miércoles, 30 de junio de 2010

EL GENERAL PAEZ Y CUBA

Dr.Rafael Arteaga R (*)

“ ¡ Ojalá no termine la carrera de mi vida sin ver repetidas en los campos de Cuba las escenas que tuve la gloria de presenciar en las llanuras de mi patria ¡”

Así escribía en su Autobiografía (1) José Antonio Páez, refiriéndose al encargo que en sus manos había puesto el Libertador Simón Bolívar de comandar una expedición que contribuyera a libertar a Cuba del dominio español hacia 1827. Apremiado estaba ante la demora de iniciar tal misión, toda vez que las tropas que habían sido dispuestas para ese cometido (10.000 hombres de Infantería y 1000 de Caballería) tuvieron que contramarchar hacia Perú por la insurrección enemiga de la libertad peruana.
Fueron Bolívar y Páez visionarios de la importancia de mantener una isla estratégicamente situada como era Cuba, libre del dominio español, toda vez que desde esta podían despacharse fuerzas militares con el empeño de recuperar las nuevas naciones independientes que habían surgido en Sur América como consecuencia de los procesos libertarios, entre ellos la Gran Colombia (2).
“yo no sé en este momento –escribía Páez- si todos los planes de Bolívar eran realizables… y que acogí su pensamiento con alegría y con aquel ciego entusiasmo con que me había acostumbrado a vencer siempre”. Y continuaba ese mismo entusiasmo diciendo: “ya me figuraba en el recinto del Morro (la fortaleza) dictando la Ley a un Capitán General de Castilla, como había tenido la fortuna de dictársela a Calzada, sucesor del valiente y caballeroso La Torre, dentro los muros de Puerto Cabello” (1).
México y Sur América toda veían con mucho interés la situación colonial de Cuba y tampoco esto escapaba al prócer llanero, lo cual le lleva a reunirse con jóvenes exiliados de gran talento y porvenir, a los cuales alentaba a formar Juntas Patrióticas y a buscar apoyo pecuniario en otros países para fomentar expediciones libertadoras.
Parecería premonitorio de tiempos actuales lo que preocupaba al General Páez en aque-llos años en los que hablaba de un gobierno opresor. Así lo escribía en su Auto-biografía: “ en cuanto a los cubanos, en medio de sus desgracias actuales, tengan un consuelo para la suerte futura que les ha de tocar como nación libre e independiente” Igualmente transcribió en varias páginas de su obra y en su afán de contribuir a difundir las ideas libertarias, la carta que un grupo de patriotas cubanos dirigió al Congreso de México y de la cual por considerarlo vigente leemos el siguiente fragmento “…las familias gimen en el silencio por la ausencia, destierro o prisión del hijo, del hermano, de un esposo, de un padre. El espionaje engendra la desconfianza y el terror en todas las clases de la sociedad. Este es el estado de un pueblo que reclama vuestra protección y amparo”
Grandes y agradecidos próceres cubanos como Macedo y Martí, honraron a Páez con su amistad a lo largo de sus últimos años, así como otros muchos naturales de la isla, emigrados políticos que le amaron y respetaron en vida y quisieron tributarle en sus últimos momentos una prueba de amor y de ese respeto a que por tantos títulos era acreedor el anciano general venezolano. Y fue a un médico cubano, el Dr. Federico Gálvez al que tocó el honor de embalsamar gratuitamente el cadáver del General, muerto durante su exilio en Nueva York en 1873 a los 83 años de vida (3)
En el discurso pronunciado por el gran José Martí con ocasión del traslado de sus restos a Venezuela, en 1888 estaban incluidas estas hermosas palabras:
“ Podrá un cubano olvidar que cuando tras dieciséis años de pelea, descansaba por fin la lanza de Páez, a una voz de Bolívar saltó la cuja dispuesto a cruzar el mar con el batallón de Junín, para caer en un puerto cubano, dar libres a los negros y coronar así su gloria de redentores…”
“Mientra haya Americanos tendrás Templos y mientras haya Cubanos tendrás hijos “(4)

Bibliografía:
1) Páez J.A., Autobiografía: ed. Publicada por Petróleos de Venezuela ,1990 pag 365 a 373
2) Pérez Guzmán F.:Bolívar y la Independencia de Cuba, ed Letras Cubanas, La Habana 1988
3) Michelena Tomás: Resumen de la Vida Militar y Política del Ciudadano Esclarecido, General José Antonio Páez, Tipog. El Cojo 1890. Reeditada 1973 por Consejo Municipal de Caracas
4) Revista El Porvenir, Tomo 8, pag 219, edit Ciencias Sociales, La Habana 1975

(*)Médico pediatra. Tataranieto del General J.A. Páez

lunes, 28 de junio de 2010

El Teque. Antiguo barrio de la Ciudad de Caracas. Segunda revisión.

Gerónimo Alberto Yerena Cabrera.
Esquina de Quitacalzón. Esquina de Tinajitas. Estado Vallenilla. Tequeños como pasapalos. Quebradas de Altagracia.

El barrio El Teque junto al barrio de la Trinidad constituyeron dos de los barrios más antiguos de la ciudad de Caracas, los cuales existieron desde comienzos y mediados del siglo XVIII respectivamente.
Es de notar que ambos estaban ubicados en lo que actualmente es la parroquia de Altagracia y ambos perdieron su denominación en el transcurso del siglo XIX.

En cuanto al barrio El Teque, se denominó luego Sabana del Teque, la cual fue parte de la zona que ocupaba el antiguo barrio, más adelante se le dió el nombre a una esquina, posteriormente también desapareció esta esquina, sólo queda el recuerdo cuando se mencionan en la historia de las esquinas caraqueñas.

Quizás la primera vez que se hace referencia por escrito de este barrio, fue cuando se nombran los linderos de la parroquia Nuestra Señora de Altagracia, separada como parroquia aparte de la Catedral en el año 1750, fecha en la cual el cantón o barrio quedó integrado a la parroquia. Estos datos aparecen registrados en la Matricula de la parroquia Altagracia. 1775. A. A. de C. Sección Parroquiales, Altagracia Caracas. Carpeta Nº 2. (1).

La descripción de los límites de la parroquia es la siguiente:
“De Oriente a Poniente desde el río Catuche por la calle titulada de Cristo Crucificado, y plazuela de la misma parroquia a los Teques y campos correspondientes; y desde el Sur a Norte, desde la propia calle río arriba de Catuche al cerro La Guaira.”

Era una zona que abarcaba varias cuadras, compuestas de rancherías habitadas por una clase social de escasos recursos y limitado nivel educativo. La gran mayoría de los ranchos estaban distanciados uno del otro, sobre todo al sur; estaban situados entre la quebrada de Quita Calzón y la quebrada de Los Padrones, lo que actualmente es hoy la zona más hacia el oeste de la parroquia de Altagracia.

Esta zona al principio se llamó Cantón El Teque y luego, al ir reduciéndose su extensión por avance del urbanismo convencional, se denominó Barrio El Teque, tal como aparece en el plano de la ciudad del año 1810 (2), y, más preciso aún, en otra versión del plano de 1810 en conmemoración del centenario del 19 de abril, donde hacen una condensación de la Caracas de esa época hasta 1843, intervalo cuando Caracas no sufrió ninguna modificación en relación a su topografía urbanística (3). En los planos de 1810 y 1843, así como en el plano de 1801 elaborado por Francisco Depons, donde también figura el barrio, la quebrada de los Padrones aparece con el nombre de Quebrada de Leandro (4). En el plano de 1897(5) se delimitan ambas quebradas, así como el resto de las quebradas caraqueñas para la época.

Si estudiáramos un plano actual de la ciudad, el área estaría comprendida hasta mediados del siglo XIX, aproximadamente entre los siguientes límites:
Por el norte:
Hacia el este la actual esquina de Gobernador, por donde a media cuadra pasa la quebrada de los Padrones, y hacia el oeste a media cuadra de la esquina de Zapatero, sitio por donde baja la quebrada de Quita Calzón; a ese nivel la quebrada baja entre Zapatero y Cola de Pato.

Por el sur, se ampliaban sus límites entre la actual esquina de Bolero por el este, hasta ranchos dispersos cercanos a la esquina de Pagüita.

Luego se pobló más la ciudad con construcciones de mejor calidad y el área de rancherías se fue reduciendo paulatinamente, ya en el Plano Topográfico de la Ciudad de Caracas levantado en 1875 por orden de Guzmán Blanco (6), desaparece el nombre del barrio; toda la zona de lo que para la época correspondía a la parroquia de Altagracia aparece con el nombre de sus actuales esquinas (aproximadamente 49 esquinas); pero, no así, desapareció en el recuerdo de los caraqueños que allí existió ese barrio y aunque no de forma oficial se continúo llamando a esa zona El Teque; tal como sucede cuando se hace mención a La trilla la cual quedaba en la parte sur del El Teque, donde fue construida la mansión que es hoy el Palacio de Miraflores (7).

Si revisamos El Plano de Caracas de 1890 elaborado por Pablo Díaz (8), observamos que la zona correspondiente al norte, entre las esquinas de Poleo y Buena Vista, nuevamente aparece destacada como El Teque, esto como recuerdo al viejo barrio casi desaparecido su nombre para la época.

Aún a finales del siglo XIX los pocos ranchos que permanecían en sus alrededores, sobre todo en la parte oeste de la actual parroquia de Altagracia, se siguió llamando por costumbre El Teque, aunque la zona, en realidad, ya no correspondía a la original de los planos de 1810 a 1843.

Este barrio tuvo relevancia en la época de la declaración de la Independencia; luego del 17 de agosto de 1811, fecha de la firma del Acta de la Independencia por los diputados de la Asamblea, unos canarios que habitaban en el Cantón El Teque se alzaron; días después son dominados y fusilados diez y seis de ellos (9).

Enrique Bernardo Núñez, refiere que en la tarde del 11 de julio de 1811 aparecen en la sabana del Teque grupos armados con trabucos, pistolas y armas blancas. Se proponían tomar el cuartel de la Trinidad, que debía franquearles el cabo J. Roldán. Era la conspiración tramada contra el gobierno independiente por Juan Díaz Flores, José María Sanchez y fray Juan José Garcia (10).

Carmen Clemente Travieso (11) en la descripción de la esquina de El Chorro también hace mención de una manera muy amena de este alzamiento de los canarios en El Teque.

Don Lucas Manzano en su libro Crónicas de Antaño narra dos situaciones en relación al barrio El Teque; la primera, en su artículo sobre El Puente Guanabano dice: “Los vagabundos de El Teque hacían suya la soledad imperante para desvalijar el viandante si era del sexo barbudo, o vejarlo, en no importa qué manera, si cubría su cuerpo con trajes vaporosos ” (12); la segunda, en su artículo Medio Siglo Atrás (13) -se refería al último cuarto del siglo XIX- comenta la graciosa y picaresca anécdota: “ En las jerusalenes montada en escena en el teatro de corral situado en la Esquina de Pineda, don T. Rasgo, tuvo la osadía de distinguir su casa a renglón seguido de su patronímico con un 8 descomunal; allí se congregaban las compadrerías de El Teque y el Estado Vallenilla* para
armar bululúes que comenzaban por una chirigota endilgada a la Magdalena, por su desproporción en el corpiño, y concluían con una tunda de garrote que ponía en tensión nerviosa la ciudad….”

Estas quebradas mencionadas dejaron de figurar en los planos de Caracas a finales del siglo XIX; por una parte al crecer la ciudad y la desforestación que la siguió, el caudal se fue reduciendo y por otra, las quebradas en sí eran de un caudal pequeño, más aún en época de verano, y con la urbanización a su alrededor se transformaron, al quedar embauladas, en simples conductos de drenajes; sólo queda como recuerdo las esquinas que llevan sus nombres: Esquina de Quitacalzón y esquina de Tinajitas; la quebrada de los Padrones, era de mayor caudal y está también embovedada, en muy pocos sitios se puede apreciar su lecho, desemboca en la quebrada de Caroata, cercana a la Esquina de Aserradero.(14).
Se comenta con insistencia que los famosos pasapalos criollos llamados Tequeños tienen su origen en este barrio y no en la ciudad de Los Teques.

*El Estado Vallenilla fue la denominación que se le dió a la zona actual de la parroquia La Pastora luego de terminada la Guerra Federal. Al designarse La Pastora como parroquia independiente de Altagracia dejó de usarse esta denominación.

Bibliografía y planos
(1).- Lila Mago de Chopite. Caracas y su crecimiento Urbano. Publicación de la Unidad de Cultura y Publicaciones del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas.1986. p 81.
(2).- Plano de la ciudad de Santiago de León de Caracas. 1810. Editado por el diario El Universal, Colección Histórica Mapoteca IGVSB.
(3).- Plano de la Ciudad Santiago de León de Caracas en el año de 1810. “según apuntaciones del ilustrísimo Señor Don Mariano Martín y planos de F. de Pons; A.J. Jesurun y otros, historiadores e ingenieros, desde 1771 hasta 1843; con fecha 19 de abril de 1910 y firmado por E. Mendoza Solar. Recuerdo del primer Centenario de la Independencia de Venezuela”. Publicado en el libro Atlas de Venezuela. Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables. Dirección de Cartografía Nacional. Segunda Edición.1979.
(4).- Gerónimo Alberto Yerena Cabrera. Historia de las quebradas del Valle de Caracas. 2007.
(5).- Caracas Plano de la ciudad. Situación de las parroquias foráneas. Por R. Razetti. 1897. Editado por el diario El Universal, Colección Histórica Mapoteca IGVSB.
(6).- Plano topográfico de la ciudad de Caracas. Capital de los Estados Unidos de Venezuela. Plano levantado por orden del Ilustre Americano Gral Antº Guzmán Blanco. 1875. Atlas de Venezuela. Editado por el Ministerio de Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables. Dirección de Cartografía Nacional. Segunda Edición. 1979. p 14.
(7).- Graciela Schael Martínez. Estampas Caraqueñas. Ediciones del Concejo Municipal del Distrito Federal. 1975. P 169.

(8).- Lila Mago de Chopite. Caracas y su crecimiento Urbano. Publicación de la Unidad de Cultura y Publicaciones del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas.1986. El Plano de Caracas de 1890 elaborado por Pablo Díaz. p 225.
(9).- José Nucete Sardi. La Ciudad y sus tiempos. Edición del Cuatricentenario de Caracas. p 35.
(10).- Enrique Bernardo Núñez. La Ciudad de los Techos Rojos. Monte Avila Editores. 1998 .p 168.
(11).- Carmen Clemente Travieso. Las esquinas de Caracas. Los libros del Nacional.2001.p 88

(12).-Lucas Manzano. Crónicas de Caracas. Avila Gráfica, S.A-Impresores. Caracas 1951. P79.
(13).- Ibidem.p 109.
(14).- Gerónimo Alberto Yerena Cabrera. Historia de las quebradas del Valle de Caracas. 2007.
Nota: La primera publicación fue el 2 de agosto del 2009.
yerena.geronimo@gmail.com

sábado, 26 de junio de 2010

Detalles de la Batalla de Carabobo

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Se realizó un día domingo, festividad de San Juan, quien todo lo tiene y todo lo da; en el mismo campo inmortal donde Bolívar triunfó el 28 de mayo de 1814 contra el mariscal Juan Manuel Cagigal, allí las tropas batallaron en sentido inverso al despliegue de 1821. El general Sucre no participó por encontrarse realizando operaciones en el Sur del continente; el ejército Libertador estrenó uniforme luego de once años de lucha emancipadora, confeccionado días antes por las abnegadas damas de Guanare. Páez desde Achaguas, luego de pedirle la protección divina al Nazareno, avanzó 610 kilómetros movilizando 4.000 reses. Bolívar, desde Barinas, ordenó el avance de todos los participantes a partir del 28 de abril de 1821; en Guanare le rezó a la Virgen de Coromoto.

Desde Maracaibo salió el general Urdaneta atravesando el lago para recorrer 590 kilómetros; otras fuerzas salieron desde Trujillo, Margarita y Barcelona; Bolívar pensaba concentrarlos primero en Mijagual, luego pensó en Guanare y por último escogió San Carlos, allí se alojó el 1ro de junio en la histórica casa La Blanquera; el 15 de junio estaba reunido su ejército en esa ciudad, que incluyó doscientas mujeres conocidas como las troperas, de ellas lucharon unas 25; en Colombia le dicen las Juanas y en México Adelita. El 23 de junio los arengó en Tinaquillo, diciéndoles proféticamente: “Mañana seréis invictos en Carabobo”; el ejército republicano no contó con artillería, en cambio el realista utilizó dos cañones, uno de los cuales se exhibe en el salón Bolívar del glorioso Campo. El sacerdote de los republicanos fue el presbítero Ángel Briceño. El rifle utilizado por el ejército Libertador era el Backer, año 1802, de fabricación inglesa. El director de las Bandas de Guerra fue el caraqueño Atanasio Bello Montero, quien por cierto compuso una marcha fúnebre cuando regresaron de Santa Marta en diciembre de 1842 los venerados restos del Libertador. Con el ejército republicano lucharon unos 350 extranjeros.

En el fragor del combate, Páez sufrió un ataque de epilepsia y fue salvado por el oficial venezolano Antonio Martínez, quien luchaba con los españoles y lo envió con el teniente Alejandro Salazar hasta las filas republicanas. Allí murió el perro Nevado que en el año 1813 le regalaron en Mérida al Libertador quien derramó una lágrima en ese momento.

Escenas épicas se dieron en la persecución del valeroso batallón realista Valencey, bajo el mando del coronel Tomás García. El comandante Julián Mellao gritó al coronel Juan José Rondón: “Compadre, delante de mí, la cabeza de mi caballo”; al rato caería muerto. Las conocidas palabras del teniente Pedro Camejo, “El Negro Primero” despidiéndose de Páez, su taita; se dice que su cadáver está enterrado en la iglesia de Tocuyito. El capitán Ángel Bravo recibió 14 lanzazos, Bolívar le dijo que merecía un uniforme de oro. Los realistas durante su retirada hacia Puerto Cabello pernoctaron en Naguanagua; los encargados de enterrar e incinerar los cadáveres fueron los tenientes Vicente Piedrahita y Rafael Mendoza, allí consiguieron dos mujeres con el pelo recogido y uniforme puesto; los niños de Tocuyito, entre ellos Francisco Robles, ayudaron a enterrar los cadáveres. La valentía del Batallón Valencey fue recompensada con una columna conmemorativa en el Campo.

El coronel Ambrosio Plaza, herido de muerte, exclamó a Bolívar: “Mi general, muero con orgullo en este sitio adonde no pudo llegar Páez”. El general Manuel Cedeño, muerto en la persecución, fue denominado por Bolívar “El bravo de los bravos de Colombia”. Páez fue ascendido en el Campo a General en Jefe. El Batallón Cazadores Británicos fue designado por Bolívar Batallón Carabobo. El Libertador, desde Valencia, el 25 de junio envió su mensaje al Presidente del Congreso en Cúcuta y llegó a Caracas el 29 de junio.

El 24 de junio de 1939, el presidente López Contreras declaró el 24 de junio “Día del Ejército Venezolano”, y el poeta Andrés Eloy Blanco ese día en su discurso en el Congreso denominó a Carabobo: “El domicilio histórico del Ejército venezolano”. Carabobo es: “El nacimiento político de Venezuela”.

eumenes7@gmail.com

jueves, 24 de junio de 2010

PAEZ Y CARABOBO

Gonzalo Villamizar A *

Los venezolanos en este día nos acercamos por once años al Segundo Centenario de nuestra máxima gesta en aquella guerra de perfiles épicos, la batalla de Carabobo, que junto a la batalla de Ayacucho se estudian en las academias militares del mundo, ambas planificadas por el genio militar del Padre de la Patria, sus ejecutores fueron José Antonio Páez y Antonio José de Sucre. Penetremos en el alma de estos dos próceres eminentes: el Gran Mariscal de Ayacucho con su espíritu noble y de suprema sencillez, sin ninguna malicia en sus procederes como admirable producto del pensamiento enciclopédico y el amor por su tierra, pureza en la ilusión de libertades sin ataduras con los vicios del poder; perteneciente al grupo social con acceso a buena formación intelectual que lo dotó de fuerte convicción de su destino para desempeñar un papel en aquella magna obra de la Emancipación. Su infame asesinato muestra la presencia entre nosotros del dolor de la tragedia griega como martirio de los héroes.
José Antonio Páez es la otra Venezuela sin cuya participación no hubiéramos podido acceder a la Independencia. El es el hombre humilde y sencillo que brilló con su lanza fulminante logrando ascender en su proceso de engrandecimiento; en aquellas sabanas sin límites, junto a la maestra que le enseñó las primeras letras tan solo alcanzó una precaria educación elemental, casi analfabeto, sin oportunidades para nutrir su mente, ajeno a las preocupaciones de los círculos intelectuales de Cumaná y Caracas. El proceso evolutivo de la guerra encajó en su personalidad, de peón simple, pasa a ayudante de mayordomos, las refriegas aparecen de pronto en aquellos parajes que esconden páginas culminantes de la historia, poco a poco este jinete audaz e inteligente gana la confianza de los superiores, pasa a comandar fuerzas de su autoría, presto a desplazar al sanguinario Boves y realizar el milagro de convertir aquella masa combativa en baluarte de la revolución. Cuando se entrevista por primera vez con Bolívar en 1818, ya es un oficial veterano y jefe, a los dos los aproxima buena química, la cual les durará toda la vida, admiración y fuerte apoyo por parte de Bolívar, afecto, deslumbramiento y lealtad consagrada por Páez. La presencia del Libertador catapultó a José Antonio Páez hacia las alturas para realizar tareas grandes como atender casi la totalidad de la logística para la campaña de Carabobo, cumplir las tareas tácticas, y en plena batalla, asumir una combatividad escalofriante frente al poderoso ejército realista, su bravura lo hizo ídolo frente a un sargento español que lo auxilió y regresó a filas republicanos cuando lo afectó un ataque epiléptico. Es el general José Antonio Páez con esfuerzo autodidacta convertido en hombre culto, un guerrero transformado en admirable presidente civilista, depositario del recuerdo y la gloria de Bolívar, fue quien primero se alzó para reclamar para Venezuela su condición de república independiente. Este 24 de junio: ¡Gloria a José Antonio Páez, héroe máximo de la batalla de Carabobo!, ¡Gloria al Libertador!

* EL AUTOR PERTENECE A LA ASOCIACIÓN DE MÉDICOS ESCRITORES CON SEDE EN CARACAS,VENEZUELA.
ENSAYISTA,ARTICULISTA DE LA PRENSA, CONFERENCISTA, MEDALLA hOMENAJE DE LA FEDERACIÓN MÉDICA VENEZOLANA A MÉDICOS HUMANISTAS,GANADOR DEL CONCURSO LITERARIO ANDRÉS ELOY BLANCO,PATROCINADO POR LA FEDERACIÓN MÉDICA VENEZOLANA.

HA PUBLICADO VARIOS LIBROS DE SUMO INTERES PARA EL CONOCIMIENTO DE LA HISTORIA DE VENEZUELA; EL ÚLTIMO: ALDEA GLOBAL, ES UN LIBRO QUE ADEMÁS DE CONDENSAR, EN FORMA EJEMPLAR, DIDACTICA Y AMENA, LOS HECHOS MÁS REPRESENTATIVOS DE LA HISTORIA UNIVERSAL, NOS SIRVE DE REPASO PARA ACTUALIZAR NUESTROS CONOCIMIENTOS.
OJALA, SIRVA DE TEXTO PARA LA EDUCACIÓN MEDIA, LA CUAL CARECE DE UN LIBRO CON ESTAS CARACTERÍSTICAS
GERÓNIMO ALBERTO YERENA CABRERA

CORREO: yerena.geronimo@gmail.com

lunes, 21 de junio de 2010

Creadas vacunas contra cáncer de seno, cólon y estómago en el hospital Vargas

JENNIFER ALBORNOZ

Con una sonrisa afable y una tranquilidad envidiable en medio del bullicio caraqueño, se encuentra el Dr. Jacinto Convit, rodeado de premios y placas de reconocimientos bien válidos, uno de los más grandes científicos que ha dado Venezuela, se mantiene a cargo de la dirección del Instituto Nacional de Biomedicina del Hospital Vargas, a sus 92 años atiende bien dispuesto a sus pacientes cada tres veces por semana

Este insigne médico venezolano, con más de 72 años de ejercicio explica que nunca tuvo interés alguno de trabajar en el lado privado de la medicina, cuenta con 51 años de labor ininterrumpida en el Hospital Vargas y 35 años en la conducción del Instituto de Biomedicina

Genio nacido el 11 de septiembre de 1913 en la parroquia La Pastora, mejor conocida por el descenso de hermosas mariposas amarillas procedentes de las faldas del Ávila
Hijo de inmigrante catalán y de madre venezolana de origen canario, inició sus estudios en el Liceo Caracas

Cursó el bachillerato en el Liceo Andrés Bello, alumno destacado del gran maestro Rómulo Gallegos en la cátedra de Filosofía y Matemáticas, sin duda la emoción destila en la límpida mirada de sus ojos azules, al rememorar su juventud el reconocido académico expresó: “Qué buenos recuerdos, un profesor ejemplar de talante visionario”

En 1932 ingresó a la escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela donde obtuvo el título de Doctor en Ciencia Médicas en 1938

Una invitación le cambiaría la vida y demarcaría su destino en el año 1937, el doctor Martín Vegas conocido pionero en los estudios sobre la lepra dio a conocer a Convit, la vieja casona de Cabo Blanco en el estado Vargas, la cual albergaba a cientos de pacientes afectados por lacería o lepra

En aquel tiempo esta enfermedad era el causal del prejuicio más arraigado dentro de la sociedad, a los leprosos se les encadenaba y eran custodiados por autoridades policiales, imagen que definiría el carácter humano de Convit, quien ante tal maltrato, exigió a los guardias un mejor proceder con los enfermos

La compasión y el querer por los pacientes no tuvieron límites en Jacinto Convit, quien unió esfuerzos junto a seis médicos venezolanos y dos italianos, para encontrar la cura a esta enfermedad

Luego de varias investigaciones con el único remedio empleado en estos pacientes, el aceite de Chaulmoogra, pudieron comprobar que el compuesto de Sulfota y Clofazimina podía fungir con gran efectividad en contra de este mal, lo que conllevó el cierre de las conocidas leproserías donde los enfermos eran encerrados y vejados en su condición humana

En el año 1988, los grandes avances en estudios epidemiológicos, le valieron una nominación al Premio Nobel de Medicina, por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra, la cual resultó de la combinación de la vacuna de la tuberculosis con el bacilo Mycobacterium leprae. Un año antes de esta nominación, Convit recibió un premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica

AVANCES CERCANOS
En una entrevista para este rotativo, Jacinto Convit nos cuenta, con la sencillez propia del galeno de antaño, “hemos desarrollado a través de terapias de inmunología la vacuna contra el cáncer de seno, de cólon y de estómago”

Acompañado de una gran sonrisa, el invaluable científico venezolano, lanzó este enunciado sin ton ni son, en este sentido agregó que “el precio es enorme para combatir estas enfermedades, las terapias de quimioterapia son sumamente costosas para los pacientes, la quimio puede costar cerca de 3.000 dólares, la vacuna que venimos desarrollando en inmunoterapia del Vargas es gratuita”

El investigador comentó que tal vacuna está compuesta por células mutantes del paciente, las cuales poseen varios tipos de células y no una sola, “la mutación es la que provoca la recaída más adelante en el paciente, al combinar un gramo de células cancerígenas que tan sólo tienen si acaso el costo de 5 dólares, el paciente desarrolla una mejoría en su propio organismo por la producción de anticuerpos que destruyen las células cancerígenas”, reiteró

Sin embargo, no todo queda allí, el especialista en enfermedades parasitarias, indicó que ha obtenido grandes resultados en los pacientes a quienes se les ha suministrado esta vacuna, en mención especial a las afectadas con cáncer de seno, que a juicio de esta eminencia “son las que asisten a nuestro recinto, con una inmensa fe y en gran cantidad”


Por lo que sostiene, “como esta vacuna no hay ninguna, en el país no es frecuente la producción de vacunas, somos más bien quienes las recibimos de otros países”

Emocionado y con una lucidez increíble afirmó que “desde el Hospital Vargas queremos contribuir en la vida de los pacientes, queremos impartir tratamientos, no buscamos dinero de nadie, sólo llamamos a los enfermos para que asistan a este instituto”

El talante de este genio y las ganas de hacer el bien al prójimo siguen intactas a pesar del paso de los años, aluden a un médico comprometido y un legado de vida sin distinción, “uno trabaja para la gente que sufre, que no tiene dinero no hay nada más precioso que ver que la enfermedad se cura, el médico no debe enriquecerse con esta carrera, venimos a salvar vidas, esa es la paga más invaluable del mundo”, concluyó el hijo consentido que ha dado la parroquia La Pastora



Autor: jalbornoz@dearmas.com

http://www.2001.com.ve/noticias_2001online.asp?registro=125305

sábado, 19 de junio de 2010

Juan Bautista Bideau, "Salvó al Libertador en Ocumare de la Costa"

Eumenes Fuguet Borregales (*)
Veterano lobo de mar nacido en la Isla francesa de Santa Lucía en 1786, propietario de un taller de embarcaciones menores en la isla de Trinidad, poseía el bergantín "Botón de rosa", dedicado al comercio entre esa isla y el oriente venezolano. Desde 1811 estuvo involucrado en la emancipación, apoyando con sus embarcaciones las operaciones navales y fluviales; es de mencionar la salida desde Cumaná hacia Guayana en enero de 1812, con cuatrocientos soldados al mando del coronel Juan Bautista Arismendi y catorce embarcaciones a cargo del alférez de navío Felipe Santiago Estévez. Esta pequeña flota logra derrotar el 27 de febrero de 1812 a la del jefe realista, comandante Francisco Quevedo en el combate del caño Macareo cerca del Delta del Orinoco, sería el primer combate naval de la guerra de independencia. Son derrotados por fuerzas superiores el 25 de marzo en Sorondo, trescientas cincuenta bajas entre muertos y heridos fue el fatal resultado de la acción; prefirieron destruir e incendiar las naves antes que cayeran en poder de los adversarios. Bideau pudo salvar su bergantín, y en el oriente facilitó el transporte naval desde Cumaná hacia Guiria de los que huían hacia Trinidad ante la presencia de Monteverde. Llevó a Mariño, Bermúdez y familiares del futuro mariscal de Ayacucho, entre tantas personas, que agradecieron sus valiosos servicios en momentos difíciles. De los cuarenta y cinco expedicionarios que salieron a las órdenes de Mariño del islote de Chacachacare el 11 de enero de 1811 hacia Guiria once eran venezolanos, los demás eran mulatos de las islas francesas proporcionados por Bideau al igual que las dos embarcaciones utilizadas para llegar a Guiria, iniciando la exitosa Campaña de Oriente. Una vez ocupada Guiria, Bideau se desempeña como segundo de Mariño, ocupándose de la logística y las comunicaciones con las autoridades en Trinidad. Es de mencionar el mensaje enviado a las islas francesas firmado por Mariño y Bideau desde Guiria el 19 de enero, solicitando la incorporación de los mulatos, el mensaje concluye: "venid extranjeros al Cuartel General de Guiria lo más pronto posible a compartir nuestra gloria, y persuadidos de que seremos invencibles". Una vez que Mariño continúa su avance hacia Carúpano, Cumaná y Maturín, Bideau quedó encargado como "Jefe Supremo de las Operaciones". La aparición en el escenario oriental del asturiano José Tomás Boves, fomentando, la desolación, el crimen y la diáspora de las fuerzas republicanas, mientras algunos jefes salían al exterior en busca de apoyo para continuar la lucha, Bideau y Bermúdez se mantenían en pie de lucha con trescientos defensores en Guiria, enfrentados a Francisco Tomás Morales, el segundo de Boves. Al hacerse insostenible la situación, ambos jefes se retiran el 16 de febrero hacia Trinidad. Continuando hacia Haití, Bideau se incorpora al con el grado de coronel, al ejército organizado con el valioso apoyo del presidente Alejandro Petión a cambio de dar la libertad a los esclavos; expedición que sale en siete embarcaciones el 31 de marzo de 1816 en lo que se conoce como la Primera Expedición de los Cayos, obteniendo el primer triunfo el 2 de mayo frente al islote de Los Frailes, cerca de Margarita; luego de desembarcar en dicha isla, y en Carúpano, se dirigen a Ocumare de la Costa. Desembarcando tropas y pertrechos el 6 de julio, fecha cuando el Libertador emite su decreto de Liberación de los esclavos. Ante la partida de los navíos hacia Curazao para aprovisionarse y la derrota de Soublette en Los Aguacates el 14 de julio; Bolívar encontrándose solo, estuvo a punto de suicidarse tomando en cuenta que muerto, no sería un trofeo para las fuerzas realistas que se aproximaban a la playa. Bideau en una lancha desembarca rápidamente, salvando a tiempo al "Padre de la Patria" llevándolo a Bonaire. Al regresar a Ocumare y no encontrar a las fuerzas de Soublette, continúan en el "Indio Libre" hacia Guiria; allí sus oficiales no reconocen la autoridad del Libertador, llegando a retarlo; ante tal situación, Bideau entre otros, logran embarcarlo hacia Haití, donde sin desanimarse y contando de nuevo con el oportuno apoyo de Petión, logra preparar la segunda expedición de los Cayos la cual partió el 18 de diciembre, para llegar el 1ro de enero de 1817 a Barcelona. Fallece este olvidado y leal prócer el 7 de abril de 1817 en la defensa de la Casa Fuerte de Barcelona a cargo del denodado coronel Pedro María Freites, quien no pudo contener los embates del jefe realista Juan de Aldama En carta a un amigo de apellido Fernández en Madrid, Bolívar refiriéndose al suceso de Ocumare de la Costa escribe: "Iba a darme un pistoletazo, cuando uno de los marinos extranjeros, Monsieur Bideau, volvió del mar en un bote y me tomó para salvarme".

(*) Gral. de Bgda.
eumenes7@gmail.com
Diario El Carabobeño

Historia y Tradición

lunes, 14 de junio de 2010

Primera Batalla de Carabobo

Eumenes Fuguet B.*

El 28 de mayo se conmemora un año más de la ejecución de la Primera Batalla de Carabobo, escenificada en el mismo campo inmortal donde el 24 de junio de 1821 el ejército republicano al mando de nuestro Libertador, magistralmente derrotara por segunda vez al aguerrido ejército español comandado por el general Miguel de La Torre y Pando, este combate se denominó como el decisivo.

La gloriosa sabana de Carabobo sería favorable a la noble causa emancipadora en estas dos ocasiones; el significado del vocablo Carabobo viene de la lengua Aruaca: Karau, significa sabana, Bo, significa agua y repetido es una especie de superlativo muchas aguas o quebradas, es decir Carabobo significa "Sabana de quebradas".

Retrocediendo las páginas de oro de nuestra ejemplar e incomparable historia estudiamos que el año 1814, se presentaba como el más aciago y angustioso de la lucha emancipadora, fue un año terrible y difícil. Bolívar ante las adversidades mantenía su férrea voluntad de vencer.

El caudillo José Tomás Boves había derrotado al comandante Vicente Campo Elías el 3 de febrero en el funesto sitio de La Puerta-cerca de San Juan de los Morros.

El 12 de febrero el general José Félix Ribas se cubre de gloria al vencer al temible Boves en La Victoria luchando con los jóvenes provenientes de Caracas; el 28 de marzo, el capitán neogranadino Antonio Ricaurte se inmortaliza en San Mateo haciendo volar el parque de la pólvora, causando a la vez estragos en la fuerza de Boves.

El 5 de abril sucede en la población de La Victoria el encuentro amistoso con las fuerzas de oriente al mando del general margariteño Santiago Mariño al lado de valerosos jefes entre quienes podríamos mencionar al impertérrito José Francisco Bermúdez y el teniente coronel Antonio José de Sucre con el ejército de occidente al mando de Bolívar.
Mariño en su avance derrotó el 31 de marzo a Boves en Bocachica-cerca de Villa de Cura.

El 10 de mayo, Bolívar desde Valencia ordena al general Ribas traer refuerzos de Caracas, Boves se encontraba en Calabozo. El 26 de mayo, el Libertador en Tocuyito organizaba sus efectivos y realizaba reconocimientos en la futura área de operaciones.

El día 27 las fuerzas republicanas pernoctaron en la sabana de Carabobo, los cinco mil efectivos se organizaron en dos líneas de combate, la primera al mando del siempre leal el general Rafael Urdaneta con los coroneles José Francisco Bermúdez, Manuel Valdez y Florencio Palacios como comandantes de divisiones, la segunda línea al mando del Libertador teniendo como segundo a Mariño con las divisiones de Leandro Palacios y Diego Jalón, Ribas comandó la caballería y la reserva; la artillería (dos piezas) bajo la dirección del insigne barcelonés Pedro María Freites.

En esta importante cita histórica se encontraban presentes la flor y nata de nuestros ilustres próceres, estaban ausentes el capitán José Antonio Páez quien se encontraba ejecutando operaciones exitosas en Mérida y Manuel Piar quien se encontraba en Barcelona.

Las fuerzas realistas al mando del general Juan Manuel Cajigal y Niño (seis mil efectivos y siete piezas de artillería), se colocaron delante de las serranías Las Hermanas dando la cara a Valencia. El Libertador arengó a sus soldados diciéndole: "Soldado, vosotros tenéis delante los mismos jefes y los mismos españoles de quienes habéis triunfado en más de cien combates, éste debe ser el último".

El ataque se inició a la una de la tarde y culminó cinco horas después, la maniobra ordenada por Bolívar utilizando la caballería para desarticular los flancos enemigos resultó exitosa, mientras que la infantería avanzó ordenadamente para destrozar a fuerza de bayonetas a las fuerzas oponentes. El enemigo dejó en el terreno trescientos muertos, mil cien prisioneros, quinientos fusiles, siete piezas de artillería y cuatrocientos caballos, las bajas patriotas fueron apenas de quince heridos y cuarenta prisioneros.

Urdaneta se encargó de perseguir a las fuerzas en retirada hasta San Carlos. En este combate se destacaron todos los intrépidos integrantes del ejército libertador, no fue una lucha decisiva, pero sirvió para mantener en alto el espíritu de lucha; en el encuentro del 24 de junio de 1821 las fuerzas se ubicaron en sentido contrario; antes de los dos enfrentamientos llovió, ¿sería acaso una bendición? Parece que los realistas en 1821 se habían olvidado de esta batalla; porque Carabobo fue favorable a la causa redentora, porque es un semillero de esperanzas y un libro abierto de abnegación, patriotismo, libertad y soberanía.

(*) General de brigada

domingo, 6 de junio de 2010

Rafael Bolívar Coronado y el "Alma Llanera"

Eumenes Fuguet Borregales (*)

El 6 de junio de 1884 nace en Villa de Cura Rafael Bolívar Coronado, conocido ampliamente como el autor de la letra del "Ama Llanera", música del excelso maestro, compositor, contrabajista y director de bandas marciales, el guaireño Pedro Elías Gutiérrez (1870-1954).
Es el Alma Llanera, nuestra más famosa canción; le ha dado la vuelta al mundo, interpretada en varios idiomas, considerada el "Segundo Himno", o "Himno Popular de Venezuela"; por mucho tiempo era la canción con que concluían los bailes, fiestas caseras, inclusive para alejar de noche a los novios en las visitas.
Bolívar Coronado era hijo de Don Rafael Bolívar y Doña Emilia Coronado; los estudios elementales los realiza en el pueblo natal y en Caracas. Se inicia como periodista en un semanario en Villa de Cura, con esa experiencia prueba suerte en Caracas en 1912, al incorporarse al grupo de escritores de: El Universal, El Nuevo Día, El Cojo Ilustrado, Horizontes y de algunas revistas. Conoce a Pedro Elías Gutiérrez, Director de la Gran Banda de Caracas, juntos y preparan una Zarzuela (pequeña obra de teatro al estilo español, donde se mezclan la declamación y el canto), titulada "Alma Llanera", presentada el sábado 19 de septiembre de 1914 en el Teatro Caracas, inaugurado en 1854, también conocido como "el Coliseo de Veroes", en la ocasión de encontrarse la Compañía española de Opereta de Manolo Puentoles y Matilde Rueda, en gira por varios países hispanoamericano.
Alma LLanera es una Zarzuela de un cuadro interpretada por los actores Jesús Izquierdo y Rafael Guinand. El público quedó entusiasmado por este maravilloso canto dedicado a la flora y fauna de nuestros llanos. De Caracas continuó la exitosa presentación a Valencia, Puerto Cabello, Barquisimeto y Maracaibo. Quizás por el estilo sencillo de provinciano, en una ocasión Rafael Bolívar escribió: "De todos mis adefesios, es la letra del Alma Llanera, del que más me arrepiento". Al poco tiempo con su obra "El nido de los azulejos" gana el concurso de los "Juegos Florales", El maestro Pedro Elías Gutiérrez le hace los arreglos necesarios al "Alma Llanera", para estrenarla con la banda marcial el 31 de diciembre de 1914 en la Plaza Bolívar de Caracas, celebrando el fin de año. Fue tanto el éxito de esta canción que el Presidente Gómez le otorgó a Rafael Bolívar Coronado en 1916, una beca para España; la estrella del destino le hará mala jugada en la península ibérica a este poeta, escritor y periodista villacurano, autor de la letra del tema mas importante de la canción popular venezolana.
En España se declara antigomecista y procede a escribir contra el gobierno dictatorial de Gómez. Bolívar Coronado se desempeñó como secretario del conocido escritor español Francisco Villaespesa, igualmente como copiador de manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid. El insigne escritor venezolano Rufino Blanco Fombona (1874-1944), había fundado en Madrid la editorial América, dándole la oportunidad a Bolívar Coronado para que escribiera diversas obras, algunas de ellas referidas a la época colonial, que una vez elaboradas no colocaba su autoría, sino la de otras personas que incluían a escritores afamados, algunos de ellos fallecidos o con nombres inexistentes. El distinguido escritor e historiador Don Vicente Lecuna (1870-1954), al observar la grave irregularidad le informa a Blanco Fombona, quien trató inútilmente de localizarlo para reclamarle el daño moral, económico y ético a su editora. Nuestro biografiado se había ido a África donde trabajó como corresponsal de guerra. Según el escritor trujillano y gran amigo Rafael Ramón Castellanos, según lo manifiesta en su libro relacionado cojn Bolívar Coronado, llegó a utilizar más de seiscientos seudónimos. En relación a esta actitud escribiría el villacurano: "Como yo no tengo nombre en la república de las letras, he tenido que usar el de los consagrados, porque yo no puedo darme el lujo de que me salgan telarañas en las muelas". Notamos entonces que antes que fama lo que aspiraba este paisano era su subsistencia. Viviendo en la indigencia fallece en Barcelona-España el 31 de enero de 1924, víctima de una epidemia de gripe que diezmaba a la población. En la progresista población de Villa de Cura, calles, instituciones educativas y culturales, llevan con orgullo el nombre de Rafael Bolívar Coronado, autor del "Alma Llanera", que de zarzuela pasó a joropo, para elevarse a nuestro querido himno popular.



(*) Gral. de Bgda
eumenes7@gmail.com