miércoles, 25 de mayo de 2011

El General Páez tocaba el violín

IGNACIO DE LEÓN*
Al acercarse las elecciones de 2012 veremos al gobierno cada vez más desesperado por apelar a los sentimientos patrioteros, ante su incapacidad para gobernar. Por eso no nos sorprenda la creación faraónica de un mausoleo para los tres huesos que aún le quedan intactos a Bolívar, o la proliferación de discursos chillones narrando una y otra vez la epopeya de la Independencia, en el tono de letanía fastidiosa de Eduardo Blanco en su “Venezuela Heroica”.

El gobierno ha reemplazado al Bolívar histórico por un Bolívar de utilería, vacío y travesti, muy propicio para servir de coartada al fundamentalismo ideológico del régimen, quien lo utiliza de la misma manera que el régimen de Castro se sirve de la imagen romántica de José Martí, para endilgarle cualidades socialistas que jamás tuvo ni proclamó. El régimen apela a la ignorancia de la historia de los venezolanos.

Sin embargo, si examinamos la historia, encontraremos inmediatamente que el parecido del venezolano común, no es con el señorito (“sifrino” diríamos hoy día) Simón Bolívar, sino con el llanero alpargatado José Antonio Páez. Pero atención, Páez no se parece al venezolano común en su ignorancia, o en su pobreza; todo lo contrario. Se parece a el por haber luchado contra ella toda su vida, a diferencia de Bolívar, para quien la superación cultural nunca fue problema porque su entorno de muchacho rico ya le garantizaba eso.
Si uno acepta que el máximo héroe de la Patria es quien funda sus instituciones, no quien libra una guerra, es José Antonio Páez y no Simón Bolívar quien merece estar sentado en la estatua ecuestre que domina la plaza angular situada frente a la esquina Torre y Gradillas, en Caracas. La nacionalidad venezolana nace de la mano de José Antonio Páez, un venezolano común, quien pese a haber nacido pobre e ignorante llanero, no se resigna a su condición, sino que lucha durante toda su vida para superar su propia ignorancia.
Al general Páez lo solemos recordar por sus hazañas de la Toma de las Flecheras, Mucuritas, las Queseras del Medio o su valentía en Carabobo. Pero para el quizás su verdadera hazaña personal fuera aprender inglés y francés, aprender a tocar el violoncelo y el piano, haber escrito una autobiografía que es testimonio histórico único de esa etapa poco conocida que fuera el primer medio siglo de republica independiente, haber cultivado la amistad de notables de su época, cultivarse como individuo, superando con dignidad las humillaciones de su jefe de hacienda, el negro Manuelote, quien se burlaba de su ignorancia.

Francisco González Guinán (1929) expresa que Páez adquirió rápidamente una cultura apreciable: la guitarra y maracas que tocaba en sus mocedades llaneras las sustituyó con el violoncelo y ejecutaba con buen gusto música clásica.

De acuerdo con Alfonso Marín (1990), Páez “… convierte su residencia en Valencia en una especie de ateneo. Toca piano, violín, violoncelo, canta. Su potente voz de barítono llena toda la casa. Funda en ella un grupo de teatro, quizá el primero que hubo en Valencia. Lo inaugura con la tragedia ‘Otelo’, de Shakespeare…” ente los actores contamos al propio Páez, a Peña y a Soublette, entre otros.

El mismo autor nos dice que, además, trata de ensayar música propia, y en cuanto a sus actividades botánicas, baste observar que una rosa de jardín y también una paja para alimentar ganado, llevan su nombre…” (Marín, 1990). Esto sin decirles que estudiaba idiomas entre ellos inglés y francés.

Como indica Luis Rafael García Jiménez en su ensayo “El general José Antonio Páez y la valencianidad”, fue un autodidacta ejemplar: Páez fue la quintaesencia del venezolano común, que no celebra su ignorancia sino que se avergüenza de ella y trata de superarla con esfuerzo y estudio. Quizás esta fue su mejor virtud, muy por encima de su valentía como guerrero. Fue esta virtud la que posiblemente hizo que estableciera gobiernos civiles (ej. El médico José María Vargas) contra la opinión de sus camaradas militares. Fue esa búsqueda de civilización personal la que quizás indujera a Páez a luchar por instaurar la civilización en una sociedad arrasada por la Guerra de Independencia. Gracias a Páez los venezolanos tuvimos nuestras primeras instituciones de gobierno, que entre 1830 y 1859 y con sus altos y bajos, dotaron a Venezuela de la mayor estabilidad de su historia, después de Punto Fijo.

Es decir, Páez luchó por establecer en Venezuela todo lo contrario de un régimen que celebra lo chabacano, la mediocridad y la ignorancia como muestra de idiosincrasia autóctona. Páez representa la venezolanidad, mientras que Chávez está en las antípodas. La ideología oficialista del régimen chavista no solo es un fiasco; es la negación de la verdad histórica y sociológica del venezolano. Para decirlo más redondamente: nada más remoto a un venezolano que Hugo Chávez.

Por esta razón quiero proponer la reubicación de la ecuestre de Bolívar a la Avenida Páez, y traer la del general llanero a la que injustamente ocupa Bolívar.

Publicado por el autor en los blog:
* http://blogs.noticierodigital.com/cazafantasmas/?p=1661

http://generalenjefejoseantoniopaez.blogspot.com/
José Antonio Páez El Centauro del Llano.

Este blog esta destinada a rescatar la memoria del General en Jefe José Antonio Páez y a preservarla en su justa dimensión

viernes, 20 de mayo de 2011

Proclama de Urdaneta ante la muerte del Libertador

Eumenes Fuguet Borregales (*)
El general caraqueño Mariano Montilla (1782-1851), designado en 1828 Jefe Superior de los Departamentos del Istmo de Panamá, Magdalena y Zulia, testigo presencial en Santa Marta el 17 de diciembre de 1830 de la muerte del Libertador, le informa al general Rafael Urdaneta Presidente Provisional de la Gran Colombia desde el 5 de septiembre de ese año (la verdadera denominación es República de Colombia proclamada el 17 de diciembre de 1819 en Angostura).

"El excelentísimo señor Simón Bolívar ha pagado hoy a la naturaleza el precioso tributo de su importante vida". Urdaneta al conocer la infausta noticia emite en Bogotá el 9 de enero de 1831 una conmovedora proclama, llamando a la tolerancia y a la unión fraternal para salvar la patria de la anarquía: "¡Colombianos¡ Agobiado por el peso del dolor, me esfuerzo no obstante, por cumplir con el mas triste de mis deberes como magistrado, como ciudadano, como amigo. Os anuncio que ha cesado de existir el más ilustre entre todos los hijos de Colombia, el Libertador, el fundador de tres repúblicas, el inmortal Simón Bolívar. Después de haber agotado hasta las últimas heces del cáliz de amargura que le ofreció la suspicacia de algunos conciudadanos suyos, ha pasado a la región de las almas, dejando un vacío inmenso en Colombia, en América, en el orbe civilizado".

"¡Colombianos¡ Las pasiones contemporáneas, aún las mas encarnizadas, deben darse ya por satisfechas. Bolívar no pertenece de hoy más, sino al dominio de la historia; y mientras ella le asigna en sus páginas el prominente lugar a que le han hecho acreedor sus relevantes servicios a la causa de la humanidad, nosotros los que tenemos la desgracia de sobrevivirle debemos reunirnos en torno a su tumba helada, a llorar la pérdida que hemos hecho, a meditar sobre la situación de Colombia y prestarle los auxilios de que tanto necesita la patria para revivir."

"¡Colombianos¡ Deseoso de que no se malogren los esfuerzos inauditos de aquél varón esclarecido por la independencia y la libertad de nuestra tierra, me ocupo actualmente de dictar aquellas medidas que demandan el reposo y bienestar de los que viven sometidos al Gobierno Nacional, y de negociar con los que no lo están, los medios de llegar a un avenimiento amistosos, que tenga por resultados, reorganizar a Colombia y presentarla de nuevo a los ojos de las naciones en su pasada majestad y esplendor.

En nombre de la independencia y de la libertad, convido a todos los que abriguen en su pecho sentimientos nobles y generosos, a que coadyuven a la bella empresa de restaurar Colombia. Venid, pues, colombianos al templo de la concordia, venid conmigo a darnos un abrazo fraternal. Sólo así evitaremos que el país sea patrimonio de la anarquía mas espantosa y devoradora que jamás vieron los siglos

Bogotá Enero 9 de 1831

Gral. Rafael Urdaneta.

Al siguiente día, el "siempre leal", convocó una junta de notables, con la finalidad de explicarles en su condición de presidente provisional, la conveniencia de dejar el alto cargo, asumido con la condición de que el Libertador lo pudiera recibir; fallecido éste, quedaba sin efecto el nombramiento del prócer marabino. Los asistentes en forma unánime recomendaron que no renunciara. Ante la presión ejercida por los enemigos de Bolívar y para evitar una guerra civil, Urdaneta renuncia ante el Consejo de Estado reunido en Apulo, cerca de Bogotá el 30 de abril de 1831, allí dijo: "Mi continuación al frente del Gobierno no es ya necesaria; he resuelto en consecuencia separarme de los negocios públicos y no debiendo ni queriendo mandar más, he cesado en este instante en el ejercicio de las funciones del Poder Ejecutivo. Ruego por tanto al Consejo ocupe sin pérdida de tiempo, de nombrar la persona que haya de encargarse de la suprema autoridad. Al terminar mi vida política estoy satisfecho porque mi conciencia me dice que he cumplido con cuantos deberes me impuso la patria en la delicada situación en que me he visto colocado". Al serle recibida su renuncia, con el apoyo de Don Joaquín de Mier y Benítez, sale desterrado desde Santa Marta hacia Curazao el 7 de junio; en Venezuela y en la Nueva Granada no lo aceptaban por su definido afecto y lealtad hacia el Libertador. En esa isla pasará año y medio en la más completa miseria este paisano esclavo del deber y del honor.

(*)Gral. de Bgda
eumenes7@gmail.com
Diario El Carabobeño
Historia y Tradición

domingo, 15 de mayo de 2011

ESQUINA EL QUEBRADO,ESQUINA DE PUENTE NUEVO. PARROQUIA SAN JUAN.CARACAS

Gerónimo Alberto Yerena Cabrera

ESQUINA EL QUEBRADO
El nombre del Quebrado para esta esquina se debió a la conformación física de un conocido personaje popular de la barriada de San Juan, el cual vivió en esa zona, posiblemente, a principio del siglo XIX. Esto es frecuente en la nomenclatura de muchas esquinas de Caracas, las cuales, algunas de ellas, se conocen por el nombre, el apodo, el oficio, la condición o las características particulares de personajes populares; esta denominación ha perdurado y aún desplazado, en algunos casos, a los nombres de personajes de reconocida prosapia, o sitios emblemáticos de la ciudad que, quizás, merecían ser más tomado en cuenta. Esto lo apreciamos en varios casos, como es: el de las esquina de La Gorda y de Romualda, la primera por el físico de la vecina, y ambas por sus famosos condumios; o de pulperos o pulperías, como Miraflores, Maturín, Medina-en la Pastora-; o de algunos personajes destacados, en su época, por asuntos banales desde el punto de vista histórico, como fue Juan Miranda, donde la esquina en que vivió lleva ese nombre, y ha confundido a más de un caraqueño, creyendo que se trata del Prócer Francisco de Miranda, el nombre de esta esquina.
Esta manera popular de comunicarse data desde la época de la colonia, quizás producto de nuestro mestizaje; una contribución importante de este modo de ser, lo aportaron los canarios, conocidos cariñosamente en nuestro país como: isleños; quienes tenían, frecuentemente, la costumbres de señalar por apodos o nombres inventados, según las circunstancias de cada quien, o de cada caso. Una mayoría de ellos se asentaron preferentemente en todo el valle de Caracas y sus alrededores. Sin embargo esta característica fue en todo el ámbito nacional, recordemos que, uno de los Estados venezolanos, su nombre se debe a un personaje popular.
El nombre de esta esquina (oeste 12/sur 10), situada a una cuadra de la actual Avenida San Martín, apareció por vez primera en el plano de Caracas del año 1843*,aunque ya la esquina correspondiente al Quebrado-situada en el ángulo suroeste de la manzana correspondiente-, y a la de Angelitos-situada en el ángulo noroeste, antiguamente llamada Angelitos de la Pilita-, ya aparecen en el plano de 1776:Nuestra Señora Mariana de Caracas y los límites parroquiales para 1776, y en el plano de Caracas de 1821, por supuesto, sin el nombre aún de las esquinas; las esquinas de Puerto Escondido y Puente Nuevo, que conforman actualmente el resto de la manzana, en esos planos del año 1776* y 1821*, no existían.
De las cuatro esquinas que limitan esta manzana sanjuanera, para el año de 1843, sí figuran las cuatro esquinas, pero sólo las dos primeras tenían nombres; la esquina del ángulo noreste:esquina de Puerto Escondido, y la situada en el ángulo sureste: esquina de Puente Nuevo, no tenían nombres asignados en los planos de la ciudad para ese año.
ESQUINA DE PUENTE NUEVO
Deriva su nombre por el segundo puente que se construyó sobre el Caroata, aproximadamente en el año de 1835 (el primero fue el de San Pablo, en el año de 1737), al ser inaugurado, las autoridades lo bautizaron con el nombre de Puente de la Unión; este nombre no tuvo aceptación popular y ni siquiera figuró en el plano oficial de esa época; pero el pueblo, el cual es el que impone, en muchos casos, los nombres de los sitios, desde el comienzo de su construcción lo había llamado Puente Nuevo, para diferenciarlo del de San Pablo. Finalmente triunfo la voluntad popular y en el año de 1875, en el plano mandado a levantar por el general Antonio Guzmán Blanco, aparece la esquina con el nombre de Puente Nuevo y la del norte de ella con el de Puerto Escondido.
Es propicio para recordar otra pequeña historia de Juan Röhl, relacionada con el tema:
En el mundo, sólo Caracas y Mérida de Yucatán, tiene nomenclatura por esquinas.

Mérida de Yucatán, en Mexico, comparte con Caracas la privilegiada, aunque no envidiable particularidad, de ser las únicas ciudades en el mundo cuya nomenclatura callejera se guía, no por calles, como todas las ciudades que se respetan, sino por esquinas, con pintorescos y caprichosos nombres cuyo origen es, la más de las veces, desconocido.
En Yucatán, y quizás sea también en el caso de Caracas, esta curiosa distinción se hizo en los tiempos coloniales con el fin de que los indios, ignorantes de letras y números, pudieran guiarse.
He aquí el nombre de algunas esquinas de la ciudad mexicana: El Flamenco, El Colmillo, El Elefante, La Mujer Vieja, El Mono, Las Dos Caras, etc.
Sin embargo, Caracas le gana en originalidad con las de: El Quebrado, Cristo al Revés, Quitacalzón, Pele el Ojo, Peligro, El Muerto, Traposos, La Viuda, Zamuro, Truco, Solitario, Platanal, Mi Resuello, Jabonería, Desbarrancados, Cola de Pato y otros nombres a cual disparatados.


*Planos de Caracas de los años 1776,1821 y 1843.
.-Irma de Sola. Contribución al estudio de los planos de Caracas. Ediciones Cuatricentenario. Caracas.1967.

yerena.geronimo @gmail.com

viernes, 13 de mayo de 2011

¡Se rindió Medina!

OSCAR YANES
Por aquellos días toda Venezuela estaba preocupada por la lucha libre...

Al recibir la llamada de Julio César Vargas, el Mayor Delgado Chalbaud abrazó al capitán Mario Vargas:

- ¡Mario, ganamos! ¡Medina se rindió! ¡Avisa a todos los compañeros!-. Carlos Delgado Chalbaud corrió para su habitación en donde estaban presos López Contreras, Arturo Uslar y Mario Briceño.

¡Señores! dijo al entrar. ¡Se rindió el General Medina! Dentro de poco estará aquí con ustedes. López Contreras no perdió su natural aplomo. Con su acostumbrada calma y en tono paternal, le puso la mano en el hombro a Delgado Chalbaud para decirle:

-Carlos, no cometan el error de entregar la dirección política del país a ningún grupo o partido como Acción Democrática, lleno de odios personales y si se ven obligados a utilizar a algunos de sus dirigentes, deben ser controlados por hombres independientes, moderados y responsables como Oscar Machado Zuloaga, Carlos Morales, Cristóbal Mendoza, Néstor Luis Pérez y José Rafael Pocaterra. No les menciono a otros hombres eminentes porque muchos de ellos simpatizan con el gobierno de Medina y otros se consideran adictos a mi orientación política.

Delgado Chalbaud escuchó en silencio y luego dijo: -Muchas gracias por su consejo, mi general.

A las cuatro y media de la tarde llegó el general Medina a la Escuela Militar. Los oficiales rebeldes lo recibieron en la puerta principal y le rindieron honores militares. Pérez Jiménez caminaba a su lado.

-No cometan el error de entregar el gobierno a ningún partido político. Hagan un gobierno militar y convoquen a elecciones inmediatamente- le dijo a Delgado Chalbaud, Julio César Vargas y Pérez Jiménez.

Parece que Medina vio que los conspiradores no habían salido de la sorpresa que les causó la rendición del gobierno. Entonces se escuchó su voz:

-Algún día, la conciencia de Venezuela dirá que Isaías Medina, puesto en la disyuntiva de sacrificar su persona o ensangrentar su tierra, no vaciló en sacrificar su persona.

Por aquellos días toda Venezuela estaba preocupada por la lucha libre. Teatro donde no todo esta arreglado, sino combinado. Si usted no responde a la llave que le aplican, con la combinación correspondiente, puede salir con la columna vertebral fracturada.

El eje de la lucha esta entre el bien y el mal. El bueno, lucha limpio y el malo trata de liquidarlo apelando a las acciones sucias.

El bueno tiene que sufrir para que el público se indigne ante su paciencia y su negativa de utilizar trucos sucios, es decir, el bueno rechaza ser malo para subsistir. El perverso disfruta golpeando y pateando al bondadoso, lo que crea indignación colectiva, hasta que el bueno reacciona y centenares de personas olvidan la compostura y piden al ídolo que saque al villano del ring, que lo arrastre, que lo mate...

El objetivo de la lucha es poner de espalda al adversario y se utilizan de "llaves" con los nombres más divertidos: "el candado", "la urna", "el trineo", "el cangrejo". Cada luchador tiene su llave favorita.

EL UNIVERSAL
Así son las cosas.
ayanes@cantv.net

miércoles, 11 de mayo de 2011

Francisco Espejo, ilustre civil emancipador

Eumenes Fuguet Borregales (*)
En la población de Siquire, próxima a Santa Lucía en el estado Miranda, a comienzos del mes de abril de 1758, nació Francisco Espejo, hijo de Don Francisco Espejo y Doña Bárbara Caamaño; su nombre completo: Francisco Silvestre Espejo Caamaño.

Los estudios primarios los realizó en Santa Lucía, obtiene el grado de bachiller en artes en la Real y Pontificia Universidad de Caracas en 1775, y el título de bachiller en Derecho Civil en la misma universidad el 30 de abril de 1781.

Francisco Espejo figura junto a: Miguel José Sanz, José Antonio Osío y otros profesionales del Derecho como uno de los fundadores del Colegio de Abogados de Caracas, y tesorero de su primera Junta Directiva el 17 de agosto de 1788; posteriormente electo Decano de dicho cuerpo colegiado; correspondiéndole como tal presidir la sesión solemne de su instalación en 1792.

Entre 1797 y el 19 de abril de 1810, ejerció diversos cargos públicos de importancia tales como: Fiscal de la Real Audiencia de Caracas, comisionado para realizar la instrucción en la causa seguida contra la conspiración de los capitanes Manuel Gual y José María España.

Espejo igualmente actuó como juez en el proceso seguido en 1798 contra unos franceses revolucionarios en Maracaibo; como fiscal militar le correspondió actuar en el juicio contra de Francisco de Miranda, a raíz de su fallida invasión a Coro en 1806. En 1808 siendo Fiscal de la Real Audiencia de Caracas, se opuso al movimiento de cuarenta caraqueños que pretendían declarar la autonomía ante los sucesos de España por la invasión de Napoleón Bonaparte en mayo de ese año; Relator de la Junta Superior de la Real Hacienda.

El 19 de abril de 1810 asistió como Oidor de la Real Audiencia al acto del Jueves Santos en el Cabildo, acompañando al capitán general Vicente de Emparan, correspondiéndole firmar el acta de destitución de éste, y de la constitución del nuevo gobierno republicano denominado Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII. Ese memorable año, se desempeñó Fiscal de la causa seguida contra los implicados en el movimiento contrarrevolucionario de los hermanos españoles González de Linares. A partir de este momento se convirtió en un insomne defensor de la causa emancipadora, incorporándose como presidente de la Alta Corte de Justicia en marzo de 1811.

El 19 de abril de 1811, con motivo del primer aniversario del “grito que Caracas dio”, recorrió las calles y en la plazoleta de Santa Rosalía con su voz aleccionadora explicaba a los asistentes el significado de la efeméride. El 5 de julio invitó al Arzobispo Narciso Coll y Prat unirse a las celebraciones. El 11 de julio actúa como juez en el caso de los implicados en la fracasada intentona llevada a cabo por isleños en Caracas. El 25 de noviembre fue designado por el Primer Congreso gobernador de Barcelona donde redacta el reglamento electoral y el proyecto de Constitución de esa provincia, la cual no pudo aplicarse por los sucesos políticos que sucedieron mas adelante.

El 21 de marzo de 1812 fue electo miembro del Poder Ejecutivo y como integrante del Segundo Triunvirato Junto a Francisco Javier Ustáriz y Fernando Rodríguez del Toro, llegó a ejercer en forma alternada la Presidencia de la República, cargo en el que se mantuvo hasta el 25 de julio de 1812, fecha de la capitulación de Miranda. El 14 de agosto de 1812, fue detenido en la población de La Victoria y remitido al castillo San Felipe de Puerto Cabello, donde permaneció incomunicado hasta abril de 1813, fecha de su traslado a Valencia, sometido a juicio por causa de infidencia que se le seguía. Sobreseído su caso el 5 de julio de 1813, fue liberado y sus bienes restituidos.

Tras el triunfo de la Campaña Admirable, Bolívar lo nombra gobernador civil de Valencia, ciudad sitiada por los jefes realistas José Ceballos y Sebastián de La Calzada, defendida por el general Rafael Urdaneta desde el 28 de marzo de 1814 hasta el 4 de abril. Después de la derrota republicana en el sitio de La Puerta el 15 de junio de 1814, Boves se moviliza a Valencia, arremetiendo contra la indefensa población; El gobernador Espejo pudo huir, siendo capturado por una delación; el jefe español ordenó el fusilamiento y martirio de cientos de persona incluyendo a Francisco Espejo fusilado en la Plaza Mayor de Valencia el 15 de julio de 1814. Se desconoce donde reposan sus cenizas; el distinguido historiador Juan Vicente González al referirse al ilustre paisano dijo: “Alma de la sociedad, abogado audaz e instruido, ensimismado y fecundo, cuyos modales graves, voz sonora y estilo abundante y enfático gustaban a la multitud”.

Historia y Tradición
(*) Gral. de Bgda.
eumenes7@gmail.com

domingo, 8 de mayo de 2011

Cecilio Acosta fuera de la universidad

ELÍAS PINO ITURRIETA
Don Cecilio pide hablar frente a quienes ordenan su expulsión, seguro de sus razones...
La autonomía universitaria ha sido el resultado de grandes sacrificios. Ni siquiera el estatuto de Bolívar para garantizar la marcha de las cátedras sin injerencia de los gobiernos, fue suficiente para evitar que los mandones de turno atentaran contra ella, ayer y hoy. De seguidas veremos un caso escandaloso en este sentido, que tiene como víctima a uno de nuestros intelectuales más destacados: Cecilio Acosta. Algo de ese episodio se debe rescatar, aunque tal vez no todo.

En 1854 el país se encuentra conmovido por una epidemia de cólera, pero también por el recrudecimiento de movimientos subversivos. Cansados de la indolencia del gobierno, y de las palabras baldías a las que se aficiona el primer mandatario sin ofrecer ni siquiera una solución a los problemas dejados por su hermano José Tadeo e incrementados por la sucesión, los conservadores se fusionan con los liberales en un frente común contra la mediocre dictadura. La fusión desemboca en movimientos armados que no llegan a final feliz, pero también en reacciones de los profesores y de un grupo de estudiantes que reclaman desde el claustro el abandono de los proyectos educativos, el recorte del presupuesto y la postración general de la Universidad Central. El aumento de las tensiones hace que el presidente José Gregorio Monagas acuda a una ley promulgada el 7 de mayo de 1849, que prohibía la provisión de las cátedras de la universidad a personas desafectas al gobierno. Resucita la regulación para echar del claustro a Cecilio Acosta, profesor en las materias de Legislación Universal y Economía Política. No existen quejas sobre su desempeño, cumple su trabajo a satisfacción y los alumnos respetan su magisterio, pero el docente no ahorra tinta para criticar al gobierno en los periódicos. No participa en conciliábulos contra la mandonería de turno, ni figura con sus gritos en las aglomeraciones, pero escribe lo que le parece sobre la crisis del país. En consecuencia, el jefe llama a sus acólitos del alma mater para que extirpen la mala semilla. Los convoca a la casa de gobierno para que lo auxilien en la solución de un problemita llamado Cecilio Acosta. Por su reputación de hombre decente y maestro ponderado, pero también por las excelencias de su pluma, tiene muchos lectores en la prensa de la ciudad. ¿No es un problema digno de atención?

Urgente

A las autoridades les parece excesiva la petición, pero el jefe les ordena que la apliquen sin detenerse en explicaciones. ¿No es también una cuestión de patriotismo?, pregunta el mandón al despedirlos y al mandarlos con escolta militar hasta sus habitaciones. Después de una deliberación de urgencia, hecha con sigilo en domicilio particular, la Junta Gubernativa de la Universidad Central de Venezuela se reúne el 16 de agosto de 1854 para complacer a José Gregorio Monagas. Sin señalar argumentos, sin una sola palabra de justificación, porque no la había, en el acta de la sesión la Junta declara vacantes las aludidas cátedras y ordena la fijación de un edicto en los portones de la institución para que se entere la comunidad de la expulsión del Licenciado Acosta, a quien se le niega el derecho de argumentar a su favor ante el rectorado. Acompañado por un par de colegas y por un grupo pequeño de sus discípulos, pues el resto prefiere desentenderse del asunto para evitar las iras del célebre lancero, don Cecilio pide hablar frente a quienes ordenan su expulsión, seguro de la contundencia de sus razones y de la ausencia de argumentos de los sirvientes del primer mandatario, pero se niegan a escucharlo.

Naturaleza intelectual

Entre otras cosas, el maestro expulsado quiere conocer las razones que han conducido a las autoridades a eliminar de los programas las cátedras de Legislación Universal y Economía Política, que se cursaban sin interferencia desde 1836 y contaban con estudiantes suficientes que verían interrumpidos sus cursos y sobre cuya trascendencia difícilmente se podían plantear objeciones. Era un asunto de naturaleza intelectual que se debía dirimir, escribe en un oficio, pero también un perjuicio para los discípulos que tenían el derecho de seguir los pensa sin interrupciones que no dependieran de la probada incompetencia de cada quien. Ni siquiera responden los repetidos papeles que el agraviado les remite, mientras instan a los empleados de la portería para que impidan el acceso de quien, debido a sus órdenes y a los deseos de un general iletrado, en adelante es sólo un extraño en la casa del saber. Pero también en los talleres de la imprenta, debido a que el gobierno presiona para impedir la publicación de sus escritos.

Hoy nadie recuerda el nombre de los obsecuentes y lamentables funcionarios de la Universidad Central que ejecutan la medida de expulsión de Cecilio Acosta. Tampoco tiene nadie memoria de quienes apoyan al maestro en ese momento tan crucial, porque en realidad son muy pocos. En julio de 1881, cuando muere el notable intelectual, la institución envía una representación de tres profesores a sus funerales, pero no asisten por temor a las represalias del Partido Liberal Amarillo y a la antipatía de Guzmán Blanco, quien profesa animadversión a los godos que saben leer y escribir, aunque se encuentren en el camino del cementerio. Dejemos que se revuelvan en el olvido que merecen.

eliaspinoitu@hotmail.com

viernes, 6 de mayo de 2011

CONMEMORAMOS EL 138 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE JOSÉ ANTONIO PÁEZ

Dr. Rafael Arteaga R. (*)
A la edad de 83 años muere en su residencia de la Calle 20, numero 42 de la ciudad de Nueva York, el General en Jefe José Antonio Páez. Contaba 83 años para ese día 6 de Mayo de 1873. Fue el más longevo de todos los próceres de nuestra Independencia y como tal quien más actividad militar y política desarrolló.

Asistido por el médico A.K. Gardner, la causa de su muerte fue una bronconeumonía, enfermedad esta común en ancianos; probablemente adquirida en las semanas previas a su fallecimiento en el frío clima neoyorkino, durante sus paseos acostumbrados por parques de la mencionada ciudad.

Para el momento de entregar su vida, estaban a su lado, su hijo Ramón Páez Ricaurte y muchos emigrados políticos como él; la mayoría eran cubanos, que le amaron y le respetaron en vida, recordando la excelente disposición que mantuvo Páez de obedecer la escogencia que de él hizo el Libertador Simón Bolívar, para conducir y mandar una expedición a Cuba, con miras a consolidar la independencia de esa isla caribeña; y quisieron tributarle en sus últimos momentos una prueba de ese amor y ese respeto a que por tantos títulos era acreedor el anciano General venezolano.

Su cadáver fue embalsamado gratuitamente por el doctor Federico Gálvez.
En la prensa americana de ese día 6 de Mayo, aparece lo siguiente:

“Murió pobre, emigrado de su país natal, del suelo que libertó con su pujante lanza,, con el fuego de su corazón, y con la energía de su espíritu, ardiente como el sol que baña los inmensos llanos que fueron la cuna de este ilustre campeón de la independencia americana; como si la Providencia hubiese querido recibirle en su seno maternal, en los momentos de su muerte, en la misma condición humilde y sencilla en que le dió el soplo de vida en la ignota y pobre villa de Araure”.

Del libro de Tomás Michelena “Resumen de la Vida Militar y Política del Ciudadano Esclarecido, General José Antonio Páez” (Tipografia El Cojo, 1890) extraemos lo siguiente: Ayer por la mañana a las 10, los amigos personales del muerto, inclusive los doloridos, se reunieron en su última morada de la calle 20 del Este, para dar la última visita a sus restos.-A las diez y cuarto salió el féretro entre las lágrimas de los dolientes, y fue colocado en un sencillo carruaje tirado por dos caballos. Sobre el féretro había dos banderas americanas, una de las cuales, hecha de seda y terciopelo y hermosamente bordada en plata y oro, había sido presentada por el propio General Páez al Mayor A.E. P Green quien comandaba la tropa que escoltó al caudillo al buque que lo llevó a Venezuela , en la primera partida de esta ciudad a Venezuela”.-“El carruaje y el acompañamiento compuesto de una docena de coches, llegaron a la Iglesia Católica Romana de San Estevan (sic) a las diez y media de la mañana. Ya a esta hora estaba llena la hermosa iglesia por todas partes. El féretro fue llevado al pie del presbiterio y colocado sobre unas andas a cuyos lados había seis candelabros con velas encendidas. Sobre el ataúd había cuatro guirnaldas de flores, mientras a la cabeza y pies estaban colocadas en posición recta dos grandes cruces de flores siemprevivas” Posteriormente fueron llevados al Marble Cementery y “ depositados temporalmente en una bóveda a la espera de que el Gobierno y pueblo de Venezuela reclamaran los restos de aquel patriota para ser sepultados con honores militares”

* Médico pediatra, tataranieto del Prócer

miércoles, 4 de mayo de 2011

Rafael Rangel y el Día del Bioanalista

Eumenes Fuguet Borregales (*)
Los bioanalistas venezolanos se sienten orgullosos de tener como guía permanente desde el 25 de abril de 1950, a su ilustre colega, el trujillano Rafael Rangel, fundador de la parasitología, quien legó importantes avances en la especialidad. Nació en el barrio Arenal casa 9-8 en Betijoque Municipio Rangel, el 25 de abril de 1877. Hijo de Eusebio Rangel y Teresa Estrada quien falleció a los seis meses del nacimiento de José Rafael, nombre con que fue presentado.
Nuestro biografiado realizó los estudios elementales en Betijoque, siguió a Mérida a estudiar en el seminario Diocesano, luego en Maracaibo donde culmina como Bachiller en Filosofía en la Universidad del Zulia el 6 de agosto de 1896. En sus tiempos libres aprendió alemán, más adelante lo haría con inglés y francés. Inició estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela entre septiembre de ese año y 1898. No completó el segundo año, a pesar de sus altas calificaciones; sin embargo, el aprendizaje que tuvo en ese breve lapso de formación, las lecciones que recibió de su preparador el doctor Santos Aníbal Dominici, en el Instituto Pasteur de Caracas, donde se familiarizó con la bacteriología y la microbiología técnica, haber sido externo en la Cátedra de Clínica Médica, dirigida también por el doctor Dominici en el Hospital Vargas, y el desempeño que tuvo como preparador de las cátedras del doctor José Gregorio Hernández, entre agosto de 1899 y abril de 1903, sobre las técnicas de la parasitología microscópica, la coloración de microbios, la elaboración de medios de cultivo, y la inoculación de gérmenes patógenos en animales de laboratorio, lo prepararon para ser nombrado, el 18 de febrero de 1902, jefe del Laboratorio de Histología y Bacteriología del Hospital Vargas; desarrollando una corta pero fructífera labor investigativa.
Por sugerencia del Dr. Hernández, una de las primeras ideas de estudio fue el de la estructura y fisiología del sistema nervioso. Su contribución en la historia de la medicina, consistió en el análisis sistemático y detallado, fundamentándose en el análisis de casos de la anquilostomiasis como causa de anemias graves en poblaciones rurales. En las investigaciones observó el parásito Necátor americanus y sus huevos; hallazgos sumamente útiles para establecer el tratamiento de la anemia. A fines de 1904, en un viaje a los llanos logró establecer la causa de la "derrengadera" o "peste boba" de los caballos al encontrar organismos unicelulares o Tripanosomas en la sangre de animales afectados. Entre 1906 y 1907, en Miraca cerca de Coro, diagnosticó correctamente como ántrax o Bacillus Anthracis”, una enfermedad conocida vulgarmente como el "grito de la cabra". En marzo de 1908, se presentó en el puerto de La Guaira, una enfermedad infecciosa, presuntamente Peste Bubónica; llamado Rangel para los debidos estudios; en un primer momento no logró aislar los agentes etiológicos. Las autoridades sanitarias, se negaron inicialmente a declarar una cuarentena por problemas económicos y cerrar el puerto por treinta días. En análisis sucesivos Rangel apreció, que efectivamente se trataba de un brote de peste bubónica, que causó defunciones que pudieron haberse evitado con las medidas preventivas recomendadas; en menos de un mes erradicó la enfermedad.
Sobre Rangel cayeron acusaciones infundadas para crearle un antagonismo social y político, acrecentado al perder la protección del Presidente Cipriano Castro, ausentado del país por enfermedad en 1908. A Rangel le fue negada una beca para estudiar Medicina tropical en Europa. Sin defensa en el ámbito oficial, atacado inclusive por amigos, y los reclamos de los dueños de casas que tuvieron que ser quemadas, le desarrolló una psicosis depresiva que lo condujo a suicidarse el 20 de agosto de 1909, ingiriendo cianuro en su laboratorio en el Hospital Vargas; contaba apenas treinta y dos años de edad. Un lamentable fin que dio origen dos meses después a la obra de teatro "Sombras", de Salustio González Rincones.
El Dr. Enrique Tejera descubrió un tipo de Tripanosoma, denominándolo “Rangeli” en su honor. Sus restos ingresaron al Panteón Nacional el 20 de agosto de 1977. Un municipio y parroquia en Trujillo, El Instituto Nacional de Higiene en la U.C.V, instituciones educativas, de salud, y culturales, se honran eternizar su insigne nombre. Muchas felicitaciones a los Bioanalistas en su día.
(*)Gral de Bgda
eumenes7@gmail.com

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