miércoles, 28 de abril de 2010

Silva a la Agricultura de la Zona Tórrida

Andrés Bello (1871-1865)
Recopilado por Argimiro Torres
¡Salve, fecunda zona,
que al sol enamorado circunscribes
el vago curso, y cuanto ser se anima
en cada vario clima,
acariciada de su luz, concibes!

Tú tejes al verano su guirnalda
de granadas espigas; tú la uva
das a la hirviente cuba;
no de purpúrea fruta, o roja, o gualda,
a tus florestas bellas
falta matiz alguno; y bebe en ellas
aromas mil el viento;
y greyes van sin cuento
paciendo tu verdura, desde el llano
que tiene por lindero el horizonte,
hasta el erguido monte,
de inaccesible nieve siempre cano.

Tú das la caña hermosa,
de do la miel se acendra,
por quien desdeña el mundo los panales;
tú en urnas de coral cuajas la almendra
que en la espumante jícara rebosa;
bulle carmín viviente en tus nopales,
que afrenta fuera al múrice de Tiro;
y de tu añil la tinta generosa
émula es de la lumbre del zafiro.

El vino es tuyo, que la herida agave
para los hijos vierte
del Anahuac feliz; y la hoja es tuya,
que, cuando de süave
humo en espiras vagorosas huya,
solazará el fastidio al ocio inerte.

Tú vistes de jazmines
el arbusto sabeo ,
y el perfume le das, que en los festines
la fiebre insana templará a Lico.

Para tus hijos la procera palma
su vario feudo cría,
y el ananás sazona su ambrosía;
su blanco pan la yuca ;
sus rubias pomas la patata educa;
y el algodón despliega al aura leve
las rosas de oro y el vellón de nieve.

Tendida para ti la fresca parcha
en enramadas de verdor lozano,
cuelga de sus sarmientos trepadores
nectáreos globos y franjadas flores;
y para ti el maíz, jefe altanero
de la espigada tribu, hincha su grano;
y para ti el banano
desmaya al peso de su dulce carga;
el banano, primero
de cuantos concedió bellos presentes

Providencia a las gentes
del ecuador feliz con mano larga.
No ya de humanas artes obligado
el premio rinde opimo;
no es a la podadera, no al arado
deudor de su racimo;
escasa industria bástale, cual puede
hurtar a sus fatigas mano esclava;
crece veloz, y cuando exhausto acaba,
adulta prole en torno le sucede.

Mas ¡oh! ¡si cual no cede
el tuyo, fértil zona, a suelo alguno,
y como de natura esmero ha sido,
de tu indolente habitador lo fuera!
¡Oh! ¡si al falaz rüido,
la dicha al fin supiese verdadera
anteponer, que del umbral le llama
del labrador sencillo,
lejos del necio y vano
fasto, el mentido brillo,
el ocio pestilente ciudadano!
¿Por qué ilusión funesta
aquellos que fortuna hizo señores
de tan dichosa tierra y pingüe y varia,
el cuidado abandonan
y a la fe mercenaria
las patrias heredades,
y en el ciego tumulto se aprisionan
de míseras ciudades,
do la ambición proterva
sopla la llama de civiles bandos,
o al patriotismo la desidia enerva;
do el lujo las costumbres atosiga,
y combaten los vicios
la incauta edad en poderosa liga?

No allí con varoniles ejercicios
se endurece el mancebo a la fatiga;
mas la salud estraga en el abrazo
de pérfida hermosura,
que pone en almoneda los favores;
mas pasatiempo estima
prender aleve en casto seno el fuego
de ilícitos amores;
o embebecido le hallará la aurora
en mesa infame de ruinoso juego.

En tanto a la lisonja seductora
del asiduo amador fácil oído
da la consorte; crece
en la materna escuela
de la disipación y el galanteo
la tierna virgen, y al delito espuela
es antes el ejemplo que el deseo.

¿Y será que se formen de ese modo
los ánimos heroicos denodados
que fundan y sustentan los estados?
¿De la algazara del festín beodo,
o de los coros de liviana danza,
la dura juventud saldrá, modesta,
orgullo de la patria, y esperanza?
¿Sabrá con firme pulso
de la severa ley regir el freno;
brillar en torno aceros homicidas
en la dudosa lid verá sereno;
o animoso hará frente al genio altivo
del engreído mando en la tribuna,
aquel que ya en la cuna
durmió al arrullo del cantar lascivo,
que riza el pelo, y se unge, y se atavía
con femenil esmero,
y en indolente ociosidad el día,
o en criminal lujuria pasa entero?

No así trató la triunfadora Roma
las artes de la paz y de la guerra;
antes fió las riendas del estado
a la mano robusta
que tostó el sol y encalleció el arado;
y bajo el techo humoso campesino
los hijos educó, que el conjurado
mundo allanaron al valor latino.

¡Oh! ¡los que afortunados poseedores
habéis nacido de la tierra hermosa,
en que reseña hacer de sus favores,
como para ganaros y atraeros,
quiso Naturaleza bondadosa!
romped el duro encanto
que os tiene entre murallas prisioneros.

El vulgo de las artes laborioso,
el mercader que necesario al lujo
al lujo necesita,
los que anhelando van tras el señuelo
del alto cargo y del honor ruidoso,
la grey de aduladores parasita,
gustosos pueblen ese infecto caos;
el campo es vuestra herencia; en él gozaos.
¿Amáis la libertad? El campo habita,
o allá donde el magnate
entre armados satélites se mueve,
y de la moda, universal señora,
va la razón al triunfal carro atada,
y a la fortuna la insensata plebe,
y el noble al aura popular adora.

¿O la virtud amáis? ¡Ah, que el retiro,
la solitaria calma
en que, juez de sí misma, pasa el alma
a las acciones muestra,
es de la vida la mejor maestra!

¿Buscáis durables goces,
felicidad, cuanta es al hombre dada
y a su terreno asiento, en que vecina
está la risa al llanto, y siempre, ¡ah! siempre
donde halaga la flor, punza la espina?
Id a gozar la suerte campesina;
la regalada paz, que ni rencores
al labrador, ni envidias acibaran;
la cama que mullida le preparan
el contento, el trabajo, el aire puro;
y el sabor de los fáciles manjares,
que dispendiosa gula no le aceda;
y el asilo seguro
de sus patrios hogares
que a la salud y al regocijo hospeda.

El aura respirad de la montaña,
que vuelve al cuerpo laso
el perdido vigor, que a la enojosa
vejez retarda el paso,
y el rostro a la beldad tiñe de rosa.

¿Es allí menos blanda por ventura
de amor la llama, que templó el recato?
¿O menos aficiona la hermosura
que de extranjero ornato
y afeites impostores no se cura?

¿O el corazón escucha indiferente
el lenguaje inocente
que los afectos sin disfraz expresa,
y a la intención ajusta la promesa?

No del espejo al importuno ensayo
la risa se compone, el paso, el gesto;
ni falta allí carmín al rostro honesto
que la modestia y la salud colora,
ni la mirada que lanzó al soslayo
tímido amor, la senda al alma ignora.

¿Esperaréis que forme
más venturosos lazos himeneo,
do el interés barata,
tirano del deseo,
ajena mano y fe por nombre o plata,
que do conforme gusto, edad conforme,
y elección libre, y mutuo ardor los ata?

Allí también deberes
hay que llenar: cerrad, cerrad las hondas
heridas de la guerra; el fértil suelo,
áspero ahora y bravo,
al desacostumbrado yugo torne
del arte humana, y le tribute esclavo.

Del obstrüido estanque y del molino
recuerden ya las aguas el camino;
el intrincado bosque el hacha rompa,
consuma el fuego; abrid en luengas calles
la oscuridad de su infructuosa pompa.

Abrigo den los valles
a la sedienta caña;
la manzana y la pera
en la fresca montaña
el cielo olviden de su madre España;
adorne la ladera
el cafetal; ampare
a la tierna teobroma en la ribera
la sombra maternal de su bucare ;
aquí el vergel, allá la huerta ría...

¿Es ciego error de ilusa fantasía?
Ya dócil a tu voz, agricultura,
nodriza de las gentes, la caterva
servil armada va de corvas hoces.
Mírola ya que invade la espesura
de la floresta opaca; oigo las voces,
siento el rumor confuso; el hierro suena,
los golpes el lejano
eco redobla; gime el ceibo anciano,
que a numerosa tropa
largo tiempo fatiga;
batido de cien hachas, se estremece,
estalla al fin, y rinde el ancha copa.

Huyó la fiera; deja el caro nido,
deja la prole implume
el ave, y otro bosque no sabido
de los humanos va a buscar doliente...

¿Qué miro? Alto torrente
de sonorosa llama
corre, y sobre las áridas rüinas
de la postrada selva se derrama.
El raudo incendio a gran distancia brama,
y el humo en negro remolino sube,
aglomerando nube sobre nube.

Ya de lo que antes era
verdor hermoso y fresca lozanía,
sólo difuntos troncos,
sólo cenizas quedan; monumento
de la lucha mortal, burla del viento.

Mas al vulgo bravío
de las tupidas plantas montaraces,
sucede ya el fructífero plantío
en muestra ufana de ordenadas haces.

Ya ramo a ramo alcanza,
y a los rollizos tallos hurta el día;
ya la primera flor desvuelve el seno,
bello a la vista, alegre a la esperanza;
a la esperanza, que riendo enjuga.
del fatigado agricultor la frente,
y allá a lo lejos el opimo fruto,
y la cosecha apañadora pinta,
que lleva de los campos el tributo,
colmado el cesto, y con la falda en cinta,
y bajo el peso de los largos bienes
con que al colono acude,
hace crujir los vastos almacenes.

¡Buen Dios! no en vano sude,
mas a merced y a compasión te mueva
la gente agricultora
del ecuador, que del desmayo triste
con renovado aliento vuelve ahora,
y tras tanta zozobra, ansia, tumulto,
tantos años de fiera
devastación y militar insulto,
aún más que tu clemencia antigua implora.

Su rústica piedad, pero sincera,
halle a tus ojos gracia; no el risueño
porvenir que las penas le aligera,
cual de dorado sueño
visión falaz, desvanecido llore;
intempestiva lluvia no maltrate
el delicado embrión; el diente impío
de insecto roedor no lo devore;
sañudo vendaval no lo arrebate,
ni agote al árbol el materno jugo
la calorosa sed de largo estío.

Y pues al fin te plugo,
árbitro de la suerte soberano,
que, suelto el cuello de extranjero yugo,
erguiese al cielo el hombre americano,
bendecida de ti se arraigue y medre
su libertad; en el más hondo encierra
de los abismos la malvada guerra,
y el miedo de la espada asoladora
al suspicaz cultivador no arredre
del arte bienhechora,
que las familias nutre y los estados;
la azorada inquietud deje las almas,
deje la triste herrumbre los arados.

Asaz de nuestros padres malhadados
expiamos la bárbara conquista.
¿Cuántas doquier la vista
no asombran erizadas soledades,
do cultos campos fueron, do ciudades?

De muertes, proscripciones,
suplicios, orfandades,
¿quién contará la pavorosa suma?

Saciadas duermen ya de sangre ibera
las sombras de Atahualpa y Moctezuma.
¡Ah! desde el alto asiento,
en que escabel te son alados coros
que velan en pasmado acatamiento
la faz ante la lumbre de tu frente,
(si merece por dicha una mirada
tuya la sin ventura humana gente),
el ángel nos envía,
el ángel de la paz, que al crudo ibero
haga olvidar la antigua tiranía,
y acatar reverente el que a los hombres
sagrado diste, imprescriptible fuero;
que alargar le haga al injuriado hermano,
(¡ensangrentó la asaz!) la diestra inerme;
y si la innata mansedumbre duerme,
la despierte en el pecho americano.

El corazón lozano
que una feliz oscuridad desdeña,
que en el azar sangriento del combate
alborozado late,
y codicioso de poder o fama,
nobles peligros ama;
baldón estime sólo y vituperio
el prez que de la patria no reciba,
la libertad más dulce que el imperio,
y más hermosa que el laurel la oliva.

Ciudadano el soldado,
deponga de la guerra la librea;
el ramo de victoria
colgado al ara de la patria sea,
y sola adorne al mérito la gloria.

De su trïunfo entonces, Patria mía,
verá la paz el suspirado día;
la paz, a cuya vista el mundo llena
alma, serenidad y regocijo;
vuelve alentado el hombre a la faena,
alza el ancla la nave, a las amigas
auras encomendándose animosa,
enjámbrase el taller, hierve el cortijo,
y no basta la hoz a las espigas.

¡Oh jóvenes naciones, que ceñida
alzáis sobre el atónito occidente
de tempranos laureles la cabeza!
honrad el campo, honrad la simple vida
del labrador, y su frugal llaneza.
Así tendrán en vos perpetuamente
la libertad morada,
y freno la ambición, y la ley templo.

Las gentes a la senda
de la inmortalidad, ardua y fragosa,
se animarán, citando vuestro ejemplo.
Lo emulará celosa
vuestra posteridad; y nuevos nombres
añadiendo la fama
a los que ahora aclama,
«hijos son éstos, hijos,
(pregonará a los hombres)
de los que vencedores superaron
de los Andes la cima;
de los que en Boyacá, los que en la arena
de Maipo, y en Junín, y en la campaña
gloriosa de Apurima,
postrar supieron al león de España».



Andrés Bello nació en Caracas, Venezuela, el 29 de noviembre de 1781 y falleció en Santiago de Chile el 15 de octubre de 1865.
Andrés Bello fue uno de los más grandes humanistas de América Latina, dedicándose a la literatura, la educación, la filología, la filosofía, el derecho. Ejerció la docencia particular en Venezuela y tuvo el honor de ser profesor de Simón Bolívar. Acompañó en sus exploraciones, al barón Alejandro von Humboldt en sus exploraciones científicas en las Colonias.
Su trayectoria puede dividirse en tres etapas diferenciadas: 1781-1810: su vida en Venezuela; 1810-1829: su viaje a Inglaterra y su misión diplomática; 1829-1865: su estada en Chile.
Su vasta obra permite contarlo entre los exponentes importantes de la literatura americana, con poemas como la "Silva a la agricultura de la zona tórrida", escrita en Londres, y la "Alocución a la Poesía" en 1823; la "Oración por todos" en 1843, ya con caracteres románticos.
También en Derecho, Andrés Bello compuso en 1832 el tratado "Principios de Derecho Internacional" y el "Derecho Civil" para Chile, en 1955.
En Gramática descolló con su obra, la "Gramática de la Lengua Castellana" escrita en 1847, con una visión actual y renovadora de los conceptos lingüísticos (en lo referente a vocabulario, a los verboides, etc).
Fue Miembro de la Real Academia Española en 1851.
Fue Rector de la Universidad en Chile, de la cual se retiró ya anciano, y prosiguió sus investigaciones hasta su fallecimiento en 1865.
La Silva a la agricultura en la zona tórrida de este gran poeta figura entre "Las cien mejores poesías líricas de la lengua castellana", escogidas por Menéndez Pelayo, entre lo mejor de la literatura de los países de habla hispana. Bello podría ocupar con idéntico derecho un puesto de excepción en los capítulos dedicados a la prosa o a la crítica. Porque en él concurren parejos méritos seis u ocho cualidades que le convierten en verdadero polígrafo: el poeta, el filólogo, el crítico, el educador, el filósofo y hasta el jurista. En todas estas actitudes destacó y en todas ellas dejó obra meritísimas.

Francisco Arias Solís

domingo, 25 de abril de 2010

Roscio, el ideólogo de la emancipación

Eumenes Fuguet Borregales (*)
"El movimiento del 19 de abril, será el principio para consolidar la independencia y la libertad de la América española"; palabras expresadas por este ilustre paisano nacido en San José de Tiznados- Guárico, el 27 de mayo de 1763, hijo del milanés José Roscio y Doña Paula Nieves natural de La Victoria; egresado del Seminario Tridentino de Caracas como doctor en Cánones y Leyes en 1794 y en Derecho Romano en 1795. Sus conocimientos y formación le permitieron ejercer la docencia hasta enero de 1797, cuando fue destacado por la capitanía general a Puerto Cabello. En agosto ejerce como abogado defensor de María Isabel Páez, a quien se le negaba el derecho de usar alfombra para arrodillarse en la iglesia por ser mestiza, privilegio exclusivo de las mantuanas. En 1798 solicita su ingreso al Colegio de Abogados de Caracas; ingreso impedido por su condición de mestizo; después de litigar logra incorporarse en diciembre de 1800; al poco tiempo es admitido en la Real Academia de Derecho Público. En 1808 se desempeñó como Fiscal de la Real Audiencia de Caracas. Participó activamente en los sucesos del 19 de abril de 1810; al regresar al Cabildo Emparan, luego de ser conminado en la Catedral por Francisco Salías; Roscio y José Félix Sosa se autonombran "diputados del Pueblo". Roscio es designado secretario provisional del Ayuntamiento, al notar que Emparan deseaba ser presidente de la nueva Junta de Gobierno, que habría de formarse en apoyo al depuesto rey español Fernando VII, ordena al joven sacerdote José Félix Blanco la urgente búsqueda del prelado chileno José Cortés de Madariaga, quien se presenta auto designándose "diputado por el clero", exigiendo la anulación del acta y la designación de un gobierno de los americanos. Con la renuncia de Emparan y la formación del primer gobierno de los blancos criollos con la denominación de Junta Suprema Conservadora de los derechos de Fernando VII, cerraba la época colonial para iniciar una nueva etapa de la formación republicana de Venezuela. Juan Germán Roscio redacta el Acta de esa memorable efeméride, y designado el 27 de abril de 1810 ministro de Relaciones Exteriores, sería nuestro Primer Canciller, propuso el envío de comisiones a: Norteamérica, Londres, Nueva Granada y Curazao con el objeto de informar sobre la situación política y buscar apoyo para el nuevo gobierno. El 10 de junio presidió la comisión encargada de realizar las primeras elecciones en las siete provincias, convirtiéndose en el pionero del sistema electoral venezolano; de los 44 diputados electos instalados el 2 de marzo de 1811, Roscio fue elegido por Calabozo. La historia registra su elocuente discurso pronunciado el 3 de julio; allí resaltó: "Los reyes no tienen derechos ni privilegios divinos, el arbitro de los pueblos puede removerlos y arrojarlos cuando les convenga". El 5 de julio de 1811 durante la sesión del Congreso, al tomar el derecho de palabra expresó: "Dos juramentos habíamos prestado al rey Fernando VII, uno el 15 de julio de 1808, cuando se supo la noticia de su destierro a Francia por orden de Napoleón; otro el 19 de abril de 1810, al primero lo arrancó la fuerza y al segundo la ignorancia y la necesidad de no alarmar a los pueblos.". Este distinguido letrado es corredactor y firmante del Acta de Independencia. Los pobladores de Nirgua el 20 de julio de 1811, en rebeldía por la negativa de Valencia de aceptar la declaración de independencia del 5 de julio, queman un retrato de Fernando VII. Roscio exalta esta acción el 18 de septiembre en su ensayo "El patriotismo de Nirgua y abuso de los reyes". Igualmente participó en la redacción de la Primera Constitución de Venezuela y de Hispanoamérica promulgada el 21 de diciembre de 1811. La Capitulación de Miranda produce el encarcelamiento de muchos afectos a la República, entre ellos Roscio, enviado a la prisión de Cádiz en agosto de 1812. Monteverde envía una comunicación a las autoridades españolas la que textualmente decía: "Presento a Vuestra Majestad a esos ocho monstruos, origen y raíz primitiva de todos los males de América.que reciban el castigo que merecen sus crímenes". Roscio y sus compañeros de prisión logran escapar; al ser apresados de nuevo y devueltos a la cárcel; son liberados gracias a las gestiones de Thomas Richardson. En Filadelfia escribe en 1817 su famosa obra "Libertad contra todo despotismo", libro de cabecera de Benito Juárez. En 1818 escribe para el "Correo del Orinoco"; designado ese año para elaborar el reglamento del segundo proceso eleccionario del Congreso a reunirse el 15 de febrero del siguiente año. Este prócer civil fallece en Cúcuta el 10 de marzo de 1821. Bolívar expresó: "Es un Catón prematuro en una República donde no hay ni leyes ni costumbres".

(*) Gral. de Bgda
eumenes7@gmail.com


Diario El Carabobeño
Historia y Tradición

viernes, 23 de abril de 2010

Conmemoración del 19 de abril de 1810 en San Joaquín

Enviado por: Diario El Carabobeño
Con una sesión solemne en la Catedral Nuestra Señora del Carmen, representantes de la municipalidad de San Joaquín celebraron los 200 años del 19 de abril de 1810, fecha de inicio de la gesta independentista en Venezuela. El acto estuvo encabezado por el presidente de cámara, Juan Leal, acompañado de los concejales y del alcalde Luis Aguiar, quienes recibieron al orador de orden, el general de Brigada Eumenes Fuguet Borregales. En su discurso recordó cada uno de los pasos que se dieron hace 200 años, para lograr la independencia de Venezuela. "El 19 de abril es lección de emancipación hispanoamericana", dijo. Fueron entregadas diversos reconocimientos por parte de la Cámara Municipal y la Alcaldía. El "Galardón Francisco de Miranda" al general Eumenes Fuguet Borregales; al cronista Evencio Díaz y al autor del Himno Municipal de San Joaquín, Carlos Granadillo, así como a la Sociedad Bolivariana del municipio San Joaquín por su décimo quinto aniversario. Se designaron condecoraciones a la Academia de la Historia y a la Sociedad Bolivariana del Estado Carabobo. Se hizo entrega del "Botón de Honor de la Sociedad Bolivariana" a un grupo de personas de la comunidad. (AP)

jueves, 22 de abril de 2010

Antonio Ricaurte…”El Chispero”

Eumenes Fuguet Borregales (Ej.)
El 25 de marzo de 1814, desde tempranas horas de la mañana, el asturiano José Tomás Boves, recuperado de las heridas recibidas en ese sitio el 28 de febrero, al mando de ocho mil efectivos, decidió atacar de nuevo las posiciones republicanas, ubicadas en las estribaciones de la hacienda-ingenio de San Mateo, los intentos de llevar la iniciativa ofensiva los días 22 y 23 habían fracasado. La hacienda es propiedad de la familia Bolívar, adquirida por Simón Bolívar “El Viejo”, las fuerzas al mando del Libertador, totalizaban 1500 soldados de infantería y seiscientos a caballo, lo acompañaban distinguidos oficiales, entre ellos: Lino de Clemente, Ramón Ayala y Mariano Montilla. Para evitar la derrota en desiguales condiciones, realizaban acciones heroicas mediante la construcción de trincheras y fortificaciones improvisadas, ubicadas desde la población de La Victoria. Durante los vanos intentos de derrotar a Bolívar y capturar la hacienda, Boves se entera que en la parte alta de la hacienda-ingenio, se encuentra un polvorín custodiado por el valeroso capitán neogranadino Antonio Ricaurte, de veintiocho años, quien defendía tenazmente el depósito de municiones, algunos heridos y para tal fin disponía con apenas un pelotón de defensores. Aproximadamente a las once de la mañana, Ricaurte al ver la aproximación desde el cerro cercano de unos trescientos atacantes al mando de Francisco Tomás Morales, segundo de Boves, cantando victoria; no teniendo fuerzas suficientes para oponérseles, para evitar que el material bélico cayera en manos enemigas, ordena rápidamente desalojar de la Casa Alta los heridos y luego los soldados que lo acompañaban, a ellos les dijo “ Compañeros, volved a vuestras filas”; utilizando un tizón que le proporciona la señora Petrona, esposa del encargado de la hacienda, valerosamente se inmola mediante una explosión que causó grandes pérdidas a las fuerzas realistas, Bolívar aprovecha la confusión para atacarlos y ponerlos en retirada hacia Cagua y Villa de Cura, donde fueron derrotados el 31 de marzo en Bocachica por el ejercito que se aproximaba del oriente, al mando del general margariteño Santiago Mariño. Boves dejó en San Mateo unas ochocientas bajas entre muertos y heridos. Antonio Ricaurte nació en Villa de Leyva el 10 de julio de 1786, hijo de Esteban Ricaurte y María Lozano; estudia en el conocido Colegio San Bartolomé de Bogotá; se incorpora en la lucha emancipadora con el grupo que el 20 de julio de 1810, declara en Bogotá la independencia de la Nueva Granada. Con el grado de teniente de infantería de Guardias Nacionales; lucha a las órdenes del prócer Antonio Nariño, jefe de las fuerzas Centralistas, opuestas a las federalistas de Camilo Torres; su valor y tenacidad le hizo ganar por ironía del destino el cognomento de “El Chispero”. Forma parte del ejército libertador cuando el 27 de febrero de 1813 junto a Rafael Urdaneta, Atanasio Girardot, Luciano D´Luyar, los hermanos Manuel y Antonio Paris y Hermógenes Maza entre otros voluntarios, se unen en la población de San Cayetano a orillas del río Zulia a las fuerzas de Bolívar que concluían exitosamente la campaña sobre el río Magdalena y se aprestaban a iniciar la campaña Admirable para liberar a Venezuela. El fogoso Ricaurte, se destaca por su heroísmo en los combates de: Cúcuta el 28 de febrero, La Grita el 13 de abril, Carache el 18 de junio, Niquitao el 2 de julio, Taguanes el 31 de julio, Bárbula el 30 de septiembre y Trincheras el 3 de octubre. Ricaurte cual mártir voluntario de la libertad, se inmortaliza en San Mateo el 25 de marzo de 1814; allí tuvo su gloriosa tumba. El Libertador al observar el estruendo provocado por el singular sacrificio de Ricaurte, que prefirió inmolarse comentaría:” ¿Que hay de semejante en la historia a la muerte de Ricaurte? Este suicidio por salvar la patria, al ejército y a mi, sin mas esperanzas que el amor a la independencia y a la libertad, es digno de cantarse por un ilustre genio como Alfieri”. La memoria de Ricaurte es conmemorada cada 25 de marzo en San Mateo; los ejércitos de Venezuela y Colombia tienen unidades tácticas con su glorioso nombre, también en el estado Cojedes y en Colombia un municipio es honrado con su denominación; en la población de Villa de Leyva un Museo guarda algunas de sus reliquias. El gasoducto en construcción de 225 kilómetros en la frontera colombo-venezolana lleva también su preclara designación; el himno del estado Aragua en su III estrofa señala: En el campo sangriento de Marte-libertad a la patria ofrendó-la proeza inmortal de Ricaurte-que en tierra aragüeña- su olimpo encontró.
(*) General de brigada eumenes7@gmail.com
Historia y Tradición

domingo, 18 de abril de 2010

Cap. Gral. Emparan y el 19 de abril de 1810

Eumenes Fuguet Borregales (*)
Venezuela era una de las ocho capitanías generales de España en el Nuevo Mundo, durante los memorables sucesos del 19 de abril de 1810, Vicente de Emparan y Orbe se desempeñaba como el noveno capitán general de la provincia; nacido en 1747 en la población española de Azpeitia- Guipúzcoa. Una vez concluidos sus estudios de formación naval en la Marina Real, fue enviado a prestar servicios en Puerto Cabello, designado en 1792 gobernador de la provincia de Cumaná, cargo que desempeña hasta 1804. Se dirige a España, donde sucede en mayo de 1808 la invasión por parte de las fuerzas francesas de Napoleón Bonaparte, y colocación de su hermano José (Pepe botella), en el poder con la denominación de José I. La noticia llega a Venezuela el 19 de julio de ese año. Ese nuevo gobierno designa a Emparan Gobernador y Capitán General en Venezuela. Grupos afectos al rey Fernando VII desterrado en Valencey, formaron Juntas Supremas en su apoyo; Emparan al no solidarizarse con el gobierno de José I, es ratificado en el cargo por la Junta Central de Sevilla para reemplazar a Manuel Guevara Vasconcelos, recién fallecido en Venezuela; ocupa el importante nombramiento en mayo de 1809. En España la situación político- militar se complicaba; el avance francés promueve la eliminación de la Juntas y creación de Consejos de Regencia. Los blancos criollos caraqueños (hijos de los blancos peninsulares), no estaban de acuerdo con Emparan por considerarlo afrancesado; aprovechando el vacio de poder en la península, proponen el miércoles Santo al vice presidente del cabildo caraqueño, el español José de la Llamozas, convocar a una reunión extraordinaria para el Jueves Santo a fin de analizar la situación ibérica, Emparan no tuvo objeciones, y en la mañana de la memorable efeméride, se reúne el Cabildo a las siete de la mañana. Cumpliendo con el protocolo son comisionados Francisco Ribas y Rafael González para buscar al capitán general en su residencia ubicada de Madrices a Principal. Emparan con su traje negro de rigor, sombrero y bastón de mando, símbolo de su autoridad, ingresa a las ocho de la mañana al recinto a una cita con el cabildo y con la historia. Llamozas explica el motivo urgente de la reunión, recomendando formar un gobierno que represente al rey Fernando VII; Emparan responde que existe un Consejo de Regencia en Cádiz y que sería recomendable esperar nuevas noticias; por ser Jueves Santo decide levantarse y trasladarse a la Catedral. Los jóvenes comprometidos en el movimiento revolucionario ven perdida la oportunidad y desde la Plaza Mayor gritaban ¡a Cabildo! Francisco Salias se encontraba a las puertas del templo, le repite ¡a Cabildo! , Emparan hace caso omiso; y al encontrarse cerca de la pila bautismal, Salias lo toma por el brazo, repitiéndole en forma enérgica ¡a Cabildo!. . Al regresar al Ayuntamiento nota que la unidad militar no le rinde los honores que antes realizó. Juan Germán Roscio y José Félix Sosa se autonombraron "Diputados del Pueblo". Al reiniciar la sesión Emparan propone crear una Junta de Gobierno quedando él como Presidente del mismo; Roscio que fungía como secretario de actas, envía con la premura del caso al joven sacerdote José Félix Blanco en busca del sacerdote José Cortés de Madariaga; quien le diría en ese momento a la penitente:"Hija mía tus pecados pueden esperar, la Patria no"; al ingresar al Ayuntamiento se autoproclama "Diputado por el Clero", exigiendo la nulidad del acta y la designación de un gobierno de americanos. Emparan desconcertado se asoma al balcón del Ayuntamiento-hoy Casa Amarilla y le grita a la multitud ¡señores!, ¿están vuestras mercedes contentas conmigo¿ ¿Quieren que los gobierne¿ El doctor yaracuyano Rafael Villarreal enviado desde el salón de sesiones por Madariaga hacia la parte baja de la Plaza Mayor, inició el histórico "NO LO QUEREMOS", seguido por los asistentes. Emparan vencido, se sienta y le entrega el Bastón de Mando a Llamozas y contesta "Yo tampoco quiero mando". Se convierte en la primera y única autoridad española que democráticamente consultó con el pueblo; a los demás once capitanes generales hubo que quitarlos a sangre y fuego hasta lograr la independencia. Emparan fue apresado y enviado desterrado a Filadelfia con su equipo gubernamental el 27 de mayo de ese año. De esta forma surge la figura de Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, gobierno de los blancos criollos; vendría después dl 5 de julio de 1811, semilla y fruto, y que buena fue la cosecha. Fallece Emparan en el puerto de Santa María en octubre de 1820 a los 73 años. España sembró cabildos y recogió repúblicas.

Gral.deBgda
eumenes7@gmail.com

Diario El Carabobeño

Historia y Tradición

sábado, 17 de abril de 2010

Al Mover Tu Cabellera

Argimiro Torres

Cual pasajeros ausentes del porvenir
pasan las horas y días del encuentro.
Ilusión, pasión y amor, habrá muerto
cuando se anuncie la hora de partir

Recordarás requiebro insistente
del tránsfuga enamorado sin puerto

cuyo velero en alta mar, e inerte
esperaba siempre al azar, el viento

Mantendrá la instancia el silencio
y hojas secas caerán para siempre
llorarán corazones por momentos
si no vieron caer... lágrimas silentes

En tus mejillas quedará perenne huella
promesas que hicimos sin hablar
adoptamos la costumbre de callar…
lo que deseabas al mover tu cabellera

http://www.youtube.com/watch?v=OKIaqGLHRE0

Argimiro Torres

viernes, 16 de abril de 2010

Padre Mohedano, pionero del café en Venezuela

Eumenes Fuguet Borregales (*)
José Antonio García Mohedano mejor conocido como el "Padre Mohedano", nació en la población española de Talarrubia - Badajoz - Extremadura, el 20 de abril de 1741, hijo de José Antonio García y Socorro Mohedano; realizó estudios elementales en Toledo. Se conoce de su presencia en Venezuela a partir de 1759 acompañando a su tío el sacerdote Diego Antonio Diez Madroñero (1715-1769) de recordada y fructífera actividad eclesiástica, vigésimo tercer Obispo de Venezuela.

En Valencia construyó un hospicio, ciudad donde fallece el 3 de febrero de 1769, cuyos venerados restos reposan en la Santa Catedral. La Real y Pontificia Universidad de Caracas le otorga a José Antonio García Mohedano el grado de bachiller, y al culminar los estudios eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Caracas, recibe la Ordenación Sacerdotal por parte de su tío, quien lo tuvo como secretario en dicha ciudad durante seis años; al poco tiempo asume la recién fundada parroquia de Chacao, en cuyas funciones despliega una importante actividad en beneficio de los desposeídos.

La historia y tradición relata tanto la labor pastoral como la iniciativa desplegada en el cultivo del café, iniciado en su residencia con un arbusto traído de las vecinas colonias francesas. Junto a Don Bartolomé Blandín y el sacerdote Pedro Palacios y Sojo, mejor conocido como el "padre Sojo", organiza un extenso semillero y desarrolla la siembra de cafetos en el sector de "La Floresta" cerca de Chacao. Llegaron a poseer en su exitosa actividad agrícola unas cincuenta mil plantas, que sirvieron para propagar la siembra por diversas regiones de la Capitanía General de Venezuela.

Para la época se conocían otras siembras menores en Mérida y Nirgua, gracias a los esfuerzos de la orden Jesuita. La benevolencia del Padre Mohedano fue una de sus características personales a favor de los enfermos y menesterosos, los cuales resultaban beneficiados con el producto de la comercialización del café; esos ingresos le permitieron igualmente mejorar y ampliar los trabajos iniciados en la construcción de la iglesia de Chacao.

El rey Carlos IV y Su Santidad el Papa Pió VII, máximas autoridades en conceder la alta investidura de Obispo, designan al Padre Mohedano con tal cargo en Guayana en reemplazo del Ilustrísimo Obispo Francisco Ibarra (1726-1806), nacido en Guacara y designado Primer Arzobispo de Venezuela, al ser elevada la diócesis de Caracas a arzobispado el 24 de noviembre de 1803.

El padre Mohedano es consagrado en Caracas por el Arzobispo Francisco Ibarra el 16 de agosto de 1801, procediendo a recibir el nuevo cargo y responsabilidad en Guayana el 23 de diciembre de ese año; no se hizo esperar lo positivo de su labor eclesiástica y especial atención a los de escasos recursos; es de resaltar su trabajo en el área educativa pública, mediante la construcción de escuelas que mejoraron los niveles educativos y formativos de los jóvenes guayaneses.

Ejerciendo el importante cargo su salud se ve afectada de tal manera, que no podía celebrar el santo sacrificio de la misa, conferir ordenes mayores, realizar confirmaciones y demás funciones propias de su alta investidura sacerdotal.

Fallece el "Padre Mohedano" servidor de Dios y de los hombres el 18 de octubre de 1804 en Guayana. Monseñor Mariano Talavera y Garcés denominado por el Libertador como "El mejor orador de Colombia"; en importante señalar que monseñor Talavera había propuesto en 1845 junto a otros ciudadanos, que Angostura se denominara Ciudad Bolívar. Conocedor de la personalidad y obra del Obispo Mohedano, escribió:

"Su elocuencia era toda sentimiento religioso realizado por la notoriedad de su virtud, su modestia y su austeridad, que se manifestaban en su semblante, daban a su voz debilitada una dulce influencia sobre los corazones. Nos parecía ver en la cátedra a San Francisco, dominando los ímpetus de los infieles del Japón..."

(*) Gral. de Bgda.
eumenes7@gmail.com
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jueves, 15 de abril de 2010

El alemán Ambrosio Alfinger, primer gobernador de Venezuela

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Nacido en Ulm posiblemente en el año 1500; a raíz de una capitulación firmada el 27 de marzo de 1528 entre el rey español Carlos V y unos banqueros de Augsburgo-Alemania, de apellido Welser o Belzares, con la finalidad de cancelar deudas entregaron para su explotación la provincia de Venezuela comprendida desde el Cabo de la Vela en occidente hasta el cabo de Maracapana al oriente.

Micer Ambrosio Alfinger con la designación de Adelantado, al frente de cuatro navíos desembarca en las costas corianas el 24 de febrero de 1529. El representante del rey español en la provincia de Venezuela era el factor Juan de Ampies, fundador de Coro en julio de 1527, quien no veía con buenos ojos la presencia de este señor alemán, que basado en su nombramiento expulsa al jefe español con la condición de no regresar nunca más.

Cumpliendo las ordenanzas españolas, Alfinger realiza el trazado de Coro, ubicando la Plaza Mayor y la iglesia principal, reparte solares cercanos a la plaza y designa el Primer Cabildo de la ciudad, de Venezuela y Sur América; para estos cargos son designados Juan Cuaresma de Melo, Gonzalo de los Ríos y Martín Arteaga sus compañeros de viaje y Virgilio García, del grupo de Ampies; éstos reunidos en Cabildo procedieron a elegir como Alcalde a Sancho Briceño, soldado de Alfinger.

España había enviado unos funcionarios encargados de velar por las rentas y el desempeño de Alfinger en beneficio de la corona. A medida que transcurría la permanencia del alemán, aumentaba el maltrato hacia los infelices indígenas caquetíos, utilizados como bestias de carga en las penosas y prolongadas expediciones ambicionando el ya famoso y buscado mito de El Dorado.

El cacique Manaure reclamaba airadamente el maltrato a los de su raza; en una ocasión Alfinger se apodera de unas canoas de Manaure y al recibir la reclamación ordena apresar al "Diao", sus familiares y a los principales caciques, tenidos en calidad de sirvientes. Al poder reunir con sus subalternos, Manaure acordó abandonar sigilosamente su región curiana, esperando estoicamente las mejores condiciones para proceder al abandono de sus legítimas tierras.

A mediados de 1529 Alfinger deja encargado de la gobernación de Coro a Luis Sarmiento como teniente general, partiendo hacia occidente con unos ciento cincuenta soldados y más de cien indios; le corresponde fundar el 8 de septiembre de 1529 a Maracaibo en la ribera occidental del lago; en su avance llega hasta el cabo de La Vela, Sur del lago y parte baja de la cordillera andina regresando sin contratiempos.

Durante su ausencia llegaron a Coro representantes de la corona española y de los banqueros alemanes representados por Nicolás Federman, destituyendo a Sarmiento. En junio de 1530 Alfinger deja encargado de la gobernación a Nicolás Federman trasladándose a la isla La Española (Santo Domingo), pretextando viaje por motivos de salud; algunos pensaron que su ausencia se debía a llevar el cuantioso tesoro que había acumulado en su primera expedición. A pesar de la prohibición de no salir de Coro, Federman salió aventurándose rumbo al Sur el 12 de septiembre de 1530 al frente de cien soldados y unos cuatrocientos indios encadenados unos con otros llevando pesadas cargas de víveres, regresando el 17 de marzo de 1531.

Alfinger quien se encontraba en territorio caquetío, ordena amonestar y enviar a España al frustrado Federman a rendir cuentas de su indisciplina ante las Cortes. El 9 de junio de 1531, Alfinger ávido de riquezas, emprende su segunda expedición al occidente, dejando encargado de la gobernación de Coro como teniente general a Bartolomé Sailer, bautizado por los cronistas como Bartolomé Santillana.

Simultáneamente con la preparación y salida de Alfinger, el Diao Manaure organizaba su retirada hacia el Sur, posiblemente hacia las riberas de los ríos Meta y Arauca; algunos historiadores sostienen que el grupo de Manaure pasó por Barinas y otros que apenas llegaron hasta Capatárida a pocos kilómetros de Coro.

Lo cierto es que este gallardo jefe al defender la integridad de los suyos, con dignidad salió al frente de sus caquetios en busca de mejores oportunidades convirtiéndose en el Primer Desterrado de Venezuela. Muere Alfinger por certera acción de una flecha envenenada en el valle de Chinacota, Norte de Santander, Colombia el 1 de junio de 1533. Sus acompañantes pudieron llegar a Coro en noviembre de ese año.

Al conocerse la muerte de Alfinger, asumen el 13 de noviembre el gobierno en forma provisional por reacción del Cabildo y del pueblo, los alcaldes Francisco Gallego y Pedro San Martín, actividad conocida como la Revolución de Coro, también como el Primer Golpe de Estado en Venezuela contra un régimen autocrático.

(*) Gral. de Bgda
eumenes7@gmail.com

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Bandera venezolana

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Automóviles de los 40

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