martes, 22 de abril de 2014

MANIFESTACIONES CONVULSIVAS DEL GENERAL JOSE ANTONIO PAEZ **


Dr. A. Krivoy, Dr.  R. Arteaga Romero (*)


                   
          1863 -General José Antonio Páez  Anonimi Fotografía de  0,255 x 0,20



Resumen y Conclusiones:
Las convulsiones del General J.A. Páez  han llamado la atención por las peculiares características de su aparición en circunstancias la mayoría de las veces estresantes y en otras por la profunda asociación que realizara con desencadenantes tipo de la culebra y más complejo aún, asimilar la carne de pollo a la de la culebra. Pero debe dejarse claro que en circunstancias equivalentes de estrés, o más severas, descritas más adelante no hubo crisis; y a veces sin ningún desencadenante conocido, también aparecieron las crisis.

“¿Qué causa producía tan terrible dolencia en un hombre de fuerzas hercúleas, de espíritu inteligente y sagaz,  de voluntad inquebrantable, dominado por el solo sentimiento de la patria, que le hacía sufrido, constante, invencible? Escribía el médico e historiador Arístides Rojas en su obra  Leyendas Históricas de Venezuela... Si bien es cierto que el factor de sobretensión emocional que producen las batallas coinciden con la aparición de las convulsiones durante estas acciones guerreras, también es cierto que en un buen número de ellas, con complejidades equivalentes, no aparecieron las convulsiones.

El historiador  Académico Ildefonso Leal cita lo siguiente: “…Páez participó en 53 acciones bélicas, distribuidas así: 10 batallas, 8 sitios, 28 combates y 7 asaltos y sorpresas…”.-  “los eventos convulsivos se presentaron en:

 1) Banco del Chire  (1815) crisis de gran mal y estado post ictal prolongado y desencadenante fue  ofidofobia.

 2) El Yagual (1816) convulsiones tipo gran mal.

 3) El sitio de Ortiz (1818) convulsión con salivación.

 4) La Gamarra (1819) crisis convulsiva.

 5)Carabobo (1821) Convulsiones “.- En esta última batalla, Páez relata en su Autobiografía lo siguiente: “…habiendo sido acometido repentinamente de aquel terrible ataque que me privaba del sentido, me quedé en el ardor de la carga entre un tropel de enemigos…”

En la revisión de los ascendientes de Páez, en un minucioso trabajo realizado por Nicolás Perazo, historiador de Yaracuy y el Prof. David Fernández, no aparece ningún caso de convulsiones. Por parte de la descendencia, ampliamente conocida por uno de los autores  (Dr. Rafael Arteaga R.) , quien es descendiente directo del General José A. Páez y al mismo tiempo poseedor de una extensa literatura sobre el mismo, hasta ahora, no se ha encontrado en los familiares de Páez alguna manifestación convulsiva, o predisposición genética o familiar.

El destacado médico neurólogo Dr. Raúl Ramos Calles en su trabajo sobre el tema de las convulsiones de Páez, concluye: “…Ataques recurrentes, manifestaciones tónico-clónicas, inconsciencia transitoria, estado post ictal, salivación profusa permite encuadrar estas manifestaciones dentro del cuadro de la epilepsia. Se encuadraría en las llamadas idiopáticas”.-

CONCLUSIONES:
En concordancia con múltiples autores que se han ocupado del tema, pensamos igualmente que en sus  83 largos años, el General J.A. Páez sufrió crisis caracterizadas por los síntomas arriba descritos, con pérdida del tono muscular que le producían caída del caballo a un veterano jinete.

Según la Comisión Internacional de la Liga Internacional contra la Epilepsia, las convulsiones del ilustre prócer caerían dentro de “…Crisis generalizadas tónico-clónicas…” Todo lo anterior sin herencia conocida y ausencia de cualquier lesión traumática o tóxica conocida, lo encuadran dentro de las epilepsias tipo gran mal, generalizadas idiopáticas. Un estímulo sensorial, el fragor de la batalla por un lado y la ofidofobia por el otro estaban dentro de los desencadenantes ocasionales.

La personalidad de José Antonio Páez, además de ser un verdadero ejemplo para cualquier enfermo de esta patología, rompe el paradigma de las descripciones clásicas de la llamada personalidad epiléptica .

(*) Publicado por Academia Nacional de Medicina, Colección Razetti, Tomo XII, pag 93, 2012.
 
 

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