jueves, 14 de febrero de 2013

EL COMPONEDOR*



   VICENTE GUERRERO BERNABEY                  

                                                        A mi amigo ALEXIS ORELLANA
                                                            A Barquisimeto mi pueblo

  Como todas las tardes mis pasos se dirigieron al lugar de los encuentros, los amigos ya reunidos en la mesa habitual  en amena conversación. “Habla con  el viejo...” fue la respuesta al saludo, “te espera…” respondió otro  señalando al solitario que saboreaba su café a sorbos como paladeando recuerdos.  “¿Puedo?”,  expresaste con tu vos firme, a modo de saludo, de hombre acostumbrado  al dialogo circunstancial, ocasional, de curioso citadino que para mal de males   ejercía el oficio periodístico en un momento de los tantos momentos  poco recomendables. Lacónica fue la respuesta del viejo a la  pregunta,  “ …  arrime esa silla,  le brindo el café….”.   La taza se interpuso entre los dos y salieron del alma los recuerdos.

            “ … Un amigo me  asomo el recuerdo de “EL COMPONEDOR”  comenzando nomás este café en el momento que Ud. entraba. Cosas de viejo revivir historias que nadie quiere escuchar y como me contaron que disfruta y transmite historias de esta ciudad chata, calurosa, de rojos arreboles y larguísimo pasado, sentí interés en conocerlo mientras saboreaba este amargo. No podía dejar que el recuerdo se perdiera en la bruma de esta tarde.”

          —El COMPONEDOR, tipógrafo de oficio, cargó sobre sus hombros  imprentas que reproducían  paginas libertarias en el silencio de las noches. Doña MERCEDES más de una vez sacó coraje para superar el miedo que esas hojas escritas le producían.  Cuantas veces este hombre cargo grillos  y  paso días tras  las rejas   que   no  impedían  que esas hojas siguieran saliendo.

                 Con otros compañeros buscaba convencer a obreros tipógrafos a formar gremios y en esta tarea,  el poder, el sempiterno poder, allanaba  talleres, destrozaba maquinas,  equipos y algunos terminaban en oscuras celdas,….. pero  seguían y seguían, el miedo no los detenía.

                 El COMPONEDOR  era incansable, escribió “EL CERCO DEL HAMBRE”  que causo mas de un malestar en este pueblo,  tenía él y sus compañeros una razón de lucha: “LA LIBERTAD”,  tal como suena   mi buen amigo, “LA LIBERTAD” con mayúscula, así la  imprimían  con los “tipos” mas grande que sus “galeras” permitían”

              “----- ¿Qué le pasa amigo? Lo veo serio y como que en sus ojos……. ¿No será que estoy recordando a alguien que Ud. conoce?”

               Dio el último sorbo al café, apoyo la taza vacía en la mesa y en un acto de supremo respeto y cortesía como para no continuar clavando espuelas, me dejó con un tiempo que fue y es mío., que me  enorgullece,  lo vi dirigirse a la puerta,  me dijo adiós con la mano  y se  perdió  en la noche de Barquisimeto.    

   * Una historia real          
                                  
 VICENTE GUERRERO BERNABEY
 EDITOR REVISTA MEDICA RAZETTI
  vgbernabey@gmail.com                

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