martes, 25 de febrero de 2014

TEJAR A ROSARIO 105. Parroquia Santa Rosalía. Caracas


Jesús Alfaro Garantón

En 1948 de Tejar a Rosario 105, en la parroquia Santa Rosalía vivía el profesor J.M. Alfaro Zamora*, yo era el tercero de sus hijos, allí tuve la oportunidad de vivir las bellas experiencias que a continuación les narraré.


Descripcion de las casas de Santa Rosalia
Las casas de toda la parroquia guardaban similitud, de estrecho ancho, lo compensaba una extensa longitud. Las casas tenían un porton ,zaguán, recibidor, sala, patio con las habitaciones alrededor, comedor, cocina, patio de fondo, traspatio y el cuarto de los trastos. En los patios crecían frondosos árboles frutales como nísperos, mangos y granadas. Las casas se distinguían por los números, aunque todo el mundo sabía los apellidos de sus ocupantes. La casa de las Arreazas, la casa de los Febres, la casa del coronel Palacios.
 

Personajes: escobilleros, el ponchero, sopa de chicle

Las calles eran estrechas y permitía el paso de automóviles y una vía para estacionamiento. Aceras estrechas que permitían el tránsito peatonal y la vida de personajes tales como el escobillero, quien cargaba sobre sus hombros un enorme atado de escobas y larguísimos escobillones, que servían para limpiar de telas de arañas las esquinas del techo de los salones, el vendedor de ponche quien montado en una bicicleta y ayudado por un gran embudo que hacía las veces de megáfono soltaba su estruendoso grito de POOOONNCCHE. Había también conocidos indigentes que vivían de la caridad pública. Uno de ellos era Sopa de Chicle quien simulaba un pesado andar que lo hacía arrastrar un pierna, mientras gritaba con voz lastimera  ¡¡no llego!! Alguna alma caritativa le daba alguna moneda y el doliente personaje se curaba de inmediato y daba una veloz carrera hasta el barcito de la esquina para echarse un palito de ron.

Los policías no tenían que hacer y se entretenían fastidiando a los muchachos del barrio, esa era una guerra personal. Los muchachos y los policías eran enemigos irreconciliables. En una ocasión me pusieron preso por patinar en la acera y fui llevado a la jefatura por el mismo Pablote, el más temido de los policías. Los demás muchachos que escaparon a la persecución corrieron a mi casa a avisarle a mi abuela, quien tomó un paraguas y fue a rescatarme a la jefatura de policía. Al entrar fue directo contra Pablote y le asestó dos paraguazos por la cabeza, mientras preguntaba ¿Dónde está mi muchacho?  Inmediatamente me asió de la mano y nos marchamos, no sin antes detenerse en la puerta y soltar una última advertencia: “Si vuelves a tocarlo, te mato a palos”. Desde ese día Pablote comenzó a respetarme, evitaba encontrarse conmigo y si me veía a distancia, discretamente cruzaba a la acera de enfrente. La jerarquía que tenía entre mi grupo de amigos sufrió un cambio repentino, ya no era el más chiquito sino que era guapo y apoyado.


Radio Cultura, esquina del Tejar

En la esquina de Tejar había un edificio moderno de tres pisos y quien tuviera la suerte de subir allí podía disfrutar de una vista panorámica de la Caracas de los techos rojos. En el primer piso estaba Radio Cultura y allí se presentaban los artistas del momento: Pedro Vargas, Pedro Infante, Benny Moré. En las tardes a las 5, tocaba la orquesta de Rafael Minaya con sus cantantes Nano León y un jovencísimo Rafa Galindo, la VOZ QUE ACARICIA.



El Nuevo Circo. Mercaditos martes y jueves. Eventos. Corridas de toros. Diamante Negro y Cesar Girón

A una cuadra de mi casa quedaba el Nuevo Circo, donde funcionaba un mercado los martes y jueves y los domingos se lidiaban corridas de toros. Ese ambiente taurino impregnaba toda la zona y muchos novilleros noveles buscaban trabajo en la vecindad. Mi hermano mayor montó un pequeño circo en el traspatio de nuestra  casa y allí simulaban tientas de vaquillas como entrenamiento. La “vaquilla” era un manubrio de bicicleta al cual le habían montado unos cachos y la muleta se paseaba por delante en maravillosos pases toreros. Todos mis amigos se las dieron de toreros y no tienen necesidad de preguntarse quién manejaba la vaquilla, pues el más chiquito del grupo. Por ese improvisado coso taurino pasó un muchacho flaco y orejón que era el repartidor de la Panadería de Curamichate y quien llevaba por nombre Cesar Girón. Tuve la oportunidad más de una vez de llevármelo entre los cachos.


La placita de Nuestra Señora de la Paz. Pablote

Hotel Majestic y la bola de acero 12 de marzo de 1948

Había en Caracas un famoso hotel de lujo, donde llegaban los gringos que manejaban el petróleo y donde se respiraba el lujo por doquier, el Hotel Majestic, un imponente edificio de 8 pisos. Un buen día dieron la noticia que iba a ser derribado y el 12 de Marzo de 1948, nos encontrábamos en primera fila para ver una maravilla de la tecnología moderna en pleno funcionamiento. Se trataba de una grúa muy alta de donde pendía una pesadísima bola de acero, que comenzó a balancearse hasta que la pesada bola alcanzara una gran altura y en un rápido viraje, este proyectil se estrelló contra la torre del hotel que cayó como un castillo de naipes, esparciendo una gran nube de polvo que cayó sobre las cabezas de miles de mirones. Regresé a mi casa sucio y asustado sin pensar que ese día había sido testigo del principio del fin de la vieja Caracas.  


Blietzkrieg y Guernica

Estaba muy cercano el recuerdo de la segunda guerra mundial y las fotos del Blietzkrieg, la guerra relámpago de los alemanes y las de Guernica, donde se entrenaron los de la división Condor de la Luftwafe, en arrasar pueblos enteros se repitieron en imágenes de Caracas, pero esto sin pólvora ni guerra y en nombre de la modernización. En pocos meses fueron arrasadas  más de 20 manzanas de la ciudad con la ayuda de tractores de cuchilla (payloaders), esta fue una cuchillada en la yugular de la vieja Caracas, para dar paso a la Avenida Bolívar que se extendía desde El Silencio hasta el Parque Carabobo (unas cuatro cuadras) y que fue inaugurada el xxx por la Junta Militar de Gobierno.

Poco después se inició el mismo procedimiento de arrase en trazado perpendicular a esta nueva vía, en sentido norte sur, para dar cabida a la avenida Fuerzas Armadas, completándose así la crucifixión de la ciudad. Allí cayó mi casa de Tejar a Rosario número 105.

Jamás imaginé que en el sitio donde yo tejía mis sueños de niño, hoy transitan miles de automóviles al día.

 * Nota del redactor: La famosa UE conocida popularmente como "la escuelita" ubicada en el cruce del Boulevard el Cafetal y la Av El Morao lleva el nombre del profesor J.M. Alfaro Zamora, eminente educador.

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