domingo, 30 de junio de 2013

Dr. Mario Briceño Iragorry, eminente trujillano

Eumenes Fuguet Borregales (*)

El estado Trujillo se enorgullece de tener entre sus hijos al Dr. Mario Briceño Iragorry, destacado historiador, escritor, ensayista, académico, humanista, brillante en la narrativa con elocuente estilo, estudió a fondo lo referente a las culturas indígenas de los andes; considerado entre los primeros ensayistas de América; autor de más de cien obras.
Algunos detractores le han criticado su cercanía con el gobierno de Gómez. Nacido en la ciudad de Trujillo el 15 de septiembre de 1897, primogénito del matrimonio de Don Jesús Briceño y Doña María Iragorry. Realizó sus estudios elementales y secundarios en el lar nativo y en Valera. Luego de una permanencia de dos años en Caracas entre 1912 y 1914, regresa a Trujillo incursionando en el periodismo escribiendo en 1818 “Ariel”. Se traslada a Mérida a iniciar los estudios de Derecho y a la vez trabajar en la Secretaría de Gobierno para ayudarse en los estudios. Obtiene el titulo de abogado en 1920. 
En Mérida iniciará una larga y sincera amistad con el conocido escritor Caracciolo Parra León (1901-1939). Contrae matrimonio con la distinguida merideña Josefina Picón Gabaldón, procrean digna descendencia. Escribe en 1921 “Horas” En Caracas ocupa el cargo de Director de Política Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores; tuvo de compañeros de trabajo Laisandro Alvarado, José Ramos Sucre y Jacinto Fombona Pachano entre otros. Colateralmente ejerció la docencia en el Liceo Andrés Bello del que fuera Director mas adelante. 
Su capacidad profesional le permite ser nombrado Secretario de la Cámara de Diputados en 1922; ese año escribe “Motivos”. El Ministerio de Relaciones Exteriores lo envía como Cónsul en Nueva Orleans en 1923.Regresa en 1925 para realizar estudios de Ciencias políticas en la U.C.V. Escribe en 1926 “Ventanas en la Noche “y “lecturas Venezolanas”; es designado en 1927 Secretario de Gobierno de Trujillo, en 1928 Presidente (Gobernador) de Carabobo. Escribe en 1929 “La Fundación de Maracaibo” y “La historia de la fundación de Trujillo”. La Academia Nacional de la Historia lo recibe como Individuo de Número al asignarle el Sillón Letra “B” en 1930; igual distinción le confiere la Academia Nacional de la Lengua en 1932. Una de sus grandes obras “Tapices de Historia Patria”, escrita en 1936, en ella explica claramente el aspecto jurídico del Utis Possidetis Juris; ese año y hasta 1941 desempeña el cargo de Ministro Plenipotenciario en Centro América con sede en Costa Rica. Ocuparía las funciones de Director del Archivo General de la Nación, Gobernador del estado Bolívar y la Presidencia del Congreso. 
A causa del golpe militar del 18 de octubre de 1945 es detenido por poco tiempo. Permanece en Caracas ejerciendo su profesión y dedicado a la investigación histórica y a escribir sus conocidas obras. Publica en 1946 otra de sus grandes obras “Casa león y su tiempo”, donde narra los aspectos ilícitos de la época colonial y emancipadora; magnífica publicación que le merece el Premio Municipal de Literatura. Al siguiente año presenta “El Regente Heredia o la piedad heroica”, referido al jurista José Francisco Heredia (1776-1820), personaje honesto que le correspondió aplicar justicia en los gobiernos de Monteverde, Boves, Cajigal y Morillo. Heredia fue el primer defensor de Miranda; expulsado por Morillo a México donde fallece. Con esta obra le cupo el honor de ser el primero en recibir el premio Nacional de Literatura. La Academia de la lengua le otorgó “Medalla de oro” como el mejor libro del año. Escribe en 1948 “El caballo de Ledesma”, nueva contribución valiosa a la literatura venezolana; en esa obra refiriéndose al Libertador dijo: “debemos ver a Bolívar no como difunto, sino como el héroe que renace para el triunfo permanente, y cuya apoteosis ahoga la misma voz de la muerte. Debemos tenerle cerca para escuchar sus admoniciones y enseñanzas, y así medir nuestro deber de hoy en el campo de la dignidad humana”. De nuevo Don Mario es designado al servicio exterior, esta vez a Colombia como Embajador. En 1951 la municipalidad caraqueña lo designa Cronista Oficial de la Ciudad. 
En las elecciones presidenciales de 1952, apoya al Dr. Jóvito Villalba, al serle desconocido el triunfo, decide exilarse en Brasil, Costa Rica y España entre 1953 y 1958. Escribe en 1957 “Los Riberas”. A la caída del régimen el 23 de enero de 1858 regresa a Venezuela; fallece este paisano ejemplar en Caracas el 6 de junio de 1958 a los sesenta años. Sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional el 6 de marzo de 1991. Al ser exhumado en el Cementerio General de Sur, su cuerpo estaba incorrupto; el corazón fue enterrado en al Catedral de Trujillo. Un municipio del estado Aragua, bibliotecas, instituciones educativas y culturales se honran llevar su nombre. Mario Briceño Iragorry manifestaba que: “El mundo de las ideas, más que el mundo de los hechos, ha sido la temática de mi labor como escritor”. Igualmente nos dejo un axioma: “No hay abismos, sólo caminos”.

(*) General de Brigada

eumenes7@gmail.com

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