EL NOMBRE DE VENEZUELA Y LA VENEZOLANIDAD
Profesor Carlos Alarico Gómez
Profesor Carlos Alarico Gómez
Carlos Alarico Gómez (Historiador y periodista. Efectuó sus estudios en Venezuela, Italia y Estados Unidos. Su doctorado lo obtuvo en la UCAB de Caracas (2004). Ha publicado más de veinte títulos sobre temas históricos. En la actualidad se desempeña como profesor de las cátedras “Venezuela Contemporánea” e “Historia de la Cultura” en la Universidad Alejandro de Humboldt.).
Lo que encontraron
los primeros visitantes españoles del Lago de Maracaibo fue dibujado por Juan de la Cosa en el mapa que elaboró en Sinamaica en 1499 y completado en España en 1500. En
él se aprecia una referencia del autor que dice: “Juan de la Cosa la fizo en el
puerto de Santa María en el año de 1500”[2].
La autenticidad del mapa fue establecida en 1987 por el “Gabinete de
Documentación Técnica del Museo del Prado” y en la actualidad se puede admirar
en el Museo Naval de Madrid. Es por tanto el documento más antiguo del Nuevo
Mundo y en él se menciona el nombre de un caserío llamado Veneciuela, que es el
más probable antecedente del nombre de nuestro país.
Juan de la Cosa nació en 1450
(c.) en Cantabria y murió cerca de la actual Cartagena en 1510, en un
enfrentamiento contra los indios guajiros. Tuvo un papel destacado como
financista y maestre de la nao Santa María, que condujo a Colón y sus hombres
al Nuevo Mundo en 1492. Un año después participó en el segundo viaje y en 1499
se asoció con Alonso de Ojeda para efectuar una expedición hacia las tierras
descubiertas, a la que se unió Américo Vespucio. Llegaron al territorio
de Sinamaica el 24 de agosto de 1499, causando una lógica intranquilidad en los
paraujanos, pues los recién llegados eran gente extraña, de piel blanca y ojos
claros, que hablaban en un lenguaje incomprensible[3].
Ojeda
era un experimentado navegante y hombre de empresa, que probó su valor, don de
gentes y generosidad en el tiempo en que le tocó actuar en el territorio del
nuevo Mundo. Él y sus hombres se integraron rápidamente a las costumbres de los
paraujanos y mostraron admiración por sus elementos culturales, especialmente
por sus acogedores palafitos y la contagiosa música que interpretaban con sus
flautas y maracas, mientras bailaban una danza a la que llamaban “areito”,
vestidos con guayucos y adornados con plumas multicolores que colocaban en sus lacias
cabelleras.
Vespucio era nativo de Florencia,
Italia, pero se encontraba en España atraído por la hazaña de Colón, deseoso de
incorporarse al descubrimiento. Al llegar al nuevo territorio comenzó a
averiguar el nombre de los lugares por donde pasaban y así fue determinando la toponimia,
la cual fue adaptada a la fonética castellana por Juan de La Cosa: Maare-kaye,
Coqui-vacoa, Veneci-uela. El primero le dio el nombre al lago y a la ciudad de
Maracaibo, el segundo sigue conservándose en Colombia y el tercero es el nombre
que se le daría al país, el cual se derivó del que tenía un pequeño caserío
ubicado en una isla frente al lago (posiblemente la isla de Toa).
El nombre Veneci-uela aparece
impreso por primera vez en el Mapamundi de
Juan de La Cosa (1500) y fue escrito de acuerdo a su fonética. A este aspecto
se refirió el padre Giovanni Bottero (1598) en su obra Relaciones Universales del Mundo y en 1629 el padre Antonio Vázquez
de Espinosa publicó su libro Compendio y
Descripción de las Indias Occidentales, en la cual coincide en señalar que la
palabra tiene un origen añú. El vocablo Venezziola
resulta extraño en lengua italiana. Una expresión más común sería la de Piccola Venezia cuya traducción es
“pequeña Venecia” y nunca Venezuela. Por lo tanto, toda la documentación
conduce a la conclusión de que el nombre de nuestro país se origina en la
lengua de los paraujanos (familia arawac) y quiere decir agua-grande.
Sobre este aspecto es necesario
destacar que la costumbre de los conquistadores era usar los nombres que los
locales le daban a los lugares que habitaban, a los que adaptaban fonéticamente
de acuerdo a las normas del idioma castellano. Ejemplo de ello se puede
constatar en los nombres que le dieron a Barquisimeto (Variciquimeto), Caracas
(Caraca), Mar Caribe (Caribe), Teques (Teque), La Guaira (Uaira), Maracay, Mucuchíes,
Capacho, Lobatera y tantos otros. Sólo usaban nombre hispánicos cuando fundaban
un poblado (Mérida, San Cristóbal, Angostura).
La
integración cultural
Lo más importante de este
suceso es sin duda la integración cultural, que se inició en el territorio de
lo que hoy es Venezuela desde el momento en que Colón llegó a Macuro el
3 de agosto de 1498, de lo que dejó constancia en la carta-informe que le envió
a la reina Isabel, en la que le decía que encontró “las tierras más fermosas
del mundo...Llegué allí una mañana, antes del mediodía, y por ver este verdor y
esta fermosura acordé fondear y ver los pobladores, de los cuales algunos
vinieron en canoa a rogarme, de parte de su rey, que descendiera a tierra...”[4]. El Almirante encontró todo placentero, le
agradó la gente y le gustó tanto el paisaje que llegó a pensar que se
encontraba en el paraíso: ...Al lago que hallé, tan grande que más se le puede
llamar mar que lago, porque lago es lugar de agua y en siendo grande se le
llama mar, por lo que se llama de esta manera el de Galilea y el Mar Muerto. Y
digo que si esto no procede del Paraíso Terrenal, viene y procede de tierra
infinita...más yo muy asentado tengo en mi ánima que allí en donde dije tierra
de gracia se halla el Paraíso Terrenal...”[5].
El
proceso de transculturación que se vivió en este territorio dio origen a
nuestro mestizaje, al que se refiere ampliamente Bolívar en su Carta de Jamaica (1815)[6].
La tradición mestiza de la región zuliana es sin duda las más antigua que
existe en el país, en la que se observan elementos arawacos, ibéricos y
africanos. La música con que bailaban el “areito” se convirtió en gaita,
mientras que en la región de Bobures surgió un estilo musical para animar el
“Baile de San Benito”. En el Zulia están los orígenes más profundos de nuestro
mestizaje. Es el corazón mismo de la venezolanidad.
Muy cerca está Paraguaná, península
de gran hermosura, visitada por Alonso de Ojeda en agosto de 1499, donde se
encontró con los amistosos caquetíos, que se ocupaban de comerciar con las
vecinas islas del Caribe. Ojeda se quedó tan prendado de esa tierra, así como
de sus costumbres, que allí conoció a la india Guariyá, de la que se enamoró y
con la que más tarde se casó, una vez que ella aceptó recibir el bautismo y
cambiar su nombre por el de Isabel. De esa unión nacieron tres hijos, que Ojeda
llevó a España junto con su esposa para darlos a conocer a sus familiares y a
la Corte. Fue sin duda un gran amor. Se
quisieron tanto que Isabel no quiso vivir más cuando se produjo el
fallecimiento de Ojeda en Santo Domingo y, sin
que sus hijos lo supieran, se fue a la Catedral y se acostó sobre la loza
de su tumba, donde fue hallada muerta. Allí reposan los restos de esos dos
grandes amantes, que dieron inicio a la integración étnica que hoy
predomina en nuestro país[7].
Poco
tiempo después de la muerte de Alonso de Ojeda y de su amada Isabel, el rey
Carlos I emitió una real cédula el 27 de marzo de 1528, mediante la cual
declaraba constituida la Provincia de Venezuela en el territorio que se
encuentra entre "...el Cabo de La
Vela o del fin de los límites y términos de la dicha Gobernación de Santa Marta
hasta Maracapana, leste oeste norte y sur de la una mar a la otra, con todas las islas que están la
dicha costa, ecebtadas las que están encomendadas y tiene a su cargo el factor
Juan de Ampíes". Es decir, dio el nombre de Venezuela a la nueva
provincia española, inspirado por Fernández de Enciso, quien le explicó en
1518 la existencia del caserío Veneci-uela, cuyo nombre aparece en el mapa de
Juan de La Cosa. Coro, la tierra del cacique Manaure, sirvió de capital a la Provincia de Venezuela,
dando origen a la venezolanidad.
Conclusiones
Giovanni Bottero viajó por el lago
de Maracaibo y la costa caribeña en la segunda década del siglo XVI. Su
experiencia le permitió escribir su libro Relaciones
Universales del Mundo (1629) donde dice que “En el golfo de Venezuela hay una población de indios con ese nombre
edificada en un peñasco essempto y relevado que se muestra sobre las aguas"[8].
Fernández de Enciso había escrito un siglo antes que"...cerca
de la tierra está una peña grande que es llana encima della. Y encima della está
en un lugar o casas de indios que se llama Veneci-uela"[9].
En ambos casos los cronistas dicen que existe un poblado indígena
llamado Veneçiuela.
Finalmente, en un enunciado muy
valioso, que reafirma la autoctonía del vocablo, Antonio Vázquez de Espinosa,
sacerdote español que viajó por casi todo el continente en el último tercio del
“Cinquecento”, escribió en su Compendio y
descripción de las Indias Occidentales, fechado en 1575, que: "Venezuela en la lengua natural de aquella
tierra quiere decir agua grande, por la gran laguna de Maracaibo que tiene en
su distrito, como quien dice, la Provincia de la grande laguna..."[10].
Fernández
de Enciso tuvo la oportunidad de visitar el Zulia (nombre de la planta palometa
en idioma Chibcha) en 1502 y de trabajar al lado de Ojeda, que fue su socio.
Juan de la Cosa le mostró su mapa y le explicó los detalles del viaje de 1499
cuando asistió al descubrimiento del Lago de Maracaibo acompañando a Ojeda y
Vespucio. Con esos datos -y el conocimiento que obtuvo durante los años que
vivió en el Caribe- pudo escribir su
libro Suma Geographica, publicado en
1519 con autorización escrita del rey Carlos I en la que dice: “El cual dicho libro fué traído al mi Consejo
y visto y examinado por ellos, y porque parece ser útil y provechoso túvelo por
bien; y por la presente vos doy licencia y facultad para que vos, o quien
vuestro poder hobiere, podáis imprimir el dicho libro y esfera y lo vender” [11].
La
lectura del libro de Fernández de Enciso debe haber influido en la Real Cédula
que decretó la creación de la Provincia de Venezuela en 1528. Adicionalmente, el
autor era el único que estaba vivo y cerca del rey en ese trascendental
momento. Los otros protagonistas habían culminado sus días: de la Cosa en 1510
cerca de la costa de Cartagena, asesinado por los indios guajiros (yucpas);
Vespucio murió en Sevilla en 1512 y Ojeda en Santo Domingo en 1515. Fue
seguramente él quien influyó en el nombre que el monarca le dio a la nueva
provincia: Venezuela.
Esta
versión es históricamente demostrable, además de consistente con la política
que al respecto seguían los conquistadores para bautizar los lugares
descubiertos o fundados. Lo de pequeña Venecia, en cambio, es una tesis
peregrina, surgida de comentarios intrascendentes que Vespucio le escribió a su
protector Lorenzo de Medicis, en una carta fechada en Sevilla el 18 de julio de
1500. Por lo tanto, se debe concluir que el topónimo Venezuela es autóctono y
sobre eso no debería haber ninguna duda.
diplarca43@gmail.com
Autorizada su publicación en el blog por el autor: Profesor Carlos Alarico Gómez
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[1] Fernández de Enciso, Suma de Geographia (1519). Madrid:
Museo Naval, p. 221
[2], Ibidem. p. 65
[3] Descubrimiento del Lago de Maracaibo (1949), por Hno. Nectario María. Caracas: Tip.
Vargas, p. 3
[4] Colón, Cristóbal (1498). Carta a la reina Isabel I. Academia
de la Historia, Madrid. Consultada por el autor en 2008.
[5] Ibidem.
[6] Bolívar, Simón (1815). Obras Completas. México, Edit.
Cumbre (1976). Tomo III, p. 184-188.
[7] Hno. Nectario María, op. cit., p. 32
[8] Bottero, Giovanni. Relazioni
Universali (1629).
[9] Vázquez de Espinosa, Antonio (1629). Compendio y descripción de las
Indias Occidentales.
Washington (1948): Smithsonian Institute,
p.93
[10] Fernández de Enciso, op. cit., p. 221
[11] Ibidem, p. 65