David R. Chacón Rodríguez
Cuando uno visita el Panteón Nacional
encuentra, en el patio que queda frente a la casa del guardián, habitada
actualmente por los militares de la guardia de honor, tres columnas de mármol
que traen la inscripción de tres abnegados militares que lucharon para fundar
en nuestra patria la República Federativa, estos esclarecidos varones son los
Generales: Zoilo Medrano, Donato Rodríguez Silva y José de
Jesús González, alias El Agachado.
Ha sorprendido a la Sociedad Divulgadora de Historia Militar
Venezolana y a la Fundación Hermano Nectario María la desidia y el abandono en
que ellos se encuentran, por eso con los datos que reposan en nuestros
archivos, explicaremos brevemente su origen y significación:
La historia comienza cuando el Presidente de la República, General
Antonio Guzmán Blanco convierte la iglesia de La Trinidad en Panteón Nacional
el 27 de marzo de 1874, expone en su decreto de creación que: es signo
característico de la vitalidad y grandeza de los pueblos el culto de su
historia. Pero no basta que la memoria de sus héroes se conserve por la
posteridad en aquellas páginas, sino que sus cenizas deben guardarse con
religioso respeto, levantando así el perdurable monumento de la gratitud
nacional.
Aunque
nacida ayer a la vida de las naciones, laboriosa y constante ha sido la obra de
la República, que en el camino de las luchas por su progreso y bienestar ha
visto levantarse en su seno notables
merecimientos, elevados en unos hasta el heroísmo, en otros hasta las más
eximias virtudes del ciudadano.
La patria reconocida
debe guardar esos restos venerados en el asilo que consagre la piedad y el amor
de un pueblo; y esta administración perseverante en el trascendental propósito
de dejar satisfechas todas las nobles aspiraciones del patriotismo, encarnadas
en la idea liberal, cumple una altísima e ineludible obligación ofrendando un
digno testimonio de reconocimiento a la memoria de aquellos muertos ilustres
cuyos hechos y sacrificios los presentan mancomunados con la gran causa de la
revolución de abril…
Más
abajo, en el artículo 2º del mismo decreto dispone: Serán conservados en el
Panteón Nacional los restos de los próceres de la Independencia; y los de los
hombres eminentes que designe la Cámara del Senado a propuesta del Presidente
de la República.
De
esta manera, sobre el recinto dedicado a la fe religiosa, cuyo origen se
remonta a la segunda mitad del siglo XVIII, se erige el templo de la República,
el lugar consagrado al culto del patriotismo.
El
cinco de julio de 1896, el Presidente Joaquín Crespo considera:
Primero: Que el sistema
federal establecido en Venezuela constituye la mayor gloria y la más alta y
trascendental conquista alcanzada en la República después de su independencia.
Segundo:
Que de tan inestimable beneficio son deudores los pueblos al Partido Liberal,
generador del progreso patrio y factor principal del engrandecimiento nacional.
Tercero: Que es un deber
impuesto por el patriotismo y la honradez política hacer perdurable las
demostraciones de la gratitud pública y
Cuarto:
Que a los Generales Falcón y Zamora tomó la gloria de guiar las huestes
populares hasta alcanzar, el primero la victoria que coronó con su grandiosa
magnanimidad, estando aún frescos los laureles que el segundo conquistó con su
heroísmo en los campos inmortales de Santa Inés,
Decreta: Art. 1° La Capilla del Panteón Nacional donde se encuentran los
restos del Valiente Ciudadano General Ezequiel Zamora, se
denominará Capilla de la Federación y á ella serán trasladados los del Gran
Mariscal Juan Crisóstomo Falcón. Art. 2° En la Capilla de la Federación se
erigirá un monumento de mármol conmemorativo de aquellos hechos, y el cual
ostentará sobre pedestal adecuado la estatua de la República apoyada en la
Bandera de la Federación y teniendo en una mano la Constitución de 1864, á la derecha la estatua del Gran
Mariscal Juan Crisóstomo Falcón,
presentando al país el Decreto de Garantías; y a la izquierda estatua del
Valiente Ciudadano General Ezequiel Zamora, en traje de campaña y en acto de
disponer una batalla. Art. 3º En el pedestal se grabarán en letras de oro los
nombres de los grandes servidores de la Federación; y en el centro del frente se
pondrá la siguiente inscripción: Erigido en virtud del Decreto dictado el 5 de julio de 1896 por el General
Joaquín Crespo, Presidente de la República. Art. 4° Se fija el día 20 de
febrero de 1897, trigésimo noveno año de la Federación para la inauguración del
monumento.
El 29 de enero de mil ochocientos noventa y siete,
el General Joaquín Crespo dicta un nuevo decreto refrendado por todos los
Ministros del Despacho referente a la traslación de los restos de los Generales Donato Rodríguez Silva, Zoilo Medrano y José de Jesús González alias El
Agachado, al Panteón Nacional; en él expone: Primero: Que los Generales
Donato Rodríguez Silva, Zoilo Medrano y José de Jesús González alias El
Agachado, han dejado su nombre imperecedero en los fastos de la República, por
los servicios que a ésta prestaron en lucha sostenida por el Partido Liberal de
Venezuela para fundar y consolidar el sistema federal que nos rige; Segundo:
Que los referidos Generales, Próceres eminentes de la Federación Venezolana,
cuentan entre sus méritos los más valiosos esfuerzos en favor de la causa de los pueblos, como campeones de ella desde la Revolución
Liberal de 1846, presidida por el General Ezequiel Zamora y por el Coronel
Francisco Rangel; Tercero: Que como sostenedores del Gobierno General de la
República en 1858, se mantuvieron fieles a su bandera y a sus principios, como
únicos Jefes armados en favor de aquellos y de las autoridades debeladas,
luchando por su causa con tal denuedo y decisión que dieron ejemplo de mayor
heroísmo y lealtad en aquella tenaz resistencia, con la cual vinieron ellos a
ser la primera base militar y el primer elemento político de la consiguiente
proclamación del sistema federal, para continuar luego como decididos
colaboradores de la guerra en que los pueblos derramaron su sangre por la
libertad, y en que aquellos tres heroicos Jefes habían sido columnas
indestructibles del gran edificio que para su gloria ha levantado con la
Federación, el Partido Liberal de Venezuela; Cuarto: Que a la memoria de tan notables
servidores de la República, cuyos esfuerzos pueden considerarse como parte
esencial en el origen de los progresos
alcanzados bajo el régimen por ellos proclamado y defendido, se deben los más
altos honores con que la Patria demuestra su gratitud a sus hijos predilectos,
por lo tanto, decreta: Artículo 1º: De acuerdo con el Decreto Ejecutivo de 27
de marzo de 1874 se pedirán al Senado de la República en su próxima reunión
ordinaria los honores del Panteón Nacional para los Eminentes Ciudadanos y Servidores
distinguidos de la Causa Liberal de Venezuela, Generales Donato Rodríguez
Silva, Zoilo Medrano y José de Jesús González alias El Agachado, con el fin de
que sus restos sean colocados en la misma Capilla de La Federación donde están
los del Gran Ciudadano Mariscal Juan Crisóstomo Falcón y los del Valiente
Ciudadano General Ezequiel Zamora; Artículo 2º: Se erigirán en la expresada
capilla, y por delante del Monumento que por Decreto Ejecutivo de 5 de julio de
1896 se ordenó en recuerdo de los hechos grandiosos que simboliza la Federación
Venezolana, tres proporcionadas columnas en mármol, con la inscripción de los
nombres de los tres Generales mencionados y con alegorías de su gloria militar
y de su constancia patriótica, en las cuales se signifique que fueron aquellos
la base indestructible de la magna empresa en que los pueblos dieron su aliento
para elevar las ideas de libertad y de progreso que proclamaban, a
instituciones democráticas bajo el régimen federativo; Artículo 3º: Dentro de
esas columnas, que al efecto serán construidas con la capacidad necesaria y
como pequeños mausoleos, serán depositados los restos de los tres referidos
Generales, y esta ceremonia se hará en el mismo solemne acto inaugural del
Monumento de la Federación..
El 8 de marzo de 1897, el General Joaquín Crespo
pide al Senado acordar la traslación al Panteón Nacional, de los restos
mortales de los Generales Donato Rodríguez Silva, Zoilo Medrano, y José de
Jesús González alias El Agachado: Próceres fundadores de la Federación; dos
días después, el Congreso acordó la petición.
El 10 de de ese mismo mes y año, el mismo Crespo estipula que: En
ejecución de los Decretos de 5 de julio de 1896 y de 29 de enero de 1897, sobre
conmemoración de los hechos grandiosos que simboliza la Federación Venezolana y
fijado como lo ha sido el día 22 de abril del presente año para la solemne
inauguración del Monumento mandado erigir al efecto en el Panteón Nacional,
establece: Art. 1°: El día 22 de abril
del presente año será festivo en el Distrito Federal, y se excita a los
gobiernos de los Estados de la Unión para que a su vez lo solemnicen en
recuerdo de los hechos gloriosos que dieron existencia al sistema federal que
nos rige; Art. 2°: Para disponer lo conveniente a su celebración en el Distrito
Federal se nombra una Junta compuesta de los ciudadanos: General José Antonio
Zamora, General Luis Rafael Caspers, General Santos Mattey, General Ignacio
Andrade, General José María García Gómez, Doctor Juan Francisco Castillo,
General Manuel María Iturbe, General Simón Martínez Egaña, General Francisco
Tosta García, General Víctor Rodríguez, Doctor José Manuel Montenegro, General Ismael Pereira Álvarez, General Julio
Sarría, General Francisco González P., Doctor Torcuato Ortega Martínez, Doctor
José Ignacio Arnal, General Alejandro Ibarra, Doctor Pedro Bruzual Serra,
Santos Jurado, Anfiloquio Level, Doctor Luis
Ezpelosín, José Julián Ponce Valdez, Doctor Manuel María Vargas
Coronado, Doctor Emilio H. Velutini y Coronel J. M. Pachano, quienes se instalarán y entre sí designarán el que
los deba presidir, pudiendo la Junta, una vez constituida, funcionar en las
sesiones subsiguientes hasta con siete de sus miembros.
El periódico La Religión reseña la fiesta de ese día en estos términos: Cumpliose el programa
que publicamos; y han sido conducidos triunfalmente al Panteón los restos
mortales de los Generales Medrano, Rodríguez Silva y González. En el Monumento
de La Federación el grupo principal es una joven con una bandera amarilla en
una mano y en la otra la Constitución de 1864. A sus lados están los Generales
Falcón y Zamora, jefes principales de la Guerra Federal. Un historial de
esos cinco años de nuestra historia contemporánea fue el discurso de orden que
pronunció el Dr. José M. Montenegro.
El General Joaquín Crespo, en el mensaje que
presentó al Congreso Nacional en 1898, corrobora que el 22 de abril se
celebró la fiesta conmemorativa de la Federación, de la cual fueron parte
principal la inauguración de un rico monumento, la erección de las estatuas de
Falcón y Zamora, jefes de aquella inmortal cruzada, y las de las columnas en
que se depositaron los restos de los ilustres próceres generales Donato
Rodríguez Silva, Zoilo Medrano y José de Jesús González, a quienes cupo la
gloria inmarcesible de haber iniciado la lucha por la Federación.
El eminente historiador, General Manuel Landaeta
Rosales, en su obra publicada en 1911, con el Título de El Panteón Nacional,
al hablar del Monumento de la Federación expresa: El 8 de marzo de 1897, el
mismo General Crespo pidió al Senado acordara la traslación al Panteón
Nacional, de los restos mortales de los Generales Donato Rodríguez Silva, Zoilo
Medrano y José de Jesús Gonzáles alias El Agachado, próceres fundadores de la
Federación y el 10 del mismo marzo así lo acordó. Aquellos restos fueron
colocados en tres preciosas columnas de mármol, al pie del Monumento de La
Federación, el mismo 22 de abril de 1897, cuando se inauguró aquel. Aquellas
columnas costaron Bs. 100.000 por contrato hecho con Juan Bautista Sales.
Ahora bien, con los datos aportados
podemos afirmar sin temor a equivocarnos que dentro de esas torres de
mármol, se encuentran los restos de estos tres abnegados militares, fundadores
de la Federación, y que las lápidas que están en el piso, enfrente de la
capilla de la Federación están vacías. Es lamentable que cada uno de ellos
tenga dos puestos en el Panteón Nacional.
Esto nos obliga a solicitar muy cordialmente, a las
autoridades competentes, que ordenen la debida investigación para que procedan
a trasladarlos al lugar donde originalmente fueron colocados, por decreto del
General Joaquín Crespo.