viernes, 28 de septiembre de 2012

El paludismo y otros morbos en Ortiz en el periodo 1880-1885

Por Oldman Botello*

Introducción
Es conocida la suerte que corrieron los pueblos llaneros de Guárico y Apure durante las recurrentes epidemias de paludismo que azotaron durante el siglo XIX y comienzos del XX. En la presente investigación damos a conocer unos apuntes sobre las estadísticas acerca del paludismo y otras enfermedades que afectaron la zona de Ortiz en el primer lustro de la octava década del siglo XX, a la luz de la documentación existente en los libros de defunciones del Registro Municipal de Ortiz donde se conservan intactos y afortunadamente muy bien cuidados, listos para documentar la historia del pueblo. El paludismo y otras enfermedades recurrentes en Ortiz.

El paludismo es señalado como una enfermedad infecciosa endémica producida por el género Plasmodium y que se transmite a los humanos por la picadura del zancudo anopheles, en las especies Plasmodium facilparum, Plasmodium vivax, Plasmodium malarie y Plasmodium Ovale. Caracterizase la enfermedad por fiebres de los tipos intermitente, remitente, tercianas, cuartanas; la esplenomegalia y la presencia del parasito en la sangre, invadiendo y destruyendo los eritrocitos. La más común en el área en estudio son las tercianas, una fiebre intermitente transmitida por el P. Malariae; la cuartana cuando están separados por dos días de apirexia, producida por el mismo Plasmodium malariae; la intermitente, que aparece por accesos con intervalos apireticos mas o menos alejados. Piretico se refiere a la fiebre. La esplenomegalia al aumento de volumen o hipertrofia del bazo.

Otras enfermedades que aparecen en el lapso estudiado son la fiebre amarilla tambien llamada vomito negro y tifus icteroides; es producida por la picadura del mosquito Stegomia fasciata o Aedes Aegypti. Entre 1854-1855 una epidemia de fiebre amarilla arraso en los estados Aragua y en el Guárico norte, aniquilando decenas de personas en pocos meses que permaneció en el área. La hidropesía marca también un número considerable de victimas en Ortiz. Esta es una enfermedad caracterizada por la acumulación de líquido seroso trasudado en una cavidad o en el tejido celular. En su proceso tiene como características la fiebre, anemia, parestesia y diarrea, seguidos estos síntomas por la aparición siibita de edema. (Diccionario terminológico de ciencias médicas Salvat, 1981) Parestesia es la sensación anormal, rara, alucinatoria, táctil, térmica, etc., de los sentidos o de la sensibilidad general. También estuvieron presentes como morbos en esos años el tétanos infantil, pulmonía, disentería y tuberculosis. Las condiciones sanitarias de Ortiz y su gente en sus campos y en los pueblos llaneros en general en esos tiempos, además de la formación de charcos y lagunas durante el periodo lluvioso, contribuían al desarrollo de las enfermedades.

La presencia del paludismo es abordada por Rolla Hill y Elías Benarroch en 1940, después de estudiar en 1927 las epidemias, de la siguiente manera: "[...] los llanos en general son pianos, compuestos de depósitos de aluvión, mezcla de arena y arcilla en proporción variable. Aunque el terreno fuera poroso, que no lo es, las tremendas lluvias del verano, desde abril hasta diciembre, no podrían ser arrastradas inmediatamente por el Orinoco y sus afluentes, resultado de esto es que la Llanura se inunda gradualmente hasta poco más de un metro de profundidad cerca de los ríos y caños y a menor profundidad en los demás [...] el problema de la prevención del paludismo en los llanos es de difícil solución". (Hill-Benarroch, 1940: 11).

La epidemia en los setenta-ochenta del siglo XIX
En 1879, el gobernador del Guárico Antonio Bravo informaba al ministerio del Interior que la salud estaba afectada en su jurisdicción, y en vez de cesar, aumentaban los casos de fiebre y advertían informes venidos de Parapara, Ortiz, San José y San Francisco de Tiznados, que habían ascendido los casos. (AGN. Int. y Justicia (CMXCVm): 350; Botello, 2007: 98) La población de Ortiz en 1881 de acuerdo al Censo Oficial era de 9.657 habitantes, distribuidos 7.120 en Santa Rosa (el casco de Ortiz y campos aledaños) y 2.537 en Las Mercedes, al norte de la población, en su área urbana y la rural. En ambas jurisdicciones había 1.641 casas. (Censo Oficial de 1881: 315) Dicha población de Ortiz abarcaba el campo y la ciudad. Los vecindaños rurales existentes para la época en Ortiz eran: El Banco, La Cañada, Cañafístula, Capote, Mesa de Paya, San Pablo (o El Rincón de San Pablo), El Hato, Morrocoyes, El Tintal, Antón Pérez, Las Patillas, Puepe, Los Robles, Rinconcito, Veladero, La Cuesta, Campanario, Las Tinajas, etc.

Cuando comenzó el ataque en 1879 fueron designados en julio para atender a los enfermos por el Gobierno nacional los doctores Eulogio Velásquez y José María Graterol, quienes se distribuían para tratar de llegar adonde se les requería. En su informe revela que entre el 25 y el 31 de agosto de 1879 se registraron 125 enfermos y dos defunciones cuando se celebraban en medio del pesar y el duelo las fiestas en honor a Santa Rosa, invocada para la salvación de los enfermos. Se quejaba el médico de la presencia de brujos y charlatanes que complicaban la situación. Explotaban los bolsillos de los pobladores haciéndoles ver que tenían alfileres, sapos, cangrejos, espinas, porque eran "vainas echadas". Acusaba a las comadronas de los casos de tétanos infantil; y en parturientas "por haber reventado el cordón umbilical y dejado la placenta en la matriz", provocando fiebre puerperal; un boticario receto dosis de sulfate de quinina para una supuesta fiebre palúdica que resulto pleuresía o pulmonía, por lo que las dosis de quinina eran mortales de necesidad. (Botello, 1994: 44) La enfermedad no escatimaba edad, condición ni clases sociales, en la ciudad o en el campo. Hemos seleccionado de los años 1880 a 1885 algunas personas o familias destacadas del pueblo para que se tenga una idea de la conflagración. Murieron Marciana Dusuchet; Isabel, Pedro y Manuel Marrón, María de la Luz Carpio de Ereira y su hijo José María Ereira, emparentados con el doctor Roberto Vargas; Jacinta Parejo, homónima de la esposa del general Joaquín Crespo; Damaso Sierra Rodríguez, cuñado del Dr. José Ramón Núñez, secretario del Gral. Crespo; Casilda Arana, Crispulo Sierra, la niña María Luisa Huncal, de tres meses; Rafael Rangel, de tres años, hijo del general Francisco Esteban Rangel; Alberto Vargas Montiel, medio hermano del Dr. Roberto Vargas, muerto de pulmonía y esposo de Bárbara Arana; Pedro Beroes Gerdé, muerto de ocho años.

En 1884 murió Basilio Requena, de 34 años que según el acta de defunción era "gafo de nación". Así lo consagro el secretario de la jefatura civil para la posteridad. Son apenas una muestra de quienes murieron en Ortiz por diversas causas, pero en primer término de paludismo. En las actas consultadas en los libros de defunciones municipales, con frecuencia no se hacía constar la causa de muerte, por lo que los datos presentados son una muestra apenas de las defunciones registradas. A continuación la estadística de morbilidad en el periodo en estudio:

Enfermedad
1880
1882
1883
1884
1885
Fiebre
127
94
46
19
28
Disenteria
8
1



Tetanos
6
7


1
Hidropesia
6
8
14
6
12
Pulmonia
7
9
30
11
15
Tuberculosis
6
6
7

5
Lepra


1



Fuente: Actas de Defunciones. Registro Municipal de Ortiz


Como puede observarse, la causa del mayor índice de mortalidad lo tiene la fiebre palúdica en todas sus manifestaciones, que en 1880 represento la agobiadora cifra de 127 casos; en 1882 de 94, un 0,97% aproximado de la población total de Ortiz, incluyendo los sectores Santa Rosa y Las Mercedes, que en el censo de 1881 se estimó en 9.657 habitantes. El año 1880 afecto más el paludismo al igual que en 1882, 1883 y en los posteriores descendió un tanto el número de fallecidos. Es notable también el número de muertes a causa de la pulmonía que en 1883 ascendió a 30 casos mortales y en todos los años cuya estadística presentamos, es la segunda causa de mortalidad en Ortiz y su entorno, seguido por la hidropesía que causo 14 muertes en 1883. Otros morbos comunes en el periodo en estudio fueron el cáncer, pujos, males hepáticos, ascaridiasis, tifoidea, tuberculosis, tétanos infantil, alferecía, lepra y difteria. Uno murió envenenado, otro por culebrilla, un ahogado en el rio Paya y dos muertes por senilidad, uno de los cuales frisaba los 104 años. En total, las siete plagas de Egipto abatidas sobre Ortiz y sus afligidos habitantes.

* El autor de  este  trabajo es cronista de la ciudad de Maracay, estado Aragua.Colaborador del blog Venezuela de Antaño

lunes, 24 de septiembre de 2012

Dr. Felipe Larrazábal “un evangelista del Libertador”



Eumenes Fuguet Borregales (*)
Entre los principales biógrafos del Libertador, conocidos como “los evangelistas”, figuran: Ramón Azpúrua, natural de San Carlos, el general irlandés Daniel Florencio O Leary, y los caraqueños, sacerdote y general de división José Félix Blanco y el abogado Felipe Larrazábal; éste último, nace el 31 de julio de 1816 del matrimonio de Juan Santos Larrazábal y Doña Carmen Betancourt.
    Los momentos aciagos de la lucha emancipadora, obligan  a la familia trasladarse a Madrid; junto a sus hermanos Juan Manuel y José Antonio realizan los estudios de formación, también los idiomas italiano, francés e inglés, el latín y griego.
  Paralelamente reciben una excelente preparación musical, continuada al regreso en 1830 con el reconocido profesor Atanasio Bello Montero (1800-1876). A los pocos años los hermanos Larrazábal integraban una agrupación musical dirigida por el profesor Toribio Segura. A los veintitrés años Felipe incursiona en la política nacional, destacándose como buen orador y como articulista; se incorpora al partido Liberal en agosto de 1840, organización fundada por el polémico Antonio Leocadio Guzmán (1801-1884), opuesto al Partido Conservador que gobernaba desde el nacimiento de la República. 
   Obtiene el título de abogado en la Universidad Central de Venezuela en 1842; el interés por promover sus ideas liberales lo motivan a fundar en 1845 su medio impreso “El Patriota”. El general José Tadeo Monagas, opositor de Guzmán, triunfa en las elecciones realizadas en 1846, sin embargo convoca a varios políticos adversarios entre los cuales está Larrazábal,  a quien designa en cargos públicos entre 1848 y 1850;  Diputado ente 1852 y 1854, aporta importante ideas en la discusión de la Ley de Abolición de la Esclavitud, aprobada por el Congreso con el visto bueno del presidente José Gregorio Monagas (1795-1858), hermano de José Tadeo; Ley promulgada el 24 de marzo de 1854. 
   Larrazábal se desempeñó como docente de Derecho Político en la U.C.V; publica su conocida obra “Principios de Derecho Público”. En base a sus investigaciones y material recopilado entre 1850 y 1862 prepara su valiosa obra “Vida y Escritos del Libertador” editada en 1864. Sin olvidar su formación musical, funda en Caracas el año 1868  el Conservatorio de Música. 
   El general Antonio Guzmán Blanco (1829-1899), conocido como “El Ilustre Americano” hijo de Antonio Leocadio, llega al poder en 1870 por un período de siete años (Septenio). A partir de ese año se inicia un distanciamiento entre ambos políticos por el  cambio autocrático que  tomaba Guzmán. Larrazábal se reúne con Matías Salazar “Matiítas”( 1828-1872), para conspirar contra Guzmán Blanco; éste se comporta benévolamente, desterrándolos en 1871 a Curazao, dándole veinte mil pesos a Matías y diez mil a Larrazábal; dinero que ambos aprovechan para comprar armas y preparar una invasión. Las acciones militares las inicia “Matiítas” por el Arauca a comienzos de 1872, entre Cojedes y Carabobo, culminando con el fracaso en Tinaquillo y Nirgua. “Matiítas” es capturado y fusilado cerca de Tinaquillo  el 17 de mayo de 1872; sin considerarse que estaba eliminada la pena de muerte con el conocido Decreto de Garantías emitido por el Gral. Juan Crisóstomo Falcón el 18 de agosto de 1863. 
   Larrazábal desde Curazao mediante la publicación de panfletos arreciaba sus ataques contra Guzmán. Ante las amenazas que recibía y sus bienes confiscados en Venezuela,  opta dirigirse desde esa isla hacia Nueva York, con la idea de zarpar rumbo a Francia, donde esperaba obtener recursos para la publicación de sus obras. Sin embargo, un destino trágico le esperaba, ya que el 23 noviembre de 1873, pierde la vida al chocar en aguas del Atlántico los buques “Ville du Havre” donde se encontraba y el “Lacharn”; el ilustre paisano llevaba cerca de tres mil folios manuscritos sobre diferentes investigaciones históricas y musicales; escribió sobre asuntos jurídicos y económicos. Considerado con mucha razón como uno de los músicos y compositores más sobresalientes que tuvo nuestro en el siglo XIX, Una de sus obras fundamentales: “Trío para piano, violín y violoncelo”. El destacado escritor Rufino Blanco Fombona (1874-1944), reedito los dos primeros volúmenes  y el tercero  salió a la luz gracias a la acuciosidad del editor Don José Agustín Catalá (1915-2008). Felipe Larrazábal nos legó un verdadero manantial de conocimientos y una permanente lección de civismo y honestidad. En varias ciudades, instituciones educativas se honran llevar su esclarecido nombre.
(*) Gral.deBgda.                                                                                              eumenes7@gmail.com
                                                                                                                                  @eumenesfuguet
.
 Historia y Tradición

viernes, 21 de septiembre de 2012

20 de julio de 1810, Día Nacional De Colombia



Eumenes Fuguet Borregales (*)
 En los albores del siglo XIX, las colonias españolas a través de los movimientos emancipadores, entre ellos la Rebelión de los Comuneros del Socorro en marzo de 1781, la invasión francesa a España en mayo de 1808, la Rebelión de Quito en 1809, el movimiento caraqueño del 19 de abril de 1810 y el movimiento revolucionario de Cartagena en mayo de 1810, despertaban del letargo de trescientos años de presencia ibérica. Inspirados por nuestro Precursor Francisco Miranda, quien nos dejó la bandera de la redención y sus ideas inspiradas en los nobles postulados de la revolución francesa de libertad, igualdad y fraternidad,  Los pueblos  aspiraban gobernarse por sí mismos. 
   En Santa Fe de Bogotá capital del virreinato de la Nueva Granada, se realizaban reuniones secretas con los principales promotores del movimiento emancipador, figurando entre ellos: Francisco José Caldas, Camilo Torres, Joaquín Camacho, José Acevedo Gómez y Francisco Morales, Recordemos que el sacerdote chileno José Cortes de Madariaga, había salido de Caracas hacia Bogotá en comisión de la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, para informar sobre el movimiento del 19 de abril de 1810. 
   La oportunidad se presentó cuando en Bogotá se planificó para el 1ro de agosto en la lujosa residencia de don Pantaleón Santamaría, un banquete en honor  al Comisionado Regio de España, procedente de Cádiz, el capitán de fragata Antonio Villavicencio, ecuatoriano, futuro prócer de la Independencia. Durante el mes de junio se iniciaron en diferentes casas reuniones clandestinas para coordinar la histórica actividad; una de las más importantes se realizó en el Observatorio Astronómico de Bogotá, cuyo director era el sabio Francisco José Caldas (1768-1816), conocidas  como: Las Juntas del Observatorio.  El día y la noche del 19 fueron de constantes movimientos. A las nueve de la mañana del 20 de julio, don Joaquín Camacho se presentó en la residencia del virrey Antonio José Amar y Borbón, cargo que ocupaba desde 1803, exigiéndole la instauración de una Junta de Gobierno; al poco tiempo se presentó Luís de Rubio en la tienda del comerciante español José González Llorente, para pedirle en calidad de préstamo “un gran florero”, que adornaría  el centro de la mesa en la recepción prevista al Comisionado. González sin negarlo y debido a la trama montada, recibió  improperios por parte de los hermanos Francisco y Antonio Morales. Motivados por José María Carbonell, se aproximaron a la tienda muchos bogotanos comprometidos y curiosos, que se encontraban realizando compras en el mercado principal ubicado en la Plaza Mayor, hoy Plaza de Bolívar, al grito de: ¡Mueran los Chapetones¡ (soldados recién llegados de España). 
   Esta situación planificada originó saqueos a las propiedades de las autoridades españolas. En horas de la tarde la creciente multitud llena de euforia, solicitaba la urgente instalación de un Cabildo Abierto; el virrey, ante la presión de la multitud, a la cual se plegó el Batallón Auxiliar del teniente  coronel José María Moledo, manifestando no emplear las armas contra el pueblo, accedió a convocar a un Cabildo Extraordinario, pero no Abierto. La fogosidad del sentimiento nacional motivó a José Acevedo a arengar al pueblo bogotano diciéndole: “Si perdéis este momento de efervescencia y de calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, antes de dos horas seréis tratados como insurgentes”. 
    La indeclinable voluntad de ser libres dio como resultado, que a las seis de la tarde del glorioso viernes 20 de julio de 1810, se declarara en el Cabildo Abierto la Independencia y la redacción del Acta respectiva. Don José Acevedo Gómez fue designado por aclamación como Tribuno del Pueblo. El 21 de julio se utilizó por primera vez la expresión: El pueblo soberano de manera pública, abierta y oficial. El 26 se redactó otra Acta declarando la libertad absoluta de la Junta Suprema con relación al Consejo de Regencia de España. Ese memorable día es depuesto y apresado el virrey Amar y Borbón, enviado a Cartagena y embarcado a España. El primer presidente fue don Miguel Pey de Andrade, designado el 20 de julio hasta el 27 de febrero de 1811. La independencia definitiva de Colombia se logra el 7 de agosto de 1819 con la batalla de Boyacá, ejecutada por nuestro Libertador. La casa de don José González Llorente fue declarada el 20 de julio de 1960 “Monumento Nacional” y se le conoce como “La casa del florero” y también como “La Casa del 20 de julio de 1810”. Razón tiene el pensador ginebrino Juan Jacobo Rousseau: “La libertad es un  suculento alimento, pero de difícil digestión”.
(*) Gral. de Bgda.                                                                                                       Eumenes@gmail.com
Historia y Tradición                         
@eumenesfuguet

martes, 18 de septiembre de 2012

Cuando el futuro de un país dependió de un solo hombre



Dr. Daniel José Sanchez Silva*

Diogenes escalante.jpg
hotel el avila.jpg

A finales del mandato del presidente Medina Angarita, ya Venezuela era otra. Había culminado la segunda guerra mundial y el petróleo era el motor que movía al mundo. Desde el punto de vista político se habían conformado dos bloques el del este con la Futura “OTAN” y el del Oeste con el “Pacto de Varsovia”. La importancia que adquiría Venezuela era mayor debido a su situación geográfica y sus riquezas natural.


La apertura que había generado Medina a las organizaciones políticas también trajo como consecuencia la madurez de los grupos políticos en darse cuenta de la situación en la cual se hallaba el país y comenzaron a exigir los cambios acordes a los tiempos. Concomitantemente se había formado una oficialidad en la academia militar, profesional, intelectual que quería acabar para siempre con el fantasma del gomecismo dentro de las fuerzas armadas.

Las reformas que se pedían eran el sufragio universal si restricciones, voto popular y directo para la elección del presidente de la republica y los miembros del congreso por parte de todos los venezolanos hombres y mujeres, mayores de 18 años supieran ó no, leer y escribir. Elecciones limpias y alternabilidad del poder, manteniendo la no reelección inmediata del presidente de la republica.

Ante la presión ejercida sobre el gobierno por parte de los grupos políticos en especial Acción Democrática y de una logia militar incipiente de militares formados en la escuela de Chorrillos (Lima-Perú) los cuáles tenían sus propias exigencias, se busco un candidato de consenso el cual garantizaría las reivindicaciones de todos los sectores. Este candidato fue el Dr. Diógenes Escalante.

El Dr. Escalante, político, diplomático y periodista. Había permanecido fuera del país durante un largo tiempo en el servicio exterior. Fue embajador durante la presidencia de Castro, Gómez, López Contreras y Medina. Conocía muy bien la política exterior ya que estuvo de servicio diplomático en Holanda, Inglaterra, Francia, Alemania y para el momento de su llegada a Venezuela estaba acreditado en Washington. Tenía una relación personal con el presidente Truman el cual le hizo saber su agrado por su nominación presidencial. Este Tachirense de 66 años era el hombre en que se tenían todas las esperanzas para una transición democrática. Por este motivo Rómulo Betancourt y Raúl Leoni viajaran a Washington a entrevistarse con él y pedirle que acepte la candidatura presidencial para poner fin a la crisis política e iniciar un conjunto de reformas que ameritaba el país.

Escalante acepto la postulación y el 8 de agosto de 1945 (dos días después de lanzarse la bomba atómica a Hiroshima y el día que se lanzo a Nagasaki)  llega a Maiquetía en un vuelo de Pan American, donde es recibido con honores de jefe de estado. Se dice que más de 5000 personas y 1279 automóviles bajaron al aeropuerto, por la vieja carretera de la Guaira. Fue recibido personalmente por Arturo Uslar Pietri (ministro de relaciones interiores), Jovito Villalba, Rafael Vegas y Ramón Díaz Sánchez entre otros. Sin duda alguna este hombre representaba la transición pacifica hacia la democracia y el fin del fantasma del gomecismo, encarnado por la amenaza de reeleccion de Eleazar López Contreras.

Sin embargo el 2 de septiembre de 1945, estando alojado en la suite presidencial del hotel el Ávila, y antes de una reunión pautada con el presidente Medina Angarita, el futuro mandatario comienza a desvariar mentalmente. Repetía incesantemente que alguien le había robado sus camisas, sus pañuelos y su chequera. Sin embargo todas sus prendas se encontraban intactas en su guardarropa, aunque el seguía insistiendo en lo mismo. Se le informa de inmediato a Medina, quien ordena que lo trasladasen a otro lugar para que una junta medica lo examinara.  

Al día siguiente es examinado por los Doctores: Rafael González Rincones, Vicente Peña, Miguel Ruíz Rodríguez, Félix Lairet, León Mir, Pedro Castro y Enrique Tejera Paris quien la dirigía. El diagnostico fue que “había perdido la Razón”, aun hoy en día se especula si fue una enfermedad cerebrovascular, algún tipo de demencia debido al estrés, o esquizofrenia. Lo cierto fue que el Dr. Escalante ya no estaba capacitado para ejercer la presidencia, y por ende, esta bisagra que unía a los partidos de izquierda, el partido Acción Democrática, el medinismo y los militares se había fracturado y las alianzas disuelto.

La consecuencia más importante de este hecho fue que entonces se realizo una alianza cívico-militar, con la oficialidad media y el partido Acción Democrática para derrocar al presidente Medina previniendo el peligro de que volviera el general López Contreras y con él los vestigios del gomecismo. Este movimiento se llamo “La Revolución de Octubre” y dio origen al “Trienio Adeco”, que pronto también seria derrocado por una dictadura que duro 10 años. Como vemos esta enfermedad cambio nuestra historia, y es la consecuencia de cifrar todas nuestras esperanzas y expectativas en un solo hombre y no en un proyecto. Los seres humanos somos falibles, mortales y sustituibles; un país que se juega su futuro en una sola persona es una nación que de alguna manera también se encuentra problemas.


BIBLIOGRAFIA:
CALDERA, Rafael. “De Carabobo a Punto fijo. Los Causahabientes” La historia del origen de la democracia en Venezuela. Editorial Libros Marcados. Caracas 2008
BETANCOURT, Rómulo. “Venezuela Política y Petróleo”. Edición Conjunta de la Academia de Ciencias políticas y Sociales, UCAB y Fundación Rómulo Betancourt. 6° edición Caracas 2007
VELAZQUEZ, Ramón J; CALVANI, Arístides; SILVA, Carlos R.; LISCANO, Juan. “Venezuela Moderna” Medio siglo de historia 1926-1976. Fundación Eugenio Mendoza. Caracas 1976
PRIMERA, Maye. “Diógenes Escalante” Biblioteca Biográfica Venezolana N° 58. Editorial El Nacional, Caracas 2007
FUNDACION Empresas Polar. Diccionario de Historia de Venezuela. Segunda Edición, Caracas 2011
OLAVARRIA, Jorge. “La revolución olvidada. El 18 de Octubre de 1945”. Fundación Jorge Olavarría, Caracas 2008

Bandera venezolana

Bandera venezolana

Automóviles de los 40

Automóviles de los 40