Eumenes Fuguet Borregales (*)
El
22 de octubre de 1892 nace en la ciudad de Caracas Monseñor Jesús María Pellín
Chiquín, hijo de Don Juan Bautista Pellín y Doña Luisa Chiquín. Desde niño
sentía el llamado para servirle al Supremo Creador, concluida su formación sacerdotal en el
seminario Mayor de Caracas, recibe la ordenación el 25 de mayo de 1918. Las
autoridades eclesiásticas lo envían a estudiar Derecho Canónico y Teología en
la Universidad Pontificias de San Apolinar en Roma en 1929. A los veintiséis
años fue designado párroco de la parroquia de san José de Chacao. Cumpliendo su
apostolado rinde una labor en beneficio de los enfermos, ancianos y los de
escasos recursos económicos; empieza a destacarse por su elocuente verbo en los
sermones dominicales y especialmente en las Siete Palabras en la Semana Santa
ya que en esta fecha se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesucristo; Él era el orador más brillante de la Semana Mayor; las mujeres y
hombres de todas las clases sociales del interior del país iban a Caracas a
escuchar las Siete Palabras de monseñor Pellín, pronunciadas desde 1969 hasta
sus últimos días terrenales en la
Iglesia de Santa Teresa y en diferentes templos. Su verbo que llegaba al corazón de los feligreses explicaba
los aspectos sociales, económicos y morales de la sociedad; era un verdadero
libro abierto, vertical en su vida sacerdotal, con su pluma que halagaba como
criticaba lo que consideraba incorrecto. El padre Pellín se hizo famoso, sobre
todo cuando hablaba de política en la iglesia de El Valle". No se podía
hablar de la Semana Santa sin dejar de citar a un hombre. Para cumplir con
tantas solicitudes de las iglesias caraqueñas para dar su famosas e
ilustrativas palabras, tuvo que contratar un chofer y un automóvil, que estacionaba
a la puerta de la iglesia, para salir velozmente para cumplir con la feligresía
que ávidamente lo esperaba en otra iglesia.
Monseñor Pellín llegó a tener un récord
de pronunciar en un Viernes Santo, cuatro, cinco y hasta siete veces los discursos
de las Siete Palabras, cada uno con una
característica distinta. En 1923 es
enviado a la Diócesis de Coro, funciones que cumple hasta 1929, al ser
designado Director del Diario La Religión, fundado el 17 de julio de 1890,
considerado “El Decano de la Prensa
Nacional” desde 1930 hasta 1968. Por su destacada actividad periodística,
recibió los Premios Internacionales de Prensa: "María Moors Cabot" instituido por la Universidad de Columbia
desde 1938 y el premio "Mergenthalor". Por cierto Monseñor
Pellín mantuvo una fraterna y amistad
con Don Germán Borregales de tal manera que lo designó corresponsal en Coro y
le bautizó y apadrinó a su hija Beatriz.
Monseñor Pellín Es designado Canónigo de Merced de la Catedral de Caracas de
1933 a 1951, Arcediano de la misma de 1951 a 1961. Deán del Capítulo
Metropolitano a partir del año 1961. Funda en 1935 la emisora La Voz de la Patria 710 A.M, donde
retrasmitía actividades religiosas dirigidas especialmente a los enfermos e
impedidos para asistir a la Santa Misa. Todos los días a las cinco de tarde
transmitía el Rosario. Fue nombrado Obispo Auxiliar del Eminentísimo Cardenal
Arzobispo de Caracas José Humberto Quintero y uno de sus Vicarios Generales. Su
Santidad Pablo VI lo elevó a Obispo. Monseñor
Pellín fue galardonado con los doctorados Honoris Causa de la Universidades Santa
María y de la Católica Andrés Bello, igualmente recibió un importante
reconocimiento por parte de la Escuela de periodismo de la U.C.V. Se desempeñó
como Director de la Sociedad Interamericana de Prensa. Dejó a la posteridad
varias obras y publicaciones; el ilustre
y apreciado servidor de Dios, falleció el 20 de noviembre de 1969 en la ciudad de San Juan de Puerto Rico. El
Doctor Rafael Caldera expresó: " es uno
de los más grandes valores del periodismo y de la Iglesia". En su
honor, todos los años la Conferencia Episcopal de Venezuela, otorga el premio “Monseñor Pellín”, a objeto de reconocer
la noble como arriesgada labor de los
comunicadores sociales. A monseñor Pellín se le catalogaba como “el más acucioso historiador eclesiástico de
América”. El Dr. José Antonio Giacopini Zárraga lo calificaba “un coloso”. AGRADECIMIENTO. Al presentar el artículo Nro. 400, deseo agradecer a la Directiva y personal del
prestigioso Diario El Carabobeño, así como a los apreciados lectores, por su
confianza y estímulo en la afanosa actividad
divulgadora.
(*) Gral. de Bgda.
churuguarero77@gmail.com
Historia y Tradición
Gracias por este escrito señor general Fuguet. Leído ahora a raiz del escrito del señor Laureano Márquez acerca de las Siete Palabras. Soy una persona de 73 años y recuerdo de niño la obligada mención a las Siete Palabras de Monseñor Pellín. Todos los días, camino al colegio, veía al Padre salir de su casa, entre Dos Pilitas y Portillo, caminando y a cumplir con sus obligaciones, siempre sencillo y amable.
ResponderEliminarDebo estar más atento a sus interesantes escritos.
Hoy lo recuerdo como un viernes santo era sagrado escuchar el sermón de las 7 palabras por Monseñor Pellin, a la 1 p.m. del día... Con verdadera pasión ...
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