domingo, 22 de noviembre de 2009

Carora desde siempre.

Por: Ing. Emma Rosa Oropeza de Herrera

La esencia de la verdadera historia de Carora y el principio de su larga aventura que ya dura cuatrocientos treinta y cinco años, empieza en una zona predominantemente árida, donde generalmente se siente el presagio de un verano recio, cómplice del viento y el polvo que se levanta de su tierra seca, para teñir de marrón el paisaje y que bien ha servido para templar el carácter del caroreño en el trabajo arduo y creador que ha moldeado su espíritu desde siempre. En tiempos pre-hispánicos la región estuvo habitada por indígenas Ajaguas, Gayones, Ayamanes y por los belicosos Jirajaras. Mas tarde, hacia principios del siglo XVII, vemos a indios Caquetíos que se van integrando a la región. Fue fundada con el nombre de la Nuestra Señora Madre de Dios de Carora en 1569 por el Capitán Juan del Thejo, trasladada de su sitio original por al Capitán Pedro de Maldonado en 1571 y repoblada por el Capitán Juan de Salamanca el 19 de Junio de 1572, con el nombre de San Juan Bautista de Portillo Carora. Es una de las pocas ciudades venezolanas que cuenta con acta de fundación. Ya avecindados los españoles en el sitio, el proceso de conquista experimenta un significativo cambio en la ocupación del territorio, dando comienzo a la repartición de tierras, y las encomiendas de indios entre ellos, atendiendo el mérito de su participación en el proceso. Ya consolidada esta fase de la colonización, se exige el cumplimiento de las Ordenanzas de Poblamiento que ordena España. En Venezuela esa iniciativa tiene dos puntos de partida: uno arranca desde la propia Provincia, con sede en El Tocuyo y bajo el control de la Real Audiencia de Santo Domingo. La Casa de Cabildo, que conocemos como la Casa Amarilla, es la edificación de su tipo más antigua del país que se conserva; fue construida como casa de habitación del Capitán Félix de Almarás, nieto del repoblador de la ciudad, Don Juan de Salamanca.


Alrededor de l582 los franciscanos fundaron el convento de Santa Lucía, a la margen derecha del río Morere
. La Iglesia San Juan Bautista entra en servicio en Noviembre de 1658, después de casi cien años de construcción y es el primer templo de la Parroquial de Carora que cumple con las condiciones como tal. Por supuesto, existían una capilla y una ermita que le anteceden, que permitían el cumplimiento de los servicios religiosos de los primeros pobladores. El Hospital de la Santa Cruz, el primero que se establece en la ciudad es fundado el 8 de Mayo de 1659 por el Capitán Don Pedro Velázquez de Mendoza quien para su funcionamiento, donó su casa de habitación y dotó de algunos enseres... En su crecimiento, Carora se va convirtiendo en centro de negociaciones, de hatos de ganado vacuno y cabrío principalmente. La caña de azúcar se introdujo a partir de 1607. Dependían de Carora 4 pueblos de indios: Siquisique, San Miguel de los Ayamanes, Aregue y Río Tocuyo y el Valle de Moroturo. El Obispo Mariano Martí residió en Carora durante su visita pastoral, entre el 14 de mayo y el 16 de agosto de 1776; según él, los cueros constituían el renglón económico más importante, y se fabricaba todo tipo de artículos de ese material; también había trapiches de caña en los alrededores. El deseo de mejorar siempre, de evolucionar, de prepararse y lo que es más importante, mantener sus tradiciones, ha hecho que el caroreño mantenga un ambiente cultural amplio en la ciudad, dándole un carácter notoriamente intelectual a través de las letras, ayudado con el aporte del Convento Santa Lucía, que convertido en aula de clases de los caroreños, les preparaba en las ideas de libertad y justicia que mas tarde daría sus frutos, dándole a Carora entre otras cosas, el título de Ciudad Levítica y personajes de muy alta preparación académica como el Dr. Juan Agustín de la Torre y Urrieta, caroreño y primer venezolano civil que ocupara el cargo de Rector de la Universidad de Caracas... y no podemos olvidar una no menos importante trayectoria en el campo de la música. Ese ambiente cultural ha sido testigo de los procesos que marcaron la historia de Carora, confundida en la de Venezuela. Ha hecho posible además que mitos legendarios interactúen entre nuestra gente, unidos a hechos verdaderos que hace una realidad la permanencia del demonio entre nosotros, en las tres leyendas populares que lo involucran junto al hábito de fraile franciscano.


Carora, en la lejanía de la Provincia, no escapa a los acontecimientos históricos posteriores al 19 de Abril de 1810 que promueven la libertad de Venezuela, por la que sus hombres inspirados en un patriotismo leal y desinteresado se dispersan por la geografía de la Patria, dispuestos valientemente a ofrendar su vida si así fuese necesario por su Independencia y la de otros pueblos hermanos. Don José María Zubillaga Perera en su PROCERATO CAROREÑO, rinde justo homenaje a esos hombres por su destacada participación, entre los que destacan el Gral. Pedro León Torres, el Gral. Jacinto Lara, el Dr. Domingo Perera Alvarez y el Lic. Pedro Regalado de Arrieche, por su mayor rango, encontrándose además, 12 Coroneles, 2 Tenientes Coroneles, 5 Comandantes, 10 Capitanes, 13 Tenientes, 2 Subtenientes, 1 sargento, Policarpo y Juan José Samuel y los dos de La Torre mas jóvenes, de 15 y 17 años, Bernardino y Juan Bautista cuando apenas la guerra comenzaba para ellos.


Las luchas fratricidas posteriores a la guerra de Independencia que nos declara libres del yugo español y conocidas como la Guerra Federal, trae consecuencias nefastas por su larga duración y porque una vez concluida, sume a la nueva Nación en una agitada contienda, teatro de episodios sangrientos de caudillos y montoneras en toda su extensión territorial, unas veces al lado de los liberales y otras al de los conservadores. En este tiempo de la Revolución Liberal Conservadora, se alzó en Carora Clemente Fonseca contra el gobierno del Presidente José Gregorio Monagas, el 11 de julio de 1854, simultáneamente con San Felipe y Quíbor y al siguiente día Barquisimeto, donde el general Juan Bautista Rodríguez ocupó la ciudad matando, según parece, al gobernador, Capitán Martín María Aguinagalde, prócer caroreño y hermano del Fraile Ildefonso Aguinagalde, lo que motivó a la poco ceremoniosa salida del religioso de Carora y del cierre definitivo del Convento Santa Lucía. En 1856, Carora fue erigida en cantón de la provincia de Barquisimeto. El 26 de Abril de 1870, la Revolución de Abril se libra en esta ciudad, en el sitio que se conocerá con el nombre de La Playa Fréitez, una batalla que tristemente pasa a nuestros anales como una de las más sangrientas... en ella se enfrentan el Gral. Buenaventura Fréitez, por el bando Conservador y pabellón Azul y el Gral. León Colina, Liberal y de bandera Amarilla. Encendidos los ánimos por una lucha a todas luces cruel e innecesaria que acababa con toda vinculación fraterna posible, resulta doloroso que ambos, antes de que sus ideales se hiciesen contrarios, les había unido una hermosa amistad. Es legendaria la bravura de ambos, pero uno de ellos, el Gral. Fréitez cae abatido... dando el triunfo a los Liberales, cuyas tropas ocuparon de inmediato a Carora. En el libro de Entierros Nº 11 (1859-1870), folio379 de la Parroquia San Juan Bautista de Carora, se encuentra dos partidas: del Gral. Fréitez y de Pedro Solares, ambos, muertos en combate. Con una nota, termina esta página...”En este día, fueron sepultados en el Cementerio, sin permiso del Cura y Celador, como treinta hombres mas, cuyos nombres no pudieron saberse: y no se les hizo oficios de sepultura, porque no los llevaron a la Iglesia parroquial á causa de que todos murieron trágicamente en el combate de ayer. Carora, Abril 27 de 1870. M. Hurtado”. M. Hurtado es, Mons. Dr. Maximiano Hurtado Colmenárez, párroco para esa época.

Muy poco tiempo después, el 19 de Junio de 1870, se enfrentan, en lo que se llamó la Nueva Revolución Azul las fuerzas del Gobierno comandadas por el Gral. Pilar Bracho, reforzadas con las de Siquisique, del Gral. José Mora, contra las guiadas por el Gral. Froilán Alvarez, quien logra la victoria. Ese día murió en el combate Don Salustiano Alcalá, Jefe Civil de Carora y por la misma causa, Rafael María Meléndez, Juan Bautista Montes y Víctor Sarmiento.


En 1875 llegó la primera imprenta y se publicó su primer periódico: La Patria, de José Antonio (Pepe) Mármol Herrera. Ese mismo año, siendo Jefe Civil de Carora, el Gral. Juan Agustín Pérez, acude ante su amigo el Presidente Guzmán Blanco, atendiendo al clamor de los caroreños por agua. Le es concedida al Gral. Pérez y en un terreno ubicado por detrás de lo que después sería el Hospicio San Antonio (hoy día aún puede verse restos), una cisterna que llevó el nombre del Magistrado. . En 1890 se instaló el telégrafo.


Nunca cesaban las guerras y en 1892, por la llamada Revolución Legalista, la ciudad fue tomada por las tropas de Joaquín Crespo y en 1898 la ocupan los liberales comandados por el legendario Mocho Hernández, Gral. José Manuel Hernández. Al año siguiente, en su marcha hacia Caracas, proveniente de los Andes, la retoma de nuevo el Gral. Crespo. A pesar de las guerras, la ciudad seguía desarrollándose y convertida en un centro importante de economía y cultura... es su época de oro, al incursionar con éxito en el mundo de las artes gráficas y la comunicación social. La imprenta Torres, de los hermanos Carmona publica una serie de folletos que motiva a los caroreños a la lectura de un género literario distinto y que anima a Don Federico Carmona Álvarez a editar el primer número de EL IMPULSO, el 1º de Enero de 1904, periódico que fue trasladado a Barquisimeto en 1919, donde continúa funcionando ininterrumpidamente, convirtiéndose en el más antiguo del país. El 1º de Septiembre de 1919 aparece EL DIARIO, periódico fundado por Don José Herrera Oropeza y que viene a llenar el vacío que deja EL IMPULSO; funcionó hasta 1995 y un poco mas tarde reaparece hasta el 2003. Existieron una serie de periódicos diarios y semanarios de corta vida pero no por eso menos importantes, que reseña el insigne historiador caroreño Don Ismael Silva Montañez en su trabajo Imprentas y Periódicos Caroreños. Es suya también la obra Hombres y Mujeres del Siglo XVI, que es referencia obligada para la historia de ese período de tiempo.


El Hospital San Antonio de Padua, se funda en 1902, regentado por la Congregación Hermanitas de los Pobres de Maiquetía, en la persona de su superiora local, Sor Regalada de San José, caroreña. Es una de las magníficas obras del Pbro. Dr. Carlos Zubillaga Perera, con una muy estrecha participación del Pbro. Lisímaco Gutiérrez Meléndez.

Fue decretada la construcción del Acueducto de Carora en el Gobierno del Presidente Alcántara, pero su repentino deceso y una nueva guerra civil llamada La Reivindicación, acaba con los planes. Pareciera que no ejecutaría nunca y como una de esas cosas raras que llegan a suceder y cuando ya no se esperaba, en 1913 llega a Carora como Jefe Civil, el Gral. Juan de Jesús Blanco, como parte del régimen gomecista y quien por la misma razón era visto con desconfianza y por su posición contraria, en un principio a los ediles de la municipalidad caroreña, presidida por Don Flavio Herrera Oropeza... y mientras tanto, la cisterna “Guzmán Blanco” se hacía insuficiente y se acababa. Se debe al Gral. Blanco el Acueducto para Carora, por su solicitud hecha al Gobierno Nacional: el 19 de Diciembre de 1914, recibe la ciudad el primer chorro de agua proveniente del Morere, a través del mismo, cumpliéndose de esa forma, esa vieja aspiración de los caroreños que no tenían uno adecuado para el consumo de agua potable.


En 1915 se inicia un importante proyecto ganadero, con el fin de contar con reses adaptadas a nuestro medio.
Tras un largo proceso de mestizaje del ganado “Criollo Amarillo de Quebrada Arriba” con ganado Holstein en un principio; quince años mas tarde, en 1930, se abandona este cruce para iniciarlo con ganado Pardo Suizo de origen europeo primero y luego, en 1947, procedente de los EE.UU. En 1920 y más tarde en 1937 se introdujo en esta manipulación genética sangre Cebú. La empresa tuvo los resultados favorables que se querían obtener y hoy día, la raza Carora constituye uno de los componentes más importantes de la ganadería nacional: hemos dado al mundo la única raza tropical de ganado lechero, aporte que se da por la constancia y el trabajo creador que caracteriza a los hijos de esta tierra.


En 1922, con motivo del centenario de la muerte del Gral. Pedro León Torres, se instala la luz eléctrica por iniciativa privada de los mismos caroreños.
Un poco más tarde, en 1925 comienza sus funciones la carretera Trasandina, importante arteria vial que nos comunicaría con Caracas y el resto del Occidente del país; obra del Gral. Juan Vicente Gómez donde mucha de la mano de obra utilizada, estaba constituida por presos políticos, por sus ideas antagónicas al régimen dictatorial del mencionado General.


El río Morere que corona a Carora como su sultana, es indomable cuando las lluvias logran llegar al fin... Deja de ser un río de dormido cauce y sus aguas se desbordan azotando la ciudad. De esas inundaciones se tiene noticias como las que más estragos han causado, las de 1893, 1916, 1937 y 1973. La de 1916 destruye la Iglesia de la Pastora y el sector que la rodea; igualmente es producto de esta inundación el Barrio Torrellas, llamado así como homenaje al Gral. Diógenes Torrellas Urquiola, Presidente del Estado para esas fechas y que se convirtió en uno de los benefactores de Carora, junto a un grupo de ilustres caroreños.


En 1947, se construye el dique que contiene las aguas del Morere, pero que por falta de un mantenimiento adecuado, se produce su ruptura el 14 de Noviembre de 1973, acabando con un importante sector del casco histórico de la ciudad, que fue declarada en emergencia y habilitada una junta que habría de hacerse responsable de la reconstrucción de los daños ocasionados por la inundación. Es decretada nuestra zona colonial, Patrimonio Histórico de la Nación.


A mediados del siglo XX, a la actividad económica se va sumando un importante desarrollo industrial que genera la siembra de caña de azúcar: en Octubre de 1952, se establece el Central Pastora y el Central Carora arranca con su factoría en 1976 después de su primera zafra sin tropiezos. En la actualidad se produce en ellos alrededor del 20% de la producción nacional. Se producen además en la región, significativos rubros de cebollas, tomates, pimentones, melones, champiñones, café, sin olvidar que se caracteriza por ser uno de los mayores productores de carne, leche y derivados lácteos de Venezuela, de los que se destacan sus quesos, ampliamente conocidos en el país.


En la otra banda del río Morere, una muy extensa región que no estaba siendo aprovechada por su falta del recurso agua y específicamente en las cercanías de la población de Altagracia, las empresas Pomar, inician experimentalmente en 1986, mediante una bien lograda cosecha de uvas y construcción de bodegas de maduración de las mismas, la elaboración de vinos que fueron embotellados por primera vez en 1990. Han alcanzado una alta calidad nacional e internacional y en los viñedos se dan dos vendimias anuales de cosechas.


En el desarrollo de toda actividad generadora de recursos para nuestra región, juega una muy importante participación presente y futura, el Embalse Ricardo Meléndez Silva, represa solicitada por los caroreños al conmemorarse el cuatricentenario de nuestra ciudad. Rinde homenaje con su nombre a un progresista e insigne caroreño. Almacena 423 millones de m3 de agua y es fuente invalorable de dotación. En su ejecución se sacrificó el pueblo de Atarigua, la vieja, cuyos sueños vela esta represa y los eleva al creador.


Carora, siempre a la vanguardia en lo que a comunicaciones respecta, el 6 de Junio de 1948, sale al aire la emisora Radio Carora, pionera en su ramo y dirigida hasta su muerte por el siempre progresista, Carlos José González Perera.

En su carácter de ciudad levítica, producto de una inquebrantable fe, Carora nos ha dado 5 Obispos: Mons. José Manuel Arroyo y Niño, asignado en Caracas en Diciembre de 1856, Obispo de Guayana; Mons. Salustiano Crespo Catarí, Obispo Calabozo, en manos del Mons. Ponte (educado en Carora también), el 30 de Octubre de 1881; Mons. Críspulo Uzcátegui Oropeza, Arzobispo de Caracas, el 22 de Febrero1885; Mons. Salvador Montes de Oca, electo Obispo de Valencia en el Congreso de 1927 y consagrado allí el 23 de Octubre de 1927 y Mons. Eduardo Herrera Riera, el 7 de Enero de 1965,Obispo Titular de Sesta y Auxiliar de Cumaná, consagrado en el Santuario Mariano de Aregue, de manos del Excmo. Mons. Luigi Dadaglio, Nuncio Apostólico de su Santidad el 25 de Marzo de 1965 y el 5 de Julio de 1.994 fue nombrado primer Obispo de la Diócesis de Carora.


Es imposible dejar de mencionar a la música en Carora, donde la música es el pan espiritual de cada día. En cada casa hay un instrumento, un cuatro, un violín, una guitarra, una mandolina, unas maracas, un tambor... como algo íntimo dentro de cada uno de nosotros y como parte integral de un rico acervo cultural, tan legítimamente representados en las guitarras de Alirio Díaz y el Chueco Riera y para las nuevas generaciones, un caroreño asimilado que fue maestro de juventudes, dejando sembrado en nosotros el recuerdo indeleble de sus acciones y ejemplo a seguir... el Dr. Juan Martínez Herrera.

Han nacido en Carora personajes importantes de la historia venezolana, en todas las épocas y en todos los renglones que el hacer historia exige y no terminaría nunca de mencionar nombres y para no dejar de rendir un justo homenaje de admiración por cada uno de ellos, no les voy a nombrar, evitando así un posible olvido. Para todos ellos, que ya se han ido, elevemos una oración y yo así mismo por mis padres, Adela Virginia y el Chueco Oropeza, por tan rica herencia de una Carora por siempre y para siempre...

El hombre es libre cuando ni teme ni espera nada. L.A.Petiet

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