martes, 6 de mayo de 2014

Inmigración canaria a Venezuela durante la República



Gerónimo Alberto Yerena Cabrera.


Octava Isla                           Archipielago Canario ocho islas)

La inmigración canaria a Venezuela, luego de fundada  la República por José Antonio Páez, se reinició desde la época del primer gobierno de Páez, el cual favoreció a los canarios a sabiendas de los eficientes trabajadores que eran, sobre todo en el campo venezolano, como ya lo habían demostrado en la colonia, los cuales en esa época constituyeron el grupo de avanzada en la agricultura de todo el país. Ésta se intensificó  en el gobierno de Guzmán Blanco, en sus tres períodos.
Venezuela fue el país que recibió más inmigrantes canarios en todo el mundo durante el siglo XIX, existe una infinidad de descendientes de esa notable inmigración en nuestro país durante esa época; fue seguida por Cuba, la emigración, durante ese siglo.

A principio del siglo XX hasta el año 1940, Cuba se volvió la primera nación que recibió más canarios seguida muy de cerca por Venezuela; pero, gracias a que Cuba cerró
la inmigración canaria, después de que se decretara la obligatoriedad de la preferencia a puestos de trabajo para los cubanos, volvió Venezuela a ser el segundo país de emigración canaria; aunque mantenía el primer lugar de mayor número de descendientes o nativos canarios de latinoamérica. Después de la Guerra Civil española y su desastrosa consecuencia, Venezuela fue nuevamente la primera alternativa para los isleños, acrecentándose una nueva oleada a partir del año 1952, la patria añorada de los canarios era nuestro país, !esto fue algo que no había tenido precedente en la historia de Canarias!
No hay estadística certera de la cantidad de emigrantes canarios, motivado  a que una proporción importante de ellos, antes de 1950, y algunos, después, fueron emigraciones ilegales; esto motivado, además de la situación económica y política, fue la idea fundamental de los isleños de no cumplir el servicio militar, y permanecer acá hasta cumplir los 36 años de edad, para quedar exentos del servicio militar. De ahí que hubo mucha inmigración joven en ese período, e incluso fueron ellos los que posteriormente se trajeron a sus familiares a nuestra patria en esa época.

El resultado fue que la gran mayoría no regresó, y los pocos que lo hicieron, cuando habían acumulado cierta fortuna, se llevaron además de su dinero, a muchas venezolanas y a sus hijos; además, a la arepa, la palabra mecate y sus diferentes acepciones refraneras, el joropo y otros bailes arraigados en Venezuela. Las orquestas canarias cosecharon bastante éxito animando a aquellos “venezolanos”, como llaman a los regresados, o a los que habían retornado con permiso provisional, como turistas o  a conocer a sus familiares lejanos, contagiando a los nativos de esta interesante experiencia.
Estos “venezolanos” constituyeron un circulo selecto, hasta el punto que se llegaron a organizar fiestas exclusivas para ellos. Además, como religiosos que son, la mayoría, también se llevaron a la Virgen de Coromoto.
Es por eso, y no a Cuba, que a Venezuela, aun no siendo una isla, la llaman  la “Octava isla”; mal llamada así, en forma ordinal, se le debía llamar la “Novena Isla”, motivado a que el Archipiélago Canario tiene ocho islas y no siete.
Bibliografía general
José Luis Concepción. Diccionario Enciclopédico de Canarias “Pueblo a Pueblo”.ACIC. Asociación Cultural de las Islas Canarias. La Laguna. Tenerife. Agosto, 1992.

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