos en el archivo catedralicio de la capital guayanesa
obtuvimos que su nombre de pila era Federico Segundo Villena Pérez, hijo de don
José Villena y doña María Nieves Pérez. El matrimonio se efectuó en la Catedral
bolivarense el 4 de marzo de 1865. La novia era hija de don Pedro Welsh y doña
Salvadora Salas o Saa (no está bien definido el apellido en el viejo libro de
matrimonios de 1865). De esa unión nació
al menos un hijo, Federico Segundo Eladio Villena Welsh, el 18 de febrero de
1867, apadrinado por don Ramón Afanador, de las principales familias de la
capital guayanesa y su abuela doña Salvadora de Welsh.
El maestro Villena, después de solventados
los problemas políticos que le amargaron la vida en Ciudad Bolívar y lo
obligaron a huir a Trinidad, regresó a Bolívar y de allí partió definitivamente
a Caracas donde dirigió la Banda Marcial por designio del presidente Ignacio
Andrade, quien lo conoció en Villa de Cura donde dirigió la Banda del estado
Miranda, de la cual era capital la ciudad del Curita y el Tucutunemo.
Villena dejó entre otras composiciones música
religiosa (compuso en 1890 un Himno en honor del Papa León XIII que remitió a
través del cardenal Rampolla, Secretario de Estado y que mereció una bendición
del Pontífice); música profana (zarzuelas y romanzas), música sinfónica para
varios instrumentos; música de salón (valses, polkas, marchas, danzas), música
de bandas. Fue exitoso ejecutante de violín, violoncello, viola, contrabajo,
guitarra, timbales, pianio, órgno y armonium. Un músico completo.
Esta es, pues la verdadera historia del
maestro Federico Segundo Villena Pérez.
1 comentario:
El 25 de marzo de 1983, luego de una exhaustiva revisión y restauración de la partitura, la profesora Nazyl Báez-Finol, al frente de la Agrupación Polifonía, reestrenó la Gran Misa en Mi bemol para coro, cuatro solistas y orquesta plena, en el Teatro Israel Peña (Colegio San José de Tarbes, El Paraíso) y dos días después se interpretó en el Santuario de Nuestra Señora de Coromoto, El Paraíso, acompañada por la Orquesta Filarmónica de Caracas. En 1999, la mencionada Agrupación editó su primer disco compacto: Gran Misa en Mi bemol de Federico Villena.
Humberto Robles C.
humbertoroblesc@yahoo.com
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