martes, 8 de diciembre de 2009

Nuestra deuda histórica con Haití

Eumenes Fuguet B. (*)


Pese al invalorable apoyo moral y económico facilitado por Haití durante el proceso emancipador, es poco o casi nada lo que se ha hecho por recompensar a este hermano país caribeño, el más pobre del continente sumido en atraso social y miseria económica.

Recordemos que mientras los países hispanoamericanos desarrollaban movimientos precursores, los negros haitianos liderados por Jean Jacques Dessalines (1758-1806), antiguo esclavo, logran mediante fuertes combates en 1803 derrotar a los veteranos soldados franceses de Napoleón Bonaparte y declarar su independencia el 1ro de enero de 1804.

Dessalines se autoproclama emperador, Jacques I y presidente vitalicio, siendo asesinado en octubre de 1806. Nuestro "siempre Precursor" inició en Haití su periplo emancipador cuando llega en la corbeta Leander procedente de Nueva York al puerto de Jacmel el 19 de febrero de 1806; allá adquirió las goletas Bee y Bachus, igualmente la tela para confeccionar el 3 de agosto su bandera redentora. El 12 de marzo al izar la enseña tricolor en el mástil mayor del "Leander", brindar por el éxito de la expedición y disparar varias salvas de artillería, recibió por parte del presidente Alejandro Petion (1770-1818), su "espada libertadora", símbolo de la independencia haitiana; Miranda al levantarla dijo: "Pueblo de Haití, juro ser fiel y leal al pueblo libre de Suramérica, independiente de España y servirle honrada y lealmente contra todos sus enemigos y opositores". El 27 de marzo zarpa hacia Aruba para reaprovisionarse; el 27 de abril frente a las costas venezolanas a la altura de Ocumare de la Costa, son avistadas y capturadas las goletas por la armada realista. Miranda con mejor suerte y lanzando al mar pólvora y municiones para aligerar la carga pudo llegar a Trinidad, procediendo a organizar su nuevo intento sobre La Vela de Coro, materializada el 3 de agosto. Igualmente Haití le proporcionó hospitalidad y apoyo a Bolívar cuando llega el 25 de diciembre de 1815 a los Cayos de San Luís procedente de Jamaica. El 2 de enero de 1816 se entrevista en Puerto Príncipe con el presidente Petion; El Libertador fue alojado durante veinte días en la casa parroquial de la Catedral de Puerto Príncipe por invitación del sacerdote Gaspar; a la generosa isla iban llegando la mayoría de los oficiales venezolanos procedentes de Cartagena de Indias, ocupada después de ciento dieciséis días de asedio por el jefe realista Pablo Morillo culminado en diciembre de 1815. Petion ordena entregarle a Bolívar dos mil fusiles con su respectivas bayonetas, municiones, plomo, víveres, una imprenta, cancelar el flete de algunas goletas y autoriza a voluntarios haitianos alistarse en la expedición libertadora; Bolívar al agradecer la generosa donación denomina a Petion "El Magnánimo" y en correspondencia le dice:".Un día la América le proclamará su Libertador". El 7 de febrero de 1816 a petición de Luís Brión, el Libertador es reconocido como Jefe Supremo de la expedición. La única petición que exigía Petion era la liberación de los esclavos y de ser posible que se los enviasen a suelo haitiano. La Primera Expedición de los Cayos de San Luís integrada por ciento sesenta oficiales y ochenta soldados; de allí que la Expedición de los Cayos también es denominada la de los "ilusos", por la cantidad de oficiales que la integraron. El 31 de marzo zarpan los siete navíos rumbo a la isla de Margarita. Bolívar en cumplimiento de la promesa de liberar a los esclavos emitió en Margarita, Carúpano y Ocumare de la Costa proclamas de abolición de la esclavitud en Venezuela. De nuevo el 4 de septiembre de 1816 arriba el "Indio Libre" a Jacmel con Bolívar a bordo, esperanzado en recibir nuevo apoyo por parte del "magnánimo" Petion, aspecto atendido con patriotismo y desprendimiento, proporcionando la logística y entusiasmo al Libertador de no desmayar en la empresa emancipadora. El 21 de diciembre próximo a partir hacia Juan Griego y Barcelona, Petión entregó a Bolívar su "espada Libertadora". El Libertador agradecido en esta segunda oportunidad le escribe al general haitiano Ignacio Marión:"Próximo a emprender la marcha para mi país a fin de consolidar su independencia, faltaría a la gratitud si no me apresuraría a tener la honra de dar a Ud. las gracias por todas las bondades que ha prodigado a mis compatriotas.Si los favores atan a los hombres, no dude Ud. general, que mis compatriotas y yo amaremos siempre al pueblo haitiano como los dignos jefes que lo hacen feliz", La "Espada Libertadora" fue empuñada por el "Padre de la Patria" durante nueve años, fue testigo mudo de los triunfos en Boyacá, Carabobo, Bomboná y Junín. Concluida la independencia americana es regalada en 1825 al pundonoroso general Juan Jacinto Lara, éste se la donaría mas adelante a otros oficiales, siendo el destino final de este acero el Museo Nacional de Historia de Lima. La mezquindad hacia la República de Haití se manifestaba en su exclusión a los congresos y reuniones realizados en diferentes naciones por egoísmos, ambiciones, razones políticas y temor a que la raza negra obtuviera otros privilegios, aparte de los logrados al independizarse en enero de 1804. Es justo reconocer y acordarnos del aporte de Haití cuando vemos ondear libre al viento y sin flecos, las banderas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.

(*) Gral. de bgda

eumenes7@gmail.com

Diario El Carabobeño
Historia y Tradición

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