Por: Carlos Maldonado-Bourgoin
¡Bochinche, periquera y
alboroto!, ¿quién
no asocia estas palabras, junta a otras que designan más o menos lo mismo, al temperamento
y al carácter propio hispanoamericano?
Así lo hicimos al recordar los venezolanismos y a don Pedro Grases, en programa de radio.
El maestro Pedro Grases dedicó
parte de su obra a lo que el mismo llamó: “Escarceos
de léxico, gramática y lenguaje”. El erudito catalán-venezolano rescató
para la gente del común y en especial para los jóvenes muchísimos
venezolanismos, relegados al texto erudito y al diccionario especializado.
Muy
celebrado fue el trabajo de Pedro Grases titulado La idea de «Alboroto» en
Castellano. Nota sobre dos vocablos «Bululú»
y «Mitote». Publicado por vez primera en el Boletín del Instituto Caro y Cuervo, Tomo VI, Nº 3, Bogotá,
septiembre-diciembre de 1950.
Grases allí entró de pleno a la idea de «Alboroto»
en español. Estudió cuándo aparecen y cómo llegan palabras como «Bululú»,… «Bochinche»,
«Brollo», «Bronca», «Bullaranga», «Cómica», «Desespero», «Folla», «Follón», «Follita»
y «Fullona». También ilustró sobre «Galleta», «Guachafita», «Merequetén», «Periquera»,
«Rochela», «Sampablera», «Samplegorio», entre otras.
En el Vol. 13 de Obras de Pedro Grases, Editorial Seix-Barral, el autor reeditó
otros interesantísimos trabajos suyos como: Fórmulas de tratamientos en
Venezuela en la época de la
Independencia, La nomenclatura de bailes y canciones hispanoamericanas,
«Galerón» de Tierra Firme, «Locha», nombre de fracción monetaria en Venezuela,
Liberal, El castellano en América, y… Acerca del grupo ZC en la conjunción
castellana y otros temas.
A finales de los cincuenta, en
colaboración con Libardo Hoyos Cardona, Pedro Grases hizo una sección de
Venezolanismos para el Diccionario
Escolar de la Lengua Española,
publicado por Editorial Stella, Colección La Salle, en Bogotá, publicación que se agotó y tuvo
varias ediciones. Allí encontramos expresiones muy venezolanas que son parte de
nuestra identidad.
El
americanismo «Bochinche» es sinónimo
de “alboroto, asonada o desorden”. Con profunda psicología y
desencanto, el Generalísimo Francisco de Miranda tachó a sus compatriotas en
1812 diciendo: “¡Bochinche, bochinche,
bochinche esta gente no saber hacer sino bochinche…!”. Pero esta palabra, de largo tiempo de uso, sólo fue
registrada como palabra en el Diccionario
académico en 1884.
En
el habla coloquial tradicional venezolana otra palabra de uso muy común es «Periquera». Tan sonora y colorida palabra fue
registrada por don Lisandro Alvarado en su Glosario
del bajo español en Venezuela, y se refiere a “reunión de pericos, y por analogía, conjunto de personas charladoras; algarabía, alboroto”.
Mucho
más genérico es el uso de la palabra «Alboroto». Viene del latín volutare,
agitar, cruzado con alborozar. De tal
modo que, Alborotar es el vocerío o estrépito causado por una o varias
personas. Quiere decir también, inquietar,
alterar, conmover y perturbar.
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Valga recordar a nuestra gente joven, que Pedro Grases
fue un profesor y humanista catalán, venido a Venezuela en 1937 como
consecuencia de la Guerra Civil
española.
Don Pedro –como todos le llamábamos con afecto,
respeto y gratitud- se hizo en Caracas maestro de varias generaciones de
estudiantes en el liceo y en universidades, e hizo un trabajo de investigación
y documentación sobre temas venezolanos, obra a la que don Arturo Uslar Pietri no
vaciló en calificar de “faraónica”. En
todas las bibliotecas del mundo las referencias de Grases son básicas y
fundamentales. La Obra de Pedro Grases abarca de los siglos
XVIII al XX. Sin su obra es difícil, por no decir imposible, estudiar realmente
a Venezuela, nuestros próceres civiles y militares, grandes momentos de nuestra
historia como la
Independencia y vida republicanas, Grases también dio orden a
los archivos del Libertador, Sucre y otros.
Pedro Grases, a su vez, fue el principal
responsable de darle a nuestro Andrés Bello dimensión universal, como el más
grande humanista de nuestro continente y libertador intelectual de Hispanoamérica.
Al final de su vida Pedro Grases fue preguntado acerca
de qué le hizo quedarse en Venezuela. Y el contestó: – Encontré un país que ríe
y llora como nosotros –. (Un catalán con alma hispanoamericana).