domingo, 9 de diciembre de 2012

¿Miranda masón? Miranda hombre de mundo con luz propia, tuvo amigos importantes y muchísimos detractores*.

Por: Carlos Maldonado-Bourgoin



Cautiva e inquieta que el caraqueño Miranda, sin ninguno de los tres factores que abren puertas y hacen amistades, como lo son el poder político, el religioso o el económico, se haya desenvuelto, haya conocido y haya tratado con tanta gente importante, en algunos casos de tú a tú. ¿De cuáles dones y facultades estaba dotado el criollo?, pues unos muy sencillos y escasos entre el común de los hombres, tenía luz propia, magnetismo y majestad humana.

Ningún héroe de Iberoamérica tuvo trato directo con tantos hombres y mujeres de valía como Miranda. En primer lugar debo mencionar a quienes tomarán su antorcha, para llevar la llama de la libertad a toda la América del Sur: Simón Bolívar en el campo militar–político, Andrés Bello en el campo intelectual–humanista, y Bernardo O´Higgins, en el campo institucional, además su discípulo y Libertador de Chile. Antes de regresar la Misión venezolana a Londres, sus integrantes (Bolívar, López Méndez y Bello) producen un documento en el que apoyan la vuelta a la patria Miranda, en dicho documento dicen: “¡Con que oficiosidad le hemos visto dispuesto a servirnos con sus luces, con sus libros, con sus facultades, con sus conexiones”. (Pedro Grases. El regreso de Miranda a Caracas en 1810, separata de la Revista Shell, junio, 1957, p.13).

En tan complejo periplo que no sólo abarca la actividad política, sino también la histórica y la vital, Francisco de Miranda participó y fue testigo de los momentos estelares y claves de la historia de la humanidad, la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América, la Revolución Francesa, fue testigo de los inicios de la Revolución Industrial inglesa y es el patriarca de la Independencia de los países iberoamericanos. Este periplo lo lleva a conocer a George Washington, Thomas Jefferson, Samuel Adams y John Adams, James Madinson, Alexander Hamilton, Henry Knox, William Pitt, Lady Lucy Hester Stanhope, Sir Arthur Wellesley Lord Wellington, Robert Stewart Lord Casthereagh, el Rey Critian de Noruega, Claudio Alströmer, Gustavo III, Federico El Grande, el Duque de Brunswick y su hermano, Franz Joseph Haydn, Moses Mendelssohn, Arzobispo Eugenio Vúlgaris, Catalina II de Rusia , Grigori Aleksandrovich Potiomkin, Semión de Worontsow, Catalina Hall, Charles Maurice Talleyrand, Napoleón Bonaparte, Madame Stäel, Delphine de Custine, Maria Elena Walsh de Williams, Louis-Philippe de Orleans futuro Rey de Francia, Cesare Beccaria, Eduardo Gibbon, Guillaume-Thomas François Raynal, Enmanuel Joseph Sieyes, Thomas Paine, Quatremère de Quincy, Nicholas Vansittart, Almirante William Popham, Lord St. Vicente, Almirante Thomas A. Cochrane, Jeremy Bentham, Alexander Sabes Petion, es amigo de Stuart Mill y conoce a su pequeño hijo John Stuart Mill que será figura del pensamiento económico, Joseph Lancaster, James Miranda Barry y José María Blanco White, entre tantos otros.

No todos sintieron agrado por el caraqueño universal, como suele suceder en estos casos y precisamente por ser tan grande y tan universal. Incluso algunos se le enfrentaron. Destaca Tomás Polanco Alcántara que Miranda en su etapa española “Tiene amigos muy fieles y enemigos que no le perdonan. Sin saberlo, incurre en las iras de la Inquisición”. (T.P.A. Francisco de Miranda. ¿Ulises, don Juan o don Quijote?. Segunda edición. Caracas, ExLibris, 1997, p. 20)

Miranda es un ejemplo y un paradigma para las generaciones presentes y futuras en cualquier instancia del mundo evolucionado y desarrollado. Este singular héroe trágico se encadenó al llamado de su destino y se consagró a la libertad de su Patria-América Toda. Gracias al trato y la amistad que tuvo con algunos personajes, y sólo con su oportuna intervención, pudo y tuvo el apoyo necesario para seguir en el trazado de su camino marcado por lo novedoso. Debemos recordar y honrar a esos hombres y a esas mujeres cuyos nombres bien pudieran figurar en un monumento u obelisco recordatorio por su amistad con el Patriarca y Precursor de la Independencia de todo un continente que mencionara en párrafos anteriores.

No quisiera terminar sin mencionar para rendir homenaje a Sarah Andrews, la esmerada Sally, el ama de llaves de Miranda que le dio dos hijos, Leandro y Francisco, la mujer quien en el largo viaje sin retorno de Miranda, conservó hasta el final de sus días su casa en Londres, con aquellos espacios abiertos a la causa de la emancipación y con todas la colección de libros, objetos de arte y mapas. La mujer que discretamente intuyó que era importante el papel que hacía como guarda y custodia de un legado para la liberación integral de los hijos de América. El eminente escritor catalán Carlos Pi-Sunyer describe con minucioso amor esta casa que albergó tantas personalidades juntas: Ubicada en el·”Manor” o distrito de Totenham, el número era entonces 27, Grafton Street; luego 28 Grafton Way y hoy 58 Grafton Way. El nombre viene del Duque de Grafton, hijo natural de Carlos II y de la Duquesa de Cleveland

* Tomado de: Ni vestido ni desnudo...

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