Eumenes Fuguet Borregales (*)
El más ilustre de nuestros paisanos, en su incansable
búsqueda de la emancipación hispanoamericana, con el apoyo recibido en Norteamérica zarpó de Nueva
York el 2 de febrero de 1806, en la
corbeta Leander con doscientos
expedicionarios, ninguno hablaba castellano, la mayoría no eran católicos.
Transportaba gran cantidad de fusiles, pólvora, sables y una imprenta, donde
imprimieron la proclama leída y colocada en Coro. Las actividades de Miranda
eran espiadas por el marqués de Casa
Irujo, Ministro de España en Norteamérica; el capitán general en
Venezuela Manuel Guevara Vasconcelos estaba al tanto de los preparativos. La
expedición mirandina Llega al puerto
haitiano de Jacmel el 18 de febrero; izó la bandera tricolor en el palo mayor
del Leander el 12 de marzo, le rinde
honores con una salva de cañones, juramenta a sus expedicionarios y adquiere las goletas Bee y Bachus. El juramento indicaba: “Juro ser fiel al libre pueblo de sur América independiente de España y
servirle honesta y lealmente contra sus enemigos y opositores, observar y
obedecer las órdenes del supremo gobierno de este país legalmente constituido y
a las órdenes del general y oficiales superiores”. El 28 de marzo levan anclas con destino
Curazao adonde llegan el 11 de abril; continúan hacia las costas de Ocumare;
los navíos españoles Argos y Celoso,
capturan a las goletas el 27 de abril, los oficiales catalogados “los diez monstruos” son ahorcados en
Puerto Cabello el 16 de julio, y los soldados enviados a las fortalezas de
Cartagena. Miranda con mejor suerte y lanzando al mar material para aligerar la
embarcación, pudo dirigirse a Bonaire, Barbados y Trinidad; en ésta isla consigue
apoyo inglés de quinientos soldados en ocho navíos, que le permitieron salir de
Puerto España el 15 de julio para incursionar sobre La Vela de Coro, cuyo
fortín San Pedro con escasa defensa es asaltado el 3 de agosto y enarbolada la
bandera en el torreón. A las cinco de la mañana del 4 de agosto ingresa a Coro;
coloca la bandera en la iglesia hoy Catedral. La mayoría de los habitantes habían huido a las montañas
vecinas por disposición del comandante político militar Juan Manuel Salas, quien
había solicitado refuerzos a Barquisimeto, Caracas y Maracaibo. Se ofrecieron
30.000 pesos por la cabeza del precursor. El fiel y eficiente secretario, el italiano
Tomás Molini, colocó la proclama en la iglesia y edificios públicos. Miranda
Fue alojado en la residencia del español Don Antonio Navarrete; aprovechando la
corta permanencia en Puerto Cumarebo de monseñor Santiago Hernández Milanés,
Obispo de Mérida y Maracaibo, diócesis que comprendía desde Paraguaná hasta el
Alto Apure, el “precursor” le envía una atenta y respetuosa misiva; el prelado contesta ratificando su fidelidad al monarca
español. El Cabildo coriano tampoco respondió a la solicitud de acercamiento
propuesta por Miranda. Ni la escasa población ni sus bienes sufrieron daños por
parte de los expedicionarios; Miranda comprende que Coro no estaba preparado
para la independencia; opta dirigirse a la Vela de Coro el 10 de agosto y el 13 en dirección Aruba,
Granada, Barbados y Trinidad donde vende el Leander y la imprenta, adquirida
más adelante por Fernando Peñalver a
solicitud del Libertador en septiembre
de 1817, utilizada en junio de 1818 en el Correo del Orinoco. El 16 de noviembre
Miranda se dirige a Londres vía Nueva York. A petición de Bolívar durante la
comisión en Londres junto a Don Andrés Bello y el Dr. Luís López Méndez realizada
en julio de 1810, Miranda llega a La Guaira el 10 de diciembre de ese año,
fundando a los pocos días la Sociedad Patriótica, cuya bandera es similar a la
presentada al Congreso el 7 de julio de 1811. En la tierra caquetía es
denominado: “Libertador de Coro”,
cuya bandera, permaneció izada durante ocho días, signo de un buen preludio de
epopeya. Sin haber sido poco afortunado, no es por eso menos glorioso. El
Libertador expresaría en Lima el 10 de julio de 1826 “Miranda es el hombre más ilustrado de los americanos”.
(*) Gral. de Bgda
eumenes7@gmail.com
Historia y Tradición
Excelente expisicion.
ResponderEliminar